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Notas del capitulo:

Vaya, pensé que no tendría tiempo para publicar el siguiente capítulo pero tuve suerte…fiu

Esque el 15 fué mu cumple y pues...jeje, ya saben, el festejo, el pastel, los regalos...¡el calentameinto global! ja

Y sí, me volé la barda durísimo!!, ¡¡tres semanas sin publicar!! casi muero, pero tuve suerte n.n

Jaja, ¿suerte tú? Dime algo que no me haga morirme de la risa.

Oye, ya deja de molestarla, baka.

A mí no me hablas así, mocoso

¡¿A quién llamas mocoso?!

A ver, ya dejen de pelearse ustedes dos y mejor hagan algo de provecho: tú, trae el diccionario, y tú…bueno…tú estas bien aquí sentado junto a mí.

¡¡Oye, dragona insolente, ¿cómo que vaya por el diccionario y dejas que él se quede sentadote nada más mirando?!!  Eres una canija!!

  ¬¬***

Ja, así aprenderás a no ser un abusivo. Y te lo mereces, por todo el genio que te cargas, perro tonto.

Mira, niñito, te recuerdo que también eres un perro, pero uno todo pulguiento.

¡Oyeme, bola de pelos!

U_u  uff…y allí van de nuevo, ahora recuerdo la razón por la cuál Inuyasha se había ido un tiempo ¬¬ pero así no me concentro en mi capítulo…

*se siguen pelando atrás de ella*

Eres un idota, cerebro de mosca!

Y tú un cabeza de chorlito!

Pulguiento!

Sarnoso!

Tarado!

Imitador!

Traga-ramen!

*le saca la lengua*

O_o…¡retira eso tú…tú…!  ¡ojos de jitomate!

¡Eso no te lo voy a perdonar, perro baboso, ya verás!!...

Kuzo…y así quieren que escriba ¬¬ ** …jmh, trataré de ignorarlos (solo espero que no queden como camotes, todos morados)

A ver que sale…

Capítulo 11: #Delicados" encuentros...

 

 

 

 

Byaku caminaba por la calle, llevando en brazos la caja con su singular contenido, pensando en cómo había terminado realizando manualidades como empleo.

 

 

 

 

 

Flash back-----------------------------

z88;

 

 

Un alegre y sonriente chico de 15 años se encontraba muy concentrado doblando un cuadrado de papel decorado con líneas curvas en tonos anaranjados, sentado frente a una mesa a un lado de varios muchachos y chicos mas o menos de su edad.

 

Era un taller de verano, para hacer manualidades de todo tipo y material.

 

Por la expresión del chico se veía que estaba muy concentrado en su labor y no perdía detalle del movimiento de sus dedos.

 

Finalmente, y poniendo una expresión de satisfacción, levantó su palma admirando su creación.

 

Sobre la mano, se podía ver un precioso ruiseñor de un tamaño no mayor al de un niño de 4 años.

 

Era precioso.

 

En ese momento, una mujer de entrada edad, al menos unos 74 años, se fijó en su pequeña creación y en el chico.

 

Pareció ver algo dentro del chico, y una vez hubo terminado el taller, fué a hablar con él.

 

Byakuya se enteró entonces que aquella mujer, la señora Yuki, era dueña de una tienda de manualidades y regalos, las cuales iban desde cosas hechas con madera y metales hasta las más simples pero no menos hermosas, hechas de papel.

 

Viendo que Byaku tenía talento para crear cosas con sus manos, sobre todo origami, le propuso ayudarla para hacer manualidades junto con ella y su esposo, y pagarle por su trabajo.

 

Byakuya aceptó gustoso, pensando que esa era una gran oportunidad para que fuera su primer empleo.

 

 

 

Fin flash back-------

 

 

 

 

Iba muy felíz por la calle, caminando sin preocupaciones, imaginando lo felíz que sería la señora Yuki al ver su trabajo. Realmente quería a la señora como si fuera una abuela, y ella junto con sus esposo lo trataban casi como su nieto. Se llevaban muy bien.

 

Después de caminar un buen tramo, llegó a una gran accesoria, adornada bellamente.

 

Entró.

