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Gracias a él. por Agnes-San

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Notas del fanfic:

este fanfic es un poco muy diferente a los que he escrito, asi que no me maten si no les gusta, al principio que lo empeze a escribir tenia una historia muy diferente pero una vez que mi cabezita empieza a crear, no se detiene y mis dedos tampoco, al final resulto algo muy extraño, incluso para mí. pero espero les guste. 

Les dejo el link de un poema Jongkey que he escrito Que se llama "una sonrisa suicida" http://www.facebook.com/photo.php?fbid=238039872977722&set=a.238033296311713.52552.228587233922986&type=3 el cual espero que tambien les guste :)

 

A LEER!!! *3*

Notas del capitulo:

NO hay nada que agregar. :,P

 

Gracias a él

 

 

Aun recuerdo el día que día que mamá lo trajo a vivir con nosotros, él apenas tenía seis años  de edad, yo estaba a punto de cumplir los siete, era el hijo de una de las amigas de mi madre. Yo jamás lo había visto, pero daba la impresión de alguien bastante frágil, y se parecía a su madre, mismo color de cabello, labios finos y pómulos altos; solo que su madre era una puta, fumaba demasiado y generalmente siempre olía a alcohol. Las veces que la logre ver, solo eran unos cuantos minutos y luego mamá me mandaba a jugar o prendía la televisión de mi cuarto para que me distrajera con eso.

 

Los días pasaron y ese niño tímido, comenzó a vivir con nosotros, papá le compro una cama y mamá mucha ropa nueva, puesto que la que traía él ya estaba en exceso gastada, después la habitación ya no fue solo mía. Yo no sabía el por qué de que Kibum fuera a quedarse a mi casa por mucho tiempo. Jamás nadie me lo contó, solo recuerdo que de repente dejo su apellido por le de Kim, ahora era Kim Kibum, lo inscribieron en la misma escuela que yo, pero él parecía sumido en sus pensamientos, no ponía atención en clase y reprobaba cada uno de los exámenes que presentábamos, por lo tanto mis padres decidieron llevarlo al doctor, un doctor mental o mejor conocido como psicólogo.

 

El tiempo pasó muy rápido, ya estábamos en secundaria cuando todo empezó a cambiar, ya parecía estar más despierto, peleando con todo el mundo por que no le prestaban la atención que él merecía. En cuestión de meses se volvió tan alto como yo y no paso mucho tiempo para que me sobresaliera, sin embargo sus facciones se volvieron cada vez más finas, y sus movimiento más y más femeninos con cada centímetro que crecía.

 

Para cuando pasamos a preparatoria él ya era todo un caso, siempre era responsable de si mismo, y se preocupaba mucho por su apariencia, constantemente utilizaba brillo labial, o delineador de ojos, lo que causo que todos lo voltearan a ver, insultos le sobraron, amenazas de parte de chicas y chicos no le faltaron, pero él siempre sonreía y no dejaba que sus comentarios lo afectaran. Nosotros nunca fuimos los mejores hermanos, tampoco los mejores amigos, siempre nos la pasábamos peleando, y mientras que yo me la pasaba dormido en el salón a Kibum le sobraban los halagos por tener las mejores calificaciones, en secundaria yo deje la escuela un año, por lo tanto ambos cursábamos el mismo año de prepa y para el colmo, nos toco en el mismo salón.

 

Key, como ahora todo mundo lo llamaba, se hizo enemigo de todas las mujeres de su clase y de otras muchas, luego de bailar sensualmente frente a la clase, muchos de lo chicos ya no quitaban su mirada de él, ni de su trasero.

 

-Maldito marica -Un día un chico dos grados arriba se acerco y le dijo muy alto, para que todos escucharan.

 

-Pero bien que te encantaría acostarte conmigo -Dijo Key, con su sonrisa de lado.

El otro muchacho se puso rojo,  al ver como Key se metía un dedo a la boca y lo mordía, intentando parecer sexy, algo que sin duda se le daba muy bien. Al final en chico comenzó a caminar en dirección del baño.

