Capítulo único.
Momentos.
Jonghyun había salido a ver a su umma, Taemin y Key se habían escapado como dos verdaderos fugitivos al enterarse de que tendrían libre el fin de semana.
Y eso había sido ayer.
Hoy la casa estaba sumida en un silencio incómodo, que se podía cortar con el filo de un cuchillo.
Es que entre Onew y MinHo, las cosas no estaban bien.
Es una cosa de momentos.
Por ejemplo.
MinHo detesta como Jonghyun toca demás a su líder, como Key se pone en plan "la mamá n° 1" y lo cuida cariñosamente cuando está enfermo, como Taemin se gana su corazón con su carita de niña y sus pucheros.
MinHo lo odia.
Y Onew es tan lindo que no le desagrada ninguna actitud de sus dongsaens.
Pero hay algo en cada sonrisa, cada abrazo, cada toque, cada caricia que el alto pudiera darle a otro y no a él, que le oprime el pecho, le estruja el corazón con una fuerza horrible y desgarradora, que lo hace fruncir el ceño y encerrarse en su habitación por el resto de la tarde, a arrojarle todas sus almohadas a las paredes.
Pero vamos, que eso no es odiar algo, ¿o si?
Y bueno, ambos sienten que algo está mal.
Los demás, también lo sienten.
Y aprovecharon la oportunidad para huir como cobardes de esa incómoda situación.
MinHo estaba haciendo sus ejercicios diarios, Onew comía pollo mientras veía una de sus presentaciones por YouTube.
Y un video llamó su atención.
No, Onew, no hagas clic ahí…
Era MinHo, cantando OMG, de Usher.
Pero la canción, el momento, hasta el pollo se quedó en el olvido.
Es que MinHo es delicioso sin camisa.
Delicioso.
Perfecto.
Y a Onew se le hizo agua a la boca.
Deseó poder tocarlo, poder sentirlo aunque fuera un roce simple, superficial, hasta inocente.
Deseaba poder ir como si nada, así como si fuera lo más normal, a la habitación que el alto había adaptado como su "gimnasio" y mirarlo, mirarlo por largo rato, ver sus músculos contraerse, ver el sudor correr por su cuerpo y sentir celos de esas gotas sin vida.
Jinki se ve tan inocente… Pero las apariencias engañan.
Entonces, se da cuenta de que todo ese tiempo que duró el video, estuvo él comiendo su pollo, inconscientemente.
Y se decepcionó al ver la cubeta vacía.
Salió a buscar más pollo, para satisfacer de paso sus deseos de MinHo intoxicándose con comida.
Y no esperaba encontrárselo así.
Solo una toalla, solo una toalla.
Una tela que comenzaba a odiar.
-Hyung, ¿estás bien?
Onew no sabía como el alto podía hablar, si el apenas y alcanzaba a respirar.
-N-n… ¡S-sí!
Le echó una ojeada a la rápida, y luego corrió a encerrarse en la cocina.
Todo su sistema estaba alterado.
Corazón, latiendo alocado. Respiración, agitada.
MinHo… ¿Por qué eres tan apetecible?~
¿Para qué esconder lo que deseaba en su mente?
Igual, nadie podía escucharlo…
A menos que el alto fuera un fenómeno con poderes y pudiera escuchar sus pensamientos.
Me voy a volver loco…
Estaba en blanco, no recordaba ni su nombre.
Se sirvió un vaso de agua, y se sentó en la mesada, a tratar de respirar normalmente.
-Hey, hyung… -La voz del rapero le sobresaltó, y el vaso terminó estallando en pedazos de cristal contra el suelo.
-Oh, mierda –Se agachó el mayor, intentando recoger con sus torpes dedos los trozos de vidrio quebrado.
Y no es que esto sea muy típico de las comedias románticas, o que Onew sea tan torpe que todas sepamos lo que pasó pero…
Soltó un alarido de dolor, alzando el dedo "apuñalado" por una astilla de cristal, tan pequeña y dolorosa.
Sus labios se contraían en un puchero, y sus ojos miraban con pena a MinHo, que examinaba con cuidado su mano, y le dedicaba una mirada reprobatoria.
-Tarado.
Jinki creyó escuchar mal.
-¿Qué? –Sonrió, porque eso es lo que él mejor sabía hacer, sonrió cuando MinHo repitió lo dicho, eso que él había escuchado bien.
-Tonto, ¿Cómo se te ocurre recoger así esto? –El rapero se frotó la frente, cansado, y después alzó al mayor por los brazos, levantándolo del suelo –Tengo que sacarte eso…
-Te das cuenta de que actuando así te pareces a Key, ¿verdad? –Una sombra azul se posó sobre la cabeza de Choi.
