NO ME OBLIGUES A QUERERTE.
Estaba entrando a su sala de ensayos, y para su mala suerte, estaba llegando tarde. Esperaba no llevarse un regaño de Kai, o del manager, o de Ruki, igual si lo regañaban, haría uno de sus lindos pucheros y prometería no volver a llegar tarde. Pero se llevó una gran sorpresa cuando abrió la puerta y en vez de recibir miles de regaños de la mamá Kai, o un golpe en la cabeza acompañado de un “baka...” de Ruki, lo que encontró fue a sus amigos riéndose a carcajadas. Apenas notaron su presencia, se callaron abruptamente, y se dispersaron a sus posiciones para ensayar.
- ¿Qué pasa? – Preguntó sin saludar.
- Nada Aoi. – Dijo Kai soltando una pequeña risita.
- ¿Lo ves? – Le preguntó Ruki al líder.
- Si parece – Dice Reita.
- ¿Qué cosa? ¿De qué hablan? – Preguntó viendo confuso a sus compañeros.
- Ya díganle, no sean malos – Habló Kai riéndose aún.
- Ya, ya bueno, yo le digo. – El vocalista habló, contando que era lo que les causaba gracia. – Es que les dije que pareces una niña.
- ¿Qué? Si mas niña parece Uruha – Dijo haciendo un puchero.
- ¡Oye! – Dijo el otro guitarrista. – A mi no me metan. Además Ruki no se refiere a eso.
- Me refiero a que siempre actúas como niña – Habló el vocal. – Siempre estas todo delicado.
- ¡Cállate maldito enano! – Dijo amenazándolo.
- Oye, yo solo digo lo que veo. – El vocal empezó a retroceder al mismo tiempo que Aoi se le acercaba.
- ¿Quieres ver quién es la niña entre tú y yo? – Lo acorraló a la pared de la sala, mientras todos miraban la escena impactados.
- ¿A-Aoi? – Ruki se tensó cuando sintió las manos de Aoi agarrarlo por la cintura.
- No sabes las ganas que te tengo Ruki – Susurró el guitarrista en el oído del pequeño, los demás no escucharon, solo veían inmóviles.
- … – Ruki no dijo nada, solo salió corriendo fuera de la sala.
Aoi se quedó confundido al igual que los demás, y entonces entendió todo. Salió detrás de Ruki sin importarle los regaños de Kai ni los de los miembros del staff que estaban por ahí. Ruki no iba ni tan rápido como para perder a Aoi ni tan lento como para dejarse atrapar. Solo quería que el guitarrista lo siguiera y al parecer él lo entendía perfectamente.
Llegó a uno de los cuartos de la compañía que siempre permanecían vacíos, y a los pocos segundos llegó Aoi detrás de él cerrando la puerta con seguro.
- Eres demasiado obvio Taka. – Lo volvió a acorralar contra una pared tomándolo de la cintura.
- Tú eres el que tiene calenturas. – Lo miró incrédulo el pequeño vocal pasando sus brazos por el cuello del moreno pegándolo más a su cuerpo.
- ¿No me digas que no tienes ganas? – Preguntó con sarcasmo bajando una de sus manos a la entrepierna del rubio, apretándola.
- Ahh… Aoi – Ruki solo gimió por el contacto.
- ¿Tan rápido te prendes Ruki? – Dice apretando aún más el ya despierto miembro del vocalista.
- Ahh… Mnn
Ruki no podía decir nada coherente, se sentían demasiado bien las manos de Aoi en su virilidad, apretándola y delineándola con sus expertos dedos. Mientras seguía gimiendo sin control, la otra mano del moreno acariciaba su pecho por debajo de la camisa, entreteniéndose con su ombligo un rato. Aoi dejó el miembro del otro para comenzar a desvestirse bajo la mirada atenta del vocal, quitándose la camisa de manera sensual (cosa a Ruki le encantó ver) como si estuviese dando un espectáculo de striper. Se relamió los labios incitando al moreno, y este que no podía estar más sexy, sacó sus pantalones llevándose los boxers con ellos, sus zapatos desaparecieron en algún momento. El vocal miró fascinado el cuerpo ajeno, deleitándose de la hermosa vista que tenía en frente. Y al ver esa parte de su anatomía notó que era, digamos que, MUY GRANDE. “Me va a doler” fue lo que pensó.
- ¿Aún sigues creyendo que soy niña? – Preguntó Aoi acercándose tentadoramente al pequeño. Tomándolo por el mentón y levantando su rostro para verlo a los ojos. Esos brillantes ojos marrones.
- Si te pones un lasito rosa, seguro serás la niña mas linda – Dijo divertido Ruki, intentando retar al mayor.
- Taka, ¿Acaso quieres que te rompa el culo por decir tonterías? – Puso expresión de fingida molestia, soltó el rostro del pequeño pero este no dejó de mirarlo a los ojos. Tomó sus manos y las guió a su miembro.
- ¿Me lo prometes Yuu? – Hizo un puchero apretando ese trozo de carne en sus manos y empezándolas a mover de arriba abajo con una tortuosa lentitud.
- Ahh… Te voy a dar tan fuerte que no vas a poder ahh… caminar. – Su sexo comenzaba a despertar por las atenciones del vocal.
- Eso suena delicioso – Se arrodilló en frente del guitarrista tomando con una mano su miembro y con la otra sacó el suyo propio comenzando a masturbarse, chocando su respiración con la punta de la virilidad del otro.
