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Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Bajo el mismo escenario por Valeria15

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Notas del capitulo:

Buenas, este es el primer fic que subo aquí Amor Yaoi, espero sea de su agrado y lo disfruten. Gracias por sus comentarios.

ADV. Lemon, Ooc -creo que poco-, KisaIta, ItaDei, ItaSaso, SasoDei, KakuHidan..., y creo que nada más ^^U

Naruto, ni ninguno de sus personajes me pertenecen, son de Kishimoto-san

Bajo el mismo escenario

Verano

~Un calor abrasador recorre nuestros cuerpos, por que contigo a mi lado; los días se hacen largos y las noches cortas.., aunque tal vez solo sea el verano.~

Ahí se encontraba, bajo el mismo escenario donde todo había comenzado; miró al moreno con una mezcla de rabia y tristeza, aquel también parecía entristecido por la escena que se llevaba acabo, pero más que nada; enojado, los cristalizados ojos celestinos del menor no aguantaron más y dejaron caer la primera lagrima que fue seguida por más y más, hizo un intento por verse más firme recordando el motivo por el cual discutían, no, aquello ya no era una simple discusión, eso iba enserio.

— ¡Esto se termina aquí y ahora! — Exclamo el rubio con la voz algo quebrada ganándose una fulminante mirada de parte del mayor, suspiro.

— Ya discutimos esto, Dei. — Dijo rompiendo la tensión mientras se tomaba la sien. — Tú papel es el de una mujer.., — Señalo el moreno golpeando el libreto echo un rollo contra la palma de su mano. — tienes que adaptar tu voz para que si parezcas una.

El rubio le dirigió una mirada acusadora completamente sonrojado.., respiró hondo y limpió sus lagrimas, los labios le temblaban ¿Cómo pudo pedirle eso? Toda su vida lo habían avergonzado con el hecho de que parecía una niña y ahora él le pedía que hiciera el papel de mujer en una de las obras escolares, sin duda lo mataría luego de eso.

Abrió su boca, pero nada salió. El moreno lo miró de manera arrogante y levanto una ceja; burlándose de él, sabía que era lo único que lo incitaría a decir su línea como nunca.

— ¡Esto se termina aquí y ahora! — Exclamó el rubio cerrando sus ojos con fuerza; completamente rojo, no quiso mirar, esperaba el sonido de la voz del mayor como aprobación… ¿Aplausos? Abrió un ojo cuidadosamente para observar al moreno, pero no provenían de aquel, volvió su vista en dirección a la entrada del "teatro". Un pelirrojo más o menos de la misma edad que él sonreía de lado mientras avanzaba por el camino que había entremedio de las hileras para que se sentasen los que concurrían a la obra, claro, estas se encontraban vacías, después de todo solo era un preensayo.

— No puedo creerlo Uchiha, enserio conseguiste una rubia — Soltó el pelirrojo conservando su media sonrisa.

El rubio se había quedado petrificado ante la aparición de este, no pudo siquiera llegar a decir su usual frase y reproche de "Soy hombre, h'm", no, estaba hipnotizado, los rizos rojizos de aquel chico bailaban ante cada elegante paso que daba y los acaramelados ojos de este ahora fijados en su dirección hicieron que se sonrojara aún más, los finos rasgos de su rostro lo dejaban sin aliento y llego a pensar que se le había olvidado como respirar.

— ¿No que eras del otro bando?

¿Qué ra…? No pudo terminar aquella frase ni siquiera en su mente, menos que menos salio de su boca; el pelirrojo había subido al escenario de un salto y se le había acercado al moreno a tal punto que sus narices se rozaban, ¡Valla que se había olvidado de como respirar! Lo peor del todo era que el estúpido Uchiha sonreía como un idiota ante tal "atrevimiento" del otro.

— ¿Qué mierda haces, h'm! — Exclamo el menor al recuperar el habla, ahora más que salido de sus casillas. La verdadera voz del rubio provocó que el pelirrojo se diera vuelta a una velocidad sobre humana para mirarlo más que sorprendido.

— Deidara, él es mi ex; Sasori.., Sasori él es mi actual; Deidara. — Los presentó el moreno como si dijera "Y mañana estará nublado con altas probabilidades de lluvia, no olviden salir con su paraguas en mano."

