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Found you. por Yunnie

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Notas del capitulo:

 

Un shot cortito inspirado en un Rol, mío. Por supuesto.

 

 

Varios días habían pasado, ChangMin nunca pensó que tardaría tanto en aquel viaje de improviso. Así que sólo llegó hasta su departamento pudiendo dejar caer su maleta sobre el suelo del recibidor yéndose a recostar al sofá en la sala, alivio divino. Sin embargo, un repentino y algo doloroso golpe llegó sobre su abdomen, más bien, el peso del cuerpo de su novio estaba sobre él.

 

— Changmin hyung! ¿A dónde te fuiste? ¿Por qué no me dijiste? —Reclamó con un tierno puchero adornándole los labios. Cosa que hizo suspirar a Shim, mientras usaba los hombros para apoyarse al levantarse un poco.

 

—Lo siento. Yo iba a decírtelo, pero todo fue muy repentino. Incluso mi hermana llegó y tuve que irme con ella. Aunque a todas estás, me hubiera gustado ver algún mensaje o llamada de tú parte cuando entendí el móvil.

 

—Te fuiste sin decirme nada, ni una nota dejaste. Pensé que te habías ido y ya, que no volvías.

 

—Es lo que terminaré haciendo algún día. —Murmuró desganado —En fin, ya te dije lo que pasó, porque al parecer te importa ¿Verdad? Si me permites iré a darme un baño.

 

Se levantó del sofá dejando caer al menor a un lado puesto que aún se encontraba sobre sus piernas. Éste casi de inmediato hizo lo mismo y le siguió, Minho, cruzado de brazos se asomó por la puerta al final del pasillo que ChangMin no se molestó en cerrar, él quien estaba quitándose la ropa le dedico una mirada.

 

—¿Qué sucede?

 

—Días sin verte y sin saber de ti, y ni un beso me das. —Alzó una de sus cejas, con una mueca infantil en su rostro.

 

Mirándole otro momento, ignoró sus gestos— No me lo pediste. —Terminó de deshacerse de su ropa, y entró a la ducha abriendo la llave del agua, frotándose los brazos a esperas de una temperatura agradable.

 

Rodó sus ojos molesto. Entró en la ducha sin importar que su ropa se mojara, pegando su cuerpo a él para besarlo. ChangMin al instante le tomó de la cadera con una mano y la otra la dejó sobre su nuca, volteándose para pegarlo contra la pared y soltó un leve quejido al sentir el agua sobre ambos. No obstante correspondía aquel beso de manera furtiva, mordisqueándole los labios, explorando su cavidad con la lengua con rudeza, también estaba molesto. Minho tomó el rostro del contrario con ambas manos, llevando una de ellas hasta su cabello que se encontraban mojados, halándolo. Un gemido ronco escapó de sus labios al sentir el cuerpo desnudo de su novio contra el suyo cubierto por su ropa totalmente húmeda. Continuó los besos y mordisqueos dirigiéndose hasta su cuello, el cual mordió con fuerza, para luego bajar y morder su hombro de la misma manera.

 

Sus manos viajaron por todo el torso del menor hasta su espalda baja, levantándole la camisa que se le pegaba a la piel dejando aquella zona descubierta, dedicándose a sus labios, casi inconscientemente frotaba su pecho contra el ajeno. Cerró los ojos un momento al sentirlo sobre su cuello, mordiéndose sus propios labios al sentir sus mordidas — Ugh. ¿Qué pretendes poniéndome así..? —Jadeó contra su oído, agarrándole el trasero al levantar sus propias caderas haciéndole sentir la dureza de su miembro.

 

Ignoró su pregunta, sonriendo levemente con satisfacción al sentir la erección del mayor, moviendo sus caderas provocándolo un poco más. Recorrió el pecho desnudo de su novio con uno de sus dedos para comenzar a jugar con sus pezones, a los que luego dirigió sus labios, mordisqueándolos y lamiéndolos, con la otra mano acariciaba su espalda. Min inclinó la cabeza hacia adelante, usando su mano para sostenerse de la pared, ahogando fuertes suspiros. Simplemente aquella visión del más bajo con toda la ropa mojada y pasándole la lengua por el pecho era sumamente erótico, le dolía. En una especie de Zap, arrancó parte de la tela que cubría la ventana a sus costados, y la usó para amarrarle juntas las muñecas al menor sobre su cabeza, luego de cerrar la llave, volvió a amarrar la tela junto con sus manos en el tubo de la ducha. Los botones de la camisa que cubría aquel bien formado abdomen salieron volando cuando el mayor la rompió. La rompió y repitió la acción que su novio hacía con él segundos atrás, lleno de lujuria atrapó los puntos rosas en su pecho hasta dejarlos rojos y erectos, bajando la lengua por todo su abdomen, junto con varias mordidas que iban marcando su piel.

