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Lo que nunca creí hacer por Kaimi

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Notas del capitulo:

Wiiiiii, aquí otro capi, estoy animada, quiero saber su opinión, que me anima mucho ^v^

CAPITULO 19: EL TRABAJO DE MIYUKI


Matt se quedó mirando sorprendido lo que veía. ¿Qué hacía Miyuki trabajando en una cafetería? Le pareció algo insólito, pero en ese momento tenía que arreglar cosas más importantes que preocuparse por ella. Tenía que arreglar lo sucedido con Mello, después de verlo de aquella forma, tenía de actuar. Nunca lo había visto tan decaído. Ya más tranquilo regreso a la mansión para dejar la mochila en casa de Near, dispuesto a hablar con Mello, para que entendiera que si quisiera, estaría dispuesto a volver a vivir con él. Eso sí, siempre que se lo pidiera él.


_Mail, si que has tardado en regresar _le dijo el hombre con una sonrisa_. ¿Te has quedado un poco por la universidad?


Matt se quitó la mochila lo más rápido que pudo y le dijo mientras se la daba a Watari en lugar de un amable saludo:


_Toma, voy a hablar con Mello.


_Por fin, chico _dijo el hombre sin borrar la sonrisa.


El pelirrojo se lo quedó mirando sin entender el significado de ese “por fin”. ¿Qué quería decir con eso? ¿Por fin... te has dado cuenta de lo que has hecho? ¿De la gran barbaridad que has hecho dejando a ese pobre chico solo? ¿Por fin... entras en razón y regresas a tu casa y nos dejas en paz a Near y a mí? ¿Por fin... intentas mover un dedo para que el chico vuelva a levantar la cabeza? Por fin... ¿Por fin qué? ¿Por qué desde hacía una semana su mente no paraba de transformar las frases para que simples afirmaciones del día a día le influyeran como una cruel acusación acerca de su comportamiento hacia su compañero?


Matt se lo quedó mirando mientras el hombre seguía sin borrar la sonrisa de su rostro. Así que el pelirrojo se giró y se acercó a la casa de Mello. Miró a su alrededor para asegurarse de que estaba solo, no quería que nadie fuera testigo de lo que le diría, aunque ni él mismo sabía lo que le diría al rubio. Se dio cuenta de que Watari ya se había ido y la puerta yacía cerrada. Suspiró para coger confianza en si mismo y dirijo su mirada hacía el timbre de “su” casa. Avanzó lentamente el dedo hacía él, como si fuera a presionar el botón de una bomba que automáticamente estallaría con el contacto de su dedo. Pero en realidad era exactamente “eso” lo que iba ha hacer, iba a encender la mecha de la bomba que existía entre él y Mello, y la discusión podía ser que se oyera des de toda la galaxia. El chico pelirrojo tragó grueso, finalmente se decidió, tocó el timbre, que le sonó más amplificado que de costumbre, resonando dentro de él, mientras unas gotas de sudor le recorrían el rostro de los nervios, que le empezaban a atacar sin la más mínima piedad.


Estaba en un punto muy peligroso. ¿Cómo podía actuar Mello en verlo allí después de todo por lo que le había hecho pasar? Puede que le dijera de todo, y en ese momento, el “maldito perro”, era lo que menos esperaba oír, como echaba de menos esas dos palabras en boca del rubio. También podía ser que le sacase la pistola al momento y sin dudar le pegase un tiro. Al imaginarse eso Matt volvió a tragar saliva, tan fuerte que casi se ahogó del susto. También podría ser que el chico le empezara a golpear sin piedad, aunque ese no era exactamente el estilo de Mello, pero por imaginar no perdía nada. Solo para estar prevenido, un montón de formas de ser atacado se le pasaron por la cabeza en cuestión de pocos segundos, unos segundos en los que la puerta empezó a abrirse lentamente, apareciendo detrás de ella el chico, aquel chico que tanto añoraba.


Los dos se quedaron en silencio. Matt se lo quedó mirando sorprendido, ¿como había llegado a ese extremo? Era incomprensible, si no era para tanto, o al menos eso creía él. Y ahora no sabía si debía romper él aquel silencio o no, pero estaba claro que alguien tenia que empezar su discurso, y Mello no se veía en posición de empezar ha hablar.


