3. COMIENZO DE LA PESADILLA
Me levante perezosamente de la cama no creyendo el lugar en el que me encontraba, me dirigí a la ventana que se encontraba a unos metros de mi, estaba empolvada como si no hubiera sido limpiada por años y las cortinas se encontraba en iguales condiciones, las hice a un lado provocando que todo el polvo almacenado callera de lleno a mi cabeza.
–por lo menos pudieron limpiar mi cuarto ¿no? – me queje
Con esfuerzo trate de jalar la perilla que mantenía cerrada mi venta, nada me impediría que inhalara un poco de aire que me era negado por esa molesta perilla, mis pulmones lo necesitaban, si no entraba aire rápido en mis pulmones seguramente colapsaría, jale con fuerza apoyándome en uno de mis pies.
–Vamos por lo menos gira un poco – le suplique al objeto inanimado
Y como si me escuchara pude sentir que se movía un poco y el sonido que emitía era chirriante y molesto.
–Solo un poco – me dije para darme ánimos a seguir
Con mis dos manos y todas las fuerzas que mis músculos eran capaces de otorgarme, gire la perilla consiguiendo que se quitara el seguro.
–Jajaja – reí victorioso –ninguna perilla puede con uzumaki naruto y tú no fuiste la acepción – la señale
Ahora solo faltaba empujar las ventanas para fuera para que estas se abrieran y consiguiera lo que tanto necesitaba. Un poco de aire.
– ¿huh?
Había colocado cada mano en cada parte de la dichosa ventana, mis manos se habían llenado de polvo y habían quedado plasmadas en la ventana pero…
Fruncí el ceño.
– ¡maldita ventana! – Le grite usando todo mi aire almacenado en mis pulmones – ¿Por qué demonios no te abres?
Me desespere. No, ninguna dichosa ventana y mucho menos esta, me haría pasar un mal rato. Remangue mi pijama que tanto me gustaba – por lo menos aun la conservan – y haciéndome para atrás y a sabiendas que seguramente no seria una de mis mejores ideas, comencé a correr con los brazos extendidos enfrente de mi y empuje a los vidrios con fuerza. Para mi desgracia la ventana no cedió ni un solo milímetro.
Escuche un chirrido y el sonido no sonaba nada alentador, temeroso de que el ruido se hubiera producido por el cristal, mire debajo de mis manos, cuidadosamente de no quitarlas, Y lo que vi no me gusto nada.
Los dos vidrios que conformaban a la ventana se encontraban agrietados bajo mis manos, eso no era una buena señal y estaba seguro que si quitaba las manos la grieta se expandiera, pero tenia que hacer algo, no podía quedarme como un tonto ahí pegado a la ventana para siempre, así que decidido de nueva cuenta eligió, que, una de mis opciones –que seguramente seria la única– tendría que apartar mis manos de ahí.
–vamos naruto no seas cobarde – me dije dándome ánimos
Trague saliva y mi decisión se esfumaba con el paso del tiempo – tal vez no sea tan malo – y tal vez no se rompería el cristal como yo esperaba que sucediera.
–Dobe ¿Qué estas haciendo? – decía una voz que había entrado a mi habitación
– ¿teme por que entras sin tocar? – le reclame olvidándome por completo de la ventana
Escuche el crujir al apartar mis manos y unas gotitas se asomaron en mi frente.
–Na, no pasó nada.
– ¿acaso querías escapar por la ventana? – me dijo sasuke dudoso
–Claro que no teme – me alborote – ¿Por qué rayos trataría de escapar por la ventana si estamos en un segundo piso?
–tal vez querías saltar y ver si salías ileso – dijo burlón
– ¿te burlas de mi? – exigí una respuesta
Él sonrió.
–No, claro que no. Nunca lo haría.
–ah, si que lo haces. Además si tratara de escapar no seria saltando de un segundo piso.
– ¿entonces? – sasuke parecía divertido ante la situación
De repente el crujido que había cesado se escucho cuando sin querer me había recargado de nueva cuenta en uno de los vidrios. Para ser específicos en el izquierdo y sin darme cuenta había escuchado un "Cuidado" por parte de sasuke demasiado tarde.
El vidrio se había roto en mi mano y ahora sangraba a borbotones.
