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Ámame bastardo. por Bubble x3

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Notas del fanfic:

Holo, me gusta hacer oneshots xD creo que soy mejor haciendo ones(? porque los fics me aburren, son muy largos y tediosos y asdfghjkl ESTOY ENFERMA D: y la SM estuvo en tierras americanas ;O; y yo aquí como tarada llorando porque la están pasando la raja en estados unidos y no vienen a Chile T - T ¡Que en sudamerica también tienen fans, carajo! Y eso, estoy enferma y triste pero este one no tiene mocos ni nada(? eeeeeeeeeeeeen fin~

Notas del capitulo:

Les advierto, no les caerá en gracia para nada(? asdfghjlñ está fomesón pero igual me gustó como quedó porque tiene, como un ritmo camboyano .-. -yo no se lo que significa esa palabra xDD ni como se escribe(?- y dejaré de spamearlas porque se van a enojar y me van a tirar mandarinas en los párpados~ en fin, enlloi biurifol pipol♥

Ámame bastardo.

 

 

Él es una diva.

 

Y todos lo sabemos, ¿no es verdad?

 

Bueno, como la diva que es, él debe asegurarse cada día de que lo aman.

 

"Y tú, ¿Cuánto me amas?"

 

Le pregunta al que se le acerque.

 

Y no se contenta hasta escuchar una "respuesta decente".

 

Pero de cada persona recibe algo diferente.

 

Por ejemplo; si le preguntase a SungMin, el conejito abriría sus brazos simulando grandeza.

 

"¡Así de mucho, hyung!"

 

Y entonces Heechul sentía unas irrefrenables y horribles ganas de vomitar.

 

"Ugh, SungMin, deja de ser tan gay"

 

Y el conejito formaría un puchero con sus tiernos labios, y correría a esconderse en las faldas de Leeteuk.

 

Si le preguntase a Siwon, el caballo lo cargaría como a una princesa, depositando un beso en su mejilla, y entonces diría…

 

"Con todo mi corazón, Cinderella"

 

Y él saltaría de sus brazos, refunfuñando.

 

"¡No me cargues, sabes que lo odio!"

 

Pero Siwon solo le sonreiría, porque así es el… Ya saben, es… Es como es.

 

Y entonces, la diva podría preguntarle a cualquiera, y todos responderían eso que él quería escuchar.

 

Porque necesitaba saber que era importante en las vidas de todos.

 

Necesitaba saber que él era el centro del universo, aunque no lo fuera, pero ellos tendrían que decirle que si.

 

Y entonces, Heechul le pregunta a Kyuhyun.

 

Y el maknae.

 

Já.

 

El maknae es excepcional.

 

"Y tú, ¿Cuánto me amas?"

 

No hay respuesta.

 

Y la diva vuelve a preguntar.

 

Los miembros temen por la integridad física y emocional de Kyuhyun.

 

"Me voy a jugar un rato"

 

Y la diva se muere de rabia.

 

Corre, entonces, a la pieza que Kyu comparte con el mono.

 

Y hace la gran pregunta.

 

Kyu lo ignora olímpicamente.

 

"Te voy a matar, te voy a matar"

 

Susurra, y deja la estancia con un sonoro portazo, que le indica a los sujitos que nadie, bajo ninguna circunstancia puede contradecir, o siquiera mirar a Heechul directamente a los ojos, o pagará el precio de su error.

 

Una vez Donghae, el inocente pececito, volvía de una presentación con Eunhyuk, y como no sabía del reciente enojo de la diva, lo primero que hizo al verle fue palmear su hombro con cariño.

 

Pero en ese estado de ira total, Heechul lo vio como una provocación.

 

"No… Me toques"

 

El pez lo miró confundido.

 

Y lo vio a los ojos.

 

"¿Qué? Hyung no lo e…"

 

"¡No me toques! ¡No me mires! ¡Déjame tranquilo!"

 

Se jaló sus cuidados cabellos con fuerza, como queriendo arrancarse la cabeza, y jadeó con frustración.

 

"Estaré en mi habitación… Y Ryeowook"

 

El aludido se removió inquieto, más no se atrevió a alzar la vista.

