CAPÍTULO 30: CON LAS MANOS EN LA MASA
Aquella mañana, el autobús con todos los alumnos de deducciones criminales de regreso, había llegado a las doce y media de la mañana delante de la universidad. Todo estaba vacío, ya que el resto de alumnos estaban en clase. Algunos de ellos salieron del autobús y decidieron no ir a clase para descansar y disfrutar de un día libre, mientras que Light se quedó mirando pensativo el centro. El detective se acercó a él y le preguntó:
_Mañana le entregaremos el trabajo, ¿no?
_Sí, no tengo ganas de ver más esos papeles.
Sin decirse nada más, el castaño empezó a andar dirigiéndose al centro, seguido por el detective, al que no le apetecía en absoluto volver a casa andando, teniendo a Beyond, Matt y Mello en clases, que seguramente habían ido en coche.
Light entró en la cafetería y se acercó a una mesa para dejar sus pertenencias. Luego, fue a la barra para pedir una cerveza, y regresó a la mesa para esperar a Kayla. El chico levantó la mirada para mirar el reloj de pared rojo que había detrás de la barra.
_Cinco minutos para que terminen las clases...
Dio un sorbo a su lata de cerveza, y dibujó una sonrisa, no sabría decir exactamente el por qué, pero se sentía feliz. En ese momento, empezaron a oírse los murmullos que indicaban que las clases ya habían terminado. Kayla y Matsuda se acercaban a la cafetería, hablando alegremente, sin percatarse de que el castaño estaba sentado allí. Él no pudo evitar reírse un poco al ver lo despistados que eran esos dos, así que gritó sobre los murmullos:
_Kayla Heisho.
La chica se giró para ver quien la había llamado, encontrándose con Light, reclinado sobre la silla, con un brazo detrás esta y con el otro jugando con la botella vacía que había sobre la mesa.
_¡Light! _gritó eufórica la chica, corriendo hacía el chico, esquivando torpemente a sus compañeros. El chico se levantó, esperándola. Kayla se acercó a él con una gran sonrisa y lo abrazó.
_Vaya, si que soy importante que me has echado de menos _sonrió él, devolviendole levemente el efusivo abrazo de la chica.
Kayla se separó de él, mirándolo nuevamente con una sonrisa, mientras Matsuda se acercaba, dejando las bebidas que llevaba en las manos sobre la mesa. Luego, le tendió cordialmente la mano, el cuál la cogió con una sonrisa.
_Me alegra verte de nuevo _le dijo Matsuda, también sonriendo.
_Gracias.
Los tres se sentaron en la mesa y Light les explico con detalle como era el museo y todos los lugares que habían ido a visitar.
_Light, sabes que ahora nos llevamos bien con Mello _dijo Kayla mientras dejaba de nuevo el vaso sobre la mesa.
_¿Con ese?
_Pero ya no es como antes, ahora se lleva bien conmigo.
_¿Estás loca? _le gritó, estaba totalmente asombrado_. ¡Ese tío intentó matarnos!
_Eso mismo le dije yo, pero no escucha _agregó Matsuda, asintiendo con la cabeza.
_Kayla, ¡reacciona!
_¡Ah, vale! Así que tu puedes llevarte bien con Hideki, pero yo no me puedo llevar bien con Mello _se quejó ella. Light se quedó de piedra. ¿Qué sabia ella sobre Ryuuga y él?_. Pues deja que te recuerde que decías que todos eran iguales.
_¿Por... por que dices eso? _Light notó como si alguien lo golpeara, si Kayla sabía lo que había hecho con Ryuuga, eso quería decir que lo sabía más gente.
_Porque tuviste que aguantarlo para hacer el trabajo.
_¿Solo por eso?
_¿Hay más? _preguntó curiosa, como si con eso no fuera suficiente.
_No _respondió el castaño rápidamente, se carraspeó la garganta y repitió_ no. Pero hablando de otras cosas... _cogió su bolsa y la abrió bajó la expectante mirada de Kayla y de Matsuda_. Te prometí que te traería un regalo, y yo cumplo con mis promesas.
_¿Me has traído un regalo? _preguntó ella ilusionada.
_Claro _sacó un pequeña cajita envuelta de color rosa y se lo entregó a la muchacha_. Toma, es un ojo humano de una de las víctimas de June Hoil, un asesino del siglo XX. Fue buscado por más de dos continentes sin encontrarlo y... _ el chico se quedó mirando divertido la cara de disgusto y miedo que hacía la chica_. Ábrelo.