–ahhhh mi mano – me quejaba del dolor
–No es para tanto – le escuche decir a sasuke desde la puerta
–claro como a ti no te duele ¿verdad? – Dije con algunas lagrimitas en los ojos –tengo vidrio enterrado – mire mi mano
–Solo hay que sacarlos – sasuke seguía sin moverse
– ¿Y qué? ¿Quieres que lo haga yo solo? Ayúdame teme – le ordene mientras le mostraba la mano
Mire como se reía de mi sufrimiento, lo gozaba y mientras yo me desangraba en la alfombra que bueno, en fin mi habitación no había sido limpiada en estos dos años y medio de mi ausencia y un poco de sangre no le haría daño. Trate de levantarme cuando sentí una leve brisa entrar por el cristal roto, y entonces todo sucedió tan lento que hasta hubiera tenido tiempo de escribir en una libreta lo que aconteció después.
Volteé a ver a sasuke que se tensaba en su sitio, sus ojos extrañamente parecían ansiosos y él se había reacomodado dejando de estar recargado en la puerta.
– ¿Qué sucede? –le pregunte al darme cuenta de que cerraba la puerta con seguro detrás suyo.
Mire de nueva cuenta mi mano entendiendo lo que sucedía. Por un segundo me había olvidado de lo que era sasuke y lo había visto como mi igual, un simple humano, el hecho de que era un vampiro llego a mi tan rápidamente como él en estar enfrente de mi.
–el aire esta a mi favor a si que nadie se enterara de lo que pase aquí – soltó de repente
Sasuke sujeto mi mano con sus fríos dedos y comenzó a lamer mis heridas olvidándose por completo del vidrio que tenia.
–Espera puedes lastimarte con el vidrio – le dije tratando de quitarle mi mano
Pero resulto inútil, él ahora me miraba con esos ojos cargados de deseo que no escuchaban a nadie. Solo había un pensamiento en la mente de sasuke y ese era el beber mi sangre, nada más.
Sentí su lengua en mis heridas y los vidrios desprenderse de esta. Mis pies no soportaron mi peso y comencé a caer lentamente al suelo quedando sentado, sasuke me siguió como si no le molestara en lo mas mínimo y los dos quedamos a la misma altura sentados en el suelo.
Mi mano que hasta hace poco ardía dejaba de doler, el dolor se iba al igual que el vidrio que no sabia en donde se encontraba ahora.
–Espera – le dije suplicante –no quiero que te lastimes – sujete su rostro con mi mano sana –por favor.
Sus ojos se habían vuelto rojos y una sonrisa se formo en sus labios.
Dejo de lamer mi mano aun sangrante y abrió la boca mostrándome los vidrios en su lengua que estaba ilesa. Los escupió en una de sus manos y los hizo a un lado.
–el único que esta herido eres tú.
Mi corazón latió desbordado ¿Cómo este sujeto podía alterar tanto mis latidos? Me sonroje y él volvió a tomar mi mano.
–Es tú culpa – me dijo para enterrar sus colmillos en el musculo que unía mi dedo pulgar con mi muñeca.
–Aah – gemí levemente aguantándome el nuevo dolor que experimentaba
Sasuke no dejaba de mírame con su penetrante mirada carmesí mientras succionaba mi sangre con ímpetu, impaciencia, como si el mundo estuviera a punto de colapsarse o supiera que seria la última vez que bebería de mi sangre.
Me sonroje ¿Qué mas podía hacer si no eso? él extraía mi sangre al mismo tiempo que no separaba su vista de mis ojos, mirándome fijamente sin perder detalle de mi rostro ¿pero que tanto miraba? ¿Mi rostro era tan entretenido que tenia que mirarlo constantemente? Me cohibí y cerré los ojos sin pensarlo, no podía retener la mirada, sus ojos negros habían cambiado de color a un carmesí intenso, tanto que podría jurar que miraba mi alma y escudriñaba en ella a su antojo.
Sentía la sangre abandonar mi cuerpo, como esa sensación de cuando te hacen pruebas de sangre y puedes ver tu sangre fluir fuera de tu cuerpo al tubo de la jeringa, era una sensación como esa pero multiplicada por varias veces. Sus colmillos incrustados en mi piel serian la aguja que se abría paso entre mis músculos para llegar a las venas, aunque se supusiera que yo tendría que estar a acostumbrado a estos repentinos ataques de sasuke y al dolor subsecuente que conllevaría eso la verdad es que no era así, cada vez que me mordía dolía como la primera vez, un dolor pulsante que se negaba a abandonarme incluso después de que sasuke retirara sus afilados colmillos de mi piel.
¿Por qué mi mente divagaba en un momento como este? Aun podía sentir sus colmillos en mi cuello de la última vez que me había mordido y ahora la sensación de sus labios en mi mano nunca desaparecería, me maldecía por lo bajo por mi falta de carácter ¿Cómo era posible que este sujeto ocasionara estas reacciones en mí y mi cuerpo? ¿Acaso estaría yo enfermo de algo y eso me haría sentir cosas que normalmente un humano normal no sentiría?