 

—Hy...ung... ¿Qué haces? —dijo como pudo entre gemidos, sus muñecas dolían un poco ya que se encontraba amarrado, sólo quería soltarse y balancearse sobre el mayor, su respiración se agitó aun más al sentir los labios y lengua sobre todo su abdomen— ¡Suéltame! —Rogó mordiendo sus labios para ahogar sus gemidos.

 

Amenazó con soltar aquel pantalón que se veía apretado, según él, pero no lo hizo. Subió de nueva cuenta, despacio. Acariciándole los costado con las manos, besando sobre su clavícula y las zonas que se volvían amoratadas en su blanquecina piel, luego sus labios, muy escasamente, ante el desespero que mostraba — ¿Seguro...? —Dijo casi con burla, levantando los brazos para tomar la atadura de la tela, apretándola un poco más.

 

—¡Ah!! Hyung.. Ah-aah..  —Se quejó y gimió con fuerza luego, sintiendo las manos del mayor ahora, colocarse bajo su pantalón acariciando con fervor aquella erección que comenzaba a crecer porque el ardor de sus muñecas de cierta manera solo hacía más excitante aquel asunto, aún con desesperación más por no poder tocar todo lo que quería, saltó y enredó las piernas en la cadera del mayor apegándolo hacía él. Era una de las pocas veces en las que se le hacia maravillosa aquella estatura que poseía su novio pues al inclinar el rostro logró apresar sus labios entre los propios en un beso hambriento, moviendo las caderas al mismo tiempo frotándose contra su pelvis. —ChangMin ah... S-suéltame, por favor...

 

Su voz ronca, apenas resonó en los odios del mencionado. Le contaba respirar, tanto como ver ya que sus cabellos mojados caían sobre sus ojos. Dejó caer las piernas y al mismo tiempo sus pantalones se deslizaron por sus largas piernas cayendo arrumados en el suelo de la ducha dejando presa solo con la fina tela blanca empapada no únicamente por el agua, palpitante, pidiendo a gritos silenciosos ser consentida. Tal cual, mientras ChangMin se deleitaba con aquella vista, se apegó por completo a él tomándole con fuerza del trasero justo después de haberle retirado la ropa interior, así Minho se aferró de nueva cuenta a la cadera del mayor con las piernas ocultando el rostro entre la curvatura de su cuello volviendo a restregarse contra su cuerpo frotando ambas erecciones expuestas, juntas recibiendo el calor que sentían mutuamente, hasta que los brazos del menor cayeron como sacos a sus costados pues ya no se encontraban atados.

 

La espalda de Minho quedó pegada de un sopetón a las puertas de la ducha, su cuerpo quedó prensado entre el de ChangMin el cual le separó las nalgas y lo penetró de golpe.

 

—¡Ahh-...ahhhhh... Hyug!! Duele... —Logró murmurar a penas pues incluso se le había escapado el aire, su cuerpo se tenso ante la repentina intromisión, pues lo único que hacía de lubricante era el fluido preseminal del mayor.

 

Sin embargo ChangMin hizo caso omiso a aquellos reclamos, Minho sólo pudo aferrarse a su espalda tanto sus piernas como sus manos estaban ahí hechas un mote pues su hyung había comenzado a moverse rápido, brusco, muy pasional arremetiendo contra sus caderas. Mordió con fuerza su hombro, sintiendo las lágrimas caer por su hombro, el placer ya lo había abrumado, sentía que podría morir justo ahí en ese momento sintiéndose completamente avergonzado al notar la mirada indecente de sus vecinos al otro lado, cosa que el mayor había notado de ante mano.