 

"Ni se te ocurra aparecerte por ahí"

 

Esa tarde acabó en tragedia.

 

Ryeowook tenía sueño.

 

Y entró.

 

Con una única intención.

 

Dormir en su cama, y no en el sofá como recientemente le tocaba.

 

Es que Heechul se enoja con mucha frecuencia.

 

Y bueno, ya se dieron cuenta.

 

A la diva no hay que hacerla enojar.

 

Esa es una regla de oro, inamovible e inquebrantable en la casa de los sujitos.

 

Pero el maknae no la tiene ni en consideración.

 

"¡Me hace enojar a propósito! Seguro ahora se está desternillando de la risa mientras juega sus estupideces…"

 

Se quejaba entre dientes, mientras su comprensivo Siwon le hacía cariños en la espalda.

 

"Tranquila, princesa… Yo sé que, quizá a Kyuhyunnie no le guste decirlo, pero en el fondo…"

 

"Muy, muy al fondo"

 

"Exacto, pero de todas formas, te ama y no puede vivir sin ti~"

 

Heechul lo mira con una ceja alzada, es que Siwon es tan… Siwon.

 

Y entonces sonríe, y Siwon sonríe con él.

 

Pero el maknae se asoma por la puerta.

 

Y esa mueca feliz en el rostro de la diva; desaparece.

 

Como también desaparecen "inexplicable y misteriosamente" las galletas especiales de SungMin.

 

Luego el conejo se aparece, y "camina" dando leves saltos de cuando en cuando.

 

Abre la nevera y…

 

"Hyung…"

 

Su voz aun es dulce…

 

"¡Donde mierda están mis galletas!"

 

Otra guerra ha comenzado.

 

A veces, Siwon –y todos los sujitos– piensan que SungMin y Heechul, son el uno para el otro.

 

Pero entonces, recuerdan que SungMin está loco por Donghae, y que Heechul no quiere a nadie. O bueno, nadie aparte de él mismo.

 

Un nuevo y soleado día comienza, un día lleno de renovadas esperanzas y sonrisas que dicen mucho, pero no son reales.

 

Como la que Heechul tiene grabada en el rostro.

 

Y que nada, ni la maldita actitud de Kyu pudieron quitarle.

 

Es que esa mañana una gran decisión había sido tomada.

 

Hoy será un gran día, hoy será… Un buen día.

 

E hizo su mejor esfuerzo.

 

Lo intentó con todas sus ganas.

 

Pero al destino, al mundo, al karma, a dios, a buda, a krishna, al diablo; a nadie le agradaba la idea de que la diva estuviese tan sonriente, tan radiante.

 

Entonces pasó.

 

"¡Todo me sale mal!"

 

Gritó al llegar a casa, y su voz alcanzó un tono que ni el mismísimo dinosaurio de SHINee podría alcanzar.

 

Es que, tenía razón.

 

Todo le había salido mal ese día.

 

Empezando por la leche.

 

Porque la leche es algo importante para comenzar el día; por lo menos eso piensa la Chula.

 

Entonces, cuando se disponía a ponerle una buena y saludable cantidad de leche a sus cereales dietéticos, porque hay que mantener la línea, se encontró con ese primer factor que empezó por agriarle el día.

 

"Se me olvidaba decirte hyung… No queda leche"

 

Un tic se formó en su ojo, y Siwon se le acercó para calmarlo antes de que la bestia que tenía escondida en esa cara de póker saliera a la luz.

 

"Siwonnie… ¿Eres tú?"

 

Heechul le tomó el rostro con las manos, como quien no puede ver nada, quien no reconoce a nadie, no sabe a quien tiene en frente.

 

"Si, hyung, soy yo…"

 

"Dime que estoy soñando, dime que hay leche…"

 

Al caballo casi se le escapa la risa.

 

Pero eso desencadenaría la furia irrefrenable de la diva, entonces se contuvo lo mejor que podía.

 

"Tranquilo, hyung, yo… ¡Iré ahora mismo a la tienda por más leche!"

