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Olvidarte se me hizo Imposible por PaddyAle

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Notas del fanfic:

Espero que les guste. Un comentario no cuesta nada *O*

Hay tanto que quisiera olvidar en estos momentos, tu voz, tu figura, tu maldito y desastroso recuerdo. No sé por qué no puedo continuar, sabiendo las razones que han dado esta consecuencia, teniendo conocimiento de que nunca pude hacer nada para impedirlo. Debería tener consciencia de que todo tenía fecha de caducidad. Porque te quise con una intensidad que pocas personas soportarían, porque te recuerdo el día de hoy – a pesar de los años que han pasado – como si nuestro adiós hubiese sido el día de ayer. Es por ello que  maldecir tu recuerdo ha sido algo rutinario, levantarse en las mañanas pensando que sería tenerte recostado a mi lado, o por el contrario, esperándome en la cocina porque te has desvelado. Más adelante recordar que nunca las cosas han sido fáciles para nosotros, que el conocerte ya fue un acto complicado y fugaz. Todo demasiado rápido, fuimos acto de un compromiso que no necesitó demasiadas palabras, la verdad es que siempre hemos sido más que unas palabras bonitas al oído de la otra persona.


 


Levantarse estos días es difícil, el recuerdo se ha vuelto más pesado de lo normal, es algo incorregible. ¿Por qué no poder continuar sin ti? Aquella pregunta retumba en mis oídos día a día, haciendo mis movimientos a kilómetros de distancia, sabiendo que ni siquiera encontrarme en otro país funciona como método de olvido. Plasmado, te encuentras completamente absorbido en mi piel. ¿Cuándo dejaré de soñarte? Hace tiempo que no se de ti, que tu recuerdo me carcome y que aún así, no puedo hacer nada para tranquilizarlo; porque todo se ha acabado, porque tu respuesta ante nuestra vida juntos fue sólo un simple adiós que acabó con todo lo que alguna vez pensamos que podría ser. Y es extraño, el poco tiempo que tuvimos para conocernos, para querernos y para despedirnos fue repleto de vivencias que en estos minutos sinceramente quisiera olvidar, porque duele, todo parece más lento y pesado de lo normal. Aunque el tiempo haya seguido su curso normal, el mío parece haberse detenido para no volver a moverse. Mi corazón se detuvo en el momento del adiós.


 


Mis largas piernas se mueven perezosas por la habitación, es distinta y lejana a tus recuerdos. Supongo que es una de las cosas buenas que tiene el que no hayas nunca pisado este país, ni siquiera conmigo. No sabría si agradecer aquello o no, las cosas se hubieran vuelto peores para mi mente si todo hubiera seguido el curso que yo tenía deparado para nuestra relación. ¿Puede llamársele de esa manera? No lo sé, aunque siempre lo pensé de esa manera nunca hubieron palabras suficientes como para catalogarla con nombre y apellido. Yo sólo sé que me quisiste, que me quisiste tanto como yo a ti. Hasta ese momento, fue en aquella ocasión en donde todo se derrumbó en mi cabeza y me hizo ver que tal vez era el único que seguiría luchando por mantenerte en mi mente aunque no quisiera. Tú seguirías, eso dijiste aquella vez y yo te creí. Es así como muevo mi cuerpo con lentitud día a día, las promociones, el mantener viva imagen de Super Junior M, todo tenía que continuar y a pesar de que el corazón ya no latiera por las personas hacia ver que sí lo hacía por las pocas personas que debían importar en este mundo; aquellas azul zafiro que gritan los nombres de todos los chicos en cada presentación. Sí, hay que continuar el espectáculo incluso en los momentos más dolorosos. Uno de ellos fue aquella vez en que nos despedimos.


 


- Me pregunto si aún me recuerdas.


 


Un suspiro involuntario salió de mis labios mientras revolvía mi pelinegro cabello esperando que se mantuviera en orden. Una risa ahogada de nostalgia llenó la habitación que me encapsulaba, mientras olvidaba unos momentos el qué debía hacer para poder vagar unos minutos en el recuerdo. Sí, volvía a cuatro años atrás, a un 2008 lleno de curiosas sensaciones, donde Super Junior M se formaba y debutaba en los primeros meses del año. Todo se volvía nuevo e intenso, todo tenía sonrisas inocentes y juguetonas. Hasta que viajamos, hasta que conocimos a todos los integrantes de Super Junior. Recuerdo perfectamente tu atraso, eras el último que llegaba a casa después de un largo trabajo en la empresa. Y es por ello que tu voz ronca resonó en mis oídos esperando que mis ojos despertaran del ensueño que parecía haberlos cautivado. ¡Maldito! Me atrapaste desde el primer momento. Y es porque aquella sonrisa tímida que adornaba tu rostro, tu mirada cansada y tu cuerpo bastante más pequeño que el de otros, hacía que mi corazón latiera extrañamente. Fue así como comenzó todo, como Kibum se iba metiendo en mi cuerpo con una rapidez que incluso a mí mismo me sorprendía. No comprendía, y seguramente, ya no había necesidad de comprender algo que no se podía arreglar. Estaba enfrascado en un espacio que no tenía salida.


