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Lo que nunca creí hacer por Kaimi

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Notas del capitulo:

Hola de nuevo a todos, sí, estamos vivas, por si alguien se lo preguntaba xD

Bueno, primero que todo, me gustaría disculparme, sé que esta vez he tardado mucho en actualizar, pero como ya aclaró Kayla en algunos reviews, se me jodió el ordenador, y estuve más de una semana sin él. Así que pido disculpas por la tardanza, espero que lo comprendan y que no se hayan enfadado =S

Ahora otra cosa que me gustaría aclarar, a casi todas las lectoras/lectores, les gustó el lemon de Beyond y Miyuki, pero también recibimos algunas críticas que nos decían de todo por poner lemon hetero. Así, que me gustaría saber si de verdad lo quieren o no. Yo lo advertí en su momento, y nadie se opuso, así que no me esperaba las críticas. Y solo tengo una cosa que decir, el fic es como es, y si a alguien no le gusta, simplemente que no lea, nosotras publicamos el lemon porque muchas lo pidieron, así que ahora no nos echaremos atrás. Y sí, esto va por ti, Rue Ryuzaki, haber opinado cuando tocaba, luego no te vayas quejando.

Jejeje, siento haberles soltado todo esto rollo, de nuevo pido disculpas por la tardanza, y ahora solo tengo que decir, que disfruten del capítulo ^^

CAPÍTULO 40: EL DESCUBRIMIENTO DE MATT

Miyuki se despertó con los primeros rayos de luz del día que entraban por su ventana. Se levantó lentamente, notando como todo el cuerpo le dolía, y recordando lo sucedido la noche anterior con Luxaky. Aún no terminaba de creerse que fuera real. Sacudió la cabeza, todavía intentando interiorizar lo ocurrido, y se acercó al baño, encontrándose con la terrible imagen que le devolvía el espejo. Su rostro tenía ligeros rastros rojizos, de sangre que ahora se encontraba seca. Su cuello, que hasta el momento había sido de un leve tono pálido, se encontraba lleno de manchas rojizas, de las cuáles una era casi un moratón, demasiado notorio para su gusto. Puso delicadamente los dedos sobre él e hizo una mueca cuando el dolor la invadió. ¿En qué momento le hizo eso? Ni siquiera se acordaba de que le hubiera dolido.

En ese momento, un débil y agudo maullido se escuchó detrás de ella. La chica se quedó mirando al gatito con una sonrisa, y este se acercó a ella, rozándole la pierna cariñosamente. Miyuki se arrodilló a su lado con dificultad y lo cogió con delicadeza.

_B… mira como me dejó, aunque… me gustó _susurró con cierta nostalgia mientras le acariciaba. 

En otra parte, un azabache de ojos rojos se levantaba todavía un poco somnoliento de la cama. Bajó las escaleras, dirigiéndose a la cocina con tal de comer un bote de su dulce mermelada y reparar fuerzas. Llegó a la cocina, y lo primero que vio, para su mala suerte, fue a su hermano comiéndose un trozo de tarta.

_¿Cuando llegaste? _le preguntó el detective con indiferencia, aunque por un momento, llegó a preocuparse por la repentina desaparición del ojirojo.

_No te interesa _le respondió tajantemente el muchacho mientras se dirigía al armario.
 
_¿Quién te cortó? _volvió a preguntar L, al ver el corte medio cicatrizado que llevaba Beyond en el cuello.

_¿Te pregunto algo yo a ti? Pues entonces no te metas en mis asuntos _le volvió a responder de mala manera, mirándolo con el ceño fruncido, con furia.

El detective cerró los ojos con cansancio y se terminó el trozo de tarta, esta vez sería muy complicado recuperar su amistad nuevamente. Decidió levantarse y salió de la sala, dejando a Beyond solo.

Mientras tanto, cierto pelirrojo de ojos verdes estaba sentado delante del televisor, dispuesto a jugar un rato con sus videojuegos. Por otra parte, Mello se encontraba en la cocina comiendo chocolate. Su situación con el pelirrojo estaba totalmente estancada, no parecía avanzar ni retroceder, así que lo único que podía hacer era esperar. Él ya le había demostrado cuales eran sus sentimientos, ahora solo quedaba que le respondiera.