_Hola... Mello _vaya forma tan estúpida de empezar para que el rubio lo escuchara, aunque solo fuera por unos segundos, eso era lo única que necesitaba... segundos de atención por parte de aquel chico, y aquello era lo único que se le había pasado por la cabeza en ese momento. Espero unos segundos, que le parecieron eternos, como si llevaran siglos mirándose en silencio, solo observándose. El pelirrojo hubiera deseado que el rubio le dijera algo, lo que fuera: un insulto, un grito, una acción violenta tal y como había imaginado, pero en lugar de eso... nada, se mantuvo en su posición, solo mirándolo_. ¿Podemos... hablar? _le preguntó finalmente Matt para saber si había hecho bien en pedírselo o hubiera estado mejor marcharse sin decir nada más.


Mello se lo siguió mirando sin expresión alguna en su rostro, pero finalmente se apartó de la puerta para que el pelirrojo pudiera pasar. Matt entró en la casa y se dio cuenta de lo sucia que estaba, el suelo, la mesa, el sofá... llenos de envoltorios de chocolates.


_Siéntate _dijo Mello con un susurro señalando el sofá.


Matt se dirijo donde le había indicado el rubio, pero antes de sentarse tubo que hacer un poco de limpieza. Los dos muchachos se sentaron y se quedaron mirando. Mello no sabía muy bien si alegrarse por poder ver al pelirrojo, aunque solo sea durante unos minutos, o seguir decepcionado y enfadado por haberse marchado de casa, abandonándolo, dejándolo solo sin su presencia, sin la musiquita atormentadora de los videojuegos, que ahora echaba muchísimo de menos.


_Mello... yo... _Matt intentaba buscar las mejores palabras para dejarle claro que estaba muy preocupado por él, pero que no volvería si no se lo pedía_ no me gusta verte así _terminó diciendo finalmente.


Mello siguió en silencio, y aquello ponía de lo más nervioso a Matt, pero tenia que aguantar toda esa tensión y seguir hasta hacer entrar en razón al rubio.


_Sé que no le hiciste nada a Kayla, y no estoy enfadado por ello, pero... Mello, solo hice esto porque quería que recapacitaras, no quería que llegaras a este extremo, de verdad.


_Pero te fuiste _dijo finalmente el rubio_ me... abandonaste.


_No, no te abandoné _le respondió Matt con firmeza_ si te hubiera abandonado ahora mismo no estaría aquí. Estaría viviendo felizmente con Watari y Near, pero no puedo hacerlo, no puedo olvidar nada... de ti _dijo con casi un susurro. Delante de esas dos palabras Mello se lo quedó mirando sorprendido, como si hubiera visto una pequeña salida de aquel túnel tan negro en el que se había sumergido. Podía ser que Matt empezara a sentir lo mismo que él, podía ser que en realidad quisiera estar con él_. Eres mi mejor amigo _terminó.


Esas cuatro últimas palabras terminaron por destrozar las ilusiones superficiales que Mello se había llevado a la mente. Era verdad, Matt no lo podía ver como algo más que amigos, para él solo existía una cosa importante en ese mundo: las videoconsolas. Estaba seguro que si pudiera se casaría con ellas, uniría su vida eternamente a ellas.


_Lo siento... Matt... _dijo Mello cuando por fin pudo recuperar un poco le voz.


_Quiero que vuelvas a la universidad, no puedes dejarlo todo así. No tienes que atormentarte por eso.


_¿Qué no? Estoy seguro que eso es idea de Heisho _continuó el rubio con despecho_ quiere que me dejes solo.


_No, tienes que mirar quienes te rodean y verás que Kayla no es así. Mello piénsalo y reacciona.


Después de eso Matt se levantó y se dirijo a la puerta, puso la mano en el pomo y dijo antes de salir:


_Mello, quiero volver a verte como siempre.


Luego, se fue. El chico rubio no sabía si lo que había ocurrido era algo bueno o malo, ¿era que Matt le venia a decir que aún tenía las puertas abiertas en él o era para dejarle claro la separación que se había formado entre los dos? Fuera lo que fuera, tenía una cosa clara, Matt quería demostrarle algo, sea bueno o no, quería demostrarle algo y lucharía por saber cual era aquel aviso.


