Ese dia abrió lentamente los ojos, siempre lo hacía, siempre que recordaba esa maldita fecha, en el momento en que se separo de Yuki lo hería y lo lastimaba de diferentes formas, en aquellos momentos siempre se quedaba sofocado un rato, en aquel momento tenía su debilidad a flor de piel.
Cómo decir que me parte en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
En aquel momento sus recuerdos lo perseguían de todas las maneras posibles, aquel dia fue su muerte, iba regresando muy feliz, por fin tendría algo de tiempo para dedicárselo a Yuki, unas horas, unos días, y después se iría a estar en Inglaterra un año completo estudiando canto, baile y todas las formas posibles de mejorar, ese dia… fue su final.
Lo podía recordar con facilidad el subiendo las escaleras, por que el elevador tardaba demasiado para poder subir, para poder verlo trabajar en esa computadora y poder ver su sonrisa de triunfo cuando lograba que sus ideas se hilaran completamente y terminara el capitulo en el que trabajaba.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
Subía los escalones uno tras otro cantando, hasta que vio la puerta de ese piso, sonrió, introdujo la llave, y ahí estaban las ropas del engaño de Yuki, otra más de tantas, sonrió tristemente, y se metió al baño y se baño, cuando abrió la puerta la chica estaba vestida con su camisa, otra que debería de tirar.
-¿Dónde estabas?-
-En la disquera grabando, me dejaron dos días libres para descansar antes de irnos-
-¿irse? No me habías comentado nada-
-si lo dije… pero no me escuchaste-
La chica sonrió ladinamente, seguramente estará de acuerdo que me vaya o que nos peleemos para que ella se quedara con Yuki, suspire, sin hacer berrinche ni nada, el amor lentamente me iba matando.
-Yuki me retiro, me llamas después-
Tomo su ropa y se metió en el baño, realmente no le importaba lo que sucediera con ella, solo que se largara de ahí, salió y le dio un beso a Yuki diciendo te amo, pero lo que termino su relación en todo sentido fue esa frase de el, salió de sus labios “yo también”, lo mato. El amor que sentía se fue lentamente a su pecho haciendo lentamente que el dolor se fuera expandiendo, lenta y dolorosamente, rompiendo todo su ser dentro hacia fuera, y se quedo como robot, sonrió lastimeramente, y luego coloco la máscara de felicidad se dirigió al armario, y saco su pijama se lo puso y se fue al sillón tomo una cobija y se metió en ellas, los días asi no tenían fin realmente.
-baka…-
Escucho la voz de Yuki susurrando, simplemente no le dio importancia, ya no importaba, solo dos días más y se iría de allí, lo dejaría en paz, y el se moriría de la tristeza ese pensamiento le dio fuerzas para sonreír felizmente.
Me cuesta abrir los ojos
y lo hago poco a poco,
no sea que aún te encuentre cerca.
Me guardo tu recuerdo
como el mejor secreto,
que dulce fue tenerte dentro.
Salió de la cama, lentamente las emociones de su yo pasado, eran intensas esa herida ya cerrada pero nunca olvidada, eso le daba motivos para alejarse más del rubio, sus infidelidades. Recordó las últimas 48 horas, en las cuales recibió reclamos, y la última vez que lo hicieron no dijo ni un solo te amo a Yuki.
Aquel dia siempre le sabia mal, en ese momento, le daba la situación de alguna forma le daba esa sensación de falsa plenitud, pero no olvidaba cuando su baka se fue, de las miradas vacías, sin brillo, sin te amo Yuki, sin nada de aquel hermoso ser que le dio todo de si, y que ahora parecía un hermoso ser etéreo, pero con una frialdad insospechada como si no quisiera su toque, nada de el, lo siguió a Londres, a sus conciertos ahí, pero en cuanto se presentaron noto que algo estaba fuera de balance su cuerpo, mas entregado más intenso, más hermoso, pero con un rictus de dolor. Y cuando lo vio ayer en la tarde, se dio cuenta de que él había cambiado como si fuera otra persona que no tenía nada que ver con el del cual se enamoro.
Se levanto y se metió a bañar, entonces en aquel momento, pensó en que tan mal se vería ese dia, siempre le había pasado en aquel momento de su vida, en que tan mal lo delataría su cuerpo infantil por eso escogía colores sombríos así seria una persona fría ante todos sin ninguna emoción que cruce por su rostro.
Siempre me quedará
la voz suave del mar,
volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
En la voz suave del mar,
en volver a respirar la lluvia que caerá
sobre este cuerpo y mojará
la flor que crece en mi,
y volver a reír
y cada día un instante volver a pensar en ti.
Se termino de bañar, y se vistió de negro, playera, jeans y lentes, su cabello rosa, atado en una liga, y sus audífonos, tomo un taxi para el aeropuerto, mientras escribía un sms para Tohma, “voy por Akito hoy llega”, sin más, el cuarto integrante llegaría ese dia, como lo habían hecho en el pasado, Akito sería su tabla de salvación y Tohma su amante fiel para el cual olvidaba a todo y le hacia sentirse amado, al igual que Akito, sabia que eran un trio un poco perverso, pero que mas daba el los necesitaba como el aire los amaba, intensa y racionalmente no era ese amor loco y desmedido que tenia por Yuki. Saliendo del taxi para entrar a aeropuerto dejo sus tristezas.
Cómo decir que me parte en mil
las esquinitas de mis huesos,
que han caído los esquemas de mi vida
ahora que todo era perfecto.
Y algo más que eso,
me sorbiste el seso y me decían del peso
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.
de este cuerpecito mío
que se ha convertío en río.