Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Dormir es mejor por Aminora Thens

[Reviews - 56]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Holaaa

 

¿Hay alguien ahi?

 

 

 

Camina junto a mí,

Que yo caminare junto a ti…

 

La situación era extraña, sentía las manos de Kaiba recorrer sus caderas por encima del uniforme, y qué decir de los besos en el cuello que lo estaban volviendo loco, la respiración era imposible de mantener y la temperatura de su cuerpo jugaba con su mente.

 

-Seto…- escapaba su nombre con un suspiro.

 

Veía borroso o tal vez ya no distinguía los colores que se encontraban a su alrededor, pues los dedos traviesos del Ceo lo seducían con gran facilidad y las ganas de ser tocado por ese Dragón aumentaban cada segundo.

 

Toma mi mano

Que yo nunca soltare la tuya…

 

 

Las caricias aumentaban, ya no pensaban nada solo estaban el uno con el otro recorriendo un camino lleno de necesidad y pasión.

 

-Cachorro…- hablando por primera vez Seto, en una necesidad de acariciar su piel, sentir la suavidad de su cuerpo, ya no soportaba la estorbosa ropa quería arrancársela romperla en mil pedazos dejándole bien claro que el único que podía rozar la piel del rubio era él y nadie más, estaba tan celoso de aquellas prendas que tocaban con libertad y sin ninguna vergüenza cada rincón de ese cuerpo único.

 

Tu necesidad será mi necesidad

Tu mirada será mía…

Y tuyo será mi corazón

 

Pero al parecer ambos tendrían que esperar pues la bocina con la voz de Ronald indicando que habían llegado al punto donde dejarían a Joey cada mañana los había sacado de su intensa “platica”, ambos se incorporaron en segundos el rubio tomo su mochila y segundos antes de salir su brazo fue tomado fuertemente girando su rostro recibiendo un beso de despedida, momentos después se encontraba en la acera de la calle confundido y sonrojado…

 

¡¿Qué rayos acababa de pasar?! Mientras caminaba en dirección a la escuela intentaba arreglarse el uniforme pues el querido Kaiba casi lo sacaba poco falto. Miro su celular aún faltaban minutos para que sonara la campana camino rápido no quería llegar tarde.

 

Con la brisa del viento se sintió un poco más tranquilo, y decidió olvidar lo que había sucedido en la limosina pues tendría muchas cosas que hacer y si no se concentraba nada comenzarían bien.

 

Estaba llegando a la entrada de la preparatoria y cuando pensó que todo estaba más calmado sus amigos lo rodearon rápidamente mirándolo de una manera que lo asusto.

 

-Bue.. buenos días chicos- dijo sobándose la cabeza con una sonrisa nerviosa.

 

En la puerta del recibidor se encontraba Duke quien con una sonrisa cómplice le avisaba que todos los chicos estaban al tanto de lo que había visto el día anterior en el centro comercial, genial ahora tenía más problemas.

 

Con resignación camino hacia el interior, poco faltaba para que la campana sonara y no quería causarle problemas a Surimi.

 

Los nervios lo invadían, ¿Qué les diría? ¿Cómo se los diría? ¿Cómo lo tomarían? Una y mil palabras se formaban en su cabeza unas muy distintas a otras y ninguna más convincente que la demás la situación era un verdadero dolor de cabeza, ¿por qué tenía que encontrarse a Duke? Definitivamente el destino estaba en su contra por alguna razón desconocida lo odiaba, ya que le encantaba ponerlo en situaciones nada dóciles y por demás demasiado problemáticas, en cuanto llego al salón se situó rápidamente en su asiento y cuando iba a colocar su mochila en el lugar de siempre una fuerte mano alzo su brazo y a él del banco.

 

Dirigió sus mieles ojos hacia la persona que lo estaba lastimando encontrándose con los ya conocidos zafiros azules de un momento atrás.

 

-Kaiba ¿Qué estás haciendo? - mientras lo miraba confundido.

 

-A partir de ahora te sentaras aquí- mientras lo sentaba de una sola en el banco que estaba junto a él.

 

- ¿Se puede saber cuándo te dije que podías cambiarme de lugar?, no te tomes atribuciones que no te conciernen- mientras se levantaba del asiento y se dirigía a su habitual lugar.

 

-No fui yo quien lo decidió si no Surimi, me pidió que cuidara de ti mientras estas aquí, no puedes distraerte y dudo mucho que el mono cilíndrelo que tienes por amigo te permita concentrarte- mientras miraba con resentimiento al castaño que le devolvía la mirada.

 

-Te dije que dejaras de llamarlo así, tiene su nombre es Tristán idiota- mientras le alzaba la voz.

 

-Oh “Tristán idiota” muy buen nombre, le queda perfecto- mientras soltaba una risita burlona.

 

Joey estaba por abalanzársele, pero de nuevo estaban las palabras del oji-morado, y una vez más tuvo que resignarse y tragarse su furia, por si fuera poco, se tenía que sentar a un lado del Ceo esto era una pesadilla y eso que solo eran las 8 de la mañana.

 

Con gran resignación tomo asiento, pero solo porque Surimi era quien lo pedía.

