*piiiiii*
Jueves por la tarde, el verano estaba a la vuelta de la esquina y yo solo daba gracias porque las clases habían acabado. No soportaba el calor, pero todavía lo soportaba menos cuando llevaba puesto el uniforme. Suerte que pronto nos darían las vacaciones.
Jieun se acercó corriendo desde su clase sonriéndome, la pasé el brazo por encima de los hombros besándola en la mejilla mientras andábamos hacia la salida. Se sonrojó, era tan adorable, justo el tipo de chicas que me gustan. En ese tiempo estábamos saliendo, llevábamos algo mas de tres meses, incluso pensaba prepararle una gran sorpresa para cuando cumpliésemos los 100 días, un anillo quizás.
Al pasar por la puerta de rejas oímos llantos, ambos nos acercamos a ver que pasaba. Reconocí a la chica, Minhyu, una compañera de clase. Pero a él fue la primera vez que lo vi, hubiese apostado, sin miedo a perder, que era un universitario por los vaqueros, la camisa de cuadros y el pelo teñido de un castaño oscuro. Un poco más bajo que yo, de hombros anchos y pose altanera, parecía el perfecto gilipollas.
Quise acercarme a ver lo que pasaba y ayudar a Minhyu pero Jieun me agarro del brazo y negó con la cabeza. No debíamos entrometernos, lo vi en su mirada triste. Suspirando la volví a abrazar por los hombros y seguimos andando
*piiiii*
La segunda vez que lo vi fue mi primer día de gimnasio, Jieun había comentado lo apuesto que le parecía uno de los jugadores de futbol, un tal Choi Minho. Así que yo, herido en mi hombría rápidamente me apunte a ese lugar, en el que apenas duré un par de semanas. He de admitir que estaba muerto de miedo, era el mas joven y flacucho de todo el establecimiento y parecía que todos se conocían entre si.
Yo solo andaba con la cabeza gacha entre maquinas, las cuales no estaba seguro para que servían, cuando me agarro de los hombros acercándome a su cuerpo y por primera vez vi su cara. Ojos grandes, llenos de un brillo juguetón, una sonrisa ladeada y una mandíbula marcada, esas fueron sus cartas de presentación. Era realmente guapo y por la forma en la que se movía, actuaba y sonreía era consciente se ello.
-Y bien pequeño, ¿eres el nuevo?
-¿Diga?
Yo nunca había salido a beber y se suponía que no podía, aun era menor de edad pero con un par de palabras Jonghyun me había convencido. Ese era su nombre. Nos hicimos cercanos en las horas de gimnasio e incluso cuando lo dejé porque no podía aguantar las agujetas seguimos en contacto. Y ahí estábamos, yo intentando no beber demasiado y el haciendo todo lo posible por emborracharme.
-Taemin-ah –me llamó con una sonrisa boba, causa del alcohol. -¿Qué tal con tu novia? ¿Hasta donde habéis llegado? – sus cejas se alzaron y volvieron a bajar.
-¡Hyun! –grité avergonzado, sintiendo mi cara arder por momentos –eso no te importa.
-Eso quiere decir que no habéis hecho nada –se río divertido de mi inexperiencia. –Supongo que tendré que enseñarte.
No pensé que lo decía en serio.
-Supongo que estarías durmiendo, yo lo-lo siento si te desperté
Una camiseta blanca, unos vaqueros grises, un par de horas de peluquería y una sonrisa, no necesité más para entrar al club sin problemas. Aunque he de admitir que ir camuflado entre Jonghyun y sus amigos ayudó bastante.
Una vez dentro el sonido era envolvente, las luces parecían como de otro mundo y la masa de cuerpos me llamaba para que me uniese. Jong viendo mis intenciones me agarro del brazo para arrastrarme a la barra. Sus amigos ya se estaban dispersando, buscando a alguna chica que moviese bien las caderas entre el gentío.
-Antes tomate algo –dijo mientras me pasaba lo que fuese que había pedido, no me interesaba mucho en realidad. –Esta noche invito yo.
Decidí aprovecharme un poco de él y pedir un par de copas más. Hablábamos mientras bebíamos, él no había pasado de la primera copa, mientras yo sentía como el alcohol me estaba subiendo peligrosamente rápido a la cabeza. Cuando terminamos me levanté para acercarme a la pista donde todos se movían al ritmo de la música.
Poco después Jong estaba junto a mí evitando que me alejase demasiado o que cayera, con sus manos en mi cintura. Con una sonrisa traviesa me acerque y baile contra él. La idea era que me soltase pero pareció causar el efecto contrario y me agarro más fuerte de la cintura acercándose, haciendo que nuestros cuerpos se rozasen más intensamente.
