Quiero ser tu Romeo
UchihaNaru
Mil veces recitare tu nombre, mil beses te besare los labios, hare todo lo necesario hasta que entiendas que Te amo.
Fiesta de disfraces parte 1 –Capitulo11-
Sasuke.
Naruto me había preguntado si recordaba aquella pregunta que de seguro estaba ansioso por escuchar, aun seguía con la idea de probar su valentía y hacer que el me lo preguntara a mí, pero al paso que vamos no creo tener la suficiente paciencia como para no gritarle si quería ser mi novio oficialmente, más que nada, gritárselo a los demás, le sonreí y le revolví los cabellos, le di un beso en la mejilla a mi pequeño diablillo y me agache a su altura.
Mis ojos se dirigieron a sus labios, esos que eran tan carnosos y con un esquicito sabor dulce, no pude evitar besarlo, fue un beso algo profundo pero no tardado, mis instintos me hicieron seguir y pronto me encontré besando su cuello, escuchar su voz dando un suspiro que me hizo estremecer me hizo comprender lo que estaba tratando de hacer, me separe al instante, no era tiempo, para mí no sería la primera vez, pero para Naruto sí que lo era y en verdad quería que fuera especial y eso sí quería que pasara conmigo.
-Lo siento, no lo recuerdo Kitzune – Conteste su pregunta, era mejor irme antes de saltar sobre él, Naruto hizo un puchero y me dio un pequeño golpe en la cabeza, me reí ante su infantil reacción, me abrazo y se quedo quieto por pocos segundos, mordió mi oreja y se puso a reír al escuchar un quejido de mi parte, me puse algo serio y lo mire de arriba abajo, Naruto era un chico por el cual cualquier chica morirá, incluso hombres, sin embargo yo tenía la oportunidad de estar con él, ante mis pensamientos sacudí mi cabeza, mis hormonas me estaban haciendo una mala jugada.
Me di vuelta, me senté y recargue mi espalda en el costado de la cama de Naruto, el se puso a mi lado derecho y yo pase mi brazo por sus hombros, me jalo el cabello y se volvió a reír, yo hizo lo mismo tratando de distraer mi calentura, sin embargo el miro al lado opuesto a mí, miro a los gatos, quienes se acomodaron en una esquina uno sobre otro para dormir, mientras él los veía mis ojos observaron esa piel desuna que su cabello me dejaba observar, su cuello, mi mano izquierda se movió sola, pase mi dedo índice desde su oreja, por su cuello y baje por su pecho lentamente, mientras hacía eso su expresión se puso seria, Naruto sabía lo que sentía y yo presentía que él quería lo mismo, cuando volteo a verme nuestros labios estaban a pocos centímetros de juntarse, nuestras narices se rozaban, sus ojos demostraban algo profundo, de nuevo algo me recorrió el cuerpo, para evitar que me aventara sobre él, sonreí y le mordí el cachete, el beso mi barbilla, comenzamos a jugar como si así pudiésemos evitar las ansias que sentíamos, le hizo cosquillas a mi zorrito y de alguna manera quedo acostado en el suelo y yo estaba sobre él, nuestras respiraciones eran apresuradas, Naruto estaba levemente sonrojado y su boca estaba entreabierta, yo estaba serio, mirándolo con atención.
-Hazlo… - Su voz, su voz estaba algo rara, podía escucharlo, estaba ansioso, ya no pude negarme, comenzamos a besarnos vorazmente, Naruto tenía sus brazos alrededor de mi nuca y jugaba con mi cabello, mis manos no se quedaron quietas y delineaban el cuerpo de Naruto por sobre la ropa, Naruto movía sus caderas, buscando un toque más intimo, nos dimos vuelta, ahora Naruto estaba sentado sobre mi cadera y yo tenía mis manos sobre las de él, se quito la camisa lentamente mientras yo observaba su intento de provocación, el cual obviamente funciono, mi sonrisa era prepotente, mi niño no se quedaba quieto, ahora me besaba como si su vida dependiera de eso y yo por supuesto, no me iba a negar a sus deseos.
-¡¿Qué rayos hacen ustedes dos?! – El grito proveniente de una voz madura y gruesa hizo que Naruto se separara de mi y estrepitosamente al mismo tiempo que yo me incorporaba, el susto rompió la magia del momento y Naruto miro a la persona que había entrado a su habitación, los dos nos quedamos helados de solo ver quien era la persona que nos veía, más que nada a mí, con un odio y una furia descomunal, mire como caminaba lentamente con la mano empuñada hacia mí, Naruto se dio cuenta de esto, venía con todas las intensiones de golpearme, mi rubio se puso delante de mí, pero cuando vi que su hermano… Que Kyuubi no estaba dispuesto a detenerse, empuje a Naruto hacía la cama y recibí lo que segundos antes iba dirigido a Naruto.
