La solución era seguir callando estos sentimientos.
Me cuesta entender todo lo que ha pasado, desde mi entrada a esta banda, hasta el momento en que note que mis sentimientos hacia él cambiaron. Pero lo único que puedo hacer es callar.
¿Un hombre enamorado de otro hombre? Eso resultaría incomodo en muchos aspectos. Para mí y para mis compañeros. En especial para él.
¿En qué momento esto sucedió? ¿Fue antes o después de aquella noche?
Él estaba llorando y el delineador manchaba sus mejillas sonrojadas. Fue después de una presentación, todos estaban cansados y se marcharon a sus habitaciones con rapidez. Excepto él. Se quedó solo en la sala, con una sonrisa tranquila hojeando una revista. No me habría quedado. No le habría observado desde la cocina. Si no hubiera bajado esa noche no habría notado como él lloraba mientras abrazaba sus rodillas. Quizás no volvió a su habitación porque Ricky lo abrumaría con preguntas sobre su estado, por eso decidió quedarse solitario en la sala, llorando en silencio.
Silencio.
Un silencio abrumador que nos atrapa, nos golpea de manera agonizante, pero en ocasiones es tan reconfortante. Porque el silencio escucha, nunca cuestiona, lo único que hace es escucharte. Sin el menor cuestionamiento, sin prejuicios, solamente escucha.
¿Por qué lloraba esa noche? ¿Algún día lo sabré? ¿Algún día tendrá la confianza de contármelo? ¿Algún día me dejara limpiar sus lágrimas?
La mañana siguiente él sonreía, parecía tener los ánimos por el cielo y eso provoco que una extraña sonrisa se dibujara en mi rostro. Pero sus ojos estaban cansados, seguro había llorado toda la noche. Solo. En silencio.
-Niel- espere a que el resto se alejara para hablarle. Él se sorprendió de mi llamado o quizás de que en esos momentos mi rostro mostraba seriedad.
-¿Qué sucede?- pregunto confundido. Mire sus ojos momentáneamente y el desvió la mirada. Entonces sonreí y baje la cabeza.
-Tu cabello estaba mal acomodado- volví a sonreír peinando la parte frontal de su cabello con mis dedos. –Te vez cansado ¿dormiste bien?-
-No- dijo, para luego agregar restándole importancia –Estaba un poco nervioso pero no es nada, baje a la cocina por té y después pude dormir- comenzó a reír. Mentía. Y lo peor era que siempre fue malo mintiendo. Suspire, no debía preocuparme, seguro tenía sus razones, yo no era nadie para cuestionarlas.
-No dejes que te afecte- dije de manera firme, posando mi mano sobre su cabeza y revolviendo sus cabellos. Para después sonreírle con ternura y alejarme.
Quizá debí preguntarle la razón de su llanto. Quizá esa noche debí acercarme y preguntar si se encontraba bien. Quizá simplemente debí acercarme y abrazarle mientras lloraba. Que se diera cuenta que no estaba solo, que al menos yo estaba ahí para él. Guardando estos sentimientos.
Con el tiempo descubrí la razón de su llanto. Era solo un rumor a voces. Un rumor poco creíble pero que causo controversia. Al parecer yo no era el único que sufría por un amor en silencio. Niel también sufría. Pero ¿por quién? Ricky no dijo mucho, él fue el primero en darse cuenta.
“-Basta con notar como lo mira-” fue su respuesta al preguntarle. No quise saber más. Dejaría las cosas como están. Callaría. No quería causar más lágrimas en el rostro de aquel que había dominado cada uno de mis pensamientos.
Una vez alguien dijo que “amar en silencio” era una estupidez. Quizás a esa persona nunca le importo el gritar al mundo sus sentimientos, quizás esa persona nunca tuvo la certeza de que sus sentimientos no serían correspondidos. O puede que al saber que no era correspondido pasara de largo al que fue su gran amor y buscara alguien que correspondiera sus sentimientos.
De pequeño yo quería ser guardaespaldas. La idea de proteger a alguien con mi vida, alejarlos de cualquier peligro, recibir balas por esa persona, ser una sombra en todo momento. Siempre al borde el peligro, no por mí, sino por alguien a quien quisiera de todo corazón. Era una idea maravillosa.
Ahora seré su guardaespaldas, le protegeré desde la sombras, velare sus sueños, cuidare sus sonrisa, atesorare cada una de sus lágrimas. En silencio. Por qué eso es lo que haría un guardaespaldas.
¿Cuándo me enamore de Niel? Ni siquiera yo estoy seguro de ello, pero de algo de lo que estoy seguro es que cuidare de él, en todo momento le seguiré amando. En silencio.