5. NOTABLE AMENAZA
No supe que había pasado, abrí mis ojos pesadamente, el cuello me dolía horrores y por alguna extraña sensación sentía que algo no muy bueno había sucedido. Lleve mi mano al cuello y sentí una venda ¿me habían curado? Pero eso no era lo que me importaba ¿Qué demonios había pasado? No recordaba nada en absoluto, solo los dientes de sasuke sobre mi cuello y al cabo de unos minutos, nada.
Me levante rápidamente y mire a mí alrededor. No era extraño para mí el desmayarme pero… ¿Por qué no me sentía mareado? ¿Ni débil? Entonces note algo.
– ¡estoy vivo!
–claro que lo estás Naru-chan.
– ¿eh? – Volteé la mirada
– ¿itachi?
Me sorprendí el verlo a él ahí.
– ¿Dónde está…?
Quería saberlo, estaba preocupado. Normalmente cuando sasuke bebía demás siempre estaba ahí cuando yo despertaba pero… ¿Por qué no estaba hoy aquí?
– ¿Dónde…?
Iba a repetir la pregunta al no recibir respuesta por parte de itachi, pero me detuve al verlo sonreír ¿Qué era tan divertido? Claro el saber que casi muero de seguro le hacía mucha gracia, fruncí el ceño, comenzaba a molestarme. Él pareció notarlo, pero aun así su sonrisa no desapareció de su rostro.
–En su cuarto– fue su simple respuesta
– ¿¡y por qué demonios está ahí y no aquí! ¡Maldito teme! ¡Todavía que le dije que se detuviera y no me hizo caso…! – me estremecí al sentir la presencia de itachi atrás de mí.
– ¿Por qué es tan importante para ti que sasuke se encuentre aquí? – Itachi me susurro al oído.
–sabes…
Sentí como colocaba sus manos en mis hombros y los oprimía ligeramente. Sus labios estaban tan cerca, el aliento que emanaba de su boca chocaba contra mi oído directamente haciéndome estremecer sin desearlo, y no es que no hubiera notado el atractivo de itachi, si no ¡maldición! Era tan atractivo como sasuke. Él poseía una belleza que era ridícula, alto con músculos muy bien definidos debajo de esas ropas negras que siempre usaba, de seguro se vería claramente el buen físico que poseía, y su rostro no era otra cosa que la tentación andante. Ni siquiera sería capaz de describirlo, simplemente me resultaría difícil, su cabello largo azabache le daba ese aire de misterio que toda buena chica disfrutaría averiguar, pero… recobre la compostura, eso no era lo que yo quería decir, era el hecho de que tuviera ese parecido con sasuke el que hacía que ahora yo no pudiera moverme. O eso deseaba pensar.
– ¿Qué? – fue lo único que se me ocurrió decir notablemente nervioso
Muévete, muévete ¿Por qué demonios no te mueves Naruto?
–Él no te ha venido a ver ni una sola vez desde que bebió tu sangre.
– ¿pero qué… demo…?
Comencé a sentir la furia que subía de mi estómago a mi pecho ¿¡Qué no había venido a verme ni una sola vez!
–maldito teme ¿Cómo se atreve? – grite furioso
Entonces escuche como itachi reía divertido débilmente en mi oído.
– ¿¡Qué! – le gritaba ahora a él
Gire mi cabeza para encararlo. Este era uno de los motivos por los cuales itachi no me caía tan bien, siempre se burlaba de mi sufrimiento, parecía que lo disfrutaba en demasía, y entonces me quede estático, el semblante de itachi había cambiado en un mísero segundo ¿Cómo había conseguido hacer eso? ¿Si hace solo ese segundo se burlaba de mí? Me aleje de él dando un paso hacia atrás, no me gustaba como me miraba, estaba serio no perdiendo ni un solo movimiento mío, pues él había avanzado ese paso que yo había puesto de por medio.
Claramente sentía la amenaza.
Él estiro su brazo hacia mí y me sujeto de la mano en la que sasuke me había mordido, me sostenía con fuerza, mucha más de la que sasuke siempre ejercía sobre mí.
–me lastimas– dije con un dolor punzante en la muñeca
Me estremecí ahora, pero de miedo. Mire como esa frialdad que ahora le gobernaba cambia a una sonrisa algo sádica, levanto mi muñeca vendada para colocarla cerca de sus labios.
Tengo miedo.
El temblor que me invadía se volvió tan presente que me cubrió completamente, mis pies, mi torso y la mano que itachi sostenía con fuerza temblaban.