 

En el interior se hallaban escaparates y muebles de madera en los que se exhibían manualidades y regalos de todo tipo y para toda ocasión, desde figuras de origami hasta peluches hechos a mano, ropa tejida, muebles que hacía el esposo de la señora Yuki y un sinfín de cosas.

 

Detrás del mostrador se veía a Yuki, que sonrió con calides al ver a Byaku entrar con su caja en las manos.

 

-Byaku-chan, que gusto verte.

 

-El gusto es mío, Yuki-san-la saludó Byaku-. He venido a mostrarle min trabajo, ya lo terminé.

 

-¿En serio?-inquirió Yuki,sorprendida-. ¡Cielos, no pensé que las terminaras tan pronto!

 

-Hai, pero mire, me he esforzado bastante y lo logré. ¿Quiere verlas?

 

-Por supuesto, pero pasa, pasa por favor-lo invitó, abriendole la puerta para que cruzaa el mostrador.

 

-Arigato-dijo Byaku, llendo con ella.

 

Acto seguido procedió a enseñarle sus grullas, delicadas y hermosas, y que cautivaban siempre la atención de los niños que las veían en los escaparates, y tambié de sus padres, no podían negarlo. Se quedaban maravillados al ver el detalle con que estaba hechas, puesto que de alguna manera cuando Byaku las hacía, era como si les diera vida y fueran a hechar a volar.

 

-¡Son preciosas, Byaku-chan!-le dijo Yuki, observando una de color azul celeste con remolinitos blancos-. ¡En verdad son bellísimas! Estoy segura que al señor Tanaka le gustarán mucho, y a su hijo.

 

-Je, eso espero. Debo decir que es una idea muy original adornar la fiesta de su hijo con grullas de papel.

 

-Y con las grullas que tú haces, no tardarán en venir a encargarnos más.

 

-Y dime, Yuki-san, ¿hay algo más en que deba ayudarte?-preguntó Byaku.

 

-Bueno, necesito unos metros de tela para unas muñecas que nos pidió la joven sensei Sayuri-dijo Yuki, pensativa-. Pensaba ir por ellos mañana...

 

-No te preocupes, puedo ir ahorita mismo por ellos-se ofreció Byaku alegre.

 

-¿En serio?

 

-Claro, ¿por qué no? Solo dime que colores o estampados y listo.

 

-Bueno, creo que en verdad te entusiasma ir a comprar el material, y tienes un buen gusto para eso así que...está bien.

 

-Arigato, Yuki-san.

 

-De acuerdo, necesito al menos 1.5 mts de 5 telas de diferentes colores y estampados. Escoge los que más te gusten, tú, que tienes buen ojo-le entregó el dinero necesario.

 

-Está bien-asintió Byaku, guardando el dinero en su pantalón-. No tardaré-se dirigió a la puerta.

 

-¡Ten cuidado, Byaku!-le dijo Yuki.

 

-¡No te preopcupes!-le sonrió Byaku-. ¡Jane!

 

Y se fué.

 

Decidió irse caminando, después de todo era un buen día para ello. No hacía mucho sol, y había unas cuantas nubes que refrescaban un poco. Hacía buen tiempo.

 

Después de caminar al menos unos veinte minutos llegó a una gran tienda de telas y demás cosas del mismo tipo, entre ellos botones, listones, encaje, etc.

 

Una vez, se hizo a la tarea de buscar telas que fueran como para muñecas. Andubo un buen rato andando entre rollos de tela de distintas texturas, estampados y colores.

 

Finalmente comenzó a pedir a las dependientas metros de las que más le habían gustado.

 

Cuando se encontraba esperando a que la empleada cortara unos metros de una bonita tela con estampado de sakuras sobre un fondo lila, escuchó una voz cercana que le sonó conocida.

 

-No lo sé, el estampado es hermoso pero...la tela es algo rígida para lo que la quiero.

 

Volteó para saber de quién provenía esa voz, y se quedó con los ojos abiertos de par en par al ver frente a unos rollos de tela a un muchacho mas o menos de su altura y edad, con el cabello atado en una corta coleta, y que rebelde mostraba mechones apuntando en varias direcciones, adornado con una aguja que tenía una esfera azulada en la punta.