 

***

 

Dos días después, en medio de la clase que más odiaba Key, pero que por alguna razón  entendía  a la perfección todos esos teoremas y demás cosas. Kibum pidió permiso para ir al baño, sin embargo los minutos pasaron y él no regresaba, cosa que realmente me sorprendió, puesto que jamás se había ausentado tanto de la clase, aun si la odiaba.

 

Salí a buscarlo,  me dirigí al baño como primera opción, al llegar me arrepentí de inmediato, el mismo chico de hacía dos días lo tenia acorralado en una esquina, y lo besaba con total desespero, Key apenas le seguía le ritmo,  el mismo hombre sujetaba los brazos de Kibum por encima de sus cabeza con una mano, mientras con la otra acariciaba debajo de la playera de líneas rosas que portaba Key. Cerré la puerta con mucha fuerza para que supieran que no estaban solos y  salí rumbo a mi casa.

 

Eran cerca de las seis de la tarde, yo me encontraba mirando televisión acostado en mi cama, cuando entro Key, cerró la puerta y se recargo en ella.

 

-Jong, Después de Matemáticas, ya no te vi ¿A dónde fuiste? -Me pregunto con voz tranquila.

 

-No te interesa, además tu estuviste muy ocupado, dejándote manosear por un tipo que solo busca un bonito trasero el cual follar -Le dije con tono molesto, se abalanzo sobre mí, dándome una sonora bofetada. Lo voltee a ver y tenia una expresión de dolor en el rostro, además de la mandíbula fuertemente apretada, sentí un escalofrío recorrerme, y una extraña sensación en mi ser. Luego salió de la habitación. Después de eso no regreso a la casa.

 

Dos días después apareció en la escuela, se había decolorado el cabello y ahora podía presumir a su novio, Dong así le llamaba Key, lo tomaba de la mano constantemente, aunque muchos reprobaban su conducta, a ellos no parecía importarles; Yo en cambio prefería no voltearlos s ver, por que de mi salía un impulso homicida, ansiaba matarlo, cuando miraba que besaba a Key y este le correspondía.

 

 

Después de un tiempo,  a Key se le miraba triste, apagado, sus calificaciones comenzaron a descender drásticamente,  y él constantemente llevaba camisas de manga larga aun si hacia sol. Kibum argumentaba que era para no quemarse. Siempre había evitado cambiarse delante de mi, pero últimamente parecía evitarme por completo, claro que no lo lograba puesto que seguíamos siendo compañeros de habitación.

 

Durante las noches lo escuchaba quejarse, o absorber mocos, yo intuía que estaba llorando aunque nadie lo supiera, aun que nadie se diera cuenta de todo su sufrir, su vida jamás iba ser normal. Por más que lo quisiera.

 

Cuando yo cumplí los diecinueve años, Key fue el primero en regalarme algo, era un estúpido pastel color rosa, pero sonreía con total felicidad al entregármelo, así que sin miramientos lo acepte, esa sonrisa hizo que olvidara que la noche anterior lo escuche llorando, como muchas noches antes, en la escuela me había tratado de maravilla, y a todo el mundo le dijo que yo cumplía años. Lo odiaba a por ser como era, no le importaba nada, que si le decían “Marica”, el respondía “gracias” y si las chicas le preguntaban por que se ponía labial y se maquillaba él contestaba “por que a mi se me mira mejor que a ti”. Siempre usando esa actitud arrogante ante todo.

 

Solo con algunas personas era amable, entre ellas mí madre, quien lo amaba, y mí padre, el que cumplía cada uno de sus caprichos. A mí durante mucho tiempo me evitaba, hasta hacia unos días que me ayudaba con la tarea, en especial con la de matemáticas, puesto que no le entendía nada.

 

Sus gestos durante las clases “privadas” diarias que me impartía, en la comodidad de la habitación, no solo me dí cuenta que era realmente buen maestro, si no que además era muy amable, rara vez levantaba la voz, no se desesperaba conmigo a pesar de que debía explicarme el mismo problema muchas veces. Cada vez que hacía algo bien, me premiaba dándome un dulce de menta, mismos que después terminaban en su boca, por que al final era él el que se los comía. Sonreía considerablemente y su sonrisa cada vez me gustaba más, sus finos labios embarrados de brillo de repente me tentaban a besarlos, y sus ojos singulares no dejaban que apartara mi vista de él.

