Mi nombre es Aron Kwak y tengo 16 años, aunque mis padres son coreanos, yo nací y me críe en los Estados Unidos. En los Ángeles para ser exactos.
Pero por una cosa y otra a mi padre lo reubicaron en su trabajo otra vez en Corea y tuvimos que mudarnos. Además como mis padres estarían muy ocupados en el trabajo no querían que me quedara solo y se les ocurrió meterme en un internado de hombres. No estaba muy feliz con la idea, ni siquiera quería irme a vivir a Corea, todavía ni hablaba bien el idioma pero al ser hijo único y no tener más familiares en los Estados Unidos, tuve que irme con mis padres. Pero pues ¿ya que podía hacer? Ya me encontraba en la entrada del instituto con mi maleta y una caja con mis pertenencias. Di un pequeño suspiro y entré.
Estaba sumergido en mis pensamientos pensando cual sería la Oficina principal cuando choqué con un chico.
Cuando me di cuenta el ya estaba en el suelo.
— Ah! Lo siento! No fue mi intención, no me fijé por donde iba. — Le dije extendiéndole mi mano para ayudarle.
— No te preocupes, yo también iba en mi mundo y no me fijé — Dijo tomando mi mano para ayudarse a levantarse. Era un chico muy alto y delgado, con cabello castaño y ojos grandes.
— Por esa maleta y esa caja supongo que eres nuevo, ¿verdad? —
— Ah si… Yo soy Aron Kwak, puedes decirme solo Aron —
— Yo soy Minhyun, un gusto en conocerte. Se me hace raro que a estas alturas del año haya alguien nuevo, porque, bueno, ya estamos a mitad de curso —
— Si lo sé, me acabo de mudar a Corea por el trabajo de mi padre —
— Eh… entonces no eres coreano?, porque te vez como uno —
— Si lo soy, mis padres son por decirlo ‘‘100% coreanos’’ pero nací y crecí en Estados Unidos —
— Oh, entonces eso explica el porque algunas palabras las pronuncias raras — Dijo soltando una carcajada al igual que yo.
— Si… todavía mi coreano es un poco torpe — Dije con una sonrisa en el rostro
— Y bueno Aron, andabas perdido o que? —
— Ah, algo así, estaba buscando la oficina principal para saber en que dormitorio estaré y en que clase, ¿tu sabes donde está? —
— Claro, si sigues ese camino encontrarás un edificio de 3 pisos blanco, con las puertas transparentes, ahí es — Dijo señalándome el camino
— Muchas gracias — le dije haciendo una pequeña venia.
— No hay de que, bueno yo me tengo que ir, tengo unos asuntos pendientes, espero volver a verte pronto, un gusto en conocerte, Adiós~ —
— Igualmente! Te veo luego, adiós~ — Dije moviendo la mano de un lado a otro mientras el se alejaba. Me cayó bien el tipo, se ve que es buena persona.
Seguí el camino que me indico Minhyun hasta el edificio. Cuando entré vi a la secretaria ahí así que me acerque.
— Buenas tardes, me acaban de transferir aquí, y quería saber en que dormitorio estoy y en que clase —
— Ah claro, solo dame tu nombre —
— Aron Kwak —
— Esta bien dame un momento mientras busco —
La secretaria empezó a teclear por un buen rato en la computadora. Me empezaba a desesperar, ya lo que quería era irme a descansar.
Después de unos momentos la secretaria me indico en que salón y en que dormitorio quedaría. También me explico que no tendría compañero de cuarto ya que el que debería de serlo se transfirió a otra institución. Eso me hizo feliz, ya que no tendría que compartir el cuarto con un desconocido, y además así tendría más espacio.
Me dirigí al dormitorio después de que la secretaria me indicara como llegar.
Y dentro me fije en que piso esta el cuarto, me di cuenta que estaba en el ultimo piso… ‘‘genial’’ me dije al ver el letrero que estaba en la puerta del elevador:
‘‘Lo sentimos. Elevador fuera de servicio, lamentamos
las molestias’’
Genial! Más que genial!, tenía que subir quien sabe cuantos pisos con esa maleta y esa caja que cada vez se hacía más y más pesadas.
Me seguía maldiciendo, pero me tuve que resignar y empecé a subir los escalones uno por uno. No se cuanto tiempo tarde en subir, pero se me hizo una eternidad!. Al fin estaba en el piso, baje mis cosas un momento para tomar aire. Tomé mis cosas de nuevo y empecé a caminar otra vez sacando un papel de mi bolsillo en donde tenía apuntado el número de cuarto, pero apenas empecé a leer sentí como otra vez chocaba con alguien. ‘‘demonios! es la segunda vez que me pasa en el día!’’ me dije a mi mismo antes de dirigirme al chico que estaba en el suelo.
— Perdón no fue mi intención, no me fijé por donde iba… —
Le dije todavía sin mirarlo, pero al voltearlo a ver… me quede atónito.
Tenía una cabellera rubia recogida en una coleta ¿Acaso estaba permitido teñirse el cabello en la institución?, también tenía un fleco recto, como el de una mujer. Pero lo que más me llamo la atención eran sus finas facciones, si no fuera que porque estamos en una escuela solo para hombres podría decir que era una mujer.
Cuando el me volteó a ver se me puso la piel de gallina, pude ver que abrió un poco los ojos al verme, pero tenía una mirada seria… una mirada fría, como si me quisiera asesinar o algo por el estilo…
— ¿E-estas bi-bien? —
Le dije tartamudeando ¿¡que diablos me pasaba?!, me decía mientras le extendía la mano para ayudarle.
Pero… no hubo reacción alguna del chico, seguía ahí… mirándome, sin todavía responder. Me empezaba a sentir nervioso ¿Qué le pasaba a este tipo?!
— Ehm… n-no qui-quieres que te a-ayude a l-levantarte? — Seguía nervioso.
El chico se levanto por si solo… sin quitar su vista sobre mí.
— Eh… yo… me vuelvo a disculpar, soy nuevo por aquí y buscaba mi habitación…—
Trate de que el chico me dijera algo, que hiciera algo pero…. Fue en vano, esa mirada asesina seguía sobre mí. ¿Acaso el tipo era un psicópata o algo por el estilo?
No aguantaba más y volví a mirar el papel con el número de mi habitación.
— Bueno y-yo… tengo algo de prisa… adiós —
Dije sin más y comencé a caminar rápido buscando la habitación, al fin cuando encontré la puerta, metí la llave en la cerradura pero antes de entrar me dio curiosidad si el chico seguía ahí, volteé y evidentemente, seguía ahí… mirándome.
La piel se me erizo de nuevo y entré rápido a la habitación. Mi corazón latía a mil por hora ¡¿pero que demonios le pasaba a ese tipo?!.
Traté de tranquilizarme, y empecé a acomodar mis cosas, la habitación era espaciosa para una sola persona, tal vez me sentiría solo con tanto espacio, pero prefería mil veces eso que estar con un extraño.
Vi el reloj, ya eran las 11:30, así que me di una ducha rápida, me lave los dientes y fui a recostarme a mi cama. Traté de cerrar los ojos, pero al hacerlo venía a la mente la imagen de aquel chico con esa mirada tan fría y seria. Abrí los ojos y mire hacia el techo.
— Mañana será un día muy largo. —