Kayla observó la cajita, dudando, pero finalmente la abrió, encontrándose con unos pendientes y un colgante con perlas rosas, blancas y rojas.
_¡Light, me encanta! Gracias _se levantó y lo abrazó, agradecida.
_Te lo debía, te traté mal últimamente, y tu siempre has estado a mi lado _le sonrió Light.
Por otro lado, L se fue a esperar a sus compañeros en el aparcamiento de la universidad, luego de haber observado con detenimiento al castaño, sintiendo unos terribles celos cunado vio el regalo que le entregaba a la mocosa esa. Digamos que, se había obsesionado con él, pero solo un poco. La cuestión es que había encontrado a alguien digno con quien competir.
_Light Yagami... Las cosas que puedo hacer para que descubras que no eres el mejor en todo, tal y como dices _se dijo para si mismo el detective, sonriendo, su juego no había hecho nada más que empezar.
Justo en ese momento, llegaron Matt, Mello y Beyond, sorprendiéndose al ver a L allí de nuevo. Se acercaron a él, Matt con una sonrisa, Mello con indiferencia, a pesar de que estaba feliz de volver a ver a su mentor, y Beyond con fastidio.
_Bienvenido, L _le saludó el pelirrojo mientras le golpeaba el pecho con el puño de forma amistosa.
_Gracias Matt.
_Ya me extrañaba a mi que tardaras tanto en regresar _ese fue el insolente saludo de su querido gemelo_. Aunque viendo tu sonrisa... Creo que no hubieras vuelto.
L se lo quedó mirando, sin responder a la acusación de su hermano. Desvió la mirada hacia sus jóvenes sucesores, los cuales se comportaban extraños. El detective sonrió levemente, creyendo que al fin había sucedido algo entre ellos, tenía curiosidad, pero por precaución, no preguntó nada. Así que subieron al coche, y se fueron los cuatro de regreso a la mansión.
Una vez llegaron a su casa, el detective dejó las maletas en el suelo y se quedó mirando a su hermano, que no le había quitado los ojos de encima en ningún momento.
_¿Se puede saber el por qué de esta sonrisa? _le preguntó Beyond. El detective se dedicó a ampliar su sonrisa de orgullo, y sin decir nada, se marchó hacia la cocina, seguido por su hermano_. Venga, no me digas que te has vuelto a enredar con Yagami.
L se giró para mirarlo nuevamente, como pensando en una respuesta lo bastante coherente, finalmente dijo:
_Digamos que... esta vez ha sido él quien me lo ha pedido.
_Así que ya lo tienes en tus manos. Pues que lo disfrutes, y quería preguntarte, ¿cuándo te vas de nuevo de excursión? Quiero la casa otra vez para mi.
_Ay, hermanito... ¿No tengo tiempo de entrar que ya me quieres echar? _sonrió abstraído, saliendo de la cocina y dejando otra vez a su hermano solo.
Beyond se acercó al salón y abrió el primer cajón del mueble situado justo al lado del televisor. Con cuidado sacó los documentos que había escondido allí, imaginando como conseguiría averiguar algo de esas tres chicas con el imbécil de su hermano merodeando nuevamente por la casa. Revisó los nombres de las chicas de nuevo. Urquina Haedo, Misaco Loreen, Kaoly Dumn. Suspiró, recordando la discusión con Miyuki la mañana anterior. En realidad sus palabras exactas fueron “Deja en paz mi pasado”, pero no dijo nada del pasado de sus tres amigas. Lo curioso era que cada una era de una región bien alejada una de la otra, y las tres residían en un orfanato distinto. Entonces, ¿cómo lo hacían para comunicarse? ¿Se comunicaban por carta, sin conocerse? ¿Quizás era Miyuki la que se iba desplazando de región en región? Pero eso último era muy improbable, Beyond sabía perfectamente que Miyuki no tenía suficiente dinero como para hacer eso.
Levantó la mirada, frustrado, como odiaba no saber lo que estaba sucediendo. Miyuki ocultaba algo, eso era obvio. Algo... delicado. La incógnita era, ¿el qué? En ese momento, oyó que su hermano lo llamaba desde arriba. Beyond se quedó mirando con mala cara las escaleras por donde antes había desaparecido L. Lanzó los documentos sobre la mesa de mala manera y se dirijo a ellas como si con cada pisada tuviera que destrozar toda la casa. Cuando llegó a la sala de los monitores, observó sorprendido como L analizaba su sillón por todas partes, des del un lado, des de el otro, des de arriba...
