-¡Hyung!- la mano de TaeMin tiró de la suya hasta dejarlo delante del escaparate de una tienda de pasteles.
-¿Sí amor?- le dijo mientras lo abrazaba contra su cuerpo y le frotaba los brazos, pues empezaba a hacer frío.
-¿Me compras un pastel de fresa?- le preguntó al mientras le miraba desde abajo.
-Los que tú quieras bebé.- le besó la mejilla y entraron a la tienda para comprar el pastelito.
Cuando salieron de la tienda, TaeMin reposó su cabeza en el hombro del mayor, suspirando levemente mientras recuerdos acudían a su cabeza.
TaeMin trabaja de camarero en una pequeña pastelería desde hacia unos meses. Y desde hacia unos meses, un chico de pelo largo, marrón y ondulado, alto, fuerte, con unos ojos enormes y profundos, y que se movía en movimientos fuertes y decididos, pero sin llegar a ser rudos, iba día sí y día también a la pastelería para, secretamente, admirar a aquel camarero de cuerpo pequeño y delicado, de pelo rubio y mirada transparente, que se movía con gracia entre las mesas y cargado de bebidas, platos y bandejas sin derramar si quiera una gota o una miga.
-¿Qué será hoy? ¿O lo mismo de siempre?- dijo llegando a su lado bolígrafo y papel en mano dispuesto a tomar nota a pesar de que sabia la respuesta de antemano, solo por el hecho de poder hablar con MinHo, iba y le hacia la misma pregunta todos los días.
-Lo de siempre.- le dijo sonriéndole.- Y… TaeMin, ¿crees que podamos salir a dar una vuelta cuando termines?- preguntó sonriendo.
-Claro.- dijo sonriendo. Se fue a la barra a cortar un trozo del pastel de fresa que el mayor había pedido mientras que su hermano Kai preparaba el café irlandés que el mayor siempre tomaba.- Aquí tienes, hyung.- dijo dejando suavemente el café y el trozo de pastel.- Que lo disfrutes.
‘Seguro’, pensó el chico moreno al ver alejarse a la pequeña figura.
Cuando llegó el momento en el que el camarero terminaba su turno, él le esperaba a fuera.
-Siento si has tenido que esperar, hyung.- se disculpó.
-No hay problema. Quiero darte algo.- le dijo.
-¿El qué?- el chico siempre se había caracterizado por su curiosidad y en aquel hombre, la había despertado con aquella frase.
-Esto.- rápidamente se inclinó y unió sus labios con los del menor en un suave contacto.
El menor parpadeó un par de veces, confundido, pero después de unos segundos, llevó sus brazos al cuello del más alto y lo besó otra vez, pero con más necesidad, dejando que MinHo introdujera su inquieta lengua en su boca.
-Pastel de fresas.- dijo al separarse de la boca del rubio.
-Tú favorito.- le dijo.
-Sí. Mi favorito.- le abrazó por las caderas y le sonrió.- ¿Quieres salir conmigo, Lee TaeMin?- le preguntó.
-Sí. Claro que sí.- dijo emocionado el menor antes de fundirse en otro beso lleno de amor.
-¿Qué tanto piensas, amor?- dijo el chico de pelo corto ahora al ver que su novio llevaba un rato en silencio.
-Pastel de fresas.- respondió simplemente, sabiendo que su novio entendería a lo que se refería.- Tú favorito.
-Sí. Mi favorito.- sonrió antes de robarle un beso.