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Junior Generation:(1) La clase de 1ºC por SatuPro

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Notas del capitulo:

La clase:

 

[SungMin][JungSoo]                                         [SooHyun][DongHee]

[TaeYeon][YoungWoon]     [YuRi][DongHae]       [HyukJae][SooKyu]

[SooYeon][HeeChul]    [HyoYeon][JongWoon]        [KiBum][RyeoWook]

[KyuHyun][SiWon]      [SooYoung][HanGeng]         [Tiffany][YoonAh]

 

(http://satu-pro.host56.com/junior-generation-temp-1-ep-1/)

Capítulo 1. La clase al final del pasillo de la tercera planta.

Al sonar la campana las puertas del centro de enseñanza Magister Seúl se cerraron, dejando a miles de niños y jóvenes encerrados en el gran patio central, ocupando toda la entrada, mirando frente al imponente complejo de edificios azul cielo, donde, a las puertas del más ancho, el de escuela media y superior, algo elevadas sobre un corto tramo de escalera, se encontraba el director del centro, el señor Choi ChungHo, junto con algunos profesores, además de un micrófono, por el que saludó a todos los alumnos.

- Bienvenidos alumnos y alumnas, profesores – Digo mirando a sus compañeros – a este nuevo curso escolar, en el que, espero, aprenderemos muchas cosas nuevas y haremos buenos amigos.

Entre el público, no precisamente a primera fila, se encontraban Lee SungMin y Lee HyukJae, dos estudiantes de, desde ese día, primero de la escuela media; doce años y muchas ganas de divertirse. Poquitas poquitas de estudiar.

- El mismo discurso de todos los años. – Le susurró HyukJae – Por lo menos podría cambiarlo. – Mini sonrió sin dejar de mirar al frente.

SungMin y HyukJae habían estado en la misma clase desde que entraron en el colegio a los 3 años, y en todo ese tiempo habían vivido las mil y una. Hyuk era un niño algo desgravado, pero era muy ágil y rápido, además tenía una expresión muy graciosa y por ello los niños le bautizaron como “monito” cuando tenían sólo cinco años. Era algo tímido y no hablaba mucho con todo el mundo, aunque si tenía amigos, claro, pero comparado con SungMin, que era mucho más extrovertido (a pesar de lo que pudiese parecer a primera vista), no era tan popular, ni entre los chicos ni entre las chicas. Aunque eso hasta ahora no les había importado, pues a las chicas solo las veían en las horas de recreo, y nunca hablaban con ellas a menos que fuese estrictamente necesario. Pero este año sería distinto: las clases eran mixtas esta vez. 

SungMin, por el contrario, era un niño simplemente encantador. Bello, simpático, gracioso, y también atlético. Era el alumno favorito de muchos profesores, y por eso le castigaban poco, aunque se metieran en líos de vez en cuando.

- Bueno, ahora un profesor os acompañará a vuestra nueva clase. Empezaremos a llamar por los de la escuela primaria, veamos...

El director empezó a decir nombres y más nombres, mientras ellos esperaban muertos de asco bajo el sol abrasador.

Finalmente entraron y los guiaron hacia la clase del fondo del pasillo, en la tercera planta. Era una clase que estaba muy alejada de las demás, aislada, cruzando una sala de profesores, una aula vacía de estudios o castigos, depende del momento, unos baños que no funcionaban y el despacho del profesor AhnChul, el peor de todos.

- ¿Qué es esto? ¿Nos están castigando ya desde el primer día? – Hyuk miró a su alrededor.

Al entrar en la clase se fueron a sentar juntos a las últimas filas, pero tres chicos se les adelantaron, y no era buena idea contradecirles.

Kim HeeChul, Park JungSoo y Shin DongHee eran los matones predilectos de su promoción. Habían estado con ellos algunas veces en otros cursos, pero nunca habían estado los tres juntos. Lo peor de todo era que parecía que ya se habían hecho amigos.