— ¿Qué mierda intentas presentándome a tu ex, pedazo de idiota! — Le reclamó el rubio completamente enfurecido ante aquella situación. Bueno.., ¿Quién no se pondría así? Itachi no era de los hombres manejables; podía decirte que te amaba -valla a saber si con sinceridad o no- y se encelaría por todo lo que pudiese llegar a suceder -tú eres de su propiedad, su objeto, no lo olvides-, pero el haría lo que se le antojase y minga que le interesaba tú opinión, el seguiría sus caprichos y te arrastraría con ellos, y eso; sacaría de las casillas a cualquiera.

— ¿Este transexual es tu novio? — Preguntó con sencillez, arqueando una ceja, mientras señalaba como si de una mosca se tratase al menor que ardía de furia, y eso era antes de llegar a analizar el comentario de este.

— ¿Transexual? — Repitió con un tic en el ojo el rubio que comenzaba a querer matar a aquel engreído. - ¡Oh, disculpa por no ser tan atractivo como tú, enano del orto, h'm!

— ¿Qué has dicho, mocoso? — El aludido volvió su vista hasta el menor casi saltándosele una vena de la frente.

— ¿Mocoso? ¡De seguro soy mayor que tú, de por si ya te paso en altura!

El moreno presenciaba aquella pelea con una sonrisa divertida, nunca pensó que sus personalidades chocarían de esa manera; hubiera traído palomitas.

— Itachi… — Le reprochó un chico de pelos anaranjados que se encontraba sobre él; revisando la iluminación.

— Está bien... — Dijo resignado el moreno que se encamino a deshacer aquella discusión que se llevaba acabo a solo unos pasos de él. El pelirrojo y el rubio chocaban sus frentes enfurecidos mientras se fulminaban con la mirada apretando sus dientes con bronca contenida. — Ey… — Intentó llamar su atención, siendo ignorado por el rubio, pero el pelirrojo se percató de su presencia rápidamente, separándose del menor para menospreciarlo con un sobrio gruñido como quien dice "No vales la pena", y desvío la mirada al moreno. — ¿Qué les pareces si comenzamos con el ensayo? — Sugirió.

— Por mí, no hay problema, pero no sé si la damisela esté lista.., tal vez deberías darle unos minutos para que se repase el maquillaje. — Se burló, el rubio rebalsaba de rabia, sin duda se encontraba al borde de la histeria, que alguien lo sacara de ahí pronto o haría estallar el lugar para reír maniáticamente tras matar a aquel soberbio pelirrojo, pero pronto una idea más sencilla se le vino a su mente.

El menor se inclinó a la oreja de su novio.

— Juro que te mataré después de esto.. — Le susurro haciendo que a aquel moreno se le curvaran los labios en una sonrisa, para luego besarlo. Pronto una mueca poco disimulada de molestia se formo en el rostro del pelirrojo. El rubio se separó de este y sonrío victorioso.

— Bien.., comencemos. — Dijo el moreno dejando el guión en las manos del pelirrojo y bajándose del escenario para dejar solo a los otros dos. — Vallan al capitulo dos, escena seis.

El sonido de las hojas pasarse era lo único que se oía en todo el lugar, se detuvo, la sonrisa del moreno se ensanchó al ver los sorprendidos rostros de ambos.

— Estás de broma ¿Verdad, Itachi?

— ¿Ah? Para nada, simplemente les pedí que ensayen una escena ¿O acaso no leyeron el libreto antes de aceptar mi oferta? — El tono sádico del moreno provocó una sonrisa en el mayor que se volvió al rubio. — ¿Dei? — La tranquila voz del de ojos semejantes a rubíes hizo que el rubio volviera a la realidad y levantara la vista hasta él. — ¿Dices tus líneas?

— Cr-Creí que tu serías el protagonista. — Balbuceó inocentemente el menor que tras olvidarse de toda la bronca que le había juntado al pelirrojo minutos atrás.., ahora se encontraba concentrado en aquella palabra encerrada por asteriscos en el guión del Uchiha.

— No, yo soy el director. — La voz del moreno volvió a romper el trance. — Creí habértelo dicho. — Menciono escuchándose inofensivo.

