CAPITULO 8: ¿VENCIDO POR EL ENEMIGO?
El despertador que marcaba las seis de la mañana sonó despertando al muchacho que estaba durmiendo a la cama de al lado. El chico se tapó la cara con las mantas y sacó una mano palpando la mesita que había al lado, buscando el maldito despertador. Cuando lo encontró, le dio un golpe fuerte y este dejó de sonar. El chico se quedó inmóvil mientras intentaba terminar de despertase, decidiendo si levantarse o no. Al final, se levantó sentándose en la cama, cogió el despertador y se lo quedó mirando. Suspiró abatido, no había podido pegar ojo hasta muy tarde recordando la noticia del profesor que se le repetía una y otra vez en la mente: Yagami, realizarás el trabajo con Hideki. Light volvió a suspirar abatido y se quitó la ropa con mucha pereza, luego fue al armario y cogió el uniforme. Se preparó un bol de arroz con huevos fritos para desayunar y se marchó a la universidad más tarde de la hora habitual.
Cuando llegó vio sentados en el banco a una pareja de estudiantes, muy juntos, dándose un beso. Light se los quedó mirando un rato pensando si acercarse a ellos o no. Finalmente, decidió que podía ser conveniente hablar con Kayla y con el estúpido de Matsuda, para relajarse un poco, a fin y a cabo la chica siempre lo conseguía animar con sus palabras. Así, que se acercó a la pareja.
_Hola, chicos _saludó Light con voz baja y grave.
La pareja se separó de repente por el susto que les dio el muchacho y se quedaron mirando a Light sorprendidos.
_¡Light!
Kayla se lo quedó mirando analizando las pintas que llevaba, el chico tenia la cabeza baja sin atreverse a mirar a la pareja. La chica se levantó y se acercó a él, luego le cogió la mano para que la siguiera y regresó al banco donde esperaba Matsuda.
_¿Qué te ha pasado, Light?
_Nada _respondió él otra vez con voz baja y aún sin levantar la mirada.
_No tienes muy buena pinta _dijo Matsuda con una sonrisa dándole unas palmaditas en la espada mientras el chico de cabellos castaños se sentaba en el banco.
Light tenía unas ojeras muy grandes debajo de los ojos, iba andando encorvado como si le pesara la espalda más de la cuenta y llevara una mochila llena de rocas de un millón de kilos. Vestía un poco desastre comparado con su forma de vestir habitual, ya que llevaba la camisa medio fuera, media dentro de los pantalones y parecía que no tuviera ganas de hacer nada.
El chico se quedó en silenció, se recorrió con la vista y luego miró a Kayla y Matsuda que lo estaban observando con ojos preocupados. En aquel momento, pasaron un grupito de tres chicos con una sonrisa y se pararon quedándose mirando las pintas de Light.
_¿Es que quieres imitar al nuevo, Yagami? ¿Tanto te gustan las pintas de Hideki? _dijeron riéndose de él.
Light se los quedó mirando sin decir nada, limitándose solo bajar la mirada. Los chicos se miraron entre ellos y se empezaron a burlar de él. Kayla se quedó mirando a Light y al ver que no diría nada se levantó y les gritó:
_Tekumy metete en tus cosas, imbécil.
_Sí, yo también te quiero Kayla, jejeje... Vamos _le dijo a su compañero.
Los tres estudiantes se la quedaron mirando y se marcharon sin parar se reírse. La chica se volvió a sentar y Matsuda dijo:
_No les hagas caso, Light.
_¿Qué te pasa? _preguntó otra vez Kayla centrándose de nuevo en su amigo.
_No he pegado ojo en toda la noche _dijo el chico_ no me he podido sacar de la cabeza lo que dijo el profesor.
_¿Qué dijo el profesor? _preguntó Matsuda.
_Le toca hacer el trabajo con Hideki, el chico nuevo, y él lo quería hacer solo _le explicó Kayla.
En ese momento, unos murmullos y gritos de chicas les sacaron de su conversación. Todos levantaron la mirada y vieron que entraban en el centro educativo los cuatro nuevos. Por un momento, los cuatro se pararon y se toparon con la mirada de Matsuda, Kayla y Light. Entonces, sonó la campana que indicaba el inicio de las clases y los cuatro nuevos siguieron andando hacía clase. Los tres chicos del banco se levantaron y también se dirigieron hacía el edificio. Kayla y Matsuda iban andando delante, el chico había puesto la mano detrás de la espada de la chica mientras que Light les iba cogiendo cada vez más distancia. Cuando llegaron a la puerta la pareja se despidió con un beso, y Matsuda se marchó por un pasillo para ir a su clase. Kayla esperó a Light, para posteriormente dirigirse a la clase de matemáticas. El chico no dijo nada en todo el camino, así que la chica decidió no decir nada tampoco, no quería hablar con alguien que no escucharía ni la más mínima palabra de lo que dijera.