HyukJae tenía un mal recuerdo de HeeChul del año pasado, en el que casi le fracturó una pierna jugando a hockey en la clase de gimnasia. Le tenía algo de miedo, porque era un chico muy impulsivo, además,  pasaba de reír a gritar de rabia en cuestión de segundos; nunca sabías como reaccionaria, y eso era desconcertante.

Empezaron a llegar los otros niños, y SungMin se dio cuenta enseguida de que aquello no podía ser casualidad.

Kim JongWoon había estado con ellos hacia un par de cursos. Era un chico reservado con una cierta obsesión con las tortugas; muy poco puntual y siempre mal vestido, que se ocasionalmente había sido enviado al despacho del director por pegar a niños más pequeños que se metían con su hermano, o a chicos de la clase por meterse con su ropa o su familia.

Kim RyeoWook, más conocido como “el bola” o “el hámster” era un niño algo gordito y con gafas, objetivo de muchas burlas, con tendencia a marginarse de los demás leyendo libros. Su escondite favorito del colegio era la clase de música de la cuarta planta, que casi siempre estaba vacía, y se saltaba muchas clases quedándose allí a leer.

- Parecemos una clase piloto; han puesto a toda la gente problemática con nosotros, ¿Por qué? – Le susurraba de nuevo Hyuk, viendo entrar a otro gran elemento por la puerta.

Kim KiBum era una de las personalidades más temidas entre los niños, después del trío de HeeChul, LeeTeuk y ShinDong. Era un niño siempre serio y muy reservado, que parecía cordial y simpático pero, que sin embargo, mostraba cierto recelo y odio por algunos niños, y llegaba a ser cruel con ellos, castigándolos de extrañas formas que podían ser atribuidas a la brujería.

-  Dicen que Seung de tercero le tiró su libro de ciencias sin querer por la ventana y al día siguiente, cuando fue al baño y tiró de la cadena, el agua del retrete se convirtió en sangre, y cuando salió corriendo, se lo encontró de frente, mirándole con una sonrisa. – En ese mismo instante, KiBum pasó por su lado, dirigiéndole una escalofriante media sonrisa. Mini lo miró algo serio, mientras que Hyuk trataba de esconderse bajo la mesa. – N-nos ha mirado... van a ocurrirnos cosas horribles...

- Pst... no digas tonterías hombre... – se giró hacia él levemente. - ¿Cómo va a tener poderes mágicos? Eso es imposible.

- ¡Prendió fuego al colegio!

- Fue un accidente de laboratorio – dijo divertido

- ¡Cinco veces! – Mini suspiró sonriente, negando con la cabeza, y luego volvió la vista hacia la puerta

- Ah, mira, tu amigo. – Dijo en tono de burla.

Lee DongHae, un chico algo melancólico que arrastraba los pies y el alma, acababa de entrar en la clase, sentándose en la primera silla que vio vacía.

- Ya basta, solo le hable una vez porque me dio pena. – Se excusó Hyuk – Él siempre anda solo... ¿Por qué lo hará?

- Hay personas que les gusta eso

- Mm... no... No me creo que a nadie le pueda gustar eso...

Conforme iban llegando los demás chicos y chicas, SungMin y EunHyuk estaban cada vez más convencidos de que les habían juntado a todos en la misma clase a propósito.

A excepción de un par o tres de personas normales, todos los demás eran chicos problemáticos. Incluso tenían al extranjero HanGeng, y a una niña que decían, robaba a sus compañeros. Se llamaba Jung SooYeon, pero la conocían como “La lince” o Jessica. Poco tenía que ver un nombre con el otro.  

La clase, sobre todo la zona del final, recibió un gran impacto al ver entrar al profesor AnhChul.

- Va ha ser nuestro tutor, ¿señor Park AhnChul? – La clase, que se había quedado rígida ante la imponente figura del profesor, ni siquiera se giró a mirar a Kim KiBum preguntarle educadamente. El profesor lo miraba con un cierto reparo, aunque era evidente que le caía bien.