_¿Qué pasa? ¿Es que no tienes tiempo de entrar en la casa que ya estás molestando?
_¿Has entrado en esta habitación durante mi ausencia? _le preguntó el detective mirándolo fijamente.
Beyond también se lo quedó mirando, no sabía como lo había descubierto, si lo había dejado todo tal y como estaba. ¿Era por el aroma? ¡Pero si no olía a nada!
_¿Por qué lo preguntas? _le replicó, haciéndose el ofendido.
_Por dos cosas. La primera _dijo el detective señalando su sillón_. Esté sillón está puesto un milímetro más atrás de cómo yo lo dejé, y estoy seguro en un 99,99% de los casos que no lo dejé así antes de salir.
_Pero no estás seguro del todo _se defendió_ puede ser que te equivoques, tienes un margen de 0,01% de error.
_Y segundo _ahora señaló el ordenador principal_ que yo recuerde... no he buscado nada de Miyuki Asano.
_¿Qué? _se sorprendió, lo había descubierto.
_Está guardado en el historial. Te lo preguntaré nuevamente, Beyond. ¿Has entrado en esta habitación durante mi ausencia?
Beyond se quedó en silencio y sin decir nada, ¿cómo había podido ser tan estúpido de no borrar el historial? Había cometido un fallo, y uno muy grande tratándose de él. Quedó tan descolocado al encontrar el informe de la chica que no se acordó de limpiar su rastro del ordenador. Se marchó, dejando a L confundido. Beyond no pretendía admitir delante de su hermano que estaba buscando información sobre Miyuki Asano, pero lo tendría que hacer, ya que necesitaba esos ordenadores y no podía usarlos si su gemelo daba vueltas por ahí.
El ojirojo se dirijo a su habitación. Se tumbó en la cama, maquinando planes para hacer que su hermano se fuera durante un rato, con tal de obtener información de esas tres misteriosas chicas. Cuando se hizo de noche, el detective llamó a su habitación con los nudillos de la mano. Al no obtener respuesta por parte des su hermano, él mismo la abrió, escondiendo algo detrás de su espalda.
_¿Qué pasa ahora? _le preguntó Beyond mientras se levantaba de la cama.
_No pasa nada si has entrado en la sala de investigación, pero quiero saber que sucede aquí _le respondió L mientras se acercaba a él.
_Nada. ¿Qué tiene que suceder?
_¿Beyond, por qué no confías nuevamente en mi? Desde que paso aquello con ese hombre, tú...
_¡Cállate! ¡No te atrevas a mencionarlo Lawliet! _le ordenó, levantándose bruscamente para encarar a su hermano_. No tienes derecho a ayudarme en nada, y no creas que confiaré en ti... nuevamente.
_Quiero ayudarte con lo que estés buscando _insistió el detective. Había pasado mucho tiempo, demasiado. Beyond todavía estaba resentido con él, y L sospechaba que quizás nunca le perdonaría, y aún menos permitiría que le ayudara en algo_. B... somo hermanos. Eramos pequeños en aquel entonces.
_Te he dicho que no lo menciones... _ahora estaba furioso, empezó a andar hacia el escritorio, apoyando las manos sobre él, intentando controlarse.
L suspiró, ya no sabía que hacer para que su hermano volviera a confiar en él como antes. Lentamente, sacó la mano de detrás de la espalda y preguntó:
_¿Quiénes son estás chicas?
Beyond se giró de repente, para reclamare, pero entonces se dio cuenta de que el detective tenía entre sus manos los documentos de ingreso de las amigas de Miyuki. Se quedó en silencio, se había olvidado por completo que había lanzado los documentos encima de la mesa.
_Primero encuentro en el historial que entraste en el registro civil para saber algo de Miyuki, y ahora tienes estos documentos de ingreso a unos orfanatos. ¿Quiénes son? ¿Qué estás buscando? _le preguntó nuevamente, releyendo rápidamente los documentos.
_Nada que te incumba, y ahora vete.
_No, llevo tiempo intentado recuperar a mi hermano, y no lo consigo. Así que te ayudaré aunque no me lo pidas. ¿Qué sucede con Miyuki?
Beyond se lo quedó mirando en silencio, había llegado el momento que no quería que nunca llegara. Pedirle ayuda a su hermano.