 


El agua tibia de la ducha me hizo volver de un recuerdo que sólo había sacado antiguos momentos entre nosotros. ¿Cuánto ha pasado, tres años? Sí, eso ha sido. Tres años desde que se acabó todo de manera dura y abrupta. Nada es para siempre, y por más que me lo hayan repetido, yo recién en esos momentos descubrí cuán reales pueden ser esas palabras. Lo único que ha quedado es ese amor que aún profeso y que a la vez odio tanto. Porque he comprendido que no puedo despojarlo del cuerpo, que se mantiene intacto con un poder que no me deja descansar. Tuvimos un año intenso Kibum, y aunque tú, el príncipe más frío del planeta azul zafiro, intentara alejarse de los sentimientos que estaban llegándole, bastó un mes para hacerte comprender que pelear contra lo que se sentía, ya no servía. Somos partículas que se unieron porque no podían mantenerse separadas la una de la otra. Fue en ese tiempo en el que más viajé, en el que busqué la mayor cantidad de escusas para quedarme más tiempo en Corea, buscaba tiempo contigo, aunque no fuera suficiente para ninguno de los dos. Ahora, con el agua cayendo por mi cuerpo siento el recuerdo de tus manos pequeñas y cálidas explorar – en un comienzo de manera inexperta – aquel cuerpo que más adelante se transformaría en algo solamente tuyo. ¿Sigue siéndolo? Lamentablemente sigue siendo tan tuyo como aquellas veces.


 


- Debería dejar de recordar ese tipo de cosas, no hacen bien a la salud. Tú no haces bien a mi salud Kim Kibum.


 


Mis palabras se perdieron en el vacío de la habitación, cuando el baño se había acabado, cuando la ducha parecía dejar el recuerdo atrás por lo menos unos cuantos minutos. Ha pasado tanto tiempo y se siente como si aún fuera pronto para olvidar. Es así como mis mañanas comienzan, como tu maldito recuerdo carcome día a día mis molestas mañanas; todo con el fin de que alguna mañana seguramente pueda decir que te he olvidado y que he podido seguir adelante. Yo sólo sé que en el momento de abrir la puerta de entrada a esta casa, tengo que dejar tu recuerdo dentro de estas paredes para así no mantenerte vivo cada hora del día. Porque eres materia viva dentro de un espacio en el que deberías estar muerto. Muerto en mi mente para que deje de sufrir.


 


- Déjame olvidarte, pequeño demonio.


 


El susurro de mis palabras, como cada mañana al abrir la puerta de entrada para salir a trabajar; volvía a repetirse. Sí, las costumbres parecen hacerse inconscientes.


 


- Lo lamento, pero no puedo permitirte algo así, no cuando yo no puedo tampoco. Zhoumi, no puedo dejar que me olvides.


 


¿Sueño o realidad? La verdad es que la respuesta poco importaba cuando los ojos parecen estar viendo a aquel que roba sueños y verdades. Me acerco a tu cuerpo esperando reaccionar, golpearte con fuerza esperando sentirme seguro de poder continuar; más sé que es sólo una mentira de una mente que sólo añora tocar tu rostro una vez más, sentir el calor de tu piel blanquecina. Y así lo hice, me acerqué a tu cuerpo con lentitud mientras alargaba mis brazos a tu cuerpo esperando que no fueras otro de mis sueños estúpidos a los cuales he deseado asesinar cada vez que despierto. Es por ello que mi inseguridad supera mis actos, lentamente rozo tu mejilla mientras veo cuán frío te encuentras. Pero eres real, eres malditamente real. Es ahí, en el momento de descubrirte, que deseo golpearte con fuerza para preguntarte por qué te has demorado tanto, porqué tuve que esperar tanto por ti. Nunca me pediste que esperara, nunca me dijiste que volverías. Sólo hubo un adiós envuelto en una falsa frialdad que distinguí con demasiada facilidad. Sé que me quisiste Kim Kibum, tanto como te quise yo a ti.


 


- Bienvenido, tardaste más de lo que creí.


 


- Estoy aquí Mimi, volví a ti.


 

Notas finales:

Espero les haya gustado. Amo esta pareja pero es la primera vez que escribo sobre ellos. Espero no defraudar (: Dejen comentarios! *O*

Muack! Saranghae!


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