- Por suerte para ambos, no. – Sacó una libreta del cajón del escritorio que presidia la clase sobre la tarima, delante de la pizarra, mientras la mayor parte de la clase suspiraba aliviada – Pero tengo que pasar la lista yo, y os pediré que os reordenéis en la clase y os sentéis por orden alfabético

- ¿Podemos ignorar su petición? – Preguntó HeeChul, haciendo reír a sus dos amigos. El profesor lo miró fijamente a los ojos durante varios segundos.

- Os ordeno que os sentéis donde Yo os diga. – Terminó seco.

Después de separar a los dos amigos, el profesor salió un momento de la clase, dejándolos a todos a la expectativa. ¿Quién sería el nuevo profesor?

La clase se desmoronó de nuevo al ver entrar a la señorita YangMi, la profesora más indulgente e inocentona de todo el colegio. Lo único que tenia de bueno era que era guapa y las chicas la tenían en un pedestal. Pero el sector masculino de la clase estaba en una división de opiniones: el trío de hyungs estaban contentos de ver a aquella mujer allí; podrían seguir con sus diversiones de siempre: tirar bolitas de papel mojadas en saliva, apartar sillas a la gente justo cuando iban a sentarse, cambiar la hora del reloj para salir antes, atascar las puertas y ventanas, y un sinfín de otras travesuras de catálogo. Por el contrario, niños como RyeoWook o DongHae estaban bastante preocupados por su presencia; sabían que el curso seria una risa con ella de tutora.

- A ver... – decía con su voz de inocentona – ya sé que estáis sentados por orden pero voy a pasar lista y quiero que levantéis la mano cuando diga vuestro nombre, ¿Okey?

- ¡Sí! – respondieron todos chillando.

- A ver... ¿Cho KyuHyun? – La clase quedó en silencio, y todos miraron al pupitre vació junto a la puerta – Ah, es verdad. – Hizo una marca en su libreta y luego se dirigió a la clase de nuevo –Es un niño nuevo, vendrá la semana que viene

- Carne fresca... – KiBum se giró hacia el final de la clase, a la columna de la izquierda, donde Park Jung-Soo se partía de la risa tras pronunciar esas palabras en un tono escalofriante.

- Señorita

- Por favor, em... Kim HeeChul, esperé a que pase lista, luego haremos las preguntas. – Él se calló aguantando la risa, junto con otros niños de la clase. - Choi SiWon.

Choi SiWon. Choi SiWon. Todos los profesores sabían quién era Choi SiWon, era un absurdo preguntar si estaba, plus cuando estaba a primera fila, justo delante de sus narices, ese niño tan cuidadosamente vestido, con el cuello de la camisa perfectamente planchado, sin una sola arruga ni mancha, luciendo una amplia sonrisa, típica de los niños sin maldad. Era el ojito derecho de todos los profesores. Cuando se requería a un alumno para representar al colegio, ahí estaba Choi SiWon. Cuando un niño de la primaria debía regresar a su clase y su profesor tenía jaqueca, no importaba donde estuviese ni que estuviese haciendo porque, ahí estaba Choi SiWon. Y cuando nadie quería responder la pregunta de todos los días sobre la lección que debían estudiar, ahí estaba la mano levantada de Choi SiWon, predecesora de la respuesta correcta, casi idéntica a la del libro de texto.

- Si, señorita. – Ella le miró encandilada por su sonrisa, pero recordó que tenía otros alumnos, así que prosiguió, mirando a la primera fila de la columna de pupitres central.

- Choi SooYoung.

Hyuk sintió su sangre hervir con solo oír ese nombre, e instintivamente se giró hacia SungMin, que también le estaba mirando, desde la otra punta de la clase. Todo un fastidio.

SooYoung, más conocida como Queen, era una de las chicas más guapas de todo el instituto. No es que ella se metiese en líos, es que los causaba. Los chicos a su alrededor se pelaban por ella. ¿Era culpable, inocente? Lo único cierto es que era guapísima