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Notas del capitulo:

OK, matenme, ahorquenme, comanme viva, quemenme, lo que quieran hacerme porque esta vez si no me medí :P No se ni cuanto tiempo me pasé sin publicar pero no tengo el perdón de nadie

No es por nada pero...te volaste la barda :|

y luego porque anda huyendo ¬¬

tú callate, no le eches más ánimos de los que de por sí...

No, es cierto, soy un fracaso de escritora ToT no pude ni terminar mi historieta...buaaaa

tranquila, tranquila, no llores ´. .`

buaaaaa!!!!  ToT soy una dragona escritora muy mala!!!

tonta ¬¬

-.- muerete perro.

de cualquier manera, espero en verdad que se hayan pasado una gran Navidad y año nuevo en compañía de sus seres queridos :D super felicidades chicos!!!  :)

A leer!!

Capítulo 12: Camino a mi futuro

 

 

 

Mientras los perros correteaban por todo el lugar, Kouga y Miroku se hallaban sentados, observando a los animales, y Miroku con el mapache subido en sus hombros.

 

-Bueno, supongo que no hay nada de malo en que te cuente mi historia, y las razones por las cuales estoy con Bankotsu-dijo Miroku, acariciando al mapache.

 

-Me gustaría escuchar.

 

-Bueno. Entonces todo es así...

z88;

z88;

 

Flash back-----

 

 

 

"-Miroku, eres un incopetente, ¿es que acaso no puedes cuidar de tu hermana?

 

"-¿Te resulta tan difícil sacar un puntaje perfecto en la escuela?

 

"-¿Que tu quieres qué? te permitimos tener al mapache por que pensamos que serías responsable, pero no aceptamos que tengas tan pocas aspiraciones como ser cuidador de animales.

 

"-¡No quiero que menciones eso en esta casa! ¡se supone que eres el ejemplo de tu hermana! ¡n siquiera sé como es que pudimos aceptarlo!

 

"- ¿Es que no puedes hacer algo tan simple? ¡¿eres un inútil o qué?!

 

Regaño tras regaño, no puedo soportarlo más. A cada paso que doy los siento tras de mí, y me asfixian poco a poco.

 

Mis padres no comprenden lo que siento, lo que quiero, lo que necesito. Si tan solo pudiera hablar con ellos...todo sería tan distinto...pero ahora que lo pienso...no sé siquiera si eso funcionaría. Mi vida aquí en mi casa, en Kioto, es muy difícil.

 

Eres esto, eres lo otro, no eres aquello, tienes que ser así...no lo soporto más.

 

Hoy he tenido una discución con mis padres, una muy fuerte.

 

Nuevamente he tenido problemas por las calificaciones. Tengo las más altas, pero no alcanso el exelente. No puedo dar más, por más que me esfuerze, y aunque he tratado de decirselo a mis padres ellos no comprenden. Quieren más, más, que tenga lo más alto...aún cuando ya no puedo.

 

Por otro lado están mis aspiraciones. Desde que tuve aquel mapache me decidí a ser un cuidador de animales, o algo que tuviera que ver con ellos. Tal vez veterinario, no lo sé muy bien, pero tengo seguro que interactuaré con ellos.

 

Eso a mis padres tampoco les agrada. Quieren que sea abogado, sacerdote, empresario, alguien de gran importancia. Eso es algo que yo no quiero.

 

Por si fuera poco, tratan de ponerme siempre como el ejemplo de mi pequeña hermana, Sango, de cuatro cinco. Ambos nos llevamos muy bien, y al parecer es ella la única que me entiende. Trata de ayudarme en lo que puede siempre, pero mis padres siempre lauitilizan como para frenar lo que quiero ser.

 

Saben que soy gay, Sango también lo sabe. Pero la diferencia en sus reacciones y su aceptación ante esto es diferente.

 

A Sango no le importa lo que sea, siempre dice que lo que más le importa es que yo sea felíz, y ambos bromeamos sobre esto. Pero mis padres son harina de otro costal.

 

Ellos no lo aceptan, lo toman como tabú, como algo malo e indigno de nuestra familia. Aunque no me lo hechan en cara, sé que les casuo horro, tal vez incluso repugancia.