Matt seguía inmerso en el videojuego, aunque una parte de su mente iba pensando en Mello. No sabía por qué su corazón latía rápido cada vez que se encontraba con los ojos azules de ese rubio rebelde. Le resultaba inconcebible la pequeña, pero presente opción de que el rubio le gustara, si él siempre había salido con un montón de chicas. La de la casa del frente, se llamaba Michi y era rubia con ojos azules; la chica que vivía al lado de correos, se llamaba Hico, y era rubia con los ojos azules, parecida a la anterior; la que vivía en frente del parque, se llamaba Nené y era rubia con los ojos azules... y así seguía la lista. Un momento… ¡No puede ser! El pelirrojo dejó de presionar los botones de su consola instintivamente, analizando la lista de chicas con las que había salido, todas eran rubias y con los ojos azules, al igual que Mello. En la pantalla apareció un Game Over, había perdido la partida… dándose cuenta de que en realidad, quería a Mello…

Matt decidió encerrarse el resto del día en su habitación, se sentía extremadamente nervioso, y lo que menos quería por ahora era encontrarse con Mello. Realmente estaba enamorado de él, y al parecer desde hace mucho, su estúpido subconsciente intentaba decírselo todo este tiempo. Harto de culparse mentalmente, decidió darse una ducha para tranquilizarse un poco. Necesitaba relajarse, y la mejor forma era un buen baño de agua caliente. Se dirijo al baño más cercano, que casualmente estaba cerca de la habitación de Mello, y abrió la puerta, encontrándose con el cuerpo totalmente desnudo del rubio, de espaldas, ocultado solo por la mampara casi transparente. El pelirrojo se quedó totalmente inmóvil, sonrojándose violentamente, mientras miles de cosas no muy santas se le pasaban por la mente.

_Lo siento _dijo rápidamente, saliendo de su trance y cerrando la puerta con un fuerte golpe.

Mello se giró al escuchar ese grito vergonzoso y entrecortado, ni se había dado cuenta de la presencia del pelirrojo. Salió de la ducha y cogió su ropa para volverse a vestir. Salió del baño y buscó a Matt con la mirada, al no encontrarlo, se dirijo directamente a la habitación del muchacho. Dio dos golpes en la puerta, esperando escuchar su voz, pero nadie respondía.

_Matt... Matt, ¿estás ahí? Matt... _insistió, golpeando la puerta repetidas veces.

_¡Vete! _le respondió finalmente el pelirrojo, más bien, le ordenó.

_Voy a entrar _le anunció Mello, abriendo la puerta lentamente, mientras escuchaba las negativas de Matt, a las que hizo caso omiso.

Matt estaba sentado sobre la cama, mirando al suelo de forma ausente, parecía triste, y el rubio no podía entender el por qué, ni que fuera tan horroroso ver su cuerpo desnudo.

_Matt _le llamó de nuevo el rubio, acercándose y arrodillándose frente a él_. ¿Qué sucede? ¿Tan poquito te gusto? _bromeó, aunque pensar en la posibilidad de no gustarle físicamente al pelirrojo le hacía sentirse triste.

El pelirrojo levantó lentamente la mirada, encontrándose con aquellos atrayentes ojos azules, y rápidamente, casi sin darse cuenta, la desvió hacía los labios del rubio, observando esa sonrisa torcida por la tristeza.

_No es eso… _le respondió susurrando, sintiéndose un poco mal por ser el causante de esa meuca. Su cuerpo se estaba empezando a agitar con la cercana presencia del rubio, y un montón de pensamientos ilógicos lo empezaban a acechar. Quería besarlo, de verdad que quería, y que el rubio volviera a dominarlo de esa forma posesiva, aunque por otra parte, seguía dándole miedo_. Mell, es mejor que me dejes solo, de verdad...

_¿Por qué? ¿Por qué quieres que me vaya? ¿Y por qué te fuiste de esa forma del baño? Ni que hubieras visto las tentaciones del demonio en lugar de a mí _siguió bromeando Mello, aunque esta vez de forma sincera.
 
_Es precisamente eso lo que he visto, esas malditas tentaciones… Y ahora vete.

_No pienso dejarte solo Matt, porque... te quiero y... te deseo _le aseguró, mirándolo de forma penetrante y profunda.