— A-Ah, creo que lo olvidé.., h'm…

— No te preocupes. — Le dijo con tono amable disfrutando de la inocencia de su pareja. — Bien.., Pain por favor ilumina a Deidara. — Ordenó usando sus manos como megáfono, el otro le hizo una seña con su pulgar en alto y movió el reflector en dirección al rubio. — Perfecto.., comienza.

Tragó saliva ruidosamente y se volvió a mirar el libreto por tercera vez después de la orden del moreno, intentó concentrarse en sus líneas, no era como si nunca antes hubiera tenido que darle un beso a alguien en una obra.., pero por alguna razón se le hacia que esto era diferente y su novio.., ¡Su novio lo estaba observando! Bueno.., realmente no creía que le interesara, después de todo el mismo se lo había ordenado, aunque no pudo evitar pensar que eso solo volvía más extraño el echo.

Su nivel de nerviosismo aumentó considerablemente, despegó una de sus manos del libreto notando que estaba mas sudada que la del mismo Romeo en el momento de escapar con Julieta.

Abrió su boca pero las palabras se atoraron en su garganta haciendo que un seco gemido saliera a la luz.

La burlona risa del pelirrojo resonó sobre sus oídos y se sintió tan idiota que hasta deseó que la tierra lo tragase.

— ¿Enserio? — Preguntó decepcionado el moreno observando el rostro avergonzado de su rubio. — Y yo que creí que eras el indicado para este papel.., después de todo, siempre andas diciendo que eres todo un artista y que te convertirás en un actor reconocido.., pero bueno — Suspiró con falso cansancio. — Supongo que me confundí.., tal vez quise pensar que eras bueno por el simple echo de que eres mi novio... Ya que.., tendré que buscar a alguien más. — Mencionó con postiza resignación encogiéndose de hombros. El pelirrojo miraba curioso la actuación del este ¿A qué quería llegar?

— No, no, espera.., ¡Quiero intentar de nuevo! — El de ojos tono ámbar se volvió al rubio al oír su súplica, sonrío inconscientemente al esfuerzo de este y acto seguido; lo compadeció. Mira que estar con el idiota del Uchiha…, te deseo suerte, sufrirás mucho de ahora en adelante. Dijo para si el pelirrojo mientras releía sus líneas al ver que el rubio había logrado decir las suyas, aunque vale anotar que lo había dicho como si de un trabalenguas se tratase.

Las clases de hoy al fin se habían terminado y aquel grupo de amigos -bueno.., casi todos lo eran- volvían juntos a sus hogares, el rubio llevaba ya una cuadra y media; con el ceño fruncido y los brazos cruzados -incómodamente-, con la esperanza de que alguien pronto se percatara de su evidente disgusto ¿Por qué tal enojo? Pues claro, el pelirrojo iba en aquel grupo, charlando entretenidamente con Pain -que al parecer era su primo- y con Konan -la novia del anterior-, pero no era precisamente eso lo que le molestaba, más bien era el echo de que su propio novio lo había invitado a volver caminando con ellos, se preguntaba con rabia una y otra vez cómo podía ser tan jodidamente desconsiderado, bueno.., no desconsiderado, se sabia que el moreno era un maldito sádico y lo hacia apropósito para joderle la existencia, pero esto no lo divertía, sus rubias cejas casi llegaban a tocarse, si no fuese por que una de ellas temblaba de manera irritante, seria un uniceja hace rato.

— ¿Por qué esa cara, Dei-chan? — Pregunto amablemente el de cabellos tono azul metálico que iba en la punta de aquella hilera de chicos. El rubio bufo recordando el motivo de su enojo. — ¿Paliaste con Itachi de nuevo? — Pregunto con una sonrisa juguetona ignorando el echo de que el moreno iba entremedio de ellos dos.

— Como si le interesara tanto para siquiera discutir conmigo. — Soltó el rubio bajando los hombros actuando tristeza, resignado, siquiera esperando que el otro se dignara a decir algo.., nada.

Llegaron a la esquina de aquella cuadra donde los caminos de la mayoría se separaban, respiro hondo y tranquilizo las facetas de su rostro, no había de otra.

— ¿Qué harás hoy? — Le pregunto con la fina esperanza de que al moreno se le diese por estar con él.