 

Kaiba miro con una sonrisa triunfal la actitud del rubio, pobre Joey lo que no sabía era que Surimi siquiera había mencionado el asunto del cambio de lugar todo fue una mentira “blanca” del querido ojiazul, quien después de lo sucedido en la limosina no iba a permitir que tocaran un milímetro de Joey y menos la bola de entrometidos que tenía por amigos, claro que eso solo lo sabía él y prefería que nadie más lo supiera.

 

La clase solo estaba en shock por lo sucedido, todos pensaron que las típicas peleas de ambos comenzarían, pero la realidad fue otra pues el rubio solo agacho el cabeza resignado sin decir una sola palabra mientras el castaño se sentaba con una mirada de indiferencia tomando su habitual postura sacando uno de los tantos libros que siempre leía, el bullicio no se hizo esperar en el salón pero la entrada del profesor anunciaba el comienzo de la clase.

 

-Buenos días alumnos, hoy empezaremos un nuevo tema- mientras escribía en el pizarrón

 

                  “Balanceo de ecuaciones por método oxido-reducción o redox

 

Genial pensaba el rubio “Química” mi clase favorita, mientras el sarcasmo se notaba en cada uno de sus pensamientos, y es que si definitivamente la vida lo odiaba al ponerle como primera clase una de las materias que más detestaba.

 

-Primero tomare lista- mientras sacaba de su carpeta la lista de cada clase.

 

Pronto seria su turno lo estaba esperando y cuando se supone debieron nombrarlo el profesor lo salto.

 

-Amm, profesor me brinco- el maestro solo volteo a verlo con sorpresa.

 

-Joven Wheeler, ¿Usted por aquí?, ¿A que debemos este honor? - mientras las risitas por todo el salón se escuchaban.

 

-jejejeje- fue todo lo que pudo contestar y una vez más su rostro estaba más que rojo, Kaiba también lo miraba divertido pues lo que le había dicho era cierto siempre era raro verlo en las primeras clases, siendo sinceros a veces llegaba a faltar una semana entera.

 

-Me alegra que este aquí pues estamos empezando un nuevo tema y no me gustaría verlo en oportunidades tratando de pasar el corte- termino el profesor.

 

-Tenga por seguro que eso no sucederá, “de hecho no debe pasar, por nada del mundo”- mientras lo pensaba el conteo de la lista termino y la clase comenzaba.

 

Joey saco parte de las cosas nuevas que había comprado Surimi para él, escribió la fecha del día y comenzó a hacer una que otra anotación, estaba atento, pero le resultaba difícil entender la explicación del profesor ya que nunca había puesto atención a nada normalmente se quedaba dormido en las clases.

 

Miro a Yugi, su rostro era tranquilo pues conocía perfectamente el tema o eso suponía Joey, después de las explicaciones pasaron a los ejercicios a Joey le parecía que lo que estaba en el pizarrón no era de su idioma estaba más que confundido y eso le empezaba a dar una enorme jaqueca.

 

-Ven aquí- sentía como su banca era jalada por Kaiba extrañamente con una gran facilidad.

 

- ¿Qué es lo que no entiendes? - Preguntaba con su tono frio.

 

Joey miro la libreta y alzo la vista tratando de que entendiera que ni siquiera sabía lo que había escrito de hecho lo prefería ya que decirlo sería completamente vergonzoso.

 

-Ok, ya entendí- Kaiba tomo su lápiz y empezó a desglosar por completo la ecuación.

 

-Lo que tenemos aquí es un agente reductor, mientras que este es un agente oxidante, al quitar electrones a un elemento este se oxida, mientras que el elemento que capta los electrones es reducido- miro al rubio y este lo vio con cara de ¿¡Que rayos fue lo que dijiste?!

 

-Intentare explicarlo mejor, la oxidación se produce por un agente oxidante obviamente, al decir oxidación hablamos de que se están quitando electrones a un elemento en específico, por ejemplo el fierro tiene tres electrones y un agente que necesita electrones fácilmente puede robárselo, al quitarle ese electrón el fierro se está oxidando  y pasa de tener 3 electrones a solo 2, ahora un agente reductor aquí seria el fierro que está cediendo electrones y esto reduce la capacidad del elemento para oxidarse- esta vez la cara de Joey era seria, sorprendentemente para ambos el rubio había entendido la explicación del Ceo.

 

-Entiendo- Joey no lo podía creer realmente la explicación era claramente fácil, o seria que por ser Kaiba todo era Fácil.

 

-Saca tu tabla de elementos, empezaremos con los demás ejercicios- rápidamente el rubio saco las cosas de su mochila, tan concentrados estaban que no se habían percatado de las miradas de los demás alumnos quienes incrédulos miraban, era simplemente imposible, que Joey Wheeler y Seto Kaiba estuvieran ablando tan tranquilamente y aún más sorprendente que el Ceo estuviera ayudando al rubio en la materia. La mayoría creía que el apocalipsis estaba cerca y que el fin del mundo se produciría en cualquier momento, un pensamiento un poco exagerado para algunos, pero tampoco lo descartaban del todo.