Su miembro palpitaba, si Ruki no hacia algo rápido terminaría corriéndose en su mano. Pero en ese instante el vocal comenzó a lamer la punta haciendo presión con su lengua en la pequeña cavidad. Aoi no podía estar más excitado, además de que era su pequeño Matsumoto el que lo estaba haciendo gemir. Tomó los cabellos rubios del otro, obligándolo a meterse todo a la boca, o lo que podía porque era demasiado grande. El vocal tenía arcadas cada vez que Aoi se lo metía hasta el fondo de su pequeña garganta, pero lo chupaba con ganas, disfrutando de los fuertes gemidos que soltaba el moreno. Aumentó el ritmo en su propia mano, soltando jadeos en la piel caliente que tenía en su boca.
Dio unas cuantas lamidas más, mordió ese trozo de cerne y con gemido ronco se corrió en su propia mano, haciendo que el guitarrista se corriese en su boca. Al contrario de lo que Aoi pensó, a Ruki no le pareció asqueroso y se tragó el líquido completo. Se levantó mirando al más alto con una sonrisa ladina, al tiempo en que este lamió sus labios quitándole el resto de su esencia. Ruki separó lentamente los labios dándole paso a la juguetona lengua del pelinegro, sintió miles de escalofríos, eran un millón de sentimientos encontrados los que le provocaba el estar besando a Aoi. Lo agarró fuertemente del cuello e hizo un besó más pasional, el guitarrista aprovechó para desabrocharle el pantalón a Ruki y se llevó de una vez los boxers. Rompió el beso para quitarle la camisa.
Ruki se puso nervioso, y más cuando Aoi lo agarró de la cintura y lo volteó haciendo que se apoyara con las manos en la pared. Se agachó a la altura de su trasero y lamió la pequeña y rosada entrada haciendo que el vocal gimiera desesperadamente, mientras seguía lamiendo, introdujo dos de sus dedos a la vez, junto con su lengua. Sacándolos y metiéndolos mientras Ruki gemía sin pudor alguno.
- Ahh… Aoi, métemela ya AAhhh! – Suplicó desesperado.
Aoi obedeció, además de que ya no aguantaba, quería sentir a su rubio, que fuera de él completamente. Se levantó y agarrando a Ruki por la cintura, introdujo todo su sexo en la pequeña cavidad.
- AAAAHHH!!! Maldito animal, ¡me duele! – Se quejó, y es que tener esa enorme cosa adentro le dolía mucho.
- Tu me lo pediste Ahh – Se sentía demasiado bien en la estreches del vocal.
- Ahh! Mnn ya puedes… moverte – Dijo moviéndose un poco para darle seguridad al guitarrista.
El moreno comenzó a embestirlo, lentamente, mientras Ruki solo se dedicaba a gemir desgarradoramente. Aoi con simples movimientos, lograba llegar hasta el fondo de su cuerpo, tocando de lleno su próstata. Sentía que en cualquier momento se iba a romper, pero le encantaban todas estas sensaciones que el moreno le provocaba.
El guitarrista aumentó la velocidad, mientras masturbaba el miembro del otro. Ya casi estaban a su límite, Ruki prácticamente gritaba de tanto placer y Aoi estaba en las mismas condiciones. Unas estocadas mas y los dos se corrieron al mismo tiempo, Ruki en la mano del moreno y este dentro de la estreches del rubio, que lo apretaba debido a su reciente orgasmo.
Mientras calmaban sus respiraciones, Aoi salió del interior del vocal, quien soltó el último gemido. Se vistieron rápidamente. Aoi se dirigió a abrir la puerta, pero una mano en su brazo lo hizo detenerse. Ruki lo agarró y lo giró abrazándolo fuertemente.
- Eres una bestia Yuu. – Dijo sin soltarlo. Aoi lo abrazó por el cuello y besó tiernamente sus cabellos rubios.
- ¿Primero soy una niña y luego una bestia? – Preguntó sarcástico.
- Cállate y bésame – Le ordenó levantando el rostro y mirándolo a los ojos.
- Bipolar – Lo besó tierno, con mucho amor. Y es que desde hace mucho, eso era lo que sentía por su vocal, amor.
Los dos salieron agarrados de la mano, al llegar a su sala de ensayos, todos sus compañeros se rieron de la parejita.
- ¿Y ahora de que se ríen? – Preguntó el vocal sentándose en las piernas de su ahora novio.
- Se los dije, gané la apuesta – Dice Uruha recogiendo el dinero que le daban Kai y Reita.
- ¿De que hablan? – Preguntó de nuevo el chibi mientras Aoi lo miraba como si fuera lo más obvio del mundo.
- No te hagas Taka, tus gemidos se escucharon por todo Tokio. – Decía Uruha poniendo cara de drama.
- ¡Cállate pato del demonio! – Ordenó sonrojado el rubio pequeño.
- ¿Seguro que Aoi no te dejó ronco? – Dijo con fingida preocupación el bajista.
- Ya cállense, al menos ellos si tuvieron la valentía de hacerse novios, no como ustedes. – Habló Kai señalando con la baqueta a Reita y Uruha.
Reita se acercó al castaño abrazándolo por la cintura. A lo que este se sonrojo en demasía.
- Es que Shima me trae tan loquito que no se ni lo que digo cuando estoy cerca de él – Dijo con un puchero el bajista en el oído de Uruha.
Todos rieron cuando el castaño le dio una cachetada a Reita que se fue chillando a donde su líder, Uruha se sentó lejos y empezó a tocar su guitarra. Mientras Kai le sobaba el cachete al bajista y la parejita se daba beso tras beso en el sofá.
Fin.