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雨 (ame) por Yukii Matsumoto

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Notas del capitulo:

bueno a los que llegaron hasta aquí, prometo no decepcionarlos con el capitulo, así que a leer 

 

 

Ame

 

 

Desde pequeño la lluvia siempre me encantó… recuerdo que me gustaba salir a mojarme hasta quedar empapado, era divertido, pero siempre terminaba cogiendo un resfriado, generalmente nada grave pero si lo suficiente como para no ir a la escuela. La lluvia siempre me ha traído recuerdos hermosos pero tristes, siempre que llueve me siento en mi ventana, como ahora, y empiezo a recordar gran parte de mi vida mientras veo la lluvia. ¿te acuerdas?, ¿Cuándo de pequeños siempre me cuidabas al enfermarme por jugar con la lluvia? Siempre disfrute cada una de tus atenciones, pero igualmente me sentía mal por hacerte faltar al colegio, y jamás tuve la oportunidad de pagarte con la misma moneda porque tu jamás te enfermabas, siempre tuviste muy buena salud, perdón, siempre has tenido buena salud.

 

¿Sabes? Nosotros siempre fuimos de sentidos opuestos respecto al clima, a ti siempre te ha gustado el sol, el viento calido, y el calor, la lluvia jamás ha sido tu aliada. En cambio yo… yo odio el calor y los días soleados, siempre me han recordados cosas malas, cosas que me hicieron caer a un estado de depresión en mi adolescencia; por ejemplo… el día que mis padres se separaron y tuvieron su peor discusión terminando mi madre golpeada fue un día completamente soleado, no le tomé importancia. También los días que dos de mis primos con los que vivíamos mi madre y yo comenzaron a tocarme mas de lo debido, fueron días soleados, ahí comencé a odiarlos. El día que mi padre murió… era un día soleado, ahí comencé a pensar que el sol se burlaba de mi o que “dios” me odiaba. Eran pensamientos infantiles, pero para esa época yo solo tenía 13 años, era algo normal. Para este tiempo yo había comenzado a cortarme los antebrazos y las venas, jamás llegué al hospital, aun no tenía intenciones de dejar el mundo porque tu eras quien me impulsaba a seguir.

 

Cuando entramos al mismo instituto, tú comenzaste a sospechar de mis cortadas… ¿cómo? No le sé, pero lo supiste y hablaste conmigo, ese día llovía mucho lo cual me dio un poco mas de confianza para confesarte la razón secreta de mis acciones, antes nunca te había dicho del abuso de mis primos, no quería que sintieras asco por mi, pero ese día te lo confesé aun con el miedo presente. Cuando te lo dije te quedaste en silencio por varios minutos, pensé que tu silencio era por muchas razones, asco, repugnancia, miedo, repulsión, y muchas mas relacionadas con lo mismo, pero después de no se cuanto rato mas me abrasaste, y lo admito me sorprendí bastante, pero no me aparté, solo me dejé abrazar por tus calidos brazos, y disfruté de esa calida sensación que hace tanto no sentía. Me dijiste que me protegerías, que no dejarías que me pase nada malo, que me cuidarías pase lo que pase y yo, ilusamente, te creí. Esa ves sellaste tu promesa besándome dulcemente los labios y ahí comprendí lo mucho que te amaba y que aun te amo, ese día fui feliz, y la lluvia era testigo de la felicidad.

 

Me habías hecho prometer que no me cortaría otra ves, y yo como niño pequeño te obedecí e incluso te entregue todos los implementes con los que me auto-dañaba, en ese tiempo, a mis 15 años me hiciste la persona mas feliz del mundo, me hiciste pensar que podía dejar todo atrás y continuar avanzando, fueron dos hermosos años de relación. El día que me pediste salir contigo juro que desbordaba la felicidad por cada uno de mis poros… y la lluvia fue nuevamente testigo de mi gran felicidad.

 

Siempre solías llevarme a lugares divertidos, me hacías reír como nadie jamás lo había hecho, me comprabas dulces con la excusa de que “endulzaban la vida” y como un inocente niño me lo creí, no del todo, pero lo creí porque eras tú quien me lo decía, y hasta el día de hoy sigo comiendo esos mismos dulces que me dabas, en especial los kit kat, esos chocolates que tanto te gustan, siempre recuerdo que me dabas solo un pequeño y minúsculo trozo de chocolate, yo no pedía mas porque sabía que eran tus favoritos y nunca te ha gustado la idea de compartir algo que te guste tanto.

 

Un día me llevaste al parque de diversiones y a mitad de la cita comenzó a llover, al principio te molestaste un poco, pero yo estaba tremendamente feliz, porque hasta ese día pensaba que cada vez que llovía era porque algo bueno estaba pasando o iba a pasar. Creo que sonreía como un niño chiquito al que le regalan un increíble juguete porque al instante después me sonreíste tiernamente, a mi y solo a mi, fue la mejor cita del mundo, porque estaba lloviendo y estabas tú conmigo. En ese momento mi vida era de “color rosa” jaja. También uno de los mas hermosos recuerdos fue cuando hicimos el amor por primera ves, cuando cumplí los 16, jamás me presionaste para hacerlo y siempre fuiste con calma, ese día solo se dio y terminamos en tu casa, en tu habitación profesándonos el amor que sentía yo por ti y tu por mi o al menos el que creí que sentías y ¿sabes? Estaba lloviendo, dándole un toque más mágico a la escena, de nuevo siendo la lluvia una muda testigo de mi felicidad.