— ¿Ah…? Tengo que ir con Kisame a hacer un trabajo para Biología. — Dijo el moreno restándole importancia al echo.

— Pero.., hace mucho que no salimos.. — Protestó el menor con sus mejillas hinchadas en forma de berrinche. El mayor de los dos le dedico una suave sonrisa haciendo que aquel se sonrojase; esa expresión, no podía reprochar nada ante ella, lo tenia bajo su poder.

— Te prometo que mañana lo haremos. — Aseguró el otro mientras depositaba un fugaz beso en los labios de su rubio; para dejarlo embelesado mientras se marchaba junto al más alto del grupo en dirección contraria a la que el rubio iba o al menos debía ir.

— ¡Ey, rubia! — Lo llamo el albino a su lado; rompiendo el trance provocado por el moreno, pero por más que quiso, el rubio no logro fruncir el ceño para este, la dulce esencia del Uchiha aún lo tenia hechizado.., — ¿Vamos.., o vas a quedarte mirando como se va por quince minutos más? — Aunque no duro mucho.

— No seas idiota, Hidan, h'm. — Dijo dando media vuelta para volver la mirada a los demás; aún con sus mejillas teñidas de un tenue carmesí que amenazaba con extinguirse pronto.

— Bueno, nosotros nos vamos por acá. — Indicó la chica del grupo tomando al de cabellos anaranjados de la mano.

— Nos vemos mañana. — Saludó el líder del grupo mientras cruzaba la calle con su chica.

— Nos vemos. — Saludaron a unísono los tres restantes para seguir su ruta.

— ¿Tu casa es por acá? — Preguntó curioso el rubio al pelirrojo que había conocido hoy mismo, tal vez pudiese llevarse un poco mejor con él.., este levanto una ceja.

— No, pero como me gusta verte la cara de idiota sigo por este camino. — Respondió sarcástico el mayor, provocando la risa del albino que iba caminando de espaldas frente a ellos, mientras tanto el rubio hacia rechinar sus dientes molesto.

— Jashin-sama… — Suspiró calmando la risa el de ojos color lila mientras posaba su mano en el hombro del nuevo. — Me agradas, enano.

Aquel pequeño apodo hizo que el pelirrojo frunciera el ceño notablemente, el rubio rió por lo bajo.

— Primero; no me toques. — Dijo sacándose de encima la mano de aquel. — Y segundo; no me llames "enano", idiota. — El albino comenzó a reír nuevamente y ahora le extendió su mano en forma de presentación mientras recobraba su postura.

— Soy Hidan, un gusto. — Se presentó entre risas, el pelirrojo miro su mano incrédulo unos segundos y luego su honesta sonrisa, se encogió de hombros y la tomó.

— Sasori.

Oh, genial pensó irónico el rubio al presenciar la escena.., Nunca me lo volveré a sacar de enzima.

— Oigan, ¿Qué les parece si vamos a comer algo a lo de Kakuzu? — Sugirió el albino animado.

— ¿Kakuzu? — Repitió dudoso el pelirrojo al mismo tiempo que arqueaba una ceja.

— Es su amante, h'm. — Explicó el rubio con sencillez haciendo que el otro se sonrojara de sobre manera.

— Ohh.., ¿Acaso ninguno de todo su grupo es hetero? — Preguntó con simpleza el pelirrojo. — Sin contar a mi primo, claro.

— ¡Ey! ¿Enserio vas a creerle a ese idiota? — Le reprochó el albino aún sonrojado. — ¡Yo si soy normal!

— Si, si, claro.. — Le restó importancia aún manteniendo su inquietante mirada sobre el rubio que parecía meditar la respuesta.

— Ammh.. Kisame creo que lo es. — Contestó inocentemente el menor, ganándose una mirada fulminante de parte del albino.

El pelirrojo levantó una ceja, incrédulo ante la respuesta de aquel.

— ¿Lo dices enserio? — El de ojos celestinos asintió ahora algo inseguro. — No puedo creer que no lo notes.. — Masculló haciendo confundir más al menor.

— ¡Maldición, no me ignoren! — La exclamación del tercero descoloco a los otros dos, haciendo que lo miren perplejos. — Si, más les valía mirarme pedazos de idiotas.

— ¿Y por qué mi casa? — Se giró a preguntar el pelirrojo fastidiado, antes de abrir la puerta.