 

No me importa...o al menos...trato de ignorar el dolor que esto me casua.

 

Ha sido una discusión muy fuerte, y no quiero verlos por ahora, sus palabras resuenan en mi mente, taladrandome sin piedad.

 

Salgo de la casa sin mirar atrás. Oigo que me llaman, pero no hago caso. Solo quiero huir de esto.

 

Corro sin descanso por las calles. Llueve a mares, pero poco me importa el quedar empapado.

 

Corro, solo y en silencio, tratando de tragarme las lágrimas que amenazan con salir.

 

Al fin llego a un gran parque que se halla solo.

 

Me dejo caer de rodillas en la orilla de un pequeño lago que hay ahí. Trato de ver mi reflejo en sus aguas, pero la lluvia que lo azota no me lo permite. Solo distingo un borrón en la superficie, nada más, y me pongo a pensar.

 

¿Así es como me veo en realidad?, ¿como una imagen que no se distingue? ¿cómo el reflejo de algo que es azotado por lo que lo rodea y queno lo deja ser?

 

¿Es este reflejo la imagen de lo que soy?

 

Me pregunto si soy como el lago, que ante la menor brisa o toque se estremece y borra su calma, difuminando la imagen que en él se refleja.

 

No, porque al menos el lago recobra su calma pasado un tiempo. Y no se si yo...sea capáz de hacer lo mismo...y volverme a ver

 

Rememoro lo que sucedió en mi casa, lo que he pasado todo este tiempo. Es demasiado, no se si pueda seguir así.

 

Me pongo en pie y avanzo unos pasos...

 

El lago, a pesar de la lluvia se vé tan hermoso, tan seguro de sí mismo, de que será el mismo al termiar la lluvia, de que la calma volverá a él.

 

Pongo un pie dentro del agua...

 

La lluvia lo golpea, y él la recibe tan tranquilamente. La misma llvuia lo ayudará a crecer.

 

Meto el otro pie...

 

Como quisiera ser el lago.

 

Avanzo otros pasos, y el agua comienza a llegarme a casi las rodillas. Sé que el agua es lo suficientemente profunda, no costará mucho hacerlo, y al no haber nadie, será más fácil.

 

Sayionara, otousama, okasama. Perdonen si no fuí el hijo que desearon que fuera, o si no fuí lo que quisieron que fuera. Sayionara, Sango chan, alegraste mi vida como nunca pensé, pero ya ha sido demasiado para mí. Perdoname por favor, te lo ruego.

 

Gomennazai...

 

Sayionara...

 

Sin pensarlo más tiempo, me dejo caer al agua, dejando que mi cuerpo se hunda hasta el fondo donde las plantas y demás cosas hacen presa de mí.

 

Comienzo a sentir como el aire en mis pulmones lucha por salir y por puro reflejo trato de patalear, consiguiendo solamente enredarme más y hundirme más profundamente.

 

Al poco rato de mi boca escapan las burbujas de aire, y comienza a sustituirlas el agua helada. Me empiezo a marear y mi visión empieza a bloquearse por puntos negros que a cada instante se vuelven más grandes.

 

Comienzo a ahogarme, y contra todo...no me interesa. De echo...me siento agradecido, ya que al menos de esta forma dejaré de herir a mi familia.

 

Ya no veo nada, todo es obscuridad.

 

Esto es lo mejor...

 

Mis pulmones ya no me responden, y mi cuerpose ha vuelto sumamente pesado y frío. Pero poco a poco me comienzo a sentir muy ligero. Y a lo lejos comienzo a ver una luz que a cada segundo se vuelve más intensa.

 

¿Es mi alma? ¿es el cielo? ¿las llamas del infierno? no tengo idea, pero me da igual, pues el lugar al que me lleve será mejor que lo que ahora tengo.

 

Me acercó a aquella luz, y nada temo. Es muy cálida.

 

Es...tan confortable...

 

Es...

 

A donde pertenesco.

 

-Oye, chico...¡Hey!

