Se subió los pantalones y de un empujón estampó a su “victima” contra el frio suelo estando aun desnudo y con las piernas goteándole semen, lo dejó tirado y salió de la habitación cerrando con llave y candado al salir.
-No se cansa, enserio, cada día parece que se resiste mas, la gente tiene unas ganas de vivir que no las entiendo.
-¿Cuando lo soltaremos? – preguntó Kyuhyun desde la ventana por la que veía pasar durante todo el día las mismas personas yendo y viniendo del trabajo, siguiendo una rutina que el dinero y la sociedad les obligaba cumplir.
-¿Soltarlo? Este no sale de aquí, no vivo.
-No vas a matarlo. – dejo de mirar por un momento la ventana para clavar los ojos en Eunhyuk.
-¿Y quién me lo va a impedir, tu?
- Si hace falta... podría derrotarte fácilmente
-Venga, dejad eso ya – interrumpía Donghae saliendo de la cocina con un par de cervezas – ¿cuanto hace que no come?
-Desde ayer al medio día, o antes de ayer, no lo se – soltó Eunhyuk como si fuera lo más normal del mundo.
-¿¡Queréis matarlo o que!? – saltó el menor de los tres corriendo a la cocina en busca de algo para alimentar al chico encerrado en su habitación – le prepararé algo.
-Quita – apartó Donghae al menor de todos antes de entrar en la cocina – como le prepares tu algo lo mataras antes de tiempo, ya le hago algo yo.
-Kyuhyun – lo llamo Eun sentado en el sofá mientras veía tranquilamente la tele – ¿no quieres entrar? – Negó con la cabeza – pues deberías ir a solucionar eso, mira como te has puesto, la verdad es que excitaría a cualquiera con esos gritos, gime como una puta.
- ¡No lo llames así! - grito mientras rápidamente se metía en el baño, con las manos tapando el bulto en su entrepierna.
Un olor realmente delicioso empezó a salir de la cocina, y poco después salía Donghae con una bandeja con un par de platos con comida.
-mmm... tengo hambre – se levanto metiendo la mano en la bandeja para llevarse algo a la boca, pero su mano fue parada de un fuerte golpe en la muñeca.
- Esto es para este – señaló la puerta con candado – como te vea Kyu te matara de verdad.
-Ni que pudiera conmigo – el otro lo miro de arriba abajo.
-Si tú lo dices.
-¡Ya está la comida!- salía Kyuhyun del baño – que rápido.
-Si, ahora iba a...
-Yo se la daré – le quitó la bandeja de las manos. Sacó la llave del bolsillo con un poco de torpeza al tener la bandeja en la mano y abrió la puerta, pico antes de entrar, era estúpido hacerlo teniendo en cuenta que lo tenían “secuestrado” pero inevitablemente lo hacía. La habitación estaba a oscuras y el ambiente estaba cargado de no haber sido ventilado – Sungmin... – entro en la habitación y cerró tras de sí. Una respiración agitada se oía en una esquina del cuarto, en esa penumbra apenas podía ver nada. Se guió por el sonido de lo que parecía un llanto y forzando un poco la vista pudo divisar como estaba encogido tirado en el suelo llorando si poder parar. Dejó la bandeja en el suelo y se agachó al lado del menudo chico rodeándolo con sus brazos en un intento de abrazo – lo siento, lo siento sssshhh...
- No... – Sungmin se giró y abrazó con fuerza a Kyuhyun, era lo más humano que había entrado ahí en meses, no sabía bien porque se disculpaba, pero tampoco iba a preguntárselo.
- Te he traído algo para comer – cogió la bandeja y se la puso en el regazo, cortando pedazos ya que se le había olvidado a Hae, eran ordenes, no podía dejarle ningún objeto con el que los pudieran agredir o atacar como un cuchillo o tenedor. – no llores mas por favor – acarició las mejillas empapadas del otro disminuyendo poco a poco su llanto, secándole los ojos con los pulgares para que no escaparan mas lagrimas – come – tomó un pedazo y se lo llevo a los labios para que comiera – ¿esta bueno? – el mayor asintió levemente.
Se posicionó detrás de él con las piernas abiertas con el chico en medio y de espaldas a él, tiró un poco de su hombro para que se tumbara hacia atrás, pero para su sorpresa se giró y con manos temblorosas cogió la hebilla del cinturón del menor desabrochando los amarres del pantalón.
-Eh, no, estate quieto, túmbate – le paró viendo las intenciones y lo giró de nuevo. El mayor de los dos se tumbo boca arriba quedando entre las piernas de Kyuhyun y con la cabeza en el estomago. – Toma – le iba dando trozos de comida en la boca y el otro más que comerlos los engullía.
-¿Por qué? – dijo con la voz temblorosa aun por el llanto, temiendo a una mala reacción y que le cayera otro “castigo”.
-¿Cómo? ¿Por qué? – no entendía pero Sungmin desistió negando con la cabeza, igual era un modo o una táctica para hacerlo colaborar. Acabo de comer y Kyuhyun se levanto para salir de la habitación. Al cabo del rato entró con un cubo lleno de agua y jabón, algunas toallas y una luz para que se pudiera ver. – Tienes que lavarte – el mayor hizo un ademan de levantarse, pero apenas pudo. Kyuhyun lo cogió antes de que cayera de nuevo contra el suelo y lo acercó a la luz – mira como tienes la cara – delineaba con los dedos las marcas y heridas de las mejillas para fijar la vista en el resto del cuerpo lleno de moratones y alguna cicatriz.
Kyuhyun lo apoyó lentamente en la pared para que no cayera y aguantara la estabilidad, le desnudo, bueno le quito la pequeña sabana que le cubría dejándolo en ropa interior de pésimas condiciones. Puso unas cuantas toallas en el suelo guardando una y saco la esponja de dentro del cubo escurriéndola un poco para después empezar a limpiar la blanca piel del mayor, sacando los restos de sangre seca y limpiar las heridas aun recientes que seguro le había hecho pocos minutos atrás su compañero.
- ¿Puedo secarme? – preguntó cuando acabo de bañarlo.
- Claro – asintió acercándole la toalla que había apartado y seguir recogiendo – dámelos – el mayor puso cara de no entender –los calzoncillos – y con la cara sonrojada obedeció, sacándoselos y quedando completamente desnudo con la mirada del otro clavada en su cuerpo – ahora te traeré algo de ropa.
Se llevó todas las toallas y el cubo fuera de la habitación, busco algo para que Sungmin se pusiera y volvió a entrar. El mayor estaba acabando de secarse, Kyuhyun le quitó la toalla y le dio la ropa que consistía en unos bóxers y una camiseta un poco ancha, se la puso rápidamente, le hacía sentir raro la manera tan intensa con la que lo miraba el menor.
-Duerme y descansa, mañana por la mañana es el turno del pez, siempre le gusta temprano, yo me voy ya.
- ¿Te veré mañana?
-No lo sé – se llevó la luz que iluminaba tenuemente el lugar y se fue cerrando esta vez la puerta con llave. Sungmin hizo caso a las palabras del otro y se dejo caer en el pequeño colchón deteriorado en el que llevaba durmiendo sabe quien cuanto tiempo, se acurrucó y con el sonido de la televisión al fondo fue quedando lentamente dormido.