 

-Muy bien, has hecho todo te recomiendo que empieces a memorizar los elementos y sus números de oxidación ya que no creo que el profesor te permita sacar la tabla periódica en el examen final- mientras volvía a tomar su libro.

 

-Si tienes razón, gracias por ayudarme realmente eres un excelente maestro- le respondía el rubio con una tierna sonrisa.

 

Kaiba se acercó a su oído y murmuro

 

“También puedo enseñarte cosas más lucrativas y… placenteras”

 

La cara de Joey tomo un rojo carmín y después un rojo fuego, un latido acelerado en su corazón y las escenas que se habían producido en la limosina llegaban como rayo a su cabeza, se levantó de golpe pues la cercanía de Seto lo estaba poniendo nervioso.

 

-Joven Wheeler por lo visto a terminado los ejercicios, me gustaría echarles un vistazo traiga su libreta por favor- decía intrigado el profesor por la actitud de esos dos.

 

-Hee si ya voy- completamente nervioso y con la mirada de todos en su persona Joey se acercó al escritorio y le mostro lo que había hecho.

 

El hombre comenzó a revisar ejercicio por ejercicio sorprendido por lo que veía pues todo estaba correcto, el ejercicio consistía en indicar los agentes reductores y los oxidantes, así como también indicar cuáles eran los elementos que se oxidaban y cuales los que se reducían y al parecer el rubio había acertado en todo, levanto la vista y miro a Kaiba quien le devolvió la mirada.

 

-Joven Kaiba espero que no haya resuelto los problemas de Wheeler, sabe que no es algo que permita en mi clase, además debería saber que no lo está ayudando esto solo lo perjudica- el rubio se ofendió, ¿cómo que le había resuelto los problemas?, que no creía que él podía ¿acaso lo estaba llamando tonto?

 

Y antes de que Joey pudiera decir algo…

 

-No se equivoca, Wheeler resolvió cada uno de los problemas él solo, yo solo le explique de una manera más fácil lo que está en el pizarrón y él lo entendió, es un chico listo, aunque no lo aparente con esa cara de torpe que siempre demuestra- respondía con un tono burlón.

 

- ¡A quien le dijiste torpe! - mientras tomaba el borrador y apuntaba a la cara del querido Seto.

 

- ¿Acaso estoy viendo a otro torpe? - y una vez más la risa burlona salía de sus labios.

 

- ¡Tu… cabeza de…!- mientras una vena aparecía en su rostro y apretaba el borrador.

 

- ¡Basta! - llamo el profesor.

 

-Wheeler vuelve a tu lugar, Kaiba le voy a rogar que sus comentarios se los guarde para usted mismo no me gusta ese tipo de ofensas entre los alumnos- Joey molesto regreso a su asiento mientras miraba con rabia al divertido Dragón de ojos azules.

 

Estaba a punto de regresar el asiento a su lugar cuando su brazo fue nuevamente jalado por la ya conocida mano del oji-azul.

 

Volvió a sentarlo y le susurro

 

“Eres un torpe muy lindo”

 

La cara de Joey volvía a tomar ese leve rojizo, y otra vez el nerviosismo se apoderaba de su cuerpo, no pudo siquiera moverse solo agacho la cabeza y esperaba el final de la clase.

 

A lo lejos los amigos de Joey miraban completamente en shock la escena, comenzaban a pensar que el apocalipsis era cierto o tal vez los aliens los habían abducido creando imágenes en sus cabezas pues lo que veían no podía ser real.

 

Después de tremenda escena la clase termino, los cuchicheos y murmuraciones no se hicieron esperar, Joey no sabía dónde meter la cabeza pues sentía que incluso debajo de la tierra podría ver las miradas que todo el mundo le lanzaba, y más las de las chicas que estaban molestas por el trato que Seto estaba teniendo con él.  Se estaba dando cuenta que estar con Kaiba podía ser peligroso se imaginaba caídas por las escaleras, o tropiezos con cualquier objeto extraño, un sin fin de “accidentes” que podían sucederle solo por el hecho de estar cerca de él.

 

-Eres más popular de lo que creía- susurraba recostado con la cabeza hacia abajo en el pupitre.

 

- ¿Por qué lo dices? - los ojos azules lo miraban confundido.

 

Joey solo suspiro, tan solo había pasado una hora y ya estaba en más problemas que en toda su vida.

 

Tratando de sobrellevar las miradas se levantó del asiento.

 

-Regreso en un momento- fue lo que dijo al notar la mirada del dragón sobre él.

 

Camino con mucha tranquilidad o eso pretendía.

 

-Yugi, ¿Puedo hablar contigo? - la mirada suplicante del rubio hizo que el pequeño lo siguiera fuera del salón sin hacer alguna pregunta que resultaría obviamente incómoda para Joey.

 

Una vez fuera del salón se aseguró de alejarse lo suficiente de las puertas, pues no le resultaría nada raro que las paredes tuvieran oídos y que información “confidencial” se filtrara en el aula.

 

- ¿Pasa algo? - pregunto Yugi, una vez que estuvieron a salvo.