 

 

Un domingo de febrero fue de paseo con su novio, ellos se habían distanciado un tiempo y luego regresaron a ser lo que antes eran. Durante los dos meses que estuvieron separados  a Key se le miraba más relajado, sus playeras de manga corta habían salido de nuevo del closet, los pantalones ajustados también. Después de su repentino regreso, todo volvió a ser como antes, las mangas volvieron a cubrir la piel blanca de Key, las sonrisas se convirtieron en lágrimas nuevamente. Al verlo en ese estado, quería tomar al tipo que hacia sufrir a Key de la camisa, lanzarlo contra la pared y molerlo a golpes.

 

Un día después de una “cita” con su de nuevo novio, Key llego más tarde de lo usual, entro cerrando la puerta con extremo cuidado, la habitación estaba a oscuras, pero aun así lograba mirar sus silueta, se llevaba las manos a los ojos y se los tallaba con fuerza mientras absorbía los mocos.  Sin cambiarse la ropa se echo sobre su cama, se abrazó a la almohada y comenzó a llorar ahogando sus sollozos. Se me rompió el corazón al verlo. Por inercia me levante y me acerque a él, no escucho mis pasos, solo volteo a verme cuando encendí la lámpara. Fue entonces que mire ese hematoma cubrirle el pómulo, y su labio estaba manchado de sangre. Una hola de coraje llego a mi cabeza, quería ir donde ese hombre y golpearlo hasta que muriera, hasta que su cuerpo quedara irreconocible.

 

-Soy un idiota - murmuro Key, y luego me abrazo, escondiendo su rostro en mi pecho. Lo separe un poquito, solo para mirar las heridas, pero sus ojos lograron hechizarme, le acaricie las mejillas, él no se alejo, así que imagine que era su permiso para continuar. Le bese la punta de la nariz, y luego me pase a sus labios, sabía a hierro, se quejo un poquito gracias a la herida que modelaba. Nos separamos, pero luego él comenzó a besarme de nuevo, el beso que comenzó como algo dulce, pronto comenzó a teñirse cada vez mas sensual, mi lengua jugaba con la suya, la succionaba y hacia que la sangre en su labio no dejara de salir, pronto ya tenia una de mi manos recorriendo su vientre, plano y suave, le saque la playera por encima de los hombros y logre ver todos esos hematomas de colores diferentes sobre su piel, se mostraban sin vergüenza ni prejuicios, algunos parecían más recientes que otros, unos dolían más que otros. Ahora ya entendía el por que Kibum siempre utilizaba playeras de ese estilo. El maldito de Dong, abusaba de Key, lo golpeaba y quien sabe cuantas cosas más le haría.

 

Lo abrase con fuerza y pegue mi cabeza a su pecho, escuche los latidos de su corazón, eran rápidos, muy rápidos y se escuchaban fuertes. Él levanto mi rostro y logro besarme, para luego apartarse totalmente sonrojado. Yo amaba a Kibum por cosas como esa, no quería que a nadie le mostrara esas expresiones, quería que solo fuera mío. Bese su cuello, lo mordí, él lanzaba gemidos al aire apenas escuchables, baje hasta sus tetillas para poder disfrutar de ellas, eran unos botoncitos rosas que se endurecían al momento de entrar a mi boca. Hasta ese momento él permanecía medio sentado apoyado en sus codos, lo ayude a acostarse completamente y ya lo tenía mi completa disposición.

 

Cada vez sus gemidos se escuchaban con mayor fuerza y sus jadeos se hacían presentes, mi erección comenzaba a molestar y la de él se notaba cada vez peor, sus jeans apretados no lo disimulaban ni siquiera un poquito, como puede desabroche el pantalón y lo quite, dejándolo solo en su ropa interior rosa, sus muslos lechosos lucían las marcas de unos dedos, acaricie esa parte y Key lanzo un quejido.