Definitivamente no era normal sentirme así cuando sasuke me tocaba, un simple roce y el efecto causado no desaparecería en días.
Abrí mis ojos temblorosamente y aun sonrojado el tiempo pasaba tan endemoniadamente lento, sasuke seguía en lo suyo y con la mirada fija en mi ¿¡Por qué demonios seguía mirándome! Y de repente pareció notar mi sorpresa ya que enterró más profundo sus colmillos.
–Aaah – No pude evitar dar un pequeño grito de dolor
–sa…su…– trataba de hablarle
De decirle que se detuviera, era demasiado para mi. La debilidad comenzaba lentamente a apoderarse de mi y un indescriptible calor comenzaba a apoderarse de mi cuerpo, lleve una de mis manos a su mejilla que era tan fría como el hielo y tan blanca como la nieve, se sentía tan bien, me daban ganas de acariciarla y calentarla lentamente con mi mano. No me di cuenta cuando había comenzado a rosar su piel con mis dedos.
Sasuke cerro los ojos repentinamente a mi contacto y se estremeció, fue algo que nunca hubiera esperado, se le veía tan… que el calor comenzó a hacerse mas fuerte y quemar mi piel.
Soltó mi mano alejando sus colmillos. Mi sangre se había mesclado con parte de su saliva y esta resbalaba de entre sus dientes y labios, yo instintivamente aparte mi mano de su mejilla para llevarla a mi mano herida y nos quedamos mirando por unos segundos.
El silencio se había vuelto algo común en mi habitación el día de hoy. Sasuke no decía nada y yo comenzaba a temer que se hubiera enojado por mi atrevimiento, no se me tenia permitido el tocarlo y yo…
–Aa – fue lo primero que salió de mi boca
Me puse nervioso, trataría de explicarle tal ofensa, comencé a mover mis manos de un lado a otro queriendo decir algo que definitivamente no quería salir de mi boca.
–sasuke yo… veras… no quise… es que… yo… bueno… ¿Cómo te lo digo?... eto…a jaja… – reía nerviosamente
–Naruto.
Me calle al escuchar su voz ¿estaría molesto conmigo? Y ¿si me castigaba? ¿Qué iba a hacer? Ese naruto se había oído tan calmado que seguro esa la calma antes de la tormenta. Se me erizo la piel y lo mire temeroso esperando lo peor.
–"Soy fuerte y afrontare todo lo que venga ¡dattebayo!"
Me quede helado al mirarlo. Acaso parecía como decirlo… ¿por que lo había soltado? No pude describirlo, algo dentro de mi estomago comenzó a revolverse, un sentimiento extraño que en muy pocas ocasiones había sentido y que tengo que decir sasuke había sido el causante, se apoderaba de mi.
–Sasuke – le susurre tan débilmente que pareció ni yo mismo escuche
Es sus ojos había algo que hizo que estirara de nuevo mi mano y me obligara de nuevo a acariciarle, estaba a tan pocos centímetros de su piel.
–¡Naru-chan ¿ya despertaste? – escuche un grito y un fuerte golpe al mismo tiempo
Sasuke se aparto tan rápido de mi, que mi mano se quedo estirada en el viento mientras me quedaba con una cara de ¿eh? Que seria lo único que lo describiría, gire lentamente mi cabeza en dirección a la puerta con unas cuantas gotitas deslizarse de mi sien.
Perfecto, habían interrumpido el mejor momento ¿Por qué me pasaban solo estas cosas a mí? ¿Qué habría hecho para merecerlo?
–i…itachi sama ¿a que se debe el honor que este en mi cuarto? – dije nerviosamente aun en mi posición, claro obviamente con la mano ya en el suelo.
– ¡Queee! ¿No puedo? – Grito como si fuera un niño pequeño
–Nooo– Grite –claro que…– una gotita se resbalo de mi sien
– ¡NO PUEDES!– dijo de repente sasuke
– ¡QUEEE! – Contesto itachi con el mismo tono de voz que había utilizado segundos atrás sasuke – ¿Por qué no puedo? Naru-chan es de todos– lo dijo como si en verdad fuera cierto
–¡Yo no soy de nadie! – arremetí enojado
¿Como se atrevía a decir que soy de todos? Ni que fuera un objeto que podría pasarse de mano en mano.
–Él es mío– soltó de repente sasuke mientras me señalaba
Me sonroje a más no poder ¿Qué? ¿Qué era suyo? ¿De esa manera? O ¿me estaba haciendo conjeturas? No tal vez no lo decía en ese sentido.
–él es mi familiar, búscate el tuyo– finalizo su frase
Suspire.