 

¿Es que acaso esa luz posee voz? ¿me está hablando?

 

-Maldita sea ¡Respondeme! ¡no te vayas, chico!

 

Que extraño, no pensé que eso fuera lo que me diría.

 

Un momento...

 

¿Qué sucede? Siento demasiado frío, mi cuerpo...vuelvo a ser consiente de él, la opresión en mi pecho aún persiste, pero aparte siento rítmicas presiones sobre mi corazón, y una respiración agitada.

 

-¡Vamos, no te mueras! ¡¡resiste, regresa, vámos!!

 

-Cof cof cof...

 

La presión en mi pecho ha hecho que vuelva a latir mi corazón, y en un acto reflejo, mi cuerpo me hace girarme y expulsar agua helada que se ubicaba en mis pulmones y estómago. Toso con fuerza y deseperación al no poder respirar lo suficiente.

 

-Vaya...al parecer lo he hecho bien.

 

Cuando consigo respirar aire suficiente, volvteo a ver quien es el que me acompaña.

 

Es un chico alto, de cabello oscuro atado en una coleta y tes clara, cullos ojos de color verde azulado me obsevan fijamente.

 

-¿Quién....quién eres tú?-inquiero entre jadeos.

 

-Bankotsu, Banryyusen no Bankotsu-me responde, con una sonrisa-. ¿y tú?

 

-Miroku, Houriki Miroku-digo, con la respiración aún algo agitada. Me pongo de rodillas-. ¿qué estás haciendo aquí?

 

-Bueno, pues salvandote la vida, puesto que puedo adivinar, por lo que has hecho que querias acabar con ella.

 

-...Arigato.

 

-No fué nada, pero quisiera saber...¿por qué lo hiciste?

 

Volteé a otro lado, desviando la mirada con gesto triste.

 

-Demasiadas cosas como para contarlas, y tan pesadas que han aplastado todo aquello que crepia ser o creía llegar a alcanzar.

 

-Mmmh...eso suena deprimente. ¿Sabes?, a veces es mejor platicar las cosas que nos suceden y que guardamos, ya que de esa forma logramos liberar un poco de lo que llevamos dentro y así liberamos un poco nuestro interior. ¿Qué te parecería contarmelo?

 

-Yo...no lo sé...

 

No quisiera, pues no se cuál vaya a ser su reacción, apenas lo conosco, perome ha salvado la vida y...pues creo que al menos le debo la explicación de mis razones para hacerlo.

 

-De acuerdo, lo haré-acepto.

 

La lluvia ha cedido un poco, y nosotros estamos empapados. lo mejor tal vez sería irnos a resguardar a algún lado, pero no quiero que nadie más se entere de esto.

 

Nos levantamos y nos sentamos en una banca cercana. Poco importa que nos mojemos un poco más.

 

Nos quedamos en silencio unos momentos, para después de un hondo suspiro, comenzar a contarle lo que me había orillado a esto.

 

Sobre lo de la escuela, mi hermanita, mis padres, mis aspiraciones, y por último...mis gustos.

 

El se quedó en silencio, viendome.

 

-Entonces tú eres...

 

-Hai...soy gay...-musité.

 

De pronto reinó el silencio entre los dos, él observando el lago frente a nosotros con expresión pensativa, y yo viendo el suelo, esperando su rechazo.

 

Volteó a verme.

 

De pronto soltó a reír con ganas.

 

-¿Qué...qué sucede?-inquirí, confundido.

 

-Tu cara...tu cara...me da risa-logró decir entre carcajadas, doblandose de la risa.

 

-¿Por...?

 

-¡Vamos, Miroku!-dijo, riendo-. ¡Tienes cara de quien espera la horca o que lo decapiten. ¿Esperabas acaso que saliera corriendo, espantado, o que te soltara una bofetada?

 

-Pues yo...

 

-Mira, para nada haré eso. Me caes muy bien, ¿sabes?, eres demasiado despistao. Puedo notar que no crees que haya personas que nos acepten por eso.

 

-Un momento...eso qignifica que tú...-no pude concluir.

 

El sonrió y me dió amistosas palmadas en la espalda, diciendo.