Sasuke al recibir el golpe quedo mirando hacía la cama, sin embargo su vista había quedado tapada por su cabello, su mejilla ardía, su labio sangraba, Kyuubi miro a Naruto y lo jalo del brazo con rudeza, lastimándolo claramente en el proceso, Sasuke al ver esto se enojo.
-¡¿Qué te pasa, eh?! ¡¿Acaso eres un idiota, te crees tan grandecito como para hacer estas cosas?! ¡¿Qué rayos pasa por tu cabeza Naruto?! ¡JODER TIENES 16 AÑOS! ¡Piensa antes de actuar! ¡Razona y deja de ser tan estúpido! – Naruto lloraba, su brazo le dolía, hacía su cuerpo hacía abajo para que le quitara las manos de encima, pero esas lagrimas no eran por el dolor físico, más bien a ese pequeño le dolía lo que su hermano decía de él, Sasuke no pudo seguir mirando aquello y empujo a Kyuubi con todas sus fuerzas y separo a Naruto de él.
Naruto.
Mi hermano estaba furioso, mi brazo dolía y al verme separo de él me aferre a Sasuke con miedo, nunca había visto a mi hermano de esa manera y si cuando estaba calmado era brusco y algo insensible, no quería ni imaginarme de que era capaz estando así, Kyuubi miro a Sasuke y este quería separarme de él para enfrentarse a Kyuubi, yo no quería que eso pasara y me aferraba a azabache, a gritos le pedí que parara y se calmara, su mirada era algo rara, estaba roja, era irreconocible y me provoco miedo.
-Sasuke ¡Sasuke, para por favor! – Por fin me hizo caso, pero sus ojos seguían con un rojo carmín deseoso de pelear, a pesar de no estar forcejeando su mirada aun seguía en Kyuubi, los dos al instante me miraron a mí, a mi brazo, y todo por haber escuchado un quejido mío, Sasuke me tomo por los hombros para separarnos y miro mi brazo, el agarre se estaba comenzando a poner morado, Kyuubi quiso acercarse, mire a Sasuke y al escuchar el primer paso de mi hermano su movimiento fue rápido. Empuño su mano derecha, lo miro de reojo y lo golpeo.
El golpe fue directo al ojo derecho, Kyuubi dio unos pasos hacia atrás ante el golpe, Sasuke me miro y me revolvió los cabellos, le tome la mano, no quería que se fuera, escuchamos un auto estacionarse en frente de la casa, la voz de Deidara llego como un alivio a mis oídos.
-Lárgate de mi casa ahora mismo –La mirada de Kyuubi dejo a Sasuke y me miro a mi, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo -Y tu… Hablaremos después –Después de eso se fue, un sonido sordo se escucho cuando él azoto la puerta y yo suspire con alivio, mire a Sasuke y el estaba más calmado, ya no tenía esa mirada que me provocaba escalofríos y ahora miraba mi brazo con algo de preocupación, escuchamos algunos pasos, a dos personas entrar a la casa, eran Deidara e Itachi.
-No le digas nada a mi hermano –Sasuke frunció el ceño –Por favor Sasuke, yo me las arreglare con Kyuubi, estoy arto de depender siempre de Deidara, ya sabré yo como librarla esta vez… Por favor – Solo aparto su mirada de la mía, quise pensar que su decisión era guardarme el secreto, mis gatos maullaron, con tanto jaleo era muy obvio que se levantarían, levante la camisa de mi uniforme y la puse en el bote de la ropa sucia, tome de mi armario una con manga larga para tapar el moretón recién formado.
-Naruto –Me quede helado mirándome en el espejo, o mejor dicho, mirando su reflejos en él – ¿Siempre es así? Él… ¿Te ha lastimado otras veces? –Pude observar que su mano estaba tensa y su mirada era severa, yo suspire y negué, estaba seguro que él me había visto, ahora que lo pienso, estoy seguro que la razón por la que Kyuubi trata de irse cada qué vez que se enoja por algo, ya sea con Deidara o conmigo, se va de inmediato, por qué sabe que su mal carácter no lo puede controlar –Me voy no porque quiera, no me gusta la idea de dejarte con él, me voy porque Deidara está aquí y sé que él no permitirá que ese… que tu hermano te haga daño – Camine hasta él y lo abrace, el hizo lo mismo –Oye, no diré nada, pero si vuelve a pasar no me quedare callado –Yo le sonreí y él me dio un beso, con eso tomamos la decisión de irnos a la sala, en donde de seguro estaría Itachi con Deidara, Ita y Sasu nos siguieron de cerca, yo los miraba, se tiraban uno que otro arañazo y si hacían caras para ver quien caminaba más cerca de mí, ¡Ja! Me pregunto si será coincidencia.