Matt cerró los ojos, aquellas dos afirmaciones eran las que tanto miedo le hacían escuchar, y por fin el rubio las había dicho sin ningún temor. El pelirrojo volvió a abrirlos, deseando que Mello no estuviera allí y que todo hubiera sido fruto de su maldita imaginación, pero sus ruegos fueron en vano, el rubio seguía allí, agachado, esperando una respuesta.

Mello levantó la mano y le acarició levemente la mejilla. Matt no pudo evitar una pequeña sonrisa, mientras sentía una gran presión oprimirle el pecho. Entonces, de su boca salieron esas dos palabras que romperían definitivamente el respeto que Mello le tenía, y no le importaba en absoluto:

_Yo también, te amo Mihael…

El rubio se levantó y se sentó al lado de Matt para tenerlo cerca, la verdad es que se había quedado con la boca abierta, ¿había escuchado bien o ya estaba alucinando? Matt dibujó una sonrisa tímida y avergonzada, entonces Mello le cogió suavemente la barbilla y le giró el rostro tiernamente para poder tener a su disposición los suaves labios del pelirrojo. Lentamente se fue acercando a él, deteniéndose a pocos centímetros de su boca, para repetir con seducción en la voz:
 
_Te deseo Matty, y que te quede claro, vas a ser mío y de nadie más.

El pelirrojo se sonrojo levemente, se sentía agobiado, mientras notaba el suave aliento del rubio rozándole los labios, hasta que al final los notó sobre los suyos, muy delicadamente, como si aun tuviera miedo. Matt cerró los ojos, disfrutando del tacto, y fue subiendo una mano por el pecho de Mello, haciendo que este se estremeciera con el roce de sus dedos y que le costara mucho seguir con la delicadeza del beso.

Matt puso las manos alrededor del cuello del rubio, acercándose más a él mientras le devolvía el beso con mucho más furor, sorprendiendo a Mello, que al final convirtió ese beso en pura pasión. Ahora que la fase de los besos estaba superada, no se rendiría, le demostraría cuanto le deseaba y que ya no tenía miedo en absoluto.

Lentamente Mello se separó de él con una sonrisa en los labios y con la respiración acelerada, igual que Matt, que aun no se creía fuera capaz de besar a su mejor amigo de esa manera. El rubio se puso la mano en el bolsillo trasero del pantalón, y le dijo con voz suave pero peligrosa mientras mostraba su pistola y notaba como el pelirrojo se tensaba al verla de nuevo:

_Ahora espero que no te retires, o si no...

El pelirrojo no quitaba la vista del arma, ¿es que no podía alejarla ni en sus intimidades? ¿Tenía que ser ella la testigo de lo ocurrido en esa habitación? Mello sonrío divertido y se acercó nuevamente a él, besándolo desesperadamente, casi devorándolo, demostrándole así lo mucho que le quería. La lengua del rubio se adentró en la boca de Matt, sorprendiéndole, y haciendo que se cogiera con fuerza en la camiseta de Mello, mientras sus lenguas inspeccionaban curiosas todos los recovecos de las cavidades. El pelirrojo soltó un ligero gemido, provocando aun más a Mello, y causando que fuera mucho más violento y que el pelirrojo se sintiera oprimido y dominado.

Matt abrió los ojos un poco al notar el helado hierro de la pistola por dentro de su camiseta, esta iba subiendo lentamente, haciendo que se estremeciera con el tacto y que un sudor frío le recorriera el cuerpo por si aquella maldita arma estaba cargada y sin el seguro puesto. El rubio notó la tensión en la que se encontraba su amigo, y se separó un poco de él para mirarlo con una sonrisa y decirle con voz divertida, un poco entrecortada por la lujuria:

_No tendrás miedo de ella, ¿verdad?

El pelirrojo se quedó en silencio, mientras Mello aprovechaba para quitarle la camiseta. Luego, volvió a centrarse en la boca del muchacho, y Matt le puso las manos en la nuca para hacer que insistiera más en el beso. Mello empujó suavemente a Matt para que se tumbara encima de la cama y así tenerlo más a su merced. Por su parte, Matt se quedó tumbado, disfrutando en silencio de las dulces caricias del rubio, notando como poco a poco su entrepierna empezaba a palpitar, pidiendo atención. Suspiró con frustración, cerrando los ojos, y moviendo su pelvis contra la de Mello con tal de obtener un poco de alivio.

