Capítulo 1... Juego de miradas
--> Naruto
Los rayos de luz que refractan a través de mi ventana hacen más sonoro mi amanecer. Lentamente, me estremezco entre las sábanas revueltas y me incorporo, pero al levantarme me tropiezo con las mismas y caigo de boca al suelo.
Tan temprano a la mañana… y ya me estoy matando…
Arrastrándome pesadamente hacia la llamada de “quiero bañarme” y “¡ya!” ante el sudor frío recorre todo mi cuerpo tras una mala noche.
Me detengo frente al espejo del cuarto de baño para detectar mi sufrida cara de pasotismo mezclada con sueño. Mmhh… mi aspecto no es que hay a cambiado mucho desde la última vez que se me dio por admirarme en el espejo, la verdad… solo me a crecido un poco el pelo, por no decir que está echo un asco joder, y que por mucho que me empeño en arreglarlo la cago cien por cien, como el otro día que intenté cortarme el flequillo y casi acabo tuerto. Además, si decimos que soy rubio natural y eso es todo un fenómeno aquí en Japón. En serio, cuando voy por la calle o en el tren me lo toquetean siempre. Creerme, he pensado en tintármelo de negro normalito pero en cuanto se lo comenté a mi madre estuve también a punto de volver a quedar tuerto.
Vendito cucharón... mi…
En fin… todo un numerito, pero no estamos aquí para hablar de mi pelo así que pasemos página.
Deslizo mi mirada aburrida hasta detenerme en mi majillas en las que se hallan tres cicatrices horizontales en cada una, horribles y odiosas marquitas.
¿Verdad?
Mi respiración comienza a acelerarse tras la sensación de ahogo y me cacheteo para tranquilizarme. ¿Ves? Siempre me pasa lo mismo al verlas… prefiero pensar que no están ahí.
Comienzo a quitarme las únicas prendas que poseo de cintura para abajo. Mi pantalón ya desabrochado dejando ver parte de mi ropa interior y marcas rojizas de la constante presión que otorga mi cinturón al dormir boca abajo toda la noche de un tirón. Mi costumbre de llegar a casa cansado física y mentalmente después del trabajo, o, como yo llamo, explotación a mis habilidades. Y mi madre dice “¿qué habilidades?” Contesto, “las mías” ¡zas! Cucharonazo...
¡Agh!
Esparramo toda la ropa por el suelo y me meto bajo el chorro de agua caliente para despertar ahora, mi dormido cuerpo a la vez que me pierdo en mí.
Un momento a solas... solo un poco más...
No me molestes hoy por favor...
¿Por qué? ¿Por qué me pasa esto? ¡Pero dale una oportunidad a mi vida y no te caigas! ¡Yo confiaba en ti! ¡Pie! Pero no~ tú tenías que torcerte en el momento más indicado y hacerme chocar contra la pared… Ay que dolor… A todo esto, algo huele raro…
Desciendo por las escaleras con algunos apuntes en la mano para repasar a última hora. Esta bien, esta bien, no soy fanático de las mentiras y sí, no he estudiado para mi examen de ahora En realidad iba a estudiar noche, cuando llegase del trabajo, pero justo estrenaban el anime de un manga que llevo siguiendo largo rato, yo que juré al llegar a Japón nunca engancharme a estas cosas raras y aún así, terminé viciado ¿qué se le va ha hacer? Preparado ya con el uniforme del instituto al que asisto. Konoha. Una camisa blanca con una chaqueta negra unos y pantalones de igual color… un tanto sosos diría yo.
Al tocar suelo del salón me doy cuenta de la primera anomalía de la mañana. Mi madre en ¿la cocina? Oh…
– Ehmmmm…. Mamá, está muy bien que por primera vez en toda tu vida se te de por empuñar... un cucharón. - (con ironía ¿eh? Seguro que se preguntaran por qué insisto tanto con el tema del cucharón, espera, algún día me entenderás)- pero sí no quitas las tostadas de ahí, créeme, no será algo comestible. Cómo cual murmullo por lo bajo, se gira con una inconciente sonrisita en la cara.
– Hola cariño- y segundos después abre los ojos espeluznada - ¡Agh! Mierda ¡está echando fuegooooo! - …Demasiado tarde diría yo… Suspiro hondamente.