— ¡Porqué el maldito Kakuzu nos echo, asíque ya abre! — Le gritó histérico el albino -aunque siempre era así- ¿Cómo había podido echarlo? ¡A él! Lo mandaría a la mierda después de eso, pensó como un jodido hipócrita, como si fuera capaz de hacerlo.

— Aún así.., no entiendo porque yo.. — Masculló entre dientes mientras abría.

El rubio se mantenía distante de la conversación, miraba su celular, ¡Un mensaje, solo eso pedía! Llego a notar como el mayor sonrío con soberbia al notar que estaba mirando su celular cada tercio de minuto, no le importo, seguramente él estaba celoso, si, eso pasaba, estaba celoso porque él no tenia oportunidad con Itachi, porque era suyo.

— ¿Vas a pasar o qué? — Le preguntó el pelirrojo ahora dentro de su casa calzándose unas pantuflas, observando como el rubio tenia los pies clavados al piso mientras lo miraba con recelo.

— ¿Esta es tú casa? — Preguntó incrédulo el rubio mientras pasaba observando lo enorme que era y con el exquisito gusto que esta estaba diseñada, olvidando su celular y aquel odioso mensaje que nunca llegaría, el pelirrojo alzó una ceja ante la pregunta, casi advirtiendo que dejara de hacer esas preguntas estúpidas, y el rubio entendió el mensaje enseguida.

— ¿Quieren tomar una soda o algo? — Ofreció el pelirrojo mientras los guiaba a la sala.

— Si, por favor, h'm. — Dijo dejándose caer sobre uno de los sillones, pero algo faltaba. — Espera.. ¿Y Hidan?

Ambos miraron a cada lado de la habitación en busca de señales del religioso, no estaba.

— ¡Genial! — Llego a escucharse exclamar desde la cocina.

— ¡Hidan, qué diablos haces? — Preguntó inquieto el rubio que observaba como su amigo revolvía en el refrigerador del pelirrojo.

— ¡Tienes refrescos de soda! — Exclamo el albino sacando tres para luego arrojarles uno a cada uno.

El menor atrapo el que iba dirigido hacia él y se volvió rápidamente hacia el pelirrojo que abría tranquilamente el suyo.

— ¡Disculpa es un idiota! — Se disculpo preocupado el rubio mientras volvía sobre si para mirar al idiota — ¿Y tu que mierda haces? ¡No es tu casa!

— ¿Quieren algo de comer? — Pregunto el de ojos néctar mientras abría la alacena.

— ¿Tienes papas? — Se intereso el albino acercándose al mayor para ver dentro de la alacena, ambos lo ignoraban.

Solo hasta ahora había logrado percatarse de que no se escuchaba a nadie más en la casa, y en el refrigerador -que aún estaba abierto- no se veía ni rastro de una comida familiar o alguna sobra de "verdadera" comida. Se volvió hasta el pelirrojo que ya se encontraba nuevamente camino al living bebiendo su refresco pacíficamente, lo seguía con la mirada; casi embobado, pero aquel freno en el marco de la puerta para volverse al rubio…, su vista; simplemente se perdió en aquellos serenos orbes acaramelados, logrando percibir cierta melancolía que lo hundía aún mas en ellos.

— ¿Vienes? — La agraciada voz del mayor resonó en sus tímpanos; sintió como todo su cuerpo se estremeció y el calor subir a sus mejillas.., observo la mueca impasible de este, buscando la respuesta en su cabeza ¿Acaso era tan difícil responder a tan simple pregunta?

— ¿Y a esto le llamas salir? — Preguntó el rubio inconforme mientras intentaba saltear unos vegetales en la cocina, sitió al moreno detrás de si abrazándose a él mientras le ayudaba con eso.

— No seas malo conmigo.., — Le susurró al oído haciéndole cosquillas con su propio aliento. — Sabes que casi nunca estoy solo. — Termino de reprocharle con un tono juguetón mientras apoyaba su mentón en el hombro de este.

— Yo quería dar un paseo. — Refunfuñó el rubio, a lo que el moreno le tomo de la mejilla para voltearlo hacia la derecha y besarle, sintió como todo su cuerpo se relajo y la más mínima pizca de resentimiento que podía llegar a tener -por el echo de invitarlo a almorzar, su propia comida- desapareció. — Vas a hacer que me queme, h'm. — Le reclamó al terminar el beso volviendo su vista a la sartén, claramente sonrojado.