El rubio sonrió, y bajó lentamente la mano con la que sostenía la pistola hacia el miembro del pelirrojo, para poder notar por si mismo el estado del muchacho. Matt se sobresaltó en un primer momento, separándose lentamente de él para mirarlo a los ojos. Mello lo observó en silencio, casi esperando que el chico huyera de él como la última vez, pero en lugar de eso, escuchó con voz débil y excitada:

_Mell… hazme tuyo, no puedo más…

Mello se sorprendió al escucharlo, no se podía creer que esas palabras llenas de deseo hubieran salido de la boca de Matt. Y sin esperar más, volvió a besarlo, de forma brusca y demandante, mientras con una mano le desabrochaba los pantalones, dejándolo solo con la ropa interior. Matt se aferró al cuerpo de Mello, frotando con necesidad su miembro contra el de él. El rubio dejó escapar un leve gemido de placer, mientras iba bajando su boca por el cuell0 del pelirrojo, succionando levemente en algunas partes. Matt ladeó la cabeza, dejándole más espacio, y mordiéndose el labio inferior para acallar sus jadeos.

Mello siguió con su trabajo, ahora recorriendo el pecho de Matt, succionando y mordiendo con delicadeza un pezón, escuchando con satisfacción los gemidos acallados de su amigo. Aumentó la velocidad de sus mordidas, al mismo tiempo que pellizcaba su otro pezón con la mano, notando como la respiración de su amigo se aceleraba y sus músculos se tensaban de placer.
 
Al cabo de poco, el rubio decidió reprender el camino, y siguió bajado por el cuerpo del pelirrojo, dibujando con la lengua el recorrido. Se detuvo por unos segundos al llegar al borde de la ropa interior, para luego bajar lentamente la cabeza sobre el miembro aun protegido del pelirrojo, besándolo y mordiéndolo levemente por encima de la tela, haciendo que Matt se ruborizara violentamente al ver y sentir lo que hacía. 

_Ahh… Mello, por favor... dentro _casi le suplicó, ya no podía aguantar más toda esa tortura.

El rubio decidió complacerle, y puso una mano dentro de la fastidiosa tela, cogiendo firmemente el miembro del pelirrojo, moviéndolo, estrujándolo y acariciándolo con sus dedos, provocando que Matt gimiera esta vez sin pudor alguno. Y de repente, le quitó los calzoncillos, observando por unos instantes el cuerpo desnudo de su amigo, la verdad es que jamás se imaginó que ese débil pelirrojo tuviera ese esplendido cuerpo. Volvió a coger entre sus manos el miembro de Matt, masajeándolo rítmicamente, aumentando la velocidad por momentos, hasta que se lo puso en la boca, lamiéndolo con cuidado mientras con la mano acariciaba su alrededor.

_Joder… no pares Mell, por favor... _le pidió Matt, sumergido por completo en el placer, haciendo pequeñas embestidas en la boca de Mello con tal de sentirlo más adentro. Gemía cada vez con más fuerza, extasiado, sintiendo que no podría aguantar mucho más_. Ahh... suéltame, me voy a...

Mello no le hizo el menor caso, si no que le puso las manos en la cadera, levantándole la cintura para que se corriera con más rapidez. Sin poder evitarlo, Matt dejó escapar su esencia en la boca de Mello, avergonzándose al instante. El rubio se alejó del miembro del chico para poder mirarlo, Matt estaba cubierto por una capa de sudor, con el rostro sonrojado, los ojos cerrados y la boca entreabierta, todavía respirando con dificultad debido al reciente orgasmo. Mello se acercó a su boca y lo besó, dándole parte del líquido que había retenido en su boca para que los dos pudieran disfrutar del sabor. El pelirrojo le correspondió el beso con pasión, entrelazando sus lenguas, y aprovechando para quitarle la camiseta y lanzarla a un punto indefinido de la habitación. Luego Mello rompió el beso y le dijo con una sonrisa:

_No estarás cansado, ¿verdad?

_No te hagas ilusiones, esto no ha hecho más que empezar _le respondió, devolviéndole la sonrisa.