 

-¡Claro, amigo! ¡yo también soy gay!

 

-¿Y cómo e que lo puedes aceptr y decir tan fácil?-exclamó, sorprendido, a lo cual solo se encoge de hombros.

 

-Bueno, no es fácil serlo. A mi familia no le agradó, puetso que son de mente algo cerrada, y de cualquier forma no me llevaba bien con ellos tampoco. Entoncesme puse a pensar: "son mis gustos, soy yo, si me meto en problemas será por mi culpa y mis preferencias, no por ellos. ¿qué mas dá lo que sea o lo que me guste?" y acto seguido...me fuí de casa.

 

-¡¿Te fuiste de tu casa?!-kami, este chico o no le importa nada o en verdad estaba harto o...o...o está chiflado.

 

-Hai, y hasta la fecha no me arrepiento de haberlo hecho. Después de todo así como soy me quiero y así soy felíz. Me siento liberado, más tranquilo. Seguramente a mi familia ni le importó, después de todo me echaban en cara lo poco que valía y lo innecesaria que les era mi precensia, así que todos salimos ganando. Ellos librarse de mí y yo sentirme libre y felíz.

 

-Guau, tú si que tienes agallas.

 

-No son agallas-me dijo, viendome-. Es practicamente mi propia aceptación y la lucha por descubrir quien soy, lo que soy, lo que valgo y hacerlo saber al mundo.

 

-Entonces...

 

-Miroku, mira. En esta vida todos nacemos con un sueño, una aspiración, una personalidad. Al paso del tiempo lo vamos descubriendo y dandole forma. Depende de uno mismo el conseguir lo que en la vida nos proponemos y dejar atrás los obsatculos que se nos interpongan. Sin embargo, en este mundo muchas veces nos vemos atadospor la gente, la sociedad, las reglas que tratann de imponernos y el molde en el cual tratan de hacernos crecer. No siempre lo que soñamos y añoramos es lo que el mundo aceptará, y no...n digo que hagamos lo que sea con tal de conseguirlo, ni matar a los que se nieguen o herirlos. Hay que respetar, claro, y saber cuando lo que queremos daña a los demás.

 

<<-Pero el principal reto, el único enemigo potencial capáz de frenarnos en seco y renunciar a todo por hacer caso a los demás somos nosotros mismo. Porque uno mismo se inclina ante la sociedad en lugar de luchar por sus sueños, y uno es entonces el único culpable.

 

<<-La razón por la cual yo decidí huir de casa para cumplir lo que soñaba fué el luchar contra las oposiciones, querer desenvolverme y cumplir mu¿is aspiraciones. Ser como quiero, hablar como quiero, expresarme como deseo, vestir como yo soy, crecer sin fronteras, amar sin condición, y todo, "todo" sé que es posible.

 

-Pero más de la mitad de esto lo he cumplido ya-me dice, con una sincera sonrisa- desde el momento en que tuve la fuerza para decidir liberarme a mí mismo y ser como quiero ser.

 

Yo lo observo con la sorpresa en la mirada y los ojos bien abiertos.

 

Sorprendente, jamás había encontrado a nadie que tuviera esa fuerza para cumplir sus sueños. Y menos que aceptara lo que es y sus sueños con tanta facilidad y decidiendose a luchar por defederse de la sociedad con tanta determinación.

 

Y mucho menos había conocido a alguien que aceptara mis gustos y mis sueños de esta manera.

 

-¿Comprendes ahora de lo que hablo?

 

-Hai-digo.

 

Observo el cielo en silencio, pensativo e incluso algo...triste.

 

Triste por no ser así de determinado, triste por no poder ser tan fuerte, por no tener la fuerza necesaria para defender mis sueños, mis anhelos, mis gustos y preferencias. ¿Es que acaso estoy destinado a tener que sepultar lo que soy y lo que siento para doblegarme frente a la sociedad, sociedad que poco a poco destruye a las personas obligandolas a unirse a ella para formarse a una sola, incolora y desalmada imagen?

 

No...

 

No, no es ese mi destino...