 

Joey soltó un pequeño suspiro, trataba de encontrar las palabras más correctas que le ayudaran a explicarle todo el asunto sin que tomara más de 5 minutos.

 

-Me gustaría que fueras a mi casa esta tarde, ¿Tienes tiempo, o tienes que hacer algo en especial? - aunque eso no ayudo en nada a disipar las preguntas del menor, Yugi comprendió que su amigo lo necesitaba en estos momentos.

 

- ¿Tengo que ir solo? - fue su respuesta, pues si Joey quería hablar con él a solas tendría que explicarle a Yami, lo que le resultaba difícil ya que el faraón le haría preguntas.

 

-Me resultaría más práctico si solamente vas tú, lo que tengo que decirte es algo complicado y complejo- los ojos miel solo suplicaban por que el pequeño Yugi diera el sí y que por ahora no hiciera más preguntas.

 

-Está bien, te veré en la salida- fue todo lo que dijo, aunque un poco curioso por la situación el amatista respetaría los deseos de su amigo.

 

-Gracias, ¡Sabía que podía contar contigo! - la tranquilidad lo invadía, pues ese asunto ya estaba arreglado.

 

Sin más regresaron al salón, donde al abrir la puerta el montón de personas que estaban recargadas tratando de escuchar la conversación de ambos caía al suelo, una tras otra. Al parecer el instinto de Joey no se equivocaba y por la cara de sus amigos y uno que otro compañero se dio cuenta que no habían podido escuchar nada de lo que le había pedido a Yugi.

 

La cara de burla por parte del rubio no se hizo esperar.

 

-Chicos, eso les enseña lo que pasa cuando uno quiere husmear donde no se debe- la aparente cara de vergüenza por parte de Tea, Tristán y Duke era realmente cómica, Yami como siempre solo los miraba con gesto de desaprobación, y mira que el hacer cosas que no se debe tiene sus consecuencias.

 

Yugi tomo asiento al lado de su amado y comenzó una plática sobre lo que tenía antojo de comer en el receso, una clara decepción por parte de los chicos que esperaban que su pequeño amigo les comentara lo que no habían podido escuchar, pero sería imposible hacer hablar al amatista, resignados volvieron a sus asientos pues la profesora estaba entrando en el salón indicando el comienzo de las clases.

 

-Durante las dos siguientes horas, paso lo mismo, los profesores hacían comentarios sobre la presencia de Joey en el aula y aún más estaban escépticos por la ayuda que el Ceo le estaba brindando, se fijaban disimuladamente como es que en cada pequeña duda que él rubio tenía Kaiba la respondía sin demostrar una sola mueca de fastidio.   

 

La última clase termino la campana anunciaba el inicio del receso, una hora libre de clases, los ojos mieles estaban exhaustos se sorprendía de todo lo que puedes aprender si prestas atención a lo que dicen los profesores.

 

- ¡Joey!, ¡Vamos a comer! - gritaba con entusiasmo Tristán, que aunque tenía ganas de comer, más eran las ganas de sacarle la sopa al rubio de toda esta extraña situación que había formado una gran araña enredada de preguntas en su cabeza.

 

Joey estaba a punto de levantarse, pero como era de esperase Kaiba lo detuvo.

 

- ¿Se puede saber a dónde vas? -  pregunto con un tono neutral mientras el otro lo miraba confundido.

 

-A comer algo claro está- contestaba extrañado por la actitud del Ceo.

 

-Si eso está claro, pero no te has dado cuenta, tus “amigos” se tomaran toda esta hora para hacerte preguntas y obviamente eres demasiado confianzudo y dirás hasta lo que comiste esta mañana- contestaba molesto Kaiba por la actitud inocente del rubio.

 

-Estoy consciente de eso pero, aunque no lo creas tengo cerebro, algo se me ha de ocurrir para evadirlos- se levantó claramente molesto pues lo dicho por Kaiba lo había ofendido.

 

 

Y yo no sé mi amor que hago buscándote

Si te gano pierdo libertad

 

Y yo no sé mi amor que hago besándote

Si yo no me quiero enamorar…

 

El sonido de su celular lo distrajo, miro en la pantalla Surimi lo llamaba.

 

-Hola, Surimi ¿Qué sucede? - le preocupo la llamada tan repentina.

 

-Hola Joey, espero que te esté yendo bien en tu primer día de clases, ¿Seto te está ayudando? esta mañana cuando hable con él le pedí que te auxiliara en cualquier cosa que necesitaras-

 

-Si no te preocupes estoy bien, Kaiba está cumpliendo me ayudo bastante a sobrevivir las tres primeras horas-

 

- ¿Te puedo pedir otro favor?, me gustaría que te quedaras con Seto me preocupa el asunto de tus amigos, por favor quédate con él, me sentiría más a gusto si él está cerca para cuidarte ya sabes por las habladurías que se puedan ocasionar-

 

Si definitivamente el destino lo odiaba, no podía negarse a nada que Surimi le pidiera y en este caso tenía toda la razón, las cosas no eran un juego tendría que acostumbrarse a comer alejado de sus amigos por ahora debía ser así.

 

-Si está bien no te preocupes me quedare con él, te veré más tarde cuídate- con eso la conversación se dio por terminada.