 

Iba vestido con una camisa color durazno y pantalón ajustado, calzando unas botas negras, e iba maquillado con ligeras sombras de color suave y los ojos delineados.

 

-"A ese lo he visto antes"-pensó Byaku, viendolo-. "¡Pero sie es...el tal Jakotsu, que iba de acompañante de Bankotsu!, ¿Qué diablos esta haciendo aquí?"

 

Recibió la tela que le entregó la dependienta y decidió seguir en sus asuntos, como si no hubiera visto a Jakotsu.

 

Pero su plan se deshizo cuando, al dirigirse a la caja a pagar, no se dió cuenta de que Jakotsu también iba para allá sino hasta que fué demasiado tarde...y chocaron ambos, cayendo al suelo.

 

-¡Gomennazai!-dijo Jakotsu, sin ver quién era aún la persona con quien había chocado.

 

-¡No, tranquilo, fué mi culpa!-dijo Byaku, también sin verlo.

 

Entonces se pusieron en pie y se vieron el uno al otro.

 

-Pero si eres...-dijo Jakotsu fijandose en Byaku.

 

-Así que si eras tú-dijo Byaku, viendolo.

 

-Eres el amanerado que acompañaba al chico ese, Inuyasha-dijo Jakotsu, reconociendolo.

 

-Y tú el chico floritud que iba con Bankotsu-dijo Byakuya, algo molesto al escucharlo llamarle amanerado.

 

-¡Oye!

 

-Bueno, de cualquier manera-dijo Byaku-. Lamento haber chocado contigo.

 

-Sí, yo igual-se disculpó Jakotsu. Después de todo siguen las reglas de decencia.

 

-Oye, ¿te puedo hacer una pequeña pregunta?-dijo Byakuya-. ¿Qué estás haciendo aquí?

 

-Estoy de compras, ¿y tú?

 

-Vine a comprar cosas que me encargaron.

 

-¿Qué cosas?-inquirió Jakotsu, curioso.

 

-Tela, para una mujer con la que trabajo, para que haga unas muñecas, ¿tú que estás comprando?

 

-Tela, igual, pero para algo diferente.

 

-¿O sea?

 

Jakotsu no pareció dispuesto a decirlo, incluso desvió la mirada.

 

-¿Qué ocurre?

 

-Ja, no te diré, seguramente te burlarás-contestó Jakotsu.

 

-Bueno, como desees. Ahora debo pagar esto-dijo Byaku, acercandose a la caja.

 

-Nos vemos después-le dijo a Jakotsu, y salió de la tienda.

 

Iba preguntandose aún el por qué Kakotsu se hallaba en la tienda, pero mejor decidió olvidarlo, después de todo no había habido ningún problema con él ese día.

 

Se sentó en la banca de un parque cercano, y se puso a ver las telas que había comprado.

 

-Estoy seguro de que a Yuki-san van a gustarle-dijo, viendo una bella tela de estampado de pequeños cuadros rosas pastel y blancos, y dentro de algunos de estos de veían preciosas estrellitas doradas.

 

Se encontraba desdoblandola completamente para poder contemplarla, cuando vió algo caer al suelo.

 

Se agachó para ver qué era, y cuál no fué su sropresa al ver que entre sus manos una aguja con una esferita azulada en un extremo.

 

Era la aguja de Jakotsu.

 

-¿Pero qué está haciendo esto aquí?-se pregunto, dandole vueltas a la aguja entre sus dedos-. Seguramente se le habrá caído entre mis cosas en el momento en que chocamos. Tal vez sea mejor que se la devuelva, solo espero que siga en la tienda.

 

Dicho y hecho, guardó sus cosas y se encaminó a toda prisa a la tienda de telas, llevando la aguja en su mano.

 

Sin embargo, se dió cuenta de que Jakotsu se había marchado de ahí.

 

Volteó a ambos lados y divisó una coleta con cabellos rebeldes que se aleja para desaparecer por una esquina.

 

Byakuya de inmediato se dirige veloz hacia donde ha desaparecido.