— Entonces apágala. — Le dijo con un tono seductor el moreno apagando la hornalla de la cocina, pronto recibió una mirada apetitosa de parte del rubio.

No sabia en que preciso momento había dejado el agarre a la sartén, ni cuando había comenzado aquel maratón de apasionados besos, llego a sentir el cómodo tacto de la gamuza del sillón pasearse por su espalda desnuda ¿Cuándo era que lo había llevado hasta ahí? ¿Y en que momento su camiseta había desaparecido? Un quedo gemido escapo de él al momento de apreciar los labios del moreno sobre su cuello, bajando cada vez más, en una forma lenta, provocando incontenibles ansias. El sonido del cierre de su bragueta bajar se grabo en su memoria y tras los esfuerzos desesperados del moreno por quitarle lo poco de ropa que le quedaba este se encontraba completamente desnudo frente a las deseosas manos del mayor, contemplo el rostro de su indefenso juguete por unos segundos para luego pegarse al cuerpo de aquel, el abrazador calor del roce de pieles lo hacia desesperarse aún más, beso los ansiosos labios de su pareja, comenzando a jugar con su lengua dentro de la boca de este mientras le acariciaba los cabellos con una de sus manos, la otra estaba demasiado ocupada bajando sigilosamente en dirección al miembro del rubio, despego la rígida tela de sus jeans de la cintura desnuda de aquel y su mano avanzó hasta tomar prisionero aquel trozó de carne viva. Un silencioso suspiro escapo hacia dentro de la boca del Uchiha que se separo de su pareja para dejarlo tomar el aire que le faltaba, mientras se concentraba en aquel pequeño masaje para la satisfacción del otro, sintió las ansiosas manos del ojiazul sobre su cinto siendo desabrochado, le dirigió una dichosa sonrisa para luego apartar aquellas manos, dejando caer al rubio nuevamente en los almohadones del sillón, se bajo los pantalones junto con sus boxers; la respiración del rubio se detuvo y sintió como escapo aquel blanco fluido repleto de hormonas suyas, se dejo voltear por el mayor que estaba por introducir dos de sus dedos al recto de este, pero aquel se negó rotundamente.

— Solo.., hazlo. — Le pidió entre gemidos el menor, al otro simplemente se le ensancho la sonrisa, posesionándose para penetrarlo tal como se lo había pedido.

La primera envestida fue llevada acabo y un fino chillido con una mezcla de dolor y placer salió de la garganta del menor junto con todo el aire que al parecer sus pulmones habían estado reteniendo, cerro sus ojos con fuerza dejando resbalar la primera lagrima por su mejilla. Poco a poco el ritmo de aquellos choques se vio regularizado, ambos respiraban agitados con sus labios separados de par en par, lo que había iniciado con pequeños gemidos, habían llegado a ser alaridos de placer que retumbaban en el vacío de la enorme casa, los brazos del moreno rodeaban el esbelto y frágil cuerpo del menor uniéndolos de tal manera que seria difícil diferenciar donde empezaba y terminaba cada uno de sus cuerpos, el mismo liquido que había dejado escapar minutos atrás el miembro del menor, ahora lo llenaba, solo que este pertenecía al moreno que intentaba normalizar su respiración mientras se despegaba de su pareja, para luego tirarse al un lado de él, permitiéndole acostarse en su pecho para que ambos pudiesen entrar en la pequeña superficie.

— Tengo hambre.. — Soltó el mayor dejando escapar un pequeña risa.

— Yo también..

Maldijo a los cuatro vientos dejando escapar lo que le quedaba de furia en la puerta con un fuerte puñetazo; solo entonces se volvió a ver su habitación.., era un completo desastre; había un par de cosas echas pedazos -gracias a haberlas lanzado contra la pared- y junto con la mugre acumulada de las semanas -quizás meses- anteriores se convertía todo en una verdadera porquería.