Matt recorrió lentamente con las manos el pecho de Mello, y este giró sobre si mismo para poner encima de él al pelirrojo. Matt le beso, recorriendo con la boca sus bien formados pectorales, para después recorrer con las manos sus abdominales. Mello cerró los ojos, relajándose, a lo que Matt aprovecha para lamerle el lóbulo de la oreja, haciendo que el rubio se estremeciera. Mello levantó la pistola y la puso en el pecho de Matt, y le dijo en tono de amenaza, la verdad es que le había tocado su punto sensible:

_No te pases, perro...

_Je, tu no has sido compasivo conmigo _le respondió Matt, sonriendo, mientas le quitaba el arma de las manos.

El pelirrojo dejó la pistola a un lado y le quitó los pantalones a Mello, juntamente con la ropa interior. Luego, le besó, haciendo que sus miembros se rozaran, excitándoles. Mello gimió y se atrajo más a Matt hacia su cuerpo, pero este se incorporó lentamente, bajo la atenta mirada del rubio, y le dijo señalando la puerta abierta de la habitación:

_Oye Mell, ¿y si cerramos la puerta?

_No vendrá nadie _le respondió el rubio, sin saber por qué le salía ahora con esa estupidez.

_Venga, ve a cerrarla _le pidió con esa tierna sonrisa suya a la que Mello no podía resistirse, mientras cogía la pistola sin que el rubio se diera cuenta.
 
_De acuerdo.

Pero justo en el momento en el que el rubio se incorporaba para ir a cerrar la bendita puerta, Matt lo cogió del brazo y lo miró con una maquiavélica sonrisa que Mello no supo muy bien como interpretar.

_¿Se puede saber qué pretendes? _le preguntó al final, no era capaz de adivinar las intenciones del pelirrojo.

_Tu... solo relájate.

Matt le acercó la pistola y se la introdujo lentamente por detrás. Mello abrió los ojos de pura impresión, sin poder evitar un grito de dolor al notar como el acero de su amiga entraba dentro de él, y todo eso mientras escuchaba la risita burlona de Matt.

_¡¡¡Hostia puta, Matt!!! _le gritó cabreado, intentando golpearlo, sin mucho éxito.

El pelirrojo le sacó el cañón de la pistola lentamente, y luego empezó a masturbarle para hacerle olvidar del dolor. Mello se fue sumergiendo en el placer que le daba la mano del pelirrojo, olvidándose, por el momento, de las ganas que tenía de golpearle. Finalmente, se corrió en la mano de Matt, y se tumbó abatido sobre la cama, mientras el pelirrojo observaba curioso la substancia de su mano, para luego llevársela a la boca y saborearla.

Matt se acercó a él con una sonrisa, y Mello le dijo entre suspiros al comprobar que su compañero tenía idas muy locas y curiosas a la hora de hacer el amor:

_Ya verás... cuando te coja... perro...

_¿Qué? ¿No te gustó? _le preguntó, haciendo un pequeño puchero y de forma inocente.

Mello desvió la mirada hacia el techo, no podía resistirse a ese tono de voz y a esa sonrisa, notó como volvía a excitarse. Matt tenía la mirada fija en el miembro erecto de Mello, como si fuera un niño pequeño analizando algo que no había visto en la vida, y era consciente de que él también se estaba excitando. Jamás se imaginó que un chico pudiera atraerle de esa forma, pero claro, no era cualquier chico, era Mello, y lo amaba más que a cualquier cosa en el mundo, incluso más que a sus preciados videojuegos.

_¿Quieres probar? Es tu sustancia y esta deliciosa _le preguntó Matt sonriendo mientras se tumbaba a su lado y le ponía la mano a cierta distancia de la boca.

Mello se lo quedó mirando con una sonrisa, como era posible que ese chico fuera tan inocente cuando quería, y a la vez tan perverso en la cama que hasta le daba miedo lo que estuviera pensando. Y tenía que admitir que eso le gustaba, le excitaba esa faceta hasta ahora desconocida de Matt.