 

Con mucha decepción el rubio tuvo que decirle a sus amigos que no los podría acompañar por cosas que tenía que hacer para uno de los profesores, claramente ellos no creyeron una sola palabra de lo que había dicho y cuando estaban a punto de protestar sobre todo Tristán que se sentía ofendido por la actitud de su mejor amigo Yugi intervino y con la ayuda de Yami lo arrastraron hasta la salida del salón.

 

-Te ves triste- comento el Ceo, la llamada de Surimi prácticamente le facilito la jugada completa y se sentía triunfal pues el rubio no tuvo más opción que obedecer, aunque por un lado le molestaba el hecho de que Yukiro lo hubiera convencido con unas palabras, seguramente si él hubiera continuado el rubio simplemente lo hubiera ignorado o incluso más grave hubieran terminado rodando por el salón, pero por ahora lo dejaría pasar tenía que evitar los conflictos a toda costa.

 

-Es solo que me da mucho remordimiento ocultarles todo esto a los chicos, sobre todo a Tristán él es muy importante para mí…- las ingenuas palabras de Joey encendieron la furia y los celos obsesivos de Kaiba que ardía de solo recordar esas palabras.

 

Joey por su parte aunque un poco deprimido ni siquiera notaba el aura asesina del Dragón blanco, simplemente se sentó saco el almuerzo de su mochila y comenzó a degustarlo, sus ojos se iluminaron pues la comida que Nina había preparado estaba realmente deliciosa, no podía negar que cuando estaba triste la comida siempre era una buena medicina, se había olvidado de todo, su estómago estaba más que feliz por poder comida a las horas que correspondían y que le ayudarían a soportar lo que quedaba del día.

 

Tan ensimismado estaba que no noto los ojos azules sobre él, que lo miraban de una manera increíblemente anonadada, Seto nunca había presenciado el que una persona disfrutara de algo simple como la comida con tanta alegría, para Seto, Joey era una persona tan distinta, sencilla pero fuerte, amable pero agresivo, de buen corazón, pero frio en ciertas ocasiones.

 

Lo enloquecía no saber las emociones que el rubio tendría en el siguiente segundo, lo volvía loco su actitud tan sincera, jamás fingía, si tenía algo que decir simplemente lo decía y nunca permitía una injusticia. Esta además el hecho de raramente aceptar algo que no se hubiera ganado con su esfuerzo. Muchas personas que él conocía ni siquiera agradecían por los detalles dedicados más bien sentían que lo merecían, era por eso que le encantaba molestarlo, hablar mal de él, le intrigaba toda su personalidad, cada día que pasaba lo estudiaba con detalle y lo observaba incluso cuando dormía.

 

La obsesión era tanta que necesitaba siempre hablarle, aunque fueran solo a insultos.

 

-Kaiba, Kaiba, ¡Kaiba! - tan absorto estaba que no se dio cuenta que el rubio llevaba tiempo llamándolo.

 

- ¿Qué pasa, por qué ladras tanto? - Joey lo miro de mala manera y trato de olvidar el insulto dado y la venita que se formaba en su frente.

 

- ¿Qué acaso no vas a comer nada? - el Ceo lo miro raro por la pregunta hecha.

 

-¡Esto sí que es una sorpresa!, la mascota quiere que su amo coma porque está preocupado por él- la mirada satisfactoria y el sonrojo mezclado de odio y vergüenza de Joey formaban una extraña atmósfera en el aula.

 

- ¡Idiota!, es solo una pregunta normal, no te hagas ideas raras- la verdad es que después de un momento de estar disfrutando de su rica comida noto una extraña sensación, alzo la mirada dándose cuenta de que Kaiba llevaba rato observándolo y eso lo ponía en extremo nervioso es por eso que trataba de distraerlo para que dejara de mirarlo, sentía que lo desnudaba con la mirada.

 

Kaiba soltó una risita por el comentario de Joey, y es que se notaba el nerviosismo en su voz.

 

-Bueno, si tantas ganas tienes de que pruebe bocado lo hare- Joey se sintió aliviado.

 

-Pero solo si me compartes de tu comida- y el alivio se esfumo, estaba más que claro que había algo detrás de esas palabras y a decir verdad no quería saber lo que era.

 

-Cla..claro, toma- mientras le acercaba el traste de la comida.

 

-Mmm no, lo estás haciendo mal- las sospechas del rubio se volvían realidad.

 

-¿Co..como qu..e lo estoy haci…haciendo mal?- el nerviosismo era más evidente.

 

-Debes darle a tu amo un buen servicio- mientras tomaba un trozo de comida y lo ponía en su boca, rápidamente y sin que el ojimiel tuviera tiempo de reaccionar acerco su cara y lo beso.

 

Joey estaba en shock, tenía muchas mezclas de emociones en ese instante, excitación, sorpresa, miedo a que los descubrieran y miedo a no poder abandonar esos labios tan exquisitos incluso más deliciosos que la propia comida.