La mañana siguiente el pelirrojo se levantó pronto, porque salía a la venda una revista sobre videoconsolas de última generación, él, que no era capaz de leer un cartel de silencio porque decía que la palabra era demasiado larga. Pero si que estaba dispuesto a leerse una revista entera si se trataba de sus queridas videoconsolas, sacando las fuerzas de donde no tenía. Así que salió de la casa casi corriendo para ir a comprar esa esperada revista, cuando en ese mismo momento la puerta de casa de al lado se abrió, dejando paso a Beyond, que se quedó mirando al joven de las googles con cara de: Con la cantidad de gente que hay y tengo que cruzarme precisamente contigo, imbécil.


_Buenos días, Beyond _dijo Matt con una gran sonrisa sin hacer caso de la cara de advertencia de “No me digas nada o te mato” del gemelo del detective.


La respuesta de Beyond fue muy rápida, tanto que parecía que no le hubiera respondido, bueno, más bien dejémoslo en que no le respondió en absoluto. Pero eso no le importó al pelirrojo porque ya estaba más que acostumbrado a su comportamiento, además tenía cosas más importantes por las que interesarse, nadie le quitaría la felicidad de poder conseguir la bendita revista. Entonces se acordó de Miyuki trabajando en la cafetería.


_¿Sabes? _dijo el pelirrojo para poder llamar de nuevo la atención de Beyond_. Ayer vi a Miyuki _al escuchar ese nombre el azabache se quedó mirando a Matt_ estaba trabajando en una cafetería.


_ ¿Trabajando? ¿Qué quieres decir con eso de trabajando?


_Pues eso... trabajar. No tiene más significados, si quieres te doy una definición. Trabajar sería como... realizar actividades mandadas por una persona de superior cargo con el fin de saciar las necesidades de terceros.


_Ya sé lo que es trabajar, imbécil, no hace falta que me lo describas como un diccionario. ¿Dónde trabajaba?


_En una cafetería cerca de la plaza, creo que se llama algo así como... sweet coffee. Bueno, me voy que sale una revista que estoy esperando comprar.


Y sin más el pelirrojo se marchó de allí, dejando solo a un desconcertado Beyond, ahora tenía una curiosidad rondándole por la cabeza, ¿qué hacía aquella chica trabajando de camarera?


En la tarde, salió para comprobar por él mismo lo que le había explicado Matt. Se dirijo a gran plaza de la ciudad, y buscó la cafetería, entró y se sentó a una mesa que había libre cerca de la ventana.


Dentro de la cocina Miyuki estaba hablando con una compañera acerca del jefe, ya que no terminaba de entender que había hecho para que no le cayera bien, una persona no odiaba a otra sin ningún roce previo, o eso decía la gente, ella no lo tenía muy claro y ese hombre se lo demostraba constantemente.


_Ya te lo dijo Luk, al jefe le caen mal todos los nuevos, pero al final cambia su opinión acerca de ellos, no te tiene que procurar lo más mínimo.


_¡Asano! _se oyó la voz del jefe, que se acercaba a la sala donde estaban las dos chicas. De repente, la cortina que separaba la cocina del pasillo que conducía al salón donde se encontraban los clientes, se corrió, dejando paso a un hombre de mediana edad, al que le sobraban unos quilos, vestido con un traje color marrón claro, calvo y con un espeso bigote negro_. ¿Se puede saber que están haciendo? Hay clientes que esperan y nadie les está atendiendo. En lugar de criticar a ve a saber quien tendrías que ir corriendo a atenderlo. ¡Vamos!


_Si, señor _respondió Miyuki mientras cogía una libreta y salía de la cocina acompañada de su jefe.


Cuando llegaron al salón donde esperaban los clientes, el jefe señalo una mesa donde esperaba un chico de cabellos negros que miraba por la ventana. Entonces, este se giró y la chica se fijó en sus ojos rojos, como la misma mermelada de fresa que tanto le gustaba. Miyuki se quedó parada del susto y dijo girándose para encarar a su jefe:


_¿Y si le atiende Janako?


_No, tú. Lo atiendes tú, educadamente y con una amable sonrisa o te quedas sin trabajo.