 

Lo sé, que hay algo para mí en algún lugar, que debo luchar contra mí y el mundo para ser quien quiero ser y como quiero ser. Simplemente debo buscar dentro de mi aquella fuerza que me impulse a hacerlo, y una vez que lo haga, exteriorisarla para ser capaz de defender lo que soy y lo que quiero.

 

No dejaré que nadie, nunca más, intente manejarme a su antojo, y mucho menos destruir mis sueños.

 

Sin embargo...

 

No sé si al encontrarme frente a mis padres...sea capaz de hacerlo.

 

Bankotsu me miró un largo rato, como estudiando mi expresión y leyendo mis pensamientos a través de mi mirada clavada en el suelo.

 

En tonces se puso en pie y extendio la mano en mi dirección.

 

-¿Qué cosa?-inquirí confundido.

 

-Dime una cosa. Por defender tus pensamientos y tus sentimientos...¿qué harías?

 

-...

 

-¿Dejarías atrás tu pasado para dar paso al futuro?, ¿estarías dispuesto a renunciar al dolor presente sin saber qué puede haber más adelante?, ¿decidirías construir tu propio futuro tú, con tus propias manos, e ir en contra de las reglas de la sociedad, solo con el pensamiento de no ser manipulado por los demás?

 

-...

 

-¿Lo harías, Miroku?

 

-Sí, sí lo haría. Estaría dispuesto a luchar por todo y contra todo con el único propósito de ser felíz, de crecer a mi manera y de conseguir mis sueños. Sí, Bankotsu, lo haría todo por eso-digo con resolución.

 

-Pues entonces te propongo algo-me dijo-. Si en verdad  estás resuelto a hacerlo...te esperaré en la estación del tren, hoy, a las 10:00 de la noche, con tus cosas y lo que quieras llevar.

 

-¿Estás diciendo que...?-masaka.

 

-Sí, Miroku. Escapa de tu hogar y sígueme, acompañame a seguir nuestros sueños, a cumplir nuestros anhelos, a ser quienes queremos ser y como queremos ser sin límites ni fronteras.

 

-Yo...no lo sé...-en verdad no sé si sea lo correcto.

 

-No te obligaré-me dice, sonriendo y bajando la mano-. No puedo forzarte a eso, pues es decisión propia el querer seguir nuestros sueños. Pero piensalo, Miroku.

 

Dió la vuelta y echó a andar.

 

-Fué un placer...salvarte la vida-me dijo por encima del hombro, sonriendo-. ¡Y por cierto, el tren sale a las 10:30, por si quisieras irte a despedir!

 

-De acuerdo. Sayionara-le dije, viendolo partir-. Y por cierto...muchas gracias por salvarme.

 

Me quedé ahí, observandolo marcharse hasta perderse en la distancia, mientras comenzaba a pensar en muchas cosas acerca de nuestro encuentro.

Comenzaba a atardecer, pero no me apetecía regresar aún a casa. Recorrí a pie el centro de la ciudad, caminando lentamente bajo la lluvia que no parecía querer parar.

 

Al fin, viendo la puesta de sol, decidí regresar a casa.

 

Eran las 10:10

 

Entré silenciosamente, pues ya todos dormían y no deseaba una nueva discución.

 

Silenciosamente entré a la habitación que compartía con la pequeña Sango y la observé dormir.

 

¿De verdad sería capaz de alejarme de ella, la única persona que me entendía y que al igaul que yo era su apoyo, era ella el mío?

 

Acaricié su mejilla dulcemente, y abrió los ojos lentamente, soñolienta.

 

-Mi...ro...ku...chan-dijo en un susurro, bostezando-. Volviste, oniisan. ¿Por qué estás tan triste?

 

-No, por nada, no te preocupes-le dije, pero ella me dijo algo que me llegó profundamente en el alma.

 

-¿Sabes, oniisan?  He visto todo lo que ocurre en casa, con papi, mami y tú, y aunque sé que tal vez debiera dar la razón a ellos, no puedo. Tienes sueños que quieres seguri, me los has contado, y me gustaría que los cumplieras.