 

Seto estaba extasiado, las sensaciones que Joey podía producirle estaban fuera de su imaginación, no quería soltarlo, quería tenerlo, esconderlo del mundo y que solo le pertenecieran sus labios, sus ojos y su exuberante anatomía. Lo añoraba de una manera indescriptible jamás se había obsesionado por tener algo a ese grado.

 

Varios minutos después separaron sus labios, respiraban agitados, el aire comenzaba a faltar, de pronto el salón se convertía en un pequeño cubículo donde los pensamientos eróticos salían a relucir, las ganas de tocarse mutuamente crecían a cada minuto la cordura no existía y la pasión de cada Dragón era capaz de incendiar la ciudad entera.

 

Joey estaba a punto de salir del salón, los zafiros azules lo notaron y en un movimiento rápido lo aprisiono en una de las paredes cerca de la puerta corrediza, de un solo estirón del brazo Kaiba puso el seguro a la puerta, entendía el miedo del rubio de ser descubiertos por algún alumno despistado que pudiera haber olvidado algo en el aula.

 

-No escaparas- susurro en su oído, su voz era excitación pura y las ganas de seguir probando esos benditos labios era más fuerte que todo.

 

-Seto, po..por fav..favor- las suplicas del rubio morían en el momento, Joey conocía a Kaiba jamás dejaba ir una presa una vez que ponía los ojos sobre ella.

 

-Cachorro no suenas tan convincente como deberías, no lo evites lo deseo como no tienes idea, Te Deseo…- la sensualidad con que el castaño lo decía y la necesidad de su voz termino por derretir al rubio quien se perdió entre las caricias y besos del Ceo.

 

Los dos estaban perdidos uno en el otro, la pasión era indescriptible Seto no dejaba de besar los labios de Joey mientras sus manos pasaban por el cuerpo cubierto por la tela del uniforme, y de nuevo esas imágenes en el vestidor de la tienda de ropa, donde pudo ver por primera vez la piel de caramelo del rubio, sus ojos y el rubor en sus mejillas, se sentía excitado en todos los sentidos.

 

Joey por su parte se dejaba hacer, permitía el contacto de las manos traviesas y ansiosas de seto, la manera tan descarada en que recorrían las curvas de sus caderas lo estaban haciendo perder la razón, los besos subían de nivel cuando Kaiba empezó el recorrido con su lengua por el cuello vainilla del rubio.

 

No podía soportarlo, si tenía que hacerlo suyo ahí en ese mismo salón, levantarlo y llevarlo al escritorio mientras quitaba con recelo la ropa estorbosa lo haría, sin importar riesgos. El solo imaginarlo desnudo, sonrojado y pronunciando su nombre lo volvía loco, más al recordar el sueño húmedo de la noche pasada, quería tocarlo, recorrer su pecho y largas piernas con su lengua en un interminable camino dulce, pero sobre todo quería marcarlo como lo que era, suyo…

 

“A todos los alumnos, el receso terminara en 10 minutos, les pedimos que por favor recojan las envolturas de comida, bebida y se presenten en sus salones a la hora del timbre”

 

 

 

Seto se maldijo mentalmente estaba a punto de llevar al rubio al escritorio, al parecer el hacer suyo a Joey le tomaría más de 1 hora y eso que solo eran besos, no se imaginaba que podían hacer en días y noches enteras.

 

Con mucho pesar se separaron, el Dragón blanco quito el seguro de la puerta, tomo al rubio de la mano y lo llevo al baño, pues tenían que arreglar su apariencia y refrescar la mayoría de sus cuerpos.

 

5 minutos antes del timbre se dirigían al salón…

 

-Lo siento- soltó de repente el rubio, algo que dejo un poco confundido al Ceo.

 

- ¿Por qué te disculpas? -

 

-Bueno es que por mi culpa no comiste nada, tal vez te duela la cabeza o te sientas mal más tarde por mí- Seto se sorprendió por la respuesta de Joey y después se echó a reír algo que sorprendió al rubio pues raramente escuchaba la risa del Ceo, la mayoría de las veces era una muy sádica y malévola.

 

-No te preocupes, estoy algo satisfecho, sabes eres un excelente almuerzo- mientras lo sentaba en sus piernas y lo volvía a besar.

 

- ¿Algo?, ¿que acaso no es suficiente todo lo que hicimos hace un rato? - preguntaba incrédulo el rubio una vez se separaron.

 

-ja, ¿eso?, no seas tonto, esto solo fue la entrada aún falta el aperitivo y el plato fuerte- mientras lo atraía más y lo besaba nuevamente.

 

La campana sonaba anunciando el fin del descanso, los alumnos se dirigían a sus respectivas aulas, ignorando completamente lo que estuvo a punto de pasar en una de ellas.

 

El grupo de Yugi hablaba de las cartas nuevas que habían adquirido y también como sería una buena forma de reforzar sus mazos tanto en magia como en fuerza, estaban por entrar en el salón.

 

-Bueno Yugi, ¿Qué opinas? Es una buena combinación ¿no crees? - preguntaba Tristán emocionado mientras entraban en el salón.