 

Y Siwon tomó su abrigo, y salió corriendo por la puerta de la entrada.

 

Pero cuando volvió, Heechul volvía a tener esa sonrisa perturbadora y extraña instalada como un molesto huésped en su rostro, y repetía una sola cosa, un algo intangible que nadie alcanzaba a escuchar.

 

"Leche, leche, leche, leche, leche, leche, leche…"

 

A nadie le molestaba mucho ese susurro, así que cuando se volvió normal para todos, solo lo ignoraron.

 

De camino a la agencia, donde empezaban los preparativos para el video de "Opera" y todo estaba hecho un caos, a Heechul se le cayó su amado BlackBerry, estrellándose contra el suelo con un sonido seco, y doloroso, a los oídos de la diva.

 

"Mi… Bebé"

 

Y ahí estaba Siwon, sobándole la espalda, sudando frío del miedo, imaginándose lo que se venía.

 

Se agachó lento, y recogió el rosado celular de la princesa.

 

"Hyung… Y-yo… Cálmese…"

 

Hacía tiempo que Siwon no le llamaba de usted, o sentía un temor tan grande, que le calaba tan hondo.

 

La pantalla estaba quebrada, llena de rasguños.

 

Servía, sí, aun funcionaba.

 

Pero se veía como la mierda.

 

Como la verdadera mierda.

 

"Mi… Bebé"

 

Volvió a repetir, y entonces, el caballo supo que algo estaba mal con ese cuadro.

 

¿Por qué hyung aun no ha hecho nada? ¿Por qué no está rojo de furia, y arrojándole cosas a la gente?

 

Cosas como esas, pasaban por su mente.

 

Entonces, la diva retomó el paso, y en el camino, botó su adorado celular rosa a un tacho de basura.

 

Se deshizo de esa cosa, tan fácil como si no fuera su "bebé".

 

Y la preocupación de Siwon crecía y crecía, cada vez más.

 

Algo está muy mal con Heenim hyung el día de hoy…

 

Este pensamiento tomaba más fuerza a medida que pasó el día.

 

Más cosas le sucedían al desdichado Heechul, y este solo sonreía, y las ignoraba, así como si nada, como si no sintiera arder el enojo en su corazón.

 

Mientras hacían un ensayo de vestuario, rasgó uno de los pantalones que mejor le quedaban, rompió uno de los collares, se tropezó con la escenografía unas diez veces, manchó con café la camisa Gucci que tenía puesta, y de paso, se quemó hasta el alma con la caliente infusión.

 

Un gran día.

 

Seguía pensando la diva, y su sonrisa se sentía plástica en los bordes, le dolían las mejillas por ejercer tanta fuerza en la mueca.

 

Nadie le amargaría el día.

 

Nadie.

 

Ese día era suyo.

 

Si, suyo y de nadie más.

 

¿Por qué?

 

Porque él lo dice, y si la diva lo dice, así es.

 

Esa es la lógica de Heechul, y esa lógica sirve con la mayoría de los sujitos.

 

Casi todos.

 

Casi.

 

Porque Kyu sigue siendo una excepción.

 

¿Para algo es el evil maknae, verdad?

 

Al llegar a casa, aun con esa sonrisa que ya no parece sonrisa, si no un gesto doliente de cal tallado en su rostro de diva, los miembros se pusieron de acuerdo para dejarlo a solas con su molestia personal.

 

La Chula y el maknae estaban solos en casa.

 

Solos, y un silencio incómodo más no nuevo cruzaba de punta a punta la amplia casa.

 

Se oían a veces, quejidos ahogados por manos rápidas, maldiciones que el menor soltaba cada vez que perdía en su estúpido juego.

 

Y también se escuchaba el sonido de las molestas y chillonas voces de las actrices, que llamaban a un "Oppa", incansablemente. Y el "Oppa", ni caso les hacía.

 

Adolecentes alborotadas.

 

Pensaba él, mientras engullía con gula uno de sus dulces favoritos.

 

Tenía miles escondidos por toda la casa.