-Por dios, solo calla, que esto en serio dolerá.
Pinzas, manos de MinHo, pinzas, sonrisa malvada, pinzas, y cristal incrustado en el dedo.
Eso solo tiene un resultado.
-¡Ah! –Miró como un hilo de sangre corría por su dedo, y el menor estaba seguro de que lo mejor sería llevárselo a la boca para parar el sangrado -¿Qué estás haciendo? ¡Devuélveme mi dedo MinHo!
-Ay, hyung… Ahora tú te pareces a la diva, dime, ¿desde cuando tan sensible? –Arqueó una ceja, expresión burlona, voz sarcástica.
Tomó su aún ensangrentado dedo –que todavía MinHo atrapaba entre sus manos- y subió a esconderse en su cuarto, porque todo estaba bien antes de que él hubiese decidido salir.
Pero él había salido… Para algo, ¿verdad?
>> ¡Mi pollito! <<
¡No bajaré, MinHo está abajo!
>> ¡Dios, muero de hambre! Jinki recuérdalo… ¡Si yo muero, tú también mueres! <<
P-Pero no quiero oh, si veo otra vez a MinHo así, no sé lo que pueda pasarme…
>> Cobarde. <<
Ash.
Su conversación consigo mismo había acabado.
Y él no iba a morir de inanición por culpa de una rana jirafa deportista, oh, eso sí que no.
Se armó de valor y cuando estaba por abrir la puerta, por tomar la perilla entre sus fríos dedos, esta se abrió y le pegó en la nariz. Fuerte.
-¡Hyung! ¡Y-yo, en serio, yo!
Jinki se preguntaba cuantas veces iba a sangrar ese día.
Ya iban dos, sin contar con la pequeña herida que tenía en el labio, del desayuno, por estar conversando con Key y hablar con la boca llena.
Key tenía razón con eso, la mayoría de las veces, él tiene la razón en todo.
MinHo sujetaba un pañuelo justo arriba de su boca, y el respiraba fuerte, llenando sus pulmones de calma, serenándose.
-H-hyung… -Los ojos de MinHo estaban llenos de lágrimas chiquitas –Hyung, en serio no era mi intención… Yo solo, venía a disculparme por tratarlo con tan poco respeto.
Y el "usted" que usaba Choi cuando le hablaba, esa lejanía le dolió a Jinki.
-Ah, vamos MinHo… -Le abrazó los hombros, sonriendo cálido, como solo él podía.
Porque para eso era bueno, para sonreír.
-De verdad, lo siento… -Se limpió los ojos con el dorso de la mano, y sorbió su nariz, infantilmente.
Eso le recordó a Jinki que ese gigantón que él estaba, era solo un niño, era aún ese manojo de nervios antes de salir al escenario, y todavía, a veces, se sonrojaba con las noonas.
Era un niño, como cuando al llegar, se quitaba los zapatos y rodaba por la alfombra, o cuando pedía a Key que sacara las verduras de su plato.
Lo abrazó entonces, con más fuerza, quizás lo estrangulaba, pensó, más no aflojó el agarre, y sintió como MinHo enrojecía hasta las orejas y levantaba de a poco la vista.
-Onew hyung… ¿No estás ni un poquito molesto? –El sangrado había parado mientras él pensaba en su infantil dongsaen, que ahora jugaba con uno de sus mechones de cabello, lo enroscaba y desenroscaba, y lo peinaba para volver a moverlo en el aire.
-Nop, y tú… ¿Te diviertes? –Jinki empezó un juego de cosquillas, que terminó con ellos, uno sobre el otro, en el sillón, cayéndoseles la boca en risa.
De pronto una caricia, y se acercaban, de pronto un estremecimiento de pie a cabeza, los dos colorados, los dos mirándose fijo.
Un beso, y la puerta se abrió.
-¡Justo como los quería encontrar! –KiBum reía con fuerza, mientras se apoyaba en el umbral, Jonghyun y Taemin sonreían por lo bajo, palmeando la espalda de Onew, riéndose de la enrojecida cara de MinHo.
Lindo día habían decidido para besarse por vez primera.
Pero bueno, es que esto es una cosa de momentos.
Como esos en los que Jinki no soporta que MinHo sea tan infantil, que sea tan lindo, tan masculino al mismo tiempo, y que MinHo no soporta esos ojos tan brillantes y la sonrisa perfecta y hermosa de Jinki –que por cierto, sabe a dulce…-
Es una cosa de momentos, cuando ellos pueden darse cuenta de cuánto se quieren.
Fin.