 

-¿Y sabes?-dijo, sonriendo-. No me inporta que te gusten los chicos, después de todo...se supone que el amor es ciego, así que...¿por qué razón no puedes amar a quien tú quieras? El amor es lo más puro que hay, lo más hermoso que tienen las personas, ¿por qué razón te debe ser negado solo por amar a los chicos? Eso no es justo.

 

-Sango chan...-musité, enternecido.

 

-¿Sabes, oniisan?-dijo, comenzando a dormirse de nuevo-. Si tuvieras la oportunidad de lograr lo que más quieres y de amar a quien tú quieras, ¿me prometes que lo harás, sin importar el sacrificio que debas hacer?...

 

-Yo...yo...lo haré, Sango chan, te prometo que lo haré.

 

Ella sonrió, medio dormida.

 

-Arigato...onii...san...-y cerrando sus ojitos castaños, se quedó profundamente dormida.

 

Yo la observé, y me dí cuenta de algo.

 

Si una pequeña como ella tenía ese valor para apoyar a alguien como yo...lo menos que podía hacer era hacer que ese apoyo no fuera en vano.

 

Sango chan, gomennazai, demo...he tomado una desición.

 

 

______________________

 

 

(Ryu)

 

El ruido en el andén es casi nulo, pues no hay gran cantidad de personas. La luz que alumbra la noche en la estación permite ver a un chico de larga coleta oscura.

 

Bankotsu consulta su reloj una última vez.

 

10:30

 

Sonrió.

 

Tal vez ese chico no estuviera tan decidido después de todo, o simplemente le fué imposible por alguna  circunstancia.

 

De cualquier manera...esperaba haberle hecho pensar.

 

Subió al último vagón.

 

El tren comenzó su lento avanze.

 

Entonces, mientras Bankotsu permanecía aún en la escalerilla, escuhó unos pasos acercarse corriendo.

 

Volteó y sonrió al encontrarse cona azulada mirada que se acercaba mochila en mano, corriendo en su dirección.

 

-¡EEH!!-exclamó, sin detenerse-. ¡Bankotsu!!

 

Este extendió la mano, y mientras el tren recorría sus últimos metros antes de salir del andén, dos manos se unieron, para una jalar a la otra, resguardandola justo antes de que la pared de concreto se cruzara en el camino.

 

-¡Vaya, no pensé que te decidieras!-rió Bankotsu, viendo a Miroku respirar agitadamente.

 

-No...te burles...-respondió este, resoplando.

 

Levantó la mirada después y con una amplia sonrisa, le dijo:

 

-No dejaré que seas el único que cumpla sus sueños, ¿sabes?

 

-Así se habla chico-sonrió Bankotsu-. Ahora vente, te presentaré a alguien.

 

Lo condujo al interior del vagón, cerrando la puerta. Estaba vacío, a excepción de una figura que se veía al fondo.

 

La persona se asomó.

 

-¡Eeeh, Ban!-exclamó-. ¿A quién te has invitado?

 

-¡A un amigo!-respondió Bankotsu.

 

Luego volteó a ver a Miroku y amistosamente le dijo:

 

-Miroku, él es Jakotsu, mi ototo.

 

 

 

 

 

 

Continuará...

Notas finales:

z88;

Pues espero les haya gustado, la verdad es que me gustó como quedó y pues ahí se los dejo a su criterio.

Te quedó muy bien :)

Pudo haber quedado mejor...

Callate!!

Ya, no se peleen, onegai, lo último que quiero es verlos con un ojo morado

Él empezó (o.o)__

o.o ¿Qué?!!!

olvídenlo ¬¬

Mejor aquí dejo esto, que me tengo que ir ya. Mañana de vuelta clases!! :D (por dentro me quiero cortar las venas con un ejote T_T)

Qué mal, pero por favor, no lo hagas ´..`

Mira, ya te traje el ejote!! XD

bakaro!!! ¬¬ *le suelta un garrazo*

Oyeme tú, perro de tercera!!!!! D:<

No me vengas con delicadesaz, semejante...!!!

Ok, aquí losdejo, hasta luego, y disculpen a mis cachorros ´n.n`

Bye bye!!!


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