 

Es que, si de pronto le daban sus "antojos", podría fácilmente levantar una planta, correr una cortina, mover un cojín y ahí estaría su dulce, escondido de las manos traviesas y golosas del conejo, o de las siempre hambrientas, pertenecientes a su angelical líder.

 

En esa casa las cosas desaparecen ¡Así! en un chasquido de dedos, ya no están…

 

Heechul piensa que hay un duende, u otro ser mágico y místico que se esconde en las sombras y les roba sus cosas.

 

O tal vez solo es una fan enloquecida y magnífica espía que solo quiere recuerdos de sus amados sujitos.

 

Se escuchó un grito, fuerte, diferente a esos balbuceos llenos de improperios mal pronunciados que se le escapan al maknae cada vez que pierde.

 

Es que ese alarido estaba tan lleno de rabia, que a la diva le recordó a si mismo cuando gritaba.

 

"¡Hyung!"

 

Y todo pasó muy rápido entonces, y a la misma vez, en cámara lenta.

 

Apareció el maknae, con los ojos casi llorosos, y un cable cortado entre sus manos.

 

"Yo estaba… Y de repente… ¡Ugh, soy imbécil!"

 

Y por lo que él había alcanzado a entender, al menor se le había roto el cargador de su adorada laptop y se le acabó la batería y estaba a punto de ganar y un montón de sucesos que realmente no le importaban, pero que escuchaba atento y con un silencio respetuoso, como quien escucha hablar de un muerto.

 

Heechul se sentía vacío, y la sonrisa se le desvanecía lentamente del rostro.

 

Kyuhyun se lo veía venir.

 

"Oye Kyu… ¿Y tú cuanto me amas?"

 

Bajó la cabeza, resignado a escuchar ese eterno silencio.

 

Pero no.

 

"Mira al cielo, cuenta las estrellas y lo sabrás"

 

Entonces, más que emocionado y eufórico, Heechul abrió las cortinas y asomó su cabecita por la ventana.

 

"Pero Kyu…"

 

"Dime"

 

Volvió a mirar el cielo, miró a Kyu, luego al cielo y de nueva cuenta a Kyu.

 

El sol resplandecía con al misma fuerza que al comienzo del día, no había una sola nube que pudiera arruinar aquel perfecto clima.

 

"No hay ninguna estrella…"

 

Y el maknae sonrió.

 

"Exacto"

 

Luego, un par de horas más tarde, cuando el resto de los miembros volvía felices del cine, se encontraron con un Kyuhyun sonrojado, o casi sonrojado. Y a Heechul con la misma sonrisa aterradora, o casi, porque había una cuota de orgullo y victoria en esa mueca.

 

El evil maknae repetía algo que ellos no alcanzaban a escuchar, y lo agradecían, porque quizás que había pasado en esa casa, con esos dos mientras no estaban.

 

"Beso, beso, beso, beso, beso, beso, beso"

 

Heechul se encerró en su cuarto, así como segundos después hizo el menor.

 

Y Leeteuk no sabía que pasaba con sus patitos, y una preocupación de madre le llenó el alma cuando escuchó un grito provenir de la habitación del maknae.

 

"¡No!"

 

Y del otro lado de la casa, otra voz, triunfadora, potente, respondía.

 

"¡Yo sé que me amas!"

 

Leeteuk estaba demasiado confundido.

 

Pobre.

 

Quizá que habrá pasado mientras no estaban…

 

Y en ese papel gigante que estaba colgado en la puerta de la cocina, el ángel anotó una nueva regla de oro.

 

Por ningún motivo, dejar a Kyuhyun y Heechul solos en casa.

 

Jamás.

 

Y marcó con fuerza esas palabras.

 

Suspirando, corrió a consolar a su patito más chico, que lloraba abrazando sus piernas, en una esquina oscura de la habitación.

 

Y repetía.

 

"Él me robó un beso, beso, beso, beso, beso, beso"

 

Fin.

 

Notas finales:

No me vengan con que está malo o la pareja es muy extraña, no es mi culpa >_<(? es la primera vez que escribo de supáh junióh así que denme amor :c asdfghjklñ thenkiu all so much for read!♥


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