Solo éramos dos personas en la multitud, nadie se fijaba en nosotros, seguramente a la mañana siguiente ni se acordarían de nuestra existencia ¿Qué importaba entonces? Pase las manos por su cuello siguiéndole el juego.
No me esperaba que su siguiente movimiento fuese besarme con un hambre voraz, haciéndome imposible seguirle el ritmo, aunque lo intenté. El resto de la noche, siendo sincero, la recuerdo borrosa.
Un par de días después Jieun y yo rompimos.
-En realidad n-no tenía nada que decirte… Solo quería escuchar tu voz
Nunca hablamos de ello, seguíamos comportándonos como siempre. Salíamos con nuestros amigos, íbamos a clubs, nos emborrachábamos de vez en cuando. Como dos amigos normales que se divertían juntos.
Solo que cuando la gente no miraba nos dedicábamos a devorarnos. En su casa, en los callejones o en cualquier rincón en donde no nos viese nadie, cualquier lugar servía. Besábamos cada centímetro de piel accesible, avanzando un poco más cada vez.
Algunas tardes en su casa tras besarnos unos minutos descansaba en su pecho, escuchando el latido de su corazón mientras el me acariciaba el pelo. Nunca tuvimos grandes conversaciones para ser sincero, creía que la sensación de tranquilidad que me transmitía era suficiente.
-Sé que… que no debería hacer esto, que se-se terminó pero… ¿no puedes hablar conmigo un momento? solo un momento…
Estábamos tumbados en su sofá como cada tarde que me escapaba de mis tareas para verle. Nos besábamos, más intensamente de lo normal. Empezaba a tener una idea a donde podría llevarnos aquello y no quería parar
Mi camiseta voló por encima de mi cabeza y al instante sentí sus manos en mi abdomen, acariciándome dulcemente, suave. Yo quería quitarle la suya pero era demasiado torpe así que lo hizo por mí. Había visto su torso antes pero no de aquella forma. Solo quería tocarlo, besarlo, no estaba seguro de lo que quería en realidad.
El siguió besando mi cuello y pecho mientras que sus manos bajaron a mi pantalón colándose entre la tela y rozando mi miembro con la punta de los dedos. Gemí sin darme cuenta, sorprendiéndome de ello.
Moví mi pierna, rozando el bulto de su entrepierna sin darme cuenta, haciéndolo gemir. Me encantó esa sensación, casi más que el placer que él me estaba dando al mover su mano por mi miembro, el sentir que él estaba disfrutando, por mi.
No quise que ese momento se acabase nunca.
-Taemin, estoy con mi novia
-¿Qué?
Me puse los vaqueros y salí del baño de Jonghyun. Habíamos pasado la tarde juntos en su casa mientras el resto de nuestros amigos estudiaba para los exámenes parciales, así no tendríamos que dar escusas a nadie.
Estaba poniendo la mesa a la vez que preparaba la cena, suerte que el comedor y la cocina solo estaban separados por una barra americana. Me parecía tan adorable como iba corriendo de un lado a otro para que no se le quemase la comida mientras tatareaba distraído.
Cuando se paró frente a los fogones me acerque abrazándolo por la espalda, dejando caer el mentón en su hombro. Hacia sopa de Kimchi y arroz.
-¿Vamos a cenar juntos? –pregunté pegando mi nariz a su cuello y oliendo el gel de baño, se había duchado justo antes que yo.
-No –me miro triste, besándome en la mejilla. -Lo siento pero viene alguien y… bueno…
Lo entendía, nadie debía de saber que teníamos algo como esto, fuese lo que fuese. Era difícil pero así estaban las cosas, éramos dos hombres que se acostaban juntos, no esperaba que lo viesen con buenos ojos.
-Supongo que tendré que marcharme
-Yo, no sé que me ha pasado, tu sabes que no suelo ser así… pero no… no estoy bien Jonghyun… Sabes que no te hubiese llamado… Me siento estúpido…
Pensándolo bien podría haberlo acabado todo cuando yo quisiese. Podría haber dejado de llamarlo, dejar de salir a beber con el y sus amigos, dejar de pedirle por mas en aquellas tardes que pasábamos en su cama. Él no me reclamaría.
Pero aun así seguía llamándolo, seguía queriéndolo a mi lado y siempre pedía por mas, por que nunca me saciaba, no si venia de él.
Cada día el sentimiento hacia él, hacia nosotros, se hacia mas fuerte. Era consciente que no era correspondido, al menos no con la misma intensidad pero no me importaba demasiado. No esperaba mucho de todas formas.
-Pero… ¿Por qué me has cogido? No debiste haberlo hecho si estabas con ella… no te hubiese vuelto a llamar… y podría haber dormido en paz
-Taemin…
Hacia más de un mes que no nos veíamos, él había estado estudiando para los exámenes de fin de curso y yo para el de acceso a la universidad, esperaba haber sacado buena nota y tener la posibilidad de entrar en su universidad.