Un tic se apodero de su ojo al empezar a escuchar que su celular reproducía la canción This is Halloween cantada por Panic! At the disco, aquella divertida canción que había elegido para cuando esa persona en especial lo llamara, recordaba como entre risas le había mostrado como sonaba su celular al llamarlo.., su mueca de disgusto y su parloteo de por que tenia ese tatuaje en su mandíbula que -en lo que a él respecta- lo hacia parecer a Jack.

Sus ojos color lila seguían clavados en el celular, mirándolo con antipatía, no le responderé, se dijo a si mismo, pero el deseo comenzaba a carcomerlo por dentro, ¡No! ¡Que se cagara! ¿Para qué lo había echado de su casa ayer por la tarde? estaba mas que ofendido y no pensaba contestar, lucharía contra su propia voluntad con tal de mantener su orgullo en alto.

Entonces dejo de sonar, el celular emitió un horrible alarido que indicaba la llegada de un mensaje, lo reviso sabiendo perfectamente que era de Obvio; la empresa de líneas telefónicas avisando que no había contestado a una llamada, salio del mensaje sin interés alguno, y se dedico a mirar aquel icono en la pantalla de su celular que aparecía a un lado de la hora, indicándole que ya tenia tres llamadas perdidas.

Miro el cielo raso con frustración dejando escapar un suspiro cansado desde su cama, estaba arto de que fuese así, él no era su muñeco y mucho menos iba a hacer lo que se le cantara con él, pero -tomo su celular- ¿Cómo podía siquiera evitarlo? ¿Había algún método para oponer resistencia a ese sentimiento? Si era así, que alguien se lo dijera.

— ¿Hola?

El calor en la habitación era sofocante, incluso con los tres ventanales abiertos de par en par, persistía, llevo la palma de su mano a su sien, sintiendo lo húmedo y pegajoso del sudor, una expresión molesta se formo en su rostro.

El tema Asylum de Disturbed resonaba en sus auriculares, miraba al profesor con atención fingida, la clase más aburrida a la que podía haber asistido en toda su vida; maternidad, creó una nota mental; el próximo lunes se la saltaría, por alguna razón su vista se había desviado a la espalda de Kisame, y aquella duda volvió a su mente, lo medito unos por segundos y se negó a si mismo con su cabeza.., poso sus acaramelados ojos en la naturaleza que dejaba observar la enorme ventana a su lado.

Aquella ventana daba a el amplio patio de la escuela, pero nadie estaba ahí o por lo menos eso creyó antes de llegar a divisar a su albino amigo que se encontraba pegado al alambrado que daba al limite de la escuela hablando con alguien de afuera, toda su concentración se volcó a aquella escena, el chico con el que charlaba aparentaba tener unos dieciocho años, tan vez más; alto, con pelo castaño oscuro y largo, ¿Sus ojos? Como si llegara a ver tanto, llego a notar unas extrañas marcas en la mandíbula de aquel ¿Qué serian?

Una mano se poso en su hombro haciendo que se sobresaltase y acto seguido volteo a ver quien era.

— ¿Vamos? — Su primo le dedicaba una blanca sonrisa, el asintió y antes de llegar a levantarse volvió su vista una ultima vez hacia afuera, pero ya nadie se encontraba ahí.

Un hiperactivo rubio se colgó de su cuello evitándole caminar -sin mencionar que le dificultaba el respirar-.

— ¿Vamos a almorzar juntos? — Preguntó el menor a aquel con una sincera sonrisa surcando su rostro.

— ¿Estas solo? — Observó el moreno evitando la pregunta anterior.

— ¿Ah? Si, no se donde rayos se metió el estúpido de Hidan, h'm. — Respondió despegándose de aquel. — Ah, hola Kisame.

-—Hola, Dei-chan. — Dijo con una sonrisa el de cabellos azulados. — ¿Cómo estas hoy?

— Genial, me levanté temprano e hice el almuerzo. — Comento de muy buen humor el rubio. — ¿Comes con nosotros?

— ¿Puedo? — Preguntó inocentemente el invitado.

— ¿Qué hay? — El de cabellos anaranjados los había alcanzado junto con la única chica perteneciente al grupo de amigos y el pelirrojo.

— Buenas. — Saludo con entusiasmo el rubio mientras se amarraba al brazo del moreno a su lado, ganándose una parva de miradas celosas de las demás chicas que pasaban caminando por ahí.