A todo esto aún no me presentado (Que descortés por mi jojojojo) Mi nombre es Uzumaki Naruto (sí, sí ya sé… un trozo de comida ¿y qué? Preguntárselo a mi madre, ella tiene la culpa) tengo 16 años, soy muy exhaustivo y a lo mejor un tanto pelma, y encima torpe de cojones.
Ella es Uzumaki Kushina de 38 (de cabello largo hasta el culo y llamativamente pelirrojo). La típica persona que parece ser muy buenecita pero en verdad da un miedo que te cagas y es que…. también es un tanto rara. Aunque es mi madre y vivimos bajo el mismo techo no es como si no llevásemos bien o mal… puede decirse que nos toleramos o algo así.
– ¡Naruto-chin! – Chilla mi madre – Ya verás que con este desayuno te chuparás los dedos – Trae una bandeja sobre la que están sus queridas tostadas carbonizadas y... ¿qué es... “eso”...? Mamá me mira expectante con una sonrisita. Yo, inmediatamente levanto los apuntes de mi mano derecha para ponerlos ante mi rostro.
– Ajá, claro, por eso Japón detuvo a Rusia en la primera guerra mundial, claro, claro... que fácil es aprender esto con Hetalia jejeje...
– ¡Naruto!
– ¿Eh? ¿qué? ¿qué pasa mamá?
– ¿No desayunas? – Arruga el entrecejo, oh, oh... cuando ella hace eso es el tik, tak que se lleva acabo para que estalle una bomba. Rápido como le hablo se levanta de su silla y me coge de la solapa del cuello.
– Oye tú, luego te quejas de que no creces, he leído por ahí que un desayuno equilibrado contribuye a un reparto más armónico de las calorías a lo largo del día y proporciona, además, una ración de seguridad de muchos nutrientes especialmente importantes en el periodo escolar, época de gran crecimiento y desarrollo. Y a pesar de que uno de cada dos adultos reconoce los beneficios de un buen desayuno para comenzar adecuadament....
– ¡¡Aaaaaaaaaghhh!!!- Grito en un anhelo desesperado de que se calle. – Vale, bien, tú ganas, me tomaré tu asqueroso desayuno ¡Pero hoy no!
– ¿Qué? Y así es como la conversación se acaba me largo por la puerta.
Comienza la cuanta a trás, tres, dos, uno...
- ¡NARUTO!
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Doy un rodeo entre las calles, la fresca brisa acompañada de secas hojas revolotean por el aire y pasan justo por encima mía, lo suficientemente alto para levantar el cuello. El crujido de las mismas bajo mis pies, el cantar de los pájaros… todos es inmensamente pasivo. Ante tanta belleza me siento como una perversa ente oscura. Este desasosiego es común en mí, aunque piensen que estoy mal de la cabeza, y que cada persona debe quererse a si misma, creo que yo personalmente estoy muy lejano a sentirme de esa manera…
¿Verdad?
¡Shhhhhhhhhh!
Me volteo para ver como las hojas se alejan, aterrizan lejos de mi.
Huyen ¡Ssshhhhhhhhhh! ¡cállate!
La naturaleza va en contra tuya ¿ves?
Vuelvo sobre mis propios pasos y me adentro en un parque a la ves que el viento me empuja levemente mis ropas sueltas y abro los brazos trotando como si fuera un crío, tampoco me encuentro muy lejos de ser eso. Tal vez aprovecho hacer esto debido a la soledad del lugar y cierro fuertemente los ojos aspirando el aroma del lugar, tan tranquilo, tan… ¡Un momento! Me detengo en seco. ¿Esa persona de ahí no es…?
Mi cuerpo tambalea por unos instantes ¿el nuevo? ¡Oh Dios mío! Espero que no me haya visto. Esta sentado en un banco mirando la nada con los cascos puestos. ¡Agh~! ¿Y a mí que me importa? Que se burle si quiere, ese imbécil… Espera Naruto, igual no te ha visto, igual así fue y ya te estás enfadando de la vergüenza, además, nunca has hablado con él. Es más, tampoco habla con la clase, no por gusto. ¡Y bueno! Yo tampoco hablo con mi clase ¡pero él es diferente!
Ese apático… eh, no me acuerdo como se llamaba y eso que llegó hace tan solo tres meses.