 

-Claro, pero te recomiendo que utilices una carta trampa por si las cosas no salen tan bien, así estarías preparado y un paso adelante del enemigo- contestaba animado el pequeño amatista le encantaba hablar de los duelos de monstruos pues eso representaba su relación con el faraón y el hecho de haberlo conocido gracias al rompecabezas del milenio.

 

Las risas y los buenos ánimos del grupo eran evidentes, mientras se ubicaban miraron al rubio que estaba sentado en su lugar con un libro y una libreta encima escribiendo “muy concentrado”, Tristán se sintió un poco mal por haberse enojado dándose cuenta que el pobre de Joey estuvo todo el receso ocupado haciendo deberes de una materia, así que decidió arreglar las cosas.

 

- ¡Joey, viejo! Ven a ver las nuevas cartas que compre el fin de semana- gritaba muy entusiasmado el castaño.

 

Joey alzo la mirada y sonrió.

 

- ¡Claro! Me encantaría- se levantó entusiasmado y se dirigió a sus amigos para ver las cartas.

 

Mientras se las mostraban recordaba lo que había hablado con Kaiba antes del timbre.

 

####################################################################

 

…Flash Back…

 

Se besaban con intensidad, pero como antes tuvieron que separarse.

 

-Kaiba ¿Te puedo pedir algo? - mientras bajaba de sus piernas y se sentaba en su lugar.

 

- ¿De qué se trata? - dijo serio.

 

-Déjame estar con mis amigos, aunque sea solo unos momentos- Kaiba lo veía con una ceja alzada, pero dejo que continuara ablando.

 

-Deben sentirse extrañados con mi actitud, yo sé que me distraen mucho, pero entiende que no puedo simplemente dejar de hablarles, te prometo que me esforzare y no les fallare a ti y a Surimi, pero si no los tranquilizo pueden armar un gran alboroto y eso es lo que menos queremos se necesita mucha discreción en este asunto, si los convenzo de él porque estoy en las clases y porque tú y yo nos hablamos se quedarán tranquilos y no harán nada, te lo aseguro-

 

Joey esperaba que Kaiba no se negara pues si lo hacía se deprimiría mucho, ya que ahora lo que más necesitaba era a sus amigos sus bromas y buena vibra para aligerar la carga en sus hombros.

 

Por su parte Seto sabía que Wheeler tenía razón, si no callaba de alguna manera a la bola de inútiles que seguía armarían un alboroto y eso no era nada bueno, por otra parte le desagradaba la idea más por el mono que por nadie, pues no podía evitar los celos hacia Tristán por la relación tan buena que tenía con Joey.

 

-Está bien, por ahora te dejare- solo por ahora pensaba el Ceo, ya se le ocurriría una buena forma de atrapar a ese cachorro y tenerlo solo para él.

 

- ¡Muchas Gracias! - decía entusiasmado el rubio tanto que de regalo le dio un beso muy apasionado con lo que el Dragón quedo satisfecho.

 

… Fin Flash Back…

 

 

#########################################################################

 

Sonrió nunca pensó que Kaiba cediera a su petición al parecer estaba muy contento con lo sucedido y se lo demostraba de esta forma.

 

La sonrisa le duro poco pues Tristán le había dado un buen golpe en la cabeza para que le prestara atención pues este le hablaba y él ni siquiera lo escuchaba.

 

- ¿Qué te pasa con esa sonrisa de idiota? - decía entre enojado y satisfecho por tener la atención de su mejor amigo.

 

- ¿Qué te pasa a ti, por qué me golpeas? - mientras trataba de agarrarlo y él se escapaba.

 

- ¡P areces una chica enamorada con esa estúpida sonrisa! - se lo gritaba desde el otro lado del salón huyendo de su furia sabía perfectamente que si el rubio lo atrapaba no saldría bien parado de esto.

 

-No te preocupes en este momento lo único en lo que pienso es en borrarte esa sonrisa- mientras se movía por los bancos tratando de alcanzarlo.

Estuvo a punto, pero el profesor entro en ese momento y la diversión termino.

 

Tristán se sentó en su sitio Joey también lo iba a hacer cuando el profesor le indico que se sentara enfrente de él. Eso extraño tanto al mismo rubio como a toda la clase incluso a Kaiba que no le gustaba nada la actitud del profesor.

 

Joey por su parte no puso objeción y se sentó, se puso un poco nervioso, la materia que venía era inglés y eso sí que sería demasiado difícil muy apenas entendía su idioma.

 

Los nervios los consumían y el profesor no dejaba de mirarlo mientras pasaba lista, era como si lo vigilara, la paranoia comenzaba a apoderarse de él, llego su turno y obviamente contesto.

 

-Saito Mo- , - Presente-

 

-Kaiba Seto-

 

-Presente- Joey volteo y aun lado suyo se encontraba el Dragón blanco, imponente, impecable y con su típica mirada fría, aunque la noto más fría y molesta dirigida al profesor que lo miro tratando de decirle algo, pero la personalidad del Ceo fue más grande que él.

 

Todos estaban igual de sorprendidos pues Kaiba jamás se movía de su lugar, solo se levantaba cuando era hora de la salida.