Claro como esperaba. Una parte de mi se desilusiono de tal manera que no creí que fuera capaz, pero otra ya sabia la respuesta, solo era eso para sasuke y esas cosas no cambiarían, nunca seria nada mas que un simple familiar para él y era a lo único que alguien como yo podría aspirar.
Levante la mirada más que resignado y note una sonrisa en itachi que no había visto antes en todo el tiempo que había convivido con él, era dirigida para mí claramente y sasuke no la notaba ya que le había dado la espalda a itachi. Me estremecí, había recorrido algo por mi espina vertical tan o mas frio que el hielo. Cuando note la sonrisa se había esfumado y la expresión de itachi de siempre había regresado, había sido tan solo unos segundos en que se había formado y el frio me había invadido la espalda.
Extraño.
Pensé, pero no le daría importancia no había sido algo de lo que pudiera decir tener que tomar en cuenta, ahora me preocupaba el hecho de que no era otra cosa para sasuke de lo que yo querría y nunca lo seria. Volví a suspirar, esta vez pesadamente.
–Deja de suspirar dobe– me grito de repente sasuke desde el pasillo
¿Cuándo había llegado ahí?
–se te va a ir la vida en eso.
–tal vez, pero creo que mi vida se ira de otra manera – contraataque
–si no te apuras te aseguro que será así.
Era una muy clara amenaza.
–Si, si, si– repetí pesadamente
Iba a pasar por un lado de itachi, que aun permanecía en la puerta sin intenciones de querer moverse ¿acaso era entretenido vigilar la puerta? Bueno, no era algo que me molestara pero…
– ¿itachi-sama? – lo llame
–Si que sucede Naru-chan– me sonrió como siempre
–ah, ¿te puedes quitar de la puerta? No puedo pasar.
Pareció notarlo solo hasta que se lo dije, estaba totalmente despistado y eso era raro en él.
–Oh, lo siento Naru-chan– se hizo a un lado para dejarme pasar – Adelante – dijo guiándome con la mano como si fuera un mayordomo.
–ah, gracias– conteste nerviosamente
¿Y a este que le pasaba? Algo se traía en manos y no quería ser participe en eso, así que solo pasaría y segura a sasuke, estaba por llamarlo ya que el teme (como siempre) me había dejado de nueva cuenta atrás cuando…
–Sasuke no se enterara si no se lo dices– susurro itachi en mi oído tan débilmente que apenas podía escucharlo, detuve mi paso en cuanto lo note.
– ¿Qué? – susurre también bajito, sabia que él me escucharía
– Tal vez sabes la respuesta que te dará si lo haces ¿No es verdad naruto-kun?
Me quede helado.
Itachi se había ido tan rápido que no note cuando sucedió o tal vez tan lento que mis ojos ni se percataron.
– ¿Qué demonios haces, dobe? – me grito sasuke desde las escaleras claramente furioso
Itachi lo sabía. Sabia de mis sentimientos que claramente quería mantener ocultos en lo más profundo de mí ser, tan profundo que incluso para sasuke le resultara difícil notarlo en el sabor de mi sangre, pero para itachi había sido tan fácil saberlo.
Salí de mis pensamientos al sentir los pasos de sasuke regresar a donde yo estaba.
–Hey sasuke– le decía mientras corría en su dirección deteniendo su andar. En cuanto me vio comenzó a caminar otra vez escaleras abajo.
– ¿Qué? – me contesto
Sonreí cálidamente.
– ¿Cuándo van a limpiar mi cuarto? Creo que mínimo me lo hubieras dado limpio si voy a estar encerrado aquí– comencé a bajar las escaleras detrás de sasuke
–Por que no lo haces tú– dijo de manera desganada
– ¿Queeee? ¿Estás loco? Te recuerdo que yo no quería venir, no es mi responsabilidad.
–Hum
– ¿Qué? – estaba algo molesto
–Pero primero, naruto– me corto la inspiración a mi futuro grito – ¿por que no te quitas el pijama primero?
Me detuve cuando estaba a punto de llegar abajo, estaba a un escalón, me le quede mirando sin entender a que se refería.
– ¿pijama? – repetí
Él solo me miro y entendí a que se refería, la vergüenza se me subió a las mejillas tiñéndome de rojo.
– ¿¡maldito teme por que no me dijiste antes! – lo maldecía mientras corría de regreso escaleras arriba
–Por que ese es tu deber.
–¡ fue tu culpa! ¡Tú me molestaste para que te siguiera, no me diste tiempo de cambiarme!
Y desaparecí en mi cuarto no sin antes claro, azotar fuertemente la puerta. Pude escuchar una risita de itachi por algún lugar burlarse de mi desdicha. Ya me las pagarían.