_Al próximo lo atiendo yo, se lo aseguro. Pero a él lo podría atender, Janako _volvió a insistir Asano con voz suplicante.


_He dicho que tú, no te pago par que te pases el día hablando con tus compañeras, sino para que trabajes. Y te pienso estar observando para ver como lo atiendes correctamente, así que ve a atenderle. Y recuerda, te observo _terminó el hombre acentuando bien cada palabra.


Miyuki se quedó mirando el rostro serio, casi se podría decir furioso, de su jefe. Con el ceño fruncido y un pequeño tic en la comisura del labio superior. La chica suspiro resignada, todo era por mejorar su situación económica, se repetía una y otra vez para aceptar que le ordenaran de esa forma. Se llenó con todo el valor que pudo y se acercó a Beyond, intentado taparse la cara con la pequeña libreta que sostenía entre sus manos, que no la ayudaba en absoluto. Cuando se paró delante él, el chico se giró hacia ella, y Miyuki le preguntó intentando modificar un poco la voz:


_¿Qué desearía tomar... señor?


_Así que es verdad que trabajas aquí... Asano _dijo Beyond serenamente, casi con burla.


_Yo no conozco a ninguna Asano _continuó ella con tal de poder salvar la situación, aunque no podía de ninguna manera, tarde o temprano tendría que escribir el pedido en la libreta y entonces se delataría.


La chica miró de reojo hacia la puerta de la cocina y vio a su jefe mirándola fijamente, con los brazos cruzados delante del pecho. Quisiera o no, tenía que tratar a ese chico... bien, si es que quería conservar su trabajo. Bajó lentamente las manos y dejó su cara al descubierto.


_¿Por qué? Además, ¿vestido rosa? _preguntó Beyond mirándola de una manera muy extraña, como si la chica se estuviera volviendo loca.


_No te lo quiero decir, y tengo que hacer mi trabajo. Así que si quieres pedir algo... _sin atreverse a mirarlo.


_Dame... _dijo Beyond pensando que podía tomar, y finalmente diciendo con un poco de duda de que se lo pudieran ofrecer_ ¿dos tostadas con mermelada de fresa?


_Muy bien _anotando lo que había dicho_ ¿algo para beber?


_No _sorprendido de que tuvieran mermelada de fresa, aunque se las tuviera de comer con pan, seguía siendo mermelada de fresa.


La chica se marchó de nueva a la cocina para pedir las tostadas y cuando paso por el lado de su jefe la miró de reojo y la siguió a la cocina.


_Muy bien, Asano.


_Gracias _respondió sin animo_. Janako, haz dos tostadas con mermelada de fresa.


El jefe se marchó y la chica suspiró abatida. Janako puso el pan en la tostadora y se giró hacía Miyuki, asegurándose que su jefe no estaba presente.


_¿Qué te pasa? _le preguntó la chica rubia mientras apoyaba los codos en la mesa y sobre ellos la cabeza, mirando a Miyuki esperando una respuesta.


_He tenido que atender a un conocido, y es un chico... muy... pesado.


Las dos chicas hablaron hasta que Janako terminó de preparar las tostadas y Miyuki las llevó hacía su futuro propietario. Cuando llegó, Beyond se la quedó mirando, pero solo se las agradeció y la chica se marchó de allí sin decir nada más. Ya había tenido suficiente con él aquel día. El muchacho de cabellos azabache terminó de comerse las tostadas con una gran sonrisa de felicidad en los labios, que Miyuki, que estaba limpiando las mesas del otro extremo de la sala, nunca le había visto antes. Luego las pagó y se marchó de la cafetería.


En la noche las dos chicas salieron de la cafetería para volver a casa, ya era tarde y una gran luna invadía el cielo negro.


_Muy bien, Miyuki _le dijo la rubia.


_Nos veremos mañana _le respondió.


Miyuki se fue alejando de la cafetería mientras recordaba el encuentro con Beyond, suspiró abatida.


_¿Es que no había más cafeterías a las que ir? _se preguntó a ella misma con un susurro_. Tenía que ir a donde yo trabajo, que coincidencia.