 

La clase comenzó y el verbo to be fue el primer reto de Joey en inglés. El resto de los alumnos empezaron y por supuesto la ayuda por parte de Kaiba no se hiso esperar, explicaba a Joey cada detalle de la clase y le decía como se suponía que se pronunciaba cada palabra y por qué la frase estuviera acomodada de forma diferente.

 

El profesor molesto se levantó y se dirigió a los Dragones que estaban tan concentrados que ni lo notaron, lo que lo molesto más.

 

-Joven Kaiba, ya me habían mencionado algunos profesores de su actitud al joven Wheeler y me parece una ofensa que este ayudándolo, ¿está diciendo acaso que no enseño bien a mis alumnos que necesita asesorarlos? - termino.

 

-Se equivoca, por si no se ha dado cuenta solo le estoy explicando a Wheeler no a toda la clase, además ¿no sé qué se supone que le molesta?, esto es entre él y yo, pienso que los profesores solo deben de ver por el bien de los alumnos y me parece a mí una ofensa que no quiera que los alumnos progresen en sus materias- término de lo más tranquilo, mientras le decía a Joey un error en un ejercicio.

 

-Yo no estoy diciendo eso, además está prohibido moverse de los asientos asignados, y usted se cambió hasta el frente-

 

-Si tanto le molesta me retirare a mi asiento- Kaiba se levantó y tomo el libro de “Guerra contemporánea” que estaba leyendo. De una alzo a Joey y comenzó a guiarlo hasta donde se supone deberían estar.

 

-No creo que haya problema por Wheeler ¿verdad? - mientras lo miraba con una clara mueca de enojo una muy intimidante.

 

-No ninguno- mientras regresaba al escritorio.

 

- ¿Qué fue todo eso? - pregunto Joey pasados unos segundos.

 

-Creo que no lo has entendido, es mi compañía y la de Yukiro las que están en juego y no voy a permitir que un profesor mediocre arruine todo lo que he construido en los últimos años- en su voz se notaba un claro enojo y recelo, era verdad lo que le había dicho al rubio, aunque también era cierto que le molestaba que lo alejaran de lo que le pertenecía y obviamente Joey era su más preciada joya.

 

Después de tanto revuelo las clases terminaron y así el primer día de Joey. Quien agradecía infinitamente que su tortura terminara.

 

Kaiba estaba recogiendo sus cosas, solo dijo a Joey que lo esperaría en 10 minutos en la calle donde lo había dejado que no se retrasara. El rubio asintió después de eso el Dragón salió del salón ignorando las miradas y los cuchicheos.

 

Joey se dio un respiro, rápido se despidió de sus amigos y salió como rayo antes de que pudieran preguntarle algo.

 

Por su parte Yugi se disculpó y dijo que tenía algo que hacer, los chicos habían quedado de ir al centro comercial a probar las estrategias de cada uno pero la llamada de auxilio de Joey era más importante. Después de un beso largo y apasionado se despidió de su faraón y se dirigió a la salida donde Joey lo esperaba.

 

Caminaron rápido y en la esquina se encontraba la limo de Seto, quien impaciente los esperaba.

 

Yugi se sorprendió cuando vio a Joey subir al auto y además le decía que subiera, Kaiba estaba indiferente como siempre y sin más el auto arranco.

 

-Pensé que iríamos a tu casa- dijo el amatista al ver el vecindario lujoso al que entraban.

 

-Sí, no te mentí vamos a mi casa- Yugi estaba un poco incrédulo y preocupado ¿qué estaba pasando?

 

Ronald indicaba que habían llegado a la mansión el primero en bajar fue Kaiba seguido de Joey y al último Yugi que se sorprendió del enorme terreno que ocupaba la casa.

 

- ¡Joey! - gritaba entusiasmado Surimi que se había preocupado por el rubio y más que nada lo extrañaba de sobremanera.

 

- ¡Surimi! - Joey también estaba feliz realmente lo extraño en este primeria día de escuela tan raro.

 

- ¿Cómo te fue?, ¿Qué tal las materias?, ¿Tuviste dificultades?, ¿Quieres que te ayude en algo? - bombardeo Surimi al pobre rubio que se sentía mareado con tanta pregunta.

 

-No te preocupes, todo está bien Kaiba me asesoro en todo- eso alivio la preocupación de Surimi que casi se termina el café de la mansión de los puros nervios.

 

-No sabes cómo me alivia escuchar eso, gracias Seto por tu ayuda- mientras miraba a Kaiba que solo lo ignoraba.

 

-Surimi- llamo Joey al ojimorado.

 

-Sí, ¿Qué pasa? -

 

-Él es mi amigo Yugi- mientras presentaba al pequeño amatista.

 

Surimi realmente se sorprendió, más que nada por lo bajo que era Yugi y qué decir de su cabello tenía tres colores diferentes en cada capa, además del color de los ojos eso no era nada usual en una persona, se daba cuenta que era un chico muy especial y se sintió aliviado pues esperaba encontrarse con alguien más “ordinario” y Yugi era todo menos eso.

 

-Buenas tardes mi nombre es Yukiro Surimi- mientras extendía la mano hacia el más bajo del grupo.

 

 

Notas finales:

No chicas el amor el amor

 

Seguimos?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).