Cuando entraron a clase se encontraron con Hideky de nuevo, Kayla se lo quedó mirando y luego miró a Light. La verdad era que las ojeras se parecían, la posición al andar también... Sin que nadie de los tres dijera nada, se sentaron en sus sitios. Kayla y Light pasaron por el lado de Miyuki, la chica de la clase de restauración que iba con Beyond, la cuál se quedó un poco sorprendida y nerviosa al ver a L. Por un momento pensó que era Beyond, hasta que se dio cuenta que este tenia el pelo un poco más negro, las ojeras más marcadas, andaba un poco más agachado y tenia los ojos de color negro, a diferencia de su hermano gemelo que los tenia rojos como la sangre, y hacía que la chica se estremeciera cada vez que lo miraba o la miraba, lo supiera ella o no. Detalles que pasarían desapercibidos si no te pararas a analizarlos detenidamente, entonces se relajó.
La clase transcurrió sin interrupciones y sin que nadie abriera la boca para decir nada. Como todos los días al final de la clase el profesor realizaba preguntas sobre lo que había explicado durante la clase, y para que no deprimirse cada vez que miraba a sus alumnos con aquellas caras de: No entiendo nada, ¿seguro que esto es racional o es una broma?, elegía a los alumnos que sabía que habían atendido durante la clase: Light, Ryuuga, Kayla y Miyuki. Se quedó mirando a los cuatro y se fijó finalmente en Light, llegando a la conclusión que con la manera como estaba no estaría dispuesto a responder su pregunta, así que siguió analizando a los otros tres estudiantes candidatos.
_Señorita Asano _dijo a Miyuki, que se sentaba a mitad de la sala_ ¿me puedes decir como se puede solucionar la integral?
_Se resuelve pasando delante del signo de la integral el número que se mantiene como la constante o valor fijo de la función. Luego, con la parte que se considera función, le sumamos una unidad a la exponencial de la incógnita, y la dividimos por el número obtenido en la exponencial después de sumarla a la unidad.
_Perfecto _dijo el profesor animándose_ a ver, otra pregunta. Señorita Hishio, ¿cómo resolvería usted el límite de la función que tenemos en la pizarra?
_La resolvería haciendo la derivada de la función interior del límite, ya que va tendiendo hacía el infinito. Así, que pasaría el valor exponencial de la función delante de la constante y se multiplicaría, luego se restaría una unidad al valor exponencial.
_Perfecto también, muy bien. A ver, última pregunta para... el señor Hideky. En el caso que te pida el valor de la K dentro de esta función si está limitada entre intervalos, teniendo entre estos dos valores esta función y para cualquier otro valor el resultado es cero.
_Realizaría la función de densidad de las tres franjas de intervalos según la función tendiendo de menos infinito al primer valor, entre los valores del intervalo y entre del último valor al infinito. Seguidamente realizaría la suma teniendo como principal el valor del intervalo. Solucionaría la función como ha explicado Asano y luego sustituiría el valor de la incógnita por los valores del intervalo restándolos.
_Maravilloso _dijo el profesor mirando a todos sus alumnos_ buen trabajo, chicos.
Miyuky se quedó mirando a Ryuuga mientras sus compañeros recogían los libros y salían de la clase como si les hubieran dicho que el primera en salir tendría un 10 en el próximo examen de matemáticas. Se fijó en las cosas raras que hacía el chico, en ese momento estaba mirando de reojo a Light mientras se mordía la punta del dedo pulgar, parecía que estuviera analizando al chico como si le estuviera haciendo una radiografía o, más bien, parecía averiguar lo que estaba pensando en ese momento. Miyuki se levantó y se acercó al chico de cabellos azabache y dijo con una sonrisa intentando ser simpática con él:
_Hola, me llamo Miyuki Asano.
Ryuuga levantó la mirada desviando por primera vez toda su atención de su compañero para mirar a la chica, sin ni si quiera inmutarse ni cambiar de posición. La chica esperó la respuesta del muchacho, pero al ver que no llegaba decidió seguir hablando.
_Voy en la misma clase que tu hermano gemelo. Sinceramente, en un primer instante creía que eras él.
_Curioso _solo dijo el detective de manera tranquila apartándose ligeramente el dedo de la boca y mirando a la chica fijamente.
La muchacha retrocedió un paso sin darse cuenta delante la mirada casi acosadora del muchacho, y le preguntó:
_¿Qué... qué es curioso?
_Es difícil que nos distingan.
_Eso... es fácil. Tú no me inspiras miedo, además... tienes los ojos negros, el pelo un poco más largo y despeinado que él, las ojeras más marcadas y andas débilmente más encorvado que él.
L se quedó mirando a la chica y fue dibujando una sonrisa, se levantó y se puso delante de la muchacha. Ella se quedó mirando sus ojos negros, esperando su siguiente movimiento:
_Soy Ryuuga Hideki.
Después de decir aquello, el chico se puso la mochila en la espalda y sin decir nada más se fue de allí dejando a Miyuki un poco confundida. Ella se giró para seguir con la mirada el recorrido del chico, que desapareció por la puerta, y luego se marchó también, dejando solos en el aula a Kayla y a Light. El castaño seguía sentado en su sitio, con la mirada perdida en algún punto de un libro abierto delante de él y con las manos colgando a cada lado de su cuerpo.