– ¿No me dejarías probarte?
–No – grite débilmente al darme cuenta que retiraba la venda de mi mano para dejar expuesta mi piel.
No salía mi voz, quería gritar tan fuerte ¿pero por qué no podía gritar? Entonces mire los colmillos dirigirse a mi mano, unos… que en definitiva, no eran los de sasuke.
–¡NO! – ahora salió potente mi voz
Con mi otra mano, y aunque sabía que sería inútil, intente apartarlo, jalaba mi muñeca al mismo tiempo que con mi otra mano sujetaba la de él y trataba de alejarla. Me dolía y vaya de qué manera, él no tenía pensado soltarme y sus dedos helados se clavaban profundamente, nunca permitiría que nadie que no fuera sasuke bebiera de mi ¡NUNCA! Y aunque eso significara que se rompiera mi muñeca no me importaba, total ya sanaría después.
Mordía con fuerza mi labio, el dolor comenzaba a ser realmente fuerte.
–"vamos naruto" – me daba ánimos –maldito, ¡suéltame!
–me gusta cuando te pones así naruto, me dan más ganas de probarte.
–si no me sueltas te van a dar ganar de morirte cuando acabe contigo– lo amenazaba
–ha ha– se reía –aun siendo un humano me amenazas, eres tan gracioso naruto-kun.
Itachi tenía razón, ¿Qué podía a ser yo que era un frágil humano? ¿Qué era un simple Familiar?
– Suéltame itachi – mi voz comenzaba a mermarse
Si él se lo proponía, solo bastaba con que me lo ordenara, un simple "Quédate quieto" sería suficiente ¿Por qué no lo hacía? ¿Por qué no ejercía su derecho como vampiro sangre pura sobre mí un simple sirviente de su clan?
–Pero mira…– decía tocando las orificios de colmillos que sasuke había dejado en mi piel
–te ha mordido tan fuerte que ha dejado su marca.
Mi cuerpo temblaba mas ¿era eso posible? Mis piernas las sentía tan débiles, podía sentir el cambio de su voz, de la que siempre usaba a esta, que provocaba este miedo indescriptible.
–No– susurre muy débil al darme cuenta que uno de sus dedos se dirigía a mi cuello
–Aquí también te ha marcado, mucho más que aquí– dijo sin soltar mi muñeca, refiriéndose a ella.
No podía defenderme, no podía hacer nada. De un fuerte golpe me tiro en la cama, su largo cabello que estaba suelto tocaba mi rostro, picándome. Me miraba frente a frente, penetrándome con su oscura mirada.
–déjame ser el que te marque ahora, naruto-kun.
– ¡No te atrevas itachi! – le grite recuperándome de mi miedo
Más bien lo ocultaba.
–"Aun si se te rompe la muñeca" – me recordé
Cerré fuertemente los ojos y lo hice. Solo pude escuchar un crac proveniente de mi mano y al abrirlos vi la sorpresa de itachi, mi mano se encontraba libre ahora, y con la adrenalina corriendo por mis venas… (1)
– ¡maldito itachi más vale que te quites de encima de mi ahora mismo!
–ha ha ha– comenzó a reírse –realmente eres sorprendente Naru-chan
¿Me llamaba como siempre?
–sabes… realmente no iba a morderte. Pero vaya, me has dejado impresionado.
– ¿¡Qué dijiste! – era ahora yo el sorprendido, me olvide por completo que tenía miedo
–Bueno yo nunca le haría eso a mí otoño, y también quería saber lo que tu harías, pero esto… – mira mi mano – ¡te ha superado! – Dijo con asombro
No lo entendía, nunca lo entendería ¡LOS UCHIHA PLANEABAN MATARME!
– ¡si no planeabas hacerlo entonces quítate de encima! – le eche una mirada asesina
Estaba que explotaba, nunca en mi vida había estado más furioso que en este momento, mi vena saltaba en mi rostro, este bastardo era peor que su hermano menor.
–sí, sí, si– decía itachi con su todo divertido de siempre
–pero hazlo rápido ¡Demonios! – gritaba
¿Cómo se atrevía a usarme de esa manera? Si casi me muero del miedo, en verdad creí que lo haría. Ya vería como me las pagaría, si, encontraría la forma y entonces… una sonrisa malévola se formó en mi mente, ha. Pedirá clemencia.
–Deberías ir a un doctor, aunque creo que no es necesario solo es una fractura menor, todo lo que necesitas está en el botiquín del cuarto de sasuke. (2)
– ¿¡De quien ha sido la culpa! – gruñí, como se atrevía a decirme eso
¿Herida menor? Esto claramente no era una herida menor, me dolía mas que el mismísimo infierno.