Al bajar las miradas de Itachi y de mi hermano nos recibieron alegres, después de saludar mire el reloj, me di cuenta que era hora de irme al trabajo y fui a mi habitación a darme un regaderaso, aunque en realidad solo me moje y salí para cambiarme, podía escuchar la risa de mi cuñado, Itachi era un escandaloso, me puse la misma camisa manga larga color naranja, pues estaba limpia, unos pantalones entubados negros, tome mis protecciones, me las puse y baje con los patines en la mano y con calcetas, mis tenis los guarde en la mochila que colgaba de mi hombro izquierdo, al bajar todos me miraron, yo solo pase corriendo y les dije adiós a todos, me puse los patines tan rápido como pude y salí directo a la cafetería, esperando no llegar tan tarde.
-¡Llegue! – Grite casi sin aliento cuando entre por la puerta trasera de la cafetería, todos en la cocina me miraron divertidos, me saludaron y yo les correspondí con una sonrisa, me quite los patines y me puse los tenis, fui a los vestidores y me puse el uniforme, al estar frente a la registrado y mirar a Bryan, el me miro algo raro, ciertamente hoy no tenía ganas de llevar patines y él me lo dejo pasar con una sonrisa, Sakí no estaba, era su día libre, ese día me quede más de la cuenta, me quede hasta que cerraron el café y eso era hasta las 9 de la noche, Bryan no me pregunto él porqué, pero la duda en su mirada era obvia, la situación era que no quería ir a casa, no cuando Kyuubi de seguro me esperaba para hablar seriamente, como él me había dicho.
Cuando llegue a casa, mis hermanos y mi abuelo ya habían acabado de cenar, Deidara limpiaba los platos y cuando me miro me sonrió, por mi parte solo subí las escaleras y me fui directo a mi cuarto, el dolor en mi estomago me hizo recordar que no había comido, mucho menos tenía ganas de cenar, me acosté directamente a dormir, lo último que quería era que Kyuubi entrara a mi habitación.
Naruto se quedo dormido minutos después de haberse acostado, Deidara entro a su habitación con un sándwich para que su hermanito cenara, cuando lo vio dormido dejo el plato en el buro y busco la pijama de su hermano para ponérsela, al hacerlo miro su brazo curioso, la marca era grande y morada, ¿un golpe? No, alguien lo había tomado con fuerza, su mirada se puso seria, esperaba que sus sospechas fueran solo eso, sospechas, termino de cambiar a Naruto, lo cobijo y apago la luz con el plato en mano, lo dejo en la cocina y llamo a casa de Itachi.
-¿Esta Sasuke contigo? Una negativa se escucho del otro lado del teléfono, diciendo que ya estaba dormido, Deidara bufo e Itachi le pregunto que le pasaba –Naruto se quedo dormido y le puse su pijama, en su brazo tiene un moretón, como si alguien lo hubiese agarrado bruscamente, es grande y quería saber si Sasuke sabía algo - Itachi se quedo callado, los dos decidieron que al día siguiente hablarían con Sasuke y con Naruto respectivamente, los dos se fueron a dormir y Morfeo cobijo con sus brazos a todos aquellos que a esas horas también cerraban los ojos para dormir acompañados por él.
Naruto.
Me desperté con gran pereza de mi cama, me dirigí al baño a casi rastras, me quite la ropa y una vez que sentí el agua recorrer mi cuerpo desnudo pude sentir como despertaba completamente, al salir mire el calendario de Vocaloid que colgaba de mi habitación, faltaban tres días para Hallowen, sonreí, mejor me ponía de acuerdo con los chicos para saber que hacer este año, pues el anterior había estado de miedo, aun recordaba esa prueba en aquella casa abandonada a unas calles de la escuela, ese día jure que mataría a todos mis amigos uno por uno por el gran miedo que me hicieron pasar ese día.
Me puse el uniforme de la escuela, baje y ahí estaba Deidara, hoy era Martes y a diferencia de mi, el iba a la escuela una hora después que yo, rodé los ojos solo de recordarlo, me hizo de desayunar un plato de Hot Cakes, mi abuelo bajo en cuanto yo termine y el auto de Sasuke se estaciono enfrente de mi casa, pensé que no vendría por lo sucedió ayer, con una alegría enorme me despedí de todos y fui afuera para ser recibido con un abrazo y un beso, los dos no subimos al auto directo a la escuela.