Pero no puedo negarlo, su silueta se ve perfecta desde aquí, a lo lejos (y cuanto más lejos mejor) que a cada paso, más misteriosa me parece… cabello oscuro extrañamente peinado hacia atrás, que no quiere decir que le de un aire cool, no sé. Piel pálida, de los ojos no he tenido la oportunidad de fijarme bien pero dicen que son: “negros puros aún más que la noche estrellada, divinamente preciosos e hipnotizantes… o sea, súper fuerte” Textualmente con estas palabras… Ya, sí, bueno, la gente de mi clase esta loca por esta persona sobria. Y lo digo por que todo se la sopla, y mi envidia no puede evitar despertarse siendo alguien considerado excepcionalmente bueno, incluso para los profesores.
Aaah… me sorprendo a mi mismo de hablar tanto de un tipo al que no conozco para nada, ahora mismo sentado mirando embobado sus zapatillas blancas.
– ¡…!
Estoy estático a su brusco movimiento de cabeza que presenció mi mirada puesta sobre él…. Demasiado tiempo.
¡Ah! ¡Que vergüenza! Y más me da por que sin darme cuenta estoy a tan solo unos pasos de distancia ¡Incluso más aún porque sé, que me estoy sonrojado como un idiota!
¡Naruto, idiota!
– ¿…?
Una tarde de otoño… nuestras mira
“Nuestras miradas se encontraron…” ...Tan lentamente… …que desearía que esto se acabe...
Oh, sus ojos son negros ¡Naruto! ¡Estúpido! ¡Disimula! Cuando vuelvo a centrar mi estúpida cabeza en mi propio camino, un pequeño susurro me asusta… ante una visión borrosa de algo gris, alargado que está a dos palmos. Entiendo perfectamente que el susurro es un “cuidado” y mi mente manda ese mismo mensaje urgente a mis piernas cuando me estampo contra todo un metal frío. -¡Itaaaaai!
Levanto la nariz espachurrada del póster, y la sostengo con la mano con miedo a empezar a sangrar de un momento a otro. Con un mareo de cojones caigo de culo.
Veo pajaritos...
¡Ay, mierda! ¡que no estoy solo! Dirijo la mirada rápidamente hasta el chico manteniendo mis últimas esperanzas de que no sea verdad...
Es verdad... El puto bastardo se esta riendo. Tierra trágame. Al levantarme del sitio y sobarme el trasero me doy cuenta que se acerca a mí con una sonrisa que fuerza aguantar y se ve completamente extraño en un tipo como él.
– ¿Qué rayos quieres? ¿no te has reído bastante de mí ya? – Mantiene mi mirada con poderío mientras su sonrisa se va desvaneciendo.
– Tan solo me preguntaba si este usurantokashi estaba realmente bien – No puede evitar volver a sonreír al decir esto. Oh, genial, un poco de cortesía... – Pues como puedes ver, ehmmmm... como te llames, lo único que me hace falta es que me digas eso. – Doy media vuelta dispuesto a marcharme lo antes posible. – Sasuke. - Me detengo, y ladeo un poco el rostro algo asombrado. – Me llamo Uchiha Sasuke. – Extiende una mano, voy a cogerla, sin ser conciente ¿qué hago? Para así presentarme a mi espectador de desastres, pero en cuanto abro los labios me interrumpe. – Uzumaki Naruto, el famoso Uzumaki de mi propia clase y de el instituto, por lo visto. – Quedo perplejo. Entonces aprieta mi mano, tira de ella obligándome a acercarme.
–¿Me pregunto... por qué...? – Instiga con la mirada, buscando una respuesta en mí Ah... esto no me gusta.
–Quién sabe... – Me retiro bruscamente Y al darme la vuelta me encuentro frotándome la mano con suavidad... y no con asco, como debería.
Aún lo siento a mis espaldas y eso me incomoda.
Esa forma que tiene de clavar los ojos, ese toque suave, quema como agua ardiente en mi piel, evaporándose lenta y castigadoramente.
Me pone nervioso... y no hay mejor forma de demostrarlo con mis pasos rápidos.
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Fatal. Cuando tengo un examen en el que antes de ver la nota pasa por mi mente la palabra clave “fatal”,es que, no hay duda. La he cagado pero bien.
Y es que no es por que yo quiero sino por un pequeño detalle que nunca antes había llamado de tal forma me ha detenido todo el tiempo, seguro que podéis imaginar el qué.
Aquel incidente le ha cautivado, a él. Cautivado por que en toda la mañana su mirada no se desprendió de mí. Cautivado. En el momento en el que decidía por fin encararle desde mi lugar soltaba una atrevida risotada. Me incomoda, mucho.
