-¡Hiro!
Hiro escuchó una voz que le llamaba por su nombre mientras caminaba por el pasillo que conducía a la cafetería de la universidad. Era un chico relativamente alto, cabello castaño ligeramente ondulado que le llegaba encima del hombro y de tez apiñonada. No era nada feo aunque tampoco podía considerarse especialmente guapo. Podría decirse que su punto fuerte era el gran carisma que poseía y que le permitía hacer amigos a donde quiera que fuese.
Volteó para encontrarse con un chico bajito que le llamaba a unos diez metros de distancia. El chico llegó hasta donde Hiro y se detuvo jadeando y sudando.
-Te he estado buscando por todas partes –dijo el chico recuperando el aliento después de la carrera
-¿Eh? ¿Por qué no me llamaste al móvil en vez de andar corriendo por ahí, Mako-chan? –le contestó Hiro
-¡Lo hice! Pero al parecer está apagado
-Pero nunca lo apago –Hiro sacó su móvil y comprobó que, en efecto, estaba apagado. Entonces recordó que se había quedado sin batería unas horas antes – vaya, olvidé cargarlo
-¡Tch! No me sorprende, eres bastante distraído
-Ah, lo siento, lo siento. Y bien ¿para qué me querías?
-¿No me digas que lo olvidaste? –el chico tomó la cara de confusión de Hiro como respuesta afirmativa – Hoy es el cumpleaños de Takamasa, vamos a celebrarlo en el bar que está frente a la estación, ¿recuerdas?
-¡Ah, claro! Habíamos planeado algo como eso, ¿era hoy? –Hiro se llevó el índice a la frente intentando recordar
El otro chico suspiró de resignación.
-Sí Hiro, no puedo creer que lo hayas olvidado, ya veo que no fue en vano recordártelo, entonces ¿nos vamos?
-Sí, vamos… aunque no tengo tanto dinero…
-Está bien, Takamasa te consiente tanto que sin importar que sea su cumpleaños seguramente terminará pagando lo tuyo… y pensar que su querido amigo hasta olvidó su cumpleaños –añadió Makoto en un susurro
-¡Para eso! Me harás sentir mal –dijo Hiro con un puchero
-¡Pues deberías!
-Anda, ya, vamos
Se pusieron en marcha y en unos minutos llegaron al abarrotado lugar. No tardaron en ubicar a sus otros amigos. Eran alrededor de diez personas y estaban sentados en la mesa más grande, eran el grupo más ruidoso que se encontraba en el bar.
-¡Ey, Takamasa, aquí tienes a Hiro! –Gritó Makoto cuando se acercaron – Si no lo hubiera buscado probablemente este tipo estaría en casa ahora mismo, se olvidó por completo de tu cumpleaños.
-¡Qué cruel, Hiro! Pensé que solo olvidabas los cumpleaños de tipos como Mako-chan – dijo Takamasa
-¡Ey! ¿Qué insinúas, bastardo? –le contestó Makoto levantando el puño
-Calma, calma. Soy un poco distraído pero no me perdería la fiesta de ningún amigo por nada. Hay Hiro-chan para todos. Y bien, ¿dónde está mi cerveza?
-Ya hemos pedido las suyas también, así que siéntense.
Había pasado alrededor de una hora cuando Hiro sintió ganas de ir al sanitario. Se disculpó con sus amigos y fue hacia allá. Cuando entró escuchó un ruido extraño que venía de una de las puertas. Prestó más de atención y logró escuchar algo parecido a gemidos y la voz de dos hombres.
-Espera… n-no… me voy a… -decía uno de ellos con la voz entrecortada
¡No me digas que…!
En seguida entendió lo que sucedía así que trató de apresurarse y salir lo más rápido posible de ahí. Sintió que se ponía rojo mientras las voces no cesaban los gemidos de placer.
¡Diablos! ¿Por qué tengo que ser yo el que se avergüence? ¡Es un baño público!
Estaba pensando eso mientras se subía la cremallera cuando la puerta se abrió y salieron dos chicos. El más alto de ellos se sonrojó al ver a Hiro y salió casi corriendo de la habitación visiblemente avergonzado. Hiro reconoció al otro chico, de complexión media y cabello lacio corto teñido de rubio. Poseía una belleza andrógina y a simple vista uno no podía decir si se trataba de una mujer o un hombre. Lo había visto algunas veces pero no sabía ni su nombre ni nada acerca de él… tan sólo que al parecer era gay…
El chico le lanzó a Hiro una mirada que él no supo interpretar, pues su cara apenas y mostraba expresión alguna, y después de lavarse las manos salió como si nada hubiera pasado. Hiro hizo lo mismo y fue a reunirse con sus amigos a la mesa, todavía consternado con lo que había pasado. Tan pronto llegó vio que los dos chicos de antes se dirigían a la salida del bar y los siguió con la mirada.
-Mako-chan – llamó a su amigo que en ese momento se encontraba brindando
-¿Eh, qué pasa, Hiro? –contestó el aludido
-¿Sabes quién es ese chico? –le preguntó señalando al rubio
-¡Ah! Se llama Jun, no recuerdo el apellido, parece que estudia en la división de economía en nuestra universidad, ¿por qué? – inquirió con un tono de sospecha en la voz
-No, por nada, simplemente se me hizo conocida su cara y no sabía de dónde – mintió, no quería tener que relatar lo ocurrido en su breve viaje al sanitario. Makoto mostró un semblante serio y se acercó a Hiro.
-¿No te hizo nada, verdad?
-¿¡E-Eh!? No, ¿por qué?
-Es que lo vi salir del baño antes que tú y luego tú vienes y me preguntas eso… pero me alegro, en cualquier caso, será mejor que te alejes de él
-¿Por qué?
-Bueno, es un tipo raro, no habla con casi nadie y a veces llega con golpes a la escuela. Sin mencionar que es gay.
“Ah, eso lo acabo de descubrir, gracias”
-Además –continuó – parece que se acuesta con cualquier tipo, estoy seguro que se te lanzaría encima si tuviera oportunidad.
-Ah, no creo que sea tan malo, incluso parece que tiene pareja, ¿no? Ese chico que estaba con él…
-Que no era el mismo con el que estaba ayer. Ya sé que tienes un corazón bondadoso y no soportas dejar tiradas criaturas lastimeras…
-¡Oye!
- …pero esta vez es mejor que te alejes de ese chico. No te convienen ese tipo de amistades – dijo con cierto dejo de desdén.
Y con esta última frase en mente Hiro dio un largo trago a su cerveza mientras veía desaparecer en la multitud la delgada silueta del chico en cuestión.