— Hoy estas de muy buen humor. — Señaló la chica de cabellos azul Francia.

— Si, no sé que le pasa. — Dijo desviando la mirada a otro lado el moreno.

— ¡Ey, lo dijiste como si te fastidiara! — Hizo un berrinche el rubio.

— Sabes que odio ese lado infantil tuyo, me gustas mas enojado. — Dijo con completa sinceridad el mayor de los dos.

— ¿Van a quedarse mucho rato así o vamos a ir a almorzar? — Preguntó fastidiado el pelirrojo.

— Ves, por eso me gustaba Saso, mira lo amargo que es. — Señaló el moreno con sencillez provocando un sonrojo en el pelirrojo que al mismo tiempo frunció el ceño, el rubio le dirigió una mirada recelosa a aquel, pero en el fondo no puedo evitar disfrutar el contemplar aquella faceta tímida y vergonzosa del pelirrojo y preguntarse si llegaría a verle esa expresión tan inocente nuevamente.

— Bien…, a este paso si estará lista para el festival de invierno. — Mencionó satisfecho el moreno.

— Itachi, ¿Quién hará el papel de Harakob? — Pregunto el rubio curioso.

— ¿Ah? Ese lo haré yo, total solo aparece en la primera escena cuando rompes con él. — Respondió el Uchiha. — Es como una simple introducción a la obra.

— ¿No que tú eras el director? — Preguntó arqueando una ceja el pelirrojo.

— Pero, esa parte me la sé de memoria asíque la haré yo para ahorrarnos tiempo en ensayos. — Explicó. — Ahora, muéstrenme la escena dos del tercer capitulo.

El rubio y el pelirrojo cruzaron miradas y se posicionaron para llevar acabo la petición del director, estos ya llevaban tres semanas de trabajar juntos, incluso a mitad de las vacaciones de verano -como ahora- seguían ensayando en el pequeño teatro de la escuela, hasta se podría decir que ya no se llevaban tan mal.

— Deidara. — Interrumpió su actuación el pelirrojo. — Tienes que ser mas delicado, como mujer que eres.

Aquel comentario provocó un sonrojo en el rubio que hasta ahora nunca había sido criticado por él.

— Sasori tiene razón, tus brazos se mueven de manera brusca a como lo haría una chica. — Señalo el moreno que pronto recibió una mirada fulminante de parte del rubio, no le molestaba que le señalara lo que hacia mal, pero el "Sasori tiene razón" se lo podría haber ahorrado.

Volvió a su posición anterior al comienzo de la escena y intento pasearse por el escenario delicadamente, el pelirrojo asentía concentrado mientras observaba como este se movía, para luego hacer su entrada llevando acabo una perfecta combinación de esencias en el escenario.

— Perfecto.. — Susurro el moreno mientras admiraba lo que había logrado. — Muy bien, vamos a descansar y tomar comer algo. — Anunció el moreno aplaudiendo un poco.

— ¡Genial, tengo hambre! — Exclamó el rubio bajando de un salto del escenario, dejando toda su delicadeza atrás.

El pelirrojo soltó el aire que al parecer sus pulmones habían estado reteniendo durante todo el ensayo en un suspiro y también bajo del escenario.

— ¿Qué vamos a almorzar? — Pregunto el pelirrojo sentándose en el escritorio que había traído Itachi con ayuda de Kisame al teatro.

— En agradecimiento a invitarme al ensayo, hice el almuerzo. — Dijo sonriente el peliazul sacando un enorme almuerzo para los cuatro y colocándolo en el único mueble presente.

— Eso no era necesario. — Dijo el moreno sentándose en las escaleras que había para subir al escenario.

— No, pero igual lo hice.

— ¡Eres genial Kisame! — Exclamo el rubio inmensamente agradecido.

— Solo me hace falta vajilla, ¿Me acompañas Itachi? No creo que pueda yo solo.

El moreno asintió y ambos se levantaron para salir de la habitación, siendo seguidos por la recelosa mirada del pelirrojo hasta desaparecer de su vista. Esos dos.., algo se llevaban entre manos, lo sabia.

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Notas finales:

Espero les haya gustado el Cap, muchas gracias por leer, intentare actualizar pronto ^^
Matta~ne

P.D. Espero sus reviews, onegai.


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