 

Al dar la vuelta a la esquina divise como ya ha cruzado la calle, por lo que se apresura a seguirlo y alcanzarlo.

 

Cuando Jakotsu está por llegar a un pequeño jardín público, escucha como lo llaman:

 

-¡Eh, floripondio!

 

De inmediato volteó, sorprendido al reconocer la voz.

 

-¿Qué sucede, delicadito?

 

Ambos pasaron por alto el apodo del otro.

 

-Te has olvidado esto-le dijo Byaku, mostrandole la aguja.

 

-¡Mi aguja!-exclamó Jakotsu-. ¿Pero cómo...?

 

-Creo que se te cayó en la tienda, cuando chocamos y caímos. Cayó entre mis cosas.

 

-Emh...arigato-dijo Jakotsu, sorprendido ante la amabilidad del chico. Tomó la aguja y la insertó entre sus cabellos.

 

-Bueno pues, eso es todo. Sayionara-se despidió Byaku, pero al darse la vuelta para irse, sintió como lo detenían del hombro.

 

-Matte-dijo Jakotsu-. Bueno yo...etto.

 

Byaku volteó a verlo, sorprendido.

 

-¿Qué sucede?

 

-Bueno pues...quisiera agradecerte el haber encontrado mi aguja-dijo con cierta timidez, lo cuál desconcertó un poco a Byaku.

 

-Pero no es necesario, yo...solo hize lo correcto-contestó.

 

-Bueno es que...no comprendes-musitó Jakotsu-. Esa aguja es de gran valor para mí, era de mi madre y...me la dió antes de morir.

 

-Sou ka...

 

-Entonces...¿aceptarás que te invite aunque sea un café?-inquirió Jakotsu, animado.

 

-Si así lo quieres, de acuerdo-sonrió Byaku.

 

-"Es muy extraño, no imaginé que fuera así, y menos tras lo sucedido con Bankotsu"-pensó.

 

-"Extraño, no pensé que fuera tan honesto, y menos aún después de nuestro encuentro por lo de Bankotsu"-pensó Jakotsu.

 

Ambos chicos se fueron caminando a un café cercano, en un silencio algo incómodo debido a que los dos recordaban el encuentro cuando se enfrentaron por lo de Bankotsu.

 

Jakotsu volteó a verlo de reojo, provurando que no lo viera, y no pudo apartar la mirada.

 

A Byaku le daba el sol por un lado, causando un efecto muy peculira al contraste con su blanquísima piel y sus negro cabellos. Se fijó en esos ojos de bello color grisaceo oscuro y esos labios rosados.

 

-"Cielos, este chico es muy lindo"-pensaba, viendolo.

 

Byaku sintió la mirada de Jakotsu y volteó, curioso.

 

-¿Qué sucede?-preguntó.

 

-No...nada...

 

-"Cielos, en verdad es un chico sumamente lindo. Y pensar que aquel día quería pegarle"

 

 

 

 

 

Continuará...

z88;

z88;

Notas finales:

¡¡...Y por si fuera poco tienes colmillos de dinosaurio!!

¡¡Pues al menos no me vuelvo un tonto humano cuando es luna nueva!!

¡¡ERES UN...!!

¡¡¿QUIEREN CALLARSE DE UNA MALDITA VEEEEEEEEZ?!!

*se hace silencio pero se siguen viendo con furia*

TÚ...al rincón junto a la cama

Pero...

Y TÚ...atrás de la puerta

¡¡OYEME!!!

¡¡Y SI NO SE ESTÁN AHÍ, CON LA VISTA CAVADA EN LA PARED FRENTE A SUS NARISOTAS...JURO QUE LOS HARÉ ABRIGO DE PIELES A AMBOS!!

o.O

¬¬***

Al...¿al menos puedo ir por...?

NO, no puedes ir por Ramen!!

Keh...

Ja-ja

Y TÚ GUARDA SILENCIO!!!

KEh, menudos cachorros ¬¬** pero bueno, al menos ya se callaron.

Ojalá les haya gustado mucho el capítulo n.n y no dejen de leer. Ya casi salgo de vacaiones, será mas fácil publicar al menos. y peinso publicar otro one-shot, para que lo vayan esperando.


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