En aquel momento, escuchó unos sigilosos pasos detrás de ella. Se detuvo y miró a su alrededor, estaba desierto y un grave silencio rodeaba el sitio. La chica pensó que eran imaginaciones suyas, así que siguió el camino de regreso a su casa. Pero pronto volvió a escuchar aquellos sonidos de pisadas. De nuevo, se detuvo. No solía asustarse fácilmente, pero ahora, sin saber por qué, se sentía nerviosa. Miró a un lado y a otro, comprobando que no había nada, absolutamente nadie. Volvió a escuchar las pisadas, y preguntó asustada:


_¿Quién hay ahí?


Un profundo silenció fue su única respuesta. La chica empezó a correr, intuyendo que el silencio no traía nada bueno. El corazón se le aceleró tan exageradamente que parecía que se le iba a salir del pecho en cualquier momento, mientras unas gotas de sudor le recorrían el rostro. Tenía que llegar rápidamente a casa, tenía que correr más rápido, pero los pasos de antes también corrían detrás de ella. Cuando de repente, alguien la cogió por la cintura y la obligó a entrar en un callejón oscuro. Miyuki, asustada, empezó a golpear a la persona que la había cogido.


_Para, para... Miyuki.


Al escuchar aquella voz tan familiar, abrió los ojos y levantó la cabeza lentamente para ver quien era. La hubiera reconocido en cualquier lugar, pero al encontrarse en la oscuridad absoluta con una débil luz junto a los ojos rojos de Beyond, empezó a gritar por la impresión:


_¡Aaahhhh! Un fantasma... un sicario...


_Pero... ¿Qué dices?


_¡Lue! ¿Qué haces aquí?


_¡Me tienes que explicar lo que te pasa! ¿Por qué trabajas?


Miyuki se lo quedó mirando sorprendida, ¿casi la mataba de un infarto solo para preguntarle eso? Lo miró a los ojos, aquellos ojos carmesí que tanto terror le producían. Tuvo ganas de estrangularlo, y retorcerse de placer escuchando sus gritos ahogados. Pero rápidamente sacó esos pensamientos de su mente y analizó por un momento la pregunta del chico. En realidad tenía ganas de contarle a alguien todos sus problemas, para relajarse un poco, pero no quería decirle nada a... él. Precisamente él, el chico que había mostrado interés por su situación y el menos indicado con el que hablar. Dudó durante unos minutos pero al final dijo:


_No es tu problema.


_Miyuki... no entiendo porque trabajas, y querría saber la situación. Si te pudiera ayudar...


_¡No! No quiero que nadie me ayude, ¡y aún menos necesito tu compasión! _le gritó.


Se marchó cabreada, dejando al chico solo, que observó como se marchaba en medio de la oscuridad.


 

Notas finales:

Miyuki: jejeje, ¿que les pareció? Ahora no querrán matarme a mí porque fui cruel con Beyond, ¿verdad? =3 *carita inocente*

Beyond: Snif... snif... fuiste muy cruel conmigo, eres muy mala, yo solo quería ayudarte... snif... *llorando sospechosamente de forma muy escandalosa*

Miyuki: *lo mira con claras intenciones asesinas* ¿¡¡¡Que se su pone que hacer pedazo de baka!!!? Deja de actuar, ¿¡¡¡acaso quieres que una horda de yaoistas furiosas acaben conmigo!!!? ò_ó

Beyond: Muajaja... *ríe maquiavelicamente, ya no tiene lágrimas en los ojos*

Miyuki: Eso es precisamente lo que quieres, ¿verdad? u_u *suspira*

Beyond: No exactamente, me conformo con verte sufrir =3 Esta es mi venjanza por tratarme mal xP

Miyuki: ¬¬

L: Emmm, yo no pinto nada aquí, pero como estos dos se pasan el dia peleando, alguien tiene que hacer el trabajo. Y como la voz de la consciencia que soy, y el más sensato, inteligente...

Mello: *lo interrumpe* ¡¡¡L, ve al grano, que esto se hace largo!!!

L: Ahora te quedas sin chocolates, por interrumpirme <_<

Mello: Mierda... TT_TT

L: Bueno, que gracias por leer, y dejen muchos reviews. Como Miyuki-kun esta animada, si dejan muchos, quizás mañana ya tengan otro capi, eso es todo, hasta la próxima ^^

 Agradecimientos:

Msiaki Birthday

LawlietB

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FAN

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