Él se quitó de encima de mí mientras despotricaba cosas en mi mente en su contra y me aleje rápidamente de la cama. Ahora me percataba del dolor, y dolía mucho, pedir clemencia no era suficiente para él, me pedirá que acaba con su existía eterna y yo, como buen sirviente, lo matare ¿Quién dice que no se puede matar a un sangre pura? Al demonio con él, él no me había conocido aún, si no se puede de una forma siempre hay otra ¿Qué no existen las armas caza-vampiros? Solo es cuestión de encontrar una y entonces…
–No habrá próxima vez naruto-kun.
Me detuve en seco. Itachi me había sujetado de la cintura y me había susurrado para retirarse de la habitación rápidamente con una sonrisa en sus labios.
– ¿Qué? ¿Qué dijo?
Sabia a que se refería con "No habrá próxima vez" y no era exactamente en un buen sentido. En… no te molestare de nuevo… o algo similar. Sujete mi muñeca herida y Salí a paso veloz de esa habitación que cabe aclarar no era la mía si no la de… me maldije al percatarme hasta ahora en donde me había encontrado.
–"idiota, idiota, idiota ¿Cómo no te diste cuenta antes?"
Mis pies corrían sabiendo perfectamente a donde dirigirse, corrí por ese maldito largo pasillo y di la vuelta a la derecha pasando por muchas puertas antes entrar en una y cerrarla detrás de mí. Hasta ese momento el temblor volvió a mí, hasta que entre y me sentí seguro, mis pies fallaron y caí al suelo.
–pero que…
¿Por qué demonios estaba tan despistado? ¿Cómo era que no paso por mi cabeza en ningún momento? ¿Por qué sasuke nunca acudió a mi grito? Si me la había pasado gritándole al bastardo de itachi ¿Cómo era posible que no me hubiera escuchado? Levante la vista en su búsqueda y comencé a reírme.
–pero si él no está aquí.
Itachi me había mentido, era más que obvio que sasuke no se encontraba en casa, solo lo había dicho para que yo me sintiera tranquilo, que él no me haría nada por que sasuke estaba en su habitación, y ciertamente eso paso por mi cabeza.
Oculte mi rostro en mis rodillas y las lágrimas comenzaron a fluir, sin duda alguna era un ingenuo al haber pensado de esa manera.
Me quede un rato en esa posición temblado y riéndome de mi estupidez de vez en cuando mientras lloraba ¿se podía hacer todo eso al mismo tiempo? Si, se podía y yo lo estaba haciendo. No supe cuánto tiempo permanecí en esa posición hasta que mi cuerpo dejo de temblar, hasta que mis pies fueron de nuevo lo suficientemente fuertes pasa sujetar mi peso.
–El botiquín debe estar por aquí– sasuke siempre lo dejaba en un lugar a la vista para cuando lo necesitara y ahora era realmente necesario.
No podía seguir ignorando el claro dolor que azotaba como un látigo a mi mano y el claro moretón que se formó, sin decir los otros moretones que tenía cortesía de los dedos de itachi claramente marcados en mi piel.
– ¡lo encontré! – dije para mí un poco alegre
Ahora agradecía lo paranoico que podía ser sasuke con referente a mi salud. Sasuke tenía de estos botiquines por toda la casa, los había esparcido como si a cada paso que diera me fuera a lastimar, lo que él menos quería era que me hiriera de tal manera que la sangre brotara, y por eso… una gotita resbalo de mi frente.
–Por eso hay tantas banditas– mire cada una diferente a las demás
Me alegre al notar los analgésicos (3). Agradecí a dios por ellos, traje dos, no estaba como para ir por agua a la cocina, mis ojos se percataron de las vendas y el ungüento, y cuando los tome otra revelación se hizo presente.
¿Por qué itachi me había mandado a la habitación de sasuke si hay más botiquines por toda la casa? ¿Y porque fui tan estúpido como para hacerle caso? Era más… ¡había uno en esa habitación! Todos contenían lo mismo que este, no había diferencia.
–No puede ser– estaba que golpeaba mi cabeza con el muro
Entonces -si de nuevo- me percate de algo sumamente fundamental. Escuche la puerta abrase y entrar a alguien.
– ¿Qué haces aquí usurantonkachi? – Voltee la mirada y vi la sorpresa dibujarse en el rostro de sasuke.
Itachi lo había hecho apropósito.