 

Choi escondió el rostro intentando ocultarse, lo que recibió fueron penetraciones más profundas que le hicieron gritar, apoyó con firmeza los brazos sobre los hombros de su novio y saltó, comenzó a saltar indecentemente sobre él apresando a propósito aquella tibia y palpitante erección en su interior, mientras las propia chocaba, se frotaba contra sus abdómenes, la fricción entre la humedad de la ducha y el calor de sus propios cuerpos les mantenía con una sobre excitación casi desesperada pues su sudor se mezclaba entre beso y beso.

 

Era una tarea complicada pero no imposible el mantener aquel cuerpo sobre el propio, moviendo con vaivén exquisito las caderas buscando darle todo lo que podía, buscando alcanzar aquel punto en el que podrían volverse locos los dos de tanto placer, porque todas las sensaciones se aglomeraban a estar tan estrechos, las manos limitadas, al menos Shim solo podía dedicar a aquella estrecha cadera que le encantaba tan fina, mejor que la de cualquier mujer, claro que sí, esa figura de la que gozaba su novio era envidiable, y era solo suya, de él y nadie más, su cuerpo decía Shim ChangMin por todos lodos, pobre de el que se atreviera a mirarlo con descaro.

 

Por esa razón, su cuerpo cubría por completo con recelo el de Minho, lo aplastaba, se frotaba contra él. Solo se podía ver aquella cabellera revuelta del menor por sobre su hombro. A ChangMin no le importaba que vieran su trasero, pero era un hecho que nadie vería el cuerpo de su novio, porque ¡Dios! Ya ni siquiera podía pensar algo coherente pues los gemidos y gritos ahogados se perdían sobre su piel o sus labios con ansiedad. Las muecas que observaba al ver de reojo al menor era un éxtasis, estaba cansando pues mantenía los músculos contraídos, a pesar de eso, no quería, no quería terminar, se sentía demasiado bien.

 

Pues tanto para él como para Minho, estaba destruido. ¿Cómo podía hacerle eso su hyung? Hacerle sentir tantas cosas al mismo tiempo, romperlo y presumirlo. Pero vaya, era un hecho que estaba pasándoselo de lo lindo, cuando su miembro dejó salir el espeso liquido blanco y viscoso como si de agua corriendo se tratase, estaba tan mojado, y seguía excitado, aruñando toda la espalda del mayor, toda la piel a su paso, entre mordidas y besos muchos más besos, porque le encantaba la calidez que llegaba a sus labios, porque vio estrellas cuando se sintió completamente lleno por su hyung, cuando el viscoso liquido se deslizaba fuera de su cavidad baja.

 

***

 

—¡Minho! ¡Minho, espera! En verdad yo...

 

—¡Cállate pervertido!

 

Y el gritó despavorido de Minho le hizo pararse en seco, por el pasillo de aquella casa que compartían. Y es que en otra situación él se hubiera reído a más no poder de la forma extraña en que el menor caminaba, pero, parecía que en realidad estaba molesto.

 

—¿Minnie...? —Llamó una vez se halló en su dormitorio, pues las luces se encontraban apagadas. —Minho, no te enojes, prometo usar un lubricante para la próx-...

 

El cuerpo de Minho se encontró aplastando al ajeno, interrumpiendo sus incoherencias. —¿Lubricante? —Enarcó una de sus cejas indignado. —Hyung babo!! No dejaré que me toques de nuevo.

 

—Pero te estoy tocando justo ahora. —Alegó teniendo presas las muñecas por sus manos.

 

Un puchero apareció casi al instante y comenzó a negar ofuscado, soltándole las muñecas para comenzar a golpear repetidas veces sobre su pecho sin usar fuerza —Así no idiota, así no. —Murmuró sin voz, dejándose caer sobre él, arrumándose contra el mismo como un pequeño gato entre leves suspiros—Te amo ChangMin hyung.

 

—Y yo te amo a ti, Minho. Te amo...

 

Su suave y encantadora risa no se hizo esperar, abrazándolo con fuerza, acurrucándolo entre sus brazos queriendo hacerle sentir sus palabras, las palabras que salían desde su corazón, ese que latía con fervor todos los días solo por él, por esa sonrisa, no era todo en su vida, era su vida y por eso lo es todo. Porque Minho tampoco no podría estar bien sin esos abrigadores brazos que lo envolvían con cariño, por ese amor sincero que se tenían, que siempre ha estado presente... Es más que suficiente.

 

 


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