Deidara había mirado a Naruto en cuanto Sasuke llego, en su mirada no había un deje de miedo, al despedirse no sintió tensión, mucho menos entre ellos cuando los miro saludarse, estaba claro que Sasuke no había sido, pero algo le inquieta, Naruto no quería decirle quien era el culpable, ni siquiera quería que el mirara aquel golpe, sobre su camisa escolar llevaba una chamarra y las épocas frías aun no daban comienzo en su totalidad, a esas alturas una bufanda era suficiente. Algo no andaba bien y eso le hacía preocuparse más.
Sasuke.
Al llegar a la escuela muchos nos miraron al vernos bajar juntos, Naruto se despidió de mi en cuanto miro a uno de sus amigos, Inuzuka Kiba si no me equivoco, un pequeño pretendiente de nuestro querido Shino, el muy Dobe ni siquiera se había despedido correctamente de mí, yo bufe, pero antes de caminar dentro del instituto un quejido me hizo voltear a mirar a los dos menores, Kiba pedía lo siento y Naruto reía nervioso, tomando su brazo, el enojo en mí creció de solo recordar lo que debajo de aquella ropa había.
Naruto.
-¡Entonces haremos una fiesta! – Grite con emoción de solo imaginármelo. Kiba me asintió de igual manera –Vaya, pero nunca creí que Gaara se prestaría a estas cosas –La verdad era que mi mejor amigo no era del tipo de persona que disfrutaba mucho tener que lidiar con un montón de chicos con las hormonas al tope dentro de su casa destrozando todo a su paso, por eso me sorprendí, era increíble pensar que ese pelirrojo hubiese aceptado.
-Él fue el de la idea, y dijo que sus padre no estarían, al parecer algo tuvieron que ver los hermanos, no solo serán los de nuestro grado, al parecer amigos de Temari y Kankuro también –Ah claro, la cosa no era de él, era de Tema-chan y de Kankuro-kun, esos dos eran tan o más fiesteros que nosotros, en verdad no parecían hermanos de Gaara, quien era tranquilo y gustaba del acompañamiento intimo de solo los amigos frecuentes, Temari más que nadie era de las personas que armaba fiesta e invitaba hasta a personas de la calle, de solo pensarlo me dio gracia -¿De qué te disfrazaras? –Oh, esa era la pregunta de año, ¿De qué me disfrazare?
-Tengo varias opciones – Y era la verdad, me quede pensando en aquellos trajes que tenía no solo gracias al trabajo de la cafetería, sino también por mis gustos propios ante la festividad de cada año, puesto que cada vez que se acercaba, si no me gustaba ninguno de los trajes que tenía ahí, iba a comprar uno, no señor, me compraba cinco o hasta seis, todos me los había puesto hasta el día de hoy, pues aunque nuestra fiesta era la que se celebraba el mismo día de Hallowen, habían compañeros, incluso de diferentes grados, que no invitaban a las suyas días antes o después.
-Oye, Kimimaro nos ha invitado a una fiesta mañana por la noche, las clases serán suspendidas a partir de mañana, hoy darán el anuncio –Kimimaro… ¿Qué quería ese chico con nosotros? Teníamos entendido que no éramos de su agrado, Kiba me miro preguntándome con la mirada si sería prudente llegar a ese lugar –Los chicos han decidido que lo que digas tu será lo mejor, no queremos meternos en problemas pero – Kiba sonrió –Tu eres el que no se cansa de ir de fiesta en fiesta cuando de estas épocas se trata -¡Ah! Que malo, Kiba se rió de mí y yo le di un golpe en el hombro, el siguió riendo y yo sonreí, la verdad es que no me podía resistir a una fiesta, menos si era de Hallowen, suspire.
-Iremos –Kiba ahogo un grito de emoción, era claro que yo no era el único que quería ver, me di cuenta no solo al verlo si no también al escuchar unos grititos y unos choques de manos detrás de mí, eran unos idiotas, habían hecho que Kiba pasara a propósito por donde yo estaba para que el me lo dijera, eran unos tramposos, de un momento a otro Lee me rodeaba con su brazo por los hombros, Gaara se ponía a un lado mío y así se fueron poniendo todos a mi alrededor –Entonces ¿En mi casa esta tarde? –Algunos asintieron, otros gritaron que sí con euforia, otros simplemente sonrieron, yo suspire, esos tontos no tenían remedio.
Continuara…