El rubio cogió a Matt por la muñeca y acercó la mano a su boca, rozándola sutilmente con la lengua, acariciándola de forma pervertida, sin apartar en ningún momento la mirada de los ojos del pelirrojo, el cuál se estremecía con cada lamida. Hasta que Mello cogió directamente un dedo, poniéndoselo completamente en la boca, jugando con él con la lengua.

Matt se sonrojó al recordar que momentos antes había hecho lo mismo con su mimbro, y como le gustaba. Mello se sacó el dedo de la boca y se miró a Matt mientras se pasaba la lengua por los labios, recorriéndolos sigilosamente. La respiración del pelirrojo volvió a acelerarse, y entonces, escuchó la voz de Mello:

_Prepárate…

El pelirrojo se lo quedó mirando sin saber muy bien a que se refería, aunque tampoco quiso preguntar. Mello lo empujó contra la cama, y Matt intentó levantarse, pero notó como la mano del rubio se lo impedía. Y de repente, sintió dos dedos de Mello abriéndose paso dentro de él. Gimió por la incomodidad, y no quiso imaginarse como sería si en lugar de dos dedos fuera el cañón de la pistola.

Mello empezó a mover los dedos en círculos, para después poner un tercero. Esperó a que Matt se medio acostumbrara a la sensación, hasta que finalmente introdujo su miembro. El pelirrojo gritó de dolor, así que Mello empezó con unas suaves embestidas para que no le doliera tanto. Con el primer gemido que escuchó salir de la boca de Matt, ya empezó con embestidas directas y rápidas, ya no podía resistir más esa maldita espera. Empezó a masajear con una mano y de manera pausada el miembro del pelirrojo, torturándolo con esa lentitud, como pequeña venganza por lo de antes, y con la otra mano se aferraba en las caderas de Matt para acercarlo más y poder entrar más dentro de él.

Ambos gemían de placer, hasta que finalmente alcanzaron el clímax y se dejaron caer agotados sobre la cama, sin fuerzas para moverse. Mientras intentaban normalizar su respiración, Matt le dijo:

_Me siento genial.

_Y eso que no te he metido la pistola _le respondió medio en broma, aunque aun le dolía.

Matt le dedicó una sonrisa en señal de disculpa, y se reclinó sobre el pecho de Mello. Este lo envolvió con las manos de forma protectora, y ambos cerraron los ojos, exhaustos.

Notas finales:

Miyuki: De nuevo, siento la tardanza, por favor, no me maten =S

Mello: Ummm... algo me dice que no lo harán.

L: Cierto, seguro que el capitulo las calmará, muchas lo estaban esperando.

Miyuki: Muajaja, es verdad, ahora no me harán nada xD O al menos eso espero =S

Matt: Buaaaa, Miyuki-san, ¿como pudiste publicar esto? Yo... yo... me muero de vergüenza x////x

Miyuki: Si no es para tanto Matty-chan xDD

Mello: Es verdad, el que acabó con la pistola en el culo fui yo <_< *mirar amenazadoramente a Miyuki*

Miyuki: Ejemm... ^^' Que conste en acta que esta vez la idea no fue mía, fue de Kayla, me sorprendí igual que tu al leerlo, nunca me hubiera imaginado que algo como esto saliera de su cabecita xDD

Mello: Tendré que lavar mi querida pistola con agua ras...

L: ¿Agua ras? o.o (Nota mental: jamás tocar bajo ninguna circunstancia la pistola de Mello) xD

Miyuki: Sí, lo sé, es una idea muy loca, pero la verdad es que a mi me gusta *¬* Es algo innovador, inesperado, super kawaiii *w*

Matt: Dejad de hablar de estas cosas!!! >////<

Miyuki: Oh, por cierto, como ya se habrán dado cuenta, ahora los reviews los responde Kayla, asi yo me ahorro trabajo xDD Pero si alguien quiere que le responda yo, solo tienen que pedirlo ^^ Intentaré actualizar una vez cada semana, pero no prometo nada, ya que tengo mucho trabajo en la uni, gomen... u.u Pero aun así, haré lo que pueda =D Muchas gracias a todos por su apoyo y paciencia ^^

Mello: Y dejen muchos reviews, que esta vez se esforzó en dejar nuestro lemon impecable, así que le debo un favor... u_u

Agradecimientos:

kariko

Raúl

Franxesco

BloodyRomance

Karo Lawliet

KiraKuran

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