Kayla se acercó a él, temiendo que al chico le pudiera pasar algo, ya que nunca lo había visto de esa manera. Era un comportamiento que nunca se podía haber imaginado en él. Se arrodilló a su lado para ponerse más o menos a su altura y dijo poniéndole una mano sobre la rodilla:
_Light, por favor...
El chico se quedó un rato en la misma posición, pero luego miró a la muchacha.
_Estoy acabado, Kay.
_No, no lo estás.
_No has visto como es ese tío, se lo sabe todo. No puedo hacer nada contra él. Este es mi fin.
_Light, por favor. Tú no eres así, no te dejas pisar de una manera tan rápida por un chico que acaba de llegar. Nunca me hubiera imaginado verte tan deprimido.
_Pues ya ves _se limito a decir Light_ no sé que quieres que haga.
_Bien _dijo Kayla con un grito_ pues quiero que vulvas a ser tu.
_Ya soy yo _respondió tranquilo y con un susurro.
_No, no lo eres. Antes nadie se atrevía a reírse de ti, y ahora lo hacen una vez y otra. Tienes que luchar si tanto te importa el honor que has ganado _Kayla se quedó mirando la reacción del chico, pero este seguía sin inmutarse lo más mínimo, así que se incorporo_ Piénsalo. ¿Qué quieres hacer?
Finalmente Kayla se marchó, dejando a Light solo. Media hora después el sol ya se había ido, y el chico de cabellos castaños llegó a casa. Todo estaba a oscuras.
El muchacho se quedó quieto un momento y decidió ir a su habitación, la cuál también se encontraba a oscuras. Sin abrir la luz, dejó caer la mochila al suelo y se tumbó a la cama mirando el techo.
Ryuuga le había robado todo. Su puesto de mejor alumno, su papel se superdotado, su honor, las admiradoras... Solo le quedaba una cosa que no podía robarle jamás: la opción de un contrataque.
¿Pero cuál? ¿Que sería más eficiente para un chico como él? Un chico que lo tiene todo, un ladrón de identidades o, mejor dicho, de posesiones. Mientras pensaba en eso, se quedó dormido.
La mañana siguiente L estaba recopilando información sobre un caso que Watari le había dado la tarde anterior. En la sala, no faltaban los sagrados pasteles, meras víctimas del detective. Eso ya era como un ritual para las noches largas de trabajo. En aquel momento, entró en la sala Beyond con un bote de mermelada en la mano.
_No entiendo que tiene de excitante salvar de la muerte a un individuo que no te lo ha pedido. Ni sin siquiera lo conoces.
_¿Si te lo pidiesen los salvarías?
_Me lo tendría que pensar... _respondió Beyond mientras miraba la mermelada que le quedaba en el interior del bote_ Que tontería. No, claro que no.
_Ayer conocí a tu nueva amiga _dijo L sin apartar la mirada de un folio escrito con letra diminuta y borrosa.
_¿Qué amiga? _preguntó su hermano sin parar de comer su mermelada de fresa en ningún momento.
_Miyuki Asano, va a mi clase de matemáticas.
_No te he pedido que me hables en ningún momento de nadie, que yo recuerde _dijo secamente el gemelo, marchándose y cerrando la puerta detrás de él, dejando de nuevo al detective solo.
El chico se quedó mirando las columnas de papeles que tenia a un lado y a otro de la mesa, recordando el extraño comportamiento de Light. El detective se obligó a volver al caso para intentar resolver algo antes de ir a la universidad.
Cuando los cuatro chicos de Wammy’s House llegaron a la universidad, L buscó con la mirada a Light. Pero en lugar de él, vio a Kayla y Matsuda hablando con alguien más, que no pudo ver quien era porque se encontraba detrás de una columna, pero se imaginó que debía de ser Light.
_¿Vamos, Ryuzaki? _preguntó Matt mirando a su compañero.
_Sí, claro _respondió L siguiendo a sus compañeros que ya estaban dentro del centro educativo.
Cuando L llegó delante de la clase de deducciones criminales se paró delante de la puerta, mirando a los chicos que ya habían llegado y que hablaban animadamente de lo que harían aquél fin de semana. Se dio cuenta que entre ellos no se encontraba Light, así que bajó la mirada y se reclinó sobre la pared que tenia detrás de él. Al cabo de poco, Kayla y Light llegaban por el pasillo. El chico ya no estaba de la misma manera que el día anterior, sino que volvía a ser él. Con su mirada de chico importante, vestido elegantemente y andando levantando también murmullos de fascinación entre las chicas que se cruzaban. Cuando llegaron Kayla se despidió de él y se fue pasando por el lado del detective sin decirle nada. Light se paró a tres metros del detective, mirándolo fijamente. L también se lo quedó mirando amenazadoramente.
Todo volvía a estar igual que el primer día de la llegada del chico nuevo. Ahora Light tenia una cosa clara: ¿estaría dispuesto a ser vencido por su enemigo otra vez? Jamás.