 

Los siguientes 5 meses de la relación de noté un poco mas distante y cada ves que te preguntaba tú me revolvías el cabello y me decías que eran problemas con tu madre y yo… te creí como todas las otras veces… al octavo mes después de mi cumpleaños ya no me decías “te amo” solo unos cuantos te quiero y acompañados de unas sonrisas algo forzadas, ya casi no salíamos y ya no me besabas en público como antes, me extrañó y no te mentiré me llegó a doler tu distanciamiento, me comencé a culpar de todo, pensando y repasando cada una de mis acciones, pero no había nada que me indicara el porque de tu distanciamiento. Pero un día llegó a mi mente el recuerdo de cuando lo hicimos… me sonrojé entupidamente y al momento después me di cuenta de que después de esa ves no volviste a tocarme ni a pedirme que lo hiciéramos, mi mente se llenó de pensamientos que se habían alejado…

 

“…te tiene asco, eres repugnante para él, ya no te quiere porque le das asco…”

 

Todo coincidía, tu ya no me besabas rara ves me abrazabas, ya dejaste completamente los “te quiero” aun lado, y yo… volví a las cortadas, yo sé que tu lo sabías pero ya ni eso te importaba, seguí con la relación intentando llevarla lo mejor posible, al onceavo mes - después de esa noche- … te vi besándote con otro chico, me sorprendí, me dolió, me sentí la persona mas estupida del mundo, pero no rompí contigo, pensé y me ilusioné con la idea de que puede haber sido un mal entendido, pero tu no mencionaste nada al respecto y yo tampoco, en la noche de ese mismo día lloré como no hacía hace años y me corté como nunca, me decepcioné de mi mismo por no darte lo que necesitabas y tener que irlo a buscar con otro, por poseer un pasado tan repugnante y me odie lo juro. Al mes siguiente, al doceavo mes cumplíamos un año y siente meses de relación, pero algo no andaba bien… era otoño y ya debería de estar lloviendo o al menos lloviznando, pero había un día soleado… me levante con un mal presentimiento, intenté ignorarlo, me levante y puse mi mejor sonrisa a pesar de estar totalmente destrozado, aun tenía esa baga esperanza de que me amaras. Te fui a buscar a tu casa, tardaste un poco en salir y cuando lo hiciste te denotabas cansado.

 

Tenía intenciones de saludarte con un beso en los labios, pero tu me corriste la cara y terminé plantándote un beso en la mejilla. Me decepcioné de nuevo, pero me ilusioné al notar que tomabas mi mano y me guiabas a un parque… al llegar te sentaste en el pasto y me indicaste que me sentara frente a ti, te obedecí; estuvimos en silencio por un largo tiempo, hasta que clavaste tu mirada en mis ojos y hablaste… aun lo recuerdo, recuerdo cada palabra que dijiste a pesar de que pasó hace un año o mas

 

-takanori… yo- desde ya, algo andaba mal, tu nunca me habías dicho takanori, ni cuando éramos niños. Suspiraste – lo siento mucho… pero… pero quiero terminar esta relación – lo soltaste de golpe… sin importarte el daño que me podría causar.

 

-te gusta otro chico- dije al borde de las lagrimas

 

-no es eso…-

 

-te vi… hace meses te vi besándote con alguien – me miraste sorprendido por la confesión

 

-porque…¿Por qué nunca me lo dijiste?-

 

-p-porque te amo- te respondí llorando. Después de eso me explicaste que, sin querer te empezó a atraer y paso lo “inevitable”. No te reproché nada, si te enamoraste de alguien mas es porque yo no te daba lo necesario…

 

Te levantaste para irte, pero antes de hacerlo te sostuve débilmente por la maga y te dije un último “te amo”… respondiste con un lo siento… y te fuiste… yo me quedé llorando en el parque.

 

Después de eso cumplí 17 y tomé la decisión de independizarme, ahora vivo en casa de mi difunto padre, no me falta nada, excepto tú. Ahora mis cortadas son diarias y ¿Qué crees? Ahora, mientras escribo esto lo hago, mientras veo la lluvia que tal vez me acompañe hasta el final de mi camino.

 

¿sabes? Nunca dejé de amarte, tampoco dejé de tener noticias sobre ti, y supe que a los meses –dos aproximadamente- tu relación con el otro chico se fue al caño… no me alegré, al contrario me entristecí por ti, por que yo realmente te amo y quería que fueras feliz.

 

No se porque escribo esto, probablemente nunca lo veas, o tal vez si lo hagas, quien sabe, pero creía tener la necesidad de dejar algo antes de partir, y quiero dejar claro que no es culpa tuya el que yo este a punto de dejar este mundo, si no mía. Y solo una cosa mas….

 

Akira… te amo.

 

Di un corte profundo a mis dos muñecas… lloraba junto con la lluvia, ¿Por qué no hay sol? Será tal vez que mi muerte es algo bueno? No se… sentía la sangre correr por mis manos, y solo mantenía la vista fija en la ventana… había acomodado mi laptop algo lejos de mi para no ensuciarla con sangre…

 

Aun mantenía los ojos abiertos pero sentía que me estaba yendo lentamente… de pronto escuché gritos en la puerta, no me volteé, pero luego los volví a escuchar seguidos de golpes… logré reconocer la voz y lloré mas fuerte, era él, akira, mi akira. El que gritaba tras la puerta, pero no pensaba abrir, aun así continuó gritando y golpeándola hasta echar abajo la puerta, me miró… lo miré. Después de tantos meses nos volvemos a encontrar… medio sonreí y susurré un débil “te amo”. Cerré los ojos y no vi mas nada…

 

Te amo akira… te amo!

Notas finales:

que les parecio? es decepcionante? diganme la verdad, les gustó? subo la segunda parte? 

bueno relamente espero que les haya gustado.. comenten porfaa


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