Decidí darle una sorpresa y esperarlo en el parque de en frente del campus. Estaba sentado en un banco viendo a gente con uno o dos años mas que yo con el pelo teñido, ropa de colores y vaqueros, yo seria así al año siguiente.
Pude oírle antes de verlo, su risa jovial y sus gritos, los distinguía perfectamente de los del resto. No sabia si levantarme o esperar a que el me viese. ¿Se pondría contento al verme?
No esperaba que verle solo pero tampoco cogiendo a una chica de la cintura. Ella tan delgada y femenina, con el pelo por debajo de la cintura y ropa de colores. No podía competir contra ella y lo sabia.
Agache la cabeza y recé por que no me viesen.
-¿En serio que tu novia esta ahí contigo? ¿Lo esta escuchando todo?
La conocí oficialmente un par de semanas después, cuando vino con nosotros al club. Celebrábamos mi mayoría de edad, así que no podía faltar aunque quisiera.
Además de bonita era agradable y dulce, no pude odiarla aunque quisiese aborrecerla con todas mis ganas. Se pasó toda la noche pegada al brazo de Jonghyun, bailando con el y mirándole cuando nadie estaba hablando con ella. Estaba loca por el.
En cierto momento sentí que no podía más y me escapé al baño. Me mojé la cara para calmarme e intentar asentar las ideas. No esperaba verlo detrás mio, mirándome desde el reflejo.
Tenía intención de volver a salir e ir con los demás, quizás bailar un rato e irme a casa. Jonghyun no tenía las mismas intenciones. Me agarro de un brazo y me metió en un cubículo, cerrando la puerta con pestillo, empujándome después contra ella.
Metió la mano bajo mi camiseta rozando mi ombligo antes de besarme con ganas. Juro que quise detenerlo, lo juro.
-No... No hace falta que me lo digas, no quiero saberlo. Esto será el final ¿esta bien? Todo esto no fue nada para ti ¿verdad?
-Taemin no es así. Déjame explicarte.
-No me mientas…
Se me había hecho tarde, así que llamé a mi madre para decirle que no me esperasen para la cena, ya pediríamos algo Jonghyun y yo a alguna pizzería. Ya no la parecía extraño que pasase horas metido en su casa tras tantas tardes allí.
Me acerqué a la puerta del salón viéndolo tirado en el sofá, dormido con solo los vaqueros puestos. Suspiré, me tocaría a mí ir a por la cena.
Bajé a un pequeño restaurante de pollo que estaba al final de la calle y pedí comida suficiente para ambos. Mientras esperaba imaginaba como lo despertaría, en la forma en la que me sonreiría al verme, cenaríamos juntos y luego quizás me llevaría a casa.
Pero cuando abrí la puerta ya no estaba dormido, ni solo. Ella había llegado antes que yo y la besaba, rozando sus cuerpos, como había hecho hace unas horas conmigo.
Abrió los ojos aun besándola, me miro por unos segundos y volvió a cerrarlos, ignorándome. No necesitaba que me explicaran que sobraba.
-Olvídame, haz como que no existiera ¿así es mas fácil? ¿Es tu forma de olvidarte de mí?
-Taemin, para. Solo estas diciendo tonterías, ya hablamos que…
-¡Pero no puedo olvidarte! Me da igual… todo… no lo recordare mañana de todas formas…
Habíamos quedado para que me acompañase a recoger las notas del examen de acceso, habían tardado más de dos semanas en darnos los resultados.
Paró un par de manzanas antes de llegar a mi instituto, me sentó en un banco y el junto a mí. Miraba hacia abajo, sin dejar de sonreír. Podía sentirlo, al igual que la humedad antes de una tormenta. Y sabía que dolería.
-Creo que deberíamos dejar de vernos –comenzó, mirando el cielo, estirando las piernas, despreocupado. –Además, dentro de nada entraras en la universidad, harás nuevos amigos y ya ni te acordaras de mí
Se encogió de hombros y me miró, sonriendo, como si no significara nada. Para ser sincero, era consciente que no significaba demasiado para el, pero tampoco pensé que fura tan fácil de tirar.
-Además, ya me estaba cansado de esto- se levanto recolocándose los pantalones y volviendo a mirarme, alegre, como si no supiese lo que me había dolido que me dijera eso- Tengo prisa, me voy. Suerte.
Lo vi alejarse, mientras el nudo en mi garganta se intensificaba y dolía, tanto que tenia ganas de llorar. No lo hice, guarde el dolor, como había guardado el resto de mis sentimientos.
-Así que en verdad no signifiqué nada…
*Piiip* Piiip* *Piip*