Me vuelve loco, como en Edagar Phoe. Y es que por más que releía y releía el mismo enunciado mi mente veía más que eso y repetía… ¿Me está mirando? ¿Por qué coño me está mirando? ¡Que mire a su abuela digo! Igual se está descojonando por dentro ¡¡será capullo!! Un momento ¿eso lo sé yo? Pero entonces ¿por qué otro motivo me estará mirando? ¡Ah! ¿Qué decía la pregunta…?
Y esa fue la historia de mi día ¡Por culpa de es… bastardo, el condenado el examen me ha salido fatal!
Antes, por el rabillo del ojo, percibí que volvía a acercarse a mí. Me adelanté a sus pasos y me fui al servicio del otro piso. Era plan de huida muy infantil, pero así desquito mi rabia pegándole patadas a la taza del váter. Con un poco de suerte me caigo dentro y me despido del mundo… ¡Es que con lo cabrón que es Kakashi, nunca conseguiré aprobar el exámen!
… Oks, Naruto, llevas más de una hora encerrado en esta cuatro paredes, e incluso he oído a uno de alado paje… Que ya se habrá ido todo el mundo a casa.
- ¡Naruto! - ¡Aaagh! Joder que susto… Acabo de mirar tu examen... ¿Cómo es que me has puesto----------?
- ¡Iruka-sensei! ¿Qué haces aquí?
- Te estaba busacando.
Ah y bueno… Este tipo con cara de majete, ya no tan majete, es el nombrado Iruka… no me acuerdo de su apellido (en serio…) Es amigo de mi madre y lo conozco desde hace mucho tiempo, por eso hay una relación tan grande de familiaridad, y me quiere como si fuera su hijo pero a veces…
- Acabo de mirar tu examen... ¿Cómo es que me has puesto----------?
- ¿Cómo demonios conseguiste una vez más mi examen de historia?
- Eh... – se sonroja misteriosamente - ¡eso es lo de menos!
- Ya... Un día de estos conseguiré entender por qué diablos esa extraña amistad entre Kakashi-sensei y Iruka-sensei... Lo tengo por seguro.
-¿Mmmmhh? ¿Naruto? ¿qué te ha pasado aquí? – Extiende su dedo apuntado mi nariz que para mirarlo quedo medio visco.
-Ah... me comí un poster.
-¿qué...? ¿comí? – Una gotita cae por su cien - ¿Pero seguro que estás bien?
Ah… No, no estoy bien…
- Está bien, Iruka, no es necesario que te preocupes tanto por mí. – Me alejo de él despidiéndome con el brazo.
- ¿¡Vas a casa!? - ¡Voy a rescatar mi mochila primero! El cariño que le guardo es grande, pero a veces me encuentro demasiado protegido por él.
No vale la pena preocuparse por mí.
Antes de tocar la puerta corrediza de mi salón esta se abre apareciendo en ella una chica de raro pelo rosa. - ¡…!
- ¡Naruto! – Abre la boca sorprendida. Y le sonrío un poco porque se sonroja.
- ¿Vas a ca—? – Me deja con la palabra y sale disparada. Oh bueno, no entiendo a las chicas… Y todos rehúyen de mí, ya estoy acostumbrado. Pero me da pena si es ella, porque es tan mona, además… …apareció después…
Como supuse, ya no había nadie tomo mis cosas y observo inconscientemente el sitio de ese guaperas engreído. No es que esperase que aún estuviese ahí, para nada ¡jum! Bajando las escaleras me percato de alguien se acerca corriendo. Detrás de mí.
En serio ¿qué es lo quiere lograr? Llamando mi atención así, molestándome de esa manera, apareciendo por detrás. -¡…!
-¿No te estás olvidando de algo…? Dove.
¿Qué esconde debajo de esa mirada? Tan oscura, tan profunda , Pactando con los mismos, no lo sabía... Me hace querer huir, lejos, lejos de aquí. Ya que ahora estoy de espaldas a los escalones mi paso hacia atrás me hace caer de golpe.
En ese segundo que estoy suspendido en el aire, y su rostro estaba demasiado cerca de mí.
“La mano que se extiende…”
“…sólo por y para mí”
Quiero olvidar esos ojos, después… ya caería el dolor…
El dolor, y el arrepentimiento.
-… Sasuke…
………. Cap 1 ? ..+..The End..+..