 

Se cansó de todos mis juegos, y fue él el que cambio de posición conmigo, ahora yo estaba abajo, fue su turno de desvestirme. Roso nuestras erecciones por encima de los bóxer y él soltó un jadeo acompañado de una mueca de completo placer, se restregaba contra mi, haciendo que lo deseara con locura. Recorrí su pecho con mi mano y la situé encima de su pene, comencé a masturbarlo hasta que se vino, dejándome cautivado con sus expresiones y sonidos sexys. Volvimos a cambiar de posición. Abrí sus piernas y me puse en medio de ellas, mi bóxer hacía rato que ya no estaba en su lugar.

 

Comisé de nuevo a regalarle caricias a su cuello,  mientras el se mordía el ya lastimado labio, tratando de reprimir sus gemidos.

 

-Deja de hacer eso, te lastimaras, además no hay nadie en casa que te pueda escuchar, solo yo y eso es lo que mas deseo -de nuevo sus mejillas se tornaron rojas.

Jamás creí que algo así saliera de mis labios, igual que tampoco imagine que Key llegara a gustarme tanto, solo podía sentir esa sensación de estar completo, cuando él estaba a mi lado.

 

-Hazlo… Vamos, penétrame… ya no aguanto -suplicaba. Con sus piernas me sujeto de las caderas y se acerco, haciendo que la punta de mi pene acariciara su entrada. De una sola vez, mi pene llego hasta sus adentros, se sentía genial, sus paredes estaban estrechas,  gemí al sentirlo, mas bien parecía un graznido mas que un gemido.

 

-Key… Key… - trate de argumentar algo, pero mi mente solo podía vociferar su sobrenombre, ese que tanto le gustaba. Luego ya no aguante y comenzó a moverme bruscamente. Él hacia expresiones de dolor al principio, pero una vez que llego a acostumbrarse, yo solo podía mirar su gesto de placer acompañado de sonidos excitantes y un sonrojo total.

 

Estaba punto de venirme, pero cada vez que lo sentía algo lograba impedir que mi orgasmo llegara, las embestidas se hacían cada vez más frenéticas, y Key solo se limitaba gemir como si estuviera en celo; ambos parecíamos animales en celo. Pase uno de mis brazos por debajo de sus estrecha cintura y lo levanté aplicando poca fuerza, quedamos sentados uno frente al otro, yo aun seguía dentro de él, se abrazo a mi cuello y escondió sus cabeza en mi hombro. De nuevo estaba embistiéndolo con fuerza, pero resultaba más difícil de lo que parecía, sin embargo a Key parecía gustarle, puesto que llego al orgasmo por segunda vez en una noche, su respiración era agitada y quemaba mi piel.

 

-Te…. Te…. Te amo Jonghyun -logró articular, Lo bese tan rápido como alcance sus labios y me esparcí por todo su interior, mi tan esperado orgasmo había llegado.

 

-Yo también te Amo. -le conteste. Luego cayo dormido aun conmigo en su interior. Me separe de él con cuidado de no despertarlo y  lo sobrecoste y yo aun lado abrazándolo con fuerza. Manteniéndolo cerca de mí. No quería que al despertar él ya no estuviera.

 

Durante toda la noche no pegue los ojos, solo lo miraba dormir, tranquilamente, con los labios entreabiertos y esa expresión de tranquilidad que tanto me gustaba. Yo realmente lo amaba. Y no quería que al despertar él ya no estuviera a mi lado y se fuera a ver con ese tipo.

 

Acaricie el moretón de su mejilla y cause que su cuerpo convulsionara por el dolor que le causaba, lo bese por encima para no lastimarlo, solo se removió muy poquito y luego volvió a dormirse. Ya eran las siete de la mañana, me levante con cuidado de no despertarlo y me dispuse a bañarme.

 

Lo deje en la misma posición antes de partir para la escuela, trataría de regresar lo más rápido posible para poder estar a su lado. Al llegar a la entrada de la escuela, pude visualizar esa figura alta, estaba fumando y vestía un pantalón azul con una camisa negra. Parecía desesperado.

 

Volteo a verme.

 

-Hey… tú -me habló - Key, vendrá  hoy -dijo con voz autoritaria. La furia me invadió por completo, así que me lancé hacia él y comencé a golpearlo, no deje que se defendiera. Luego fui apartado por otros chicos, mientras algunas chicas corrían a auxiliarlo.

 

 

-Crees, que nadie si iba a dar cuenta de lo que le hacías… ¡¡MALDITO ESTUPIDO!! -Escupí las palabras a su rostro.

 

Los chicos me miraron incrédulos, mientras trataban de alejarme de Dong, después de mi lucha contra los brazos que me mantenían cautivo, logre zafarme, solo para salir corriendo en dirección de la personita que causaba una maraña de emociones en mi interior.

 

Entre en la casa sin el menor cuidado, subí las escaleras y entre al cuarto, pero no se encontraba nadie, solo las sabanas desacomodadas. Lo busque por toda la casa. Lo encontré en la cocina, estaba con los audífonos pegados los oídos y bailaba enloquecedoramente aunque le costara un poco de trabajo moverse, una camisa holgada lo cubría y los pantalones ajustados solo acentuaban más sus muslos. Me acerque, abrazándolo por la espalda, la escena se me antojo cómica, ya que yo era mas bajo que él, mordí su cuello  arrancando un gemido de su garganta.

 

Se arranco los audífonos y volteo a mirarme, se colgó a mi cuello y me beso. Luego me conto el por qué del enojo de Dong, Key le dijo que ya no quería nada con él, que le daba asco y sabía todas sus infidelidades. Key no era de los que se dejan pisotear así como así, una guerra de gritos comenzó, pero luego la balanza giro hacia Dong, pues este tenía mas fuerza física.

 

 

***

Mi madre y mi padre regresaron. Un día mientras mamá salió de compras con Kibum, me atrevía  preguntarle, la duda que tenía desde hacía mucho tiempo.

 

“¿Por qué Key vivía con nosotros y no con su familia biológica?”  La duda que me atormentó por años, por fin fue contestada.

 

-Desde que Key era niño, siempre sufrió los constantes abusos por parte de su madre, así que su abuela lo llevo a vivir con ella por un tiempo, pero después la señora fue incapaz de seguir apoyándolo, debido a que tenia cáncer de pulmón metastacico, al final falleció y a Kibum no le quedó otra más que regresar con su madre, él fue el mejor testigo de cómo su madre no paraba de inhalar mil y un sustancias dañinas para su cuerpo, conoció a cada uno de los innumerables hombres que desfilaron por su casa, sin llegar a saber cual de todos era su padre. Un día encontró a su mamá muerta presa de una sobredosis, solo que él creyó que se encontraba dormida. - explicó  mi papá, mientras sus ojos se tornaban llorosos -hicimos muchos tramites, puesto que Kibum al no tener familiares directos, quien se encargara de él, el fiscal decidió que lo mandarían a un refugio y luego lo pondrían en adopción, tu madre amaba a ese niño, desde siempre, me suplicó para que lo adoptáramos, no sabes lo que me costo poder darle ese gustito, pero no me arrepiento de ello. -vociferó por ultimo.

 

Quise darle las gracias por traer a vivir a la casa a la persona de la que me enamore, pero en eso llegaron, mamá entro muy contenta y Key parecía igual; al ver tan hermosa sonrisa en su rostro, las lágrimas me resbalaron por el rostro, sorprendiéndolo, él se acerco a mí y me abrazo. Eso me dejo sin palabras y a mi madre se le abrieron mucho los ojos, al ver como le correspondía.

 

-¿Te encuentras bien? -me preguntó con preocupación.

 

-estoy bien, no te preocupes -le dije.

 

Para mí Key siempre ha sido la persona más valiente que conocido, pues jamás se inmuto ante los demás, y a pesar de haber sufrido tanto siempre hacia que mi día amaneciera mostrándome esa bella sonrisa.

 

 Amanecer todos los días a su lado me hacía sentir dichoso. Gracias a él soy el ser más feliz del mundo. Mí diva sensual y  mi niño  hermoso son un sala persona de nombre Kim Kibum. Gracias a él conozco y tiene sentido el significado de la palabra AMOR.

 

 

 

 

Notas finales:

Plis dejen reviews. sin mas que decir se despide sus unnie :,P

*Se va rodando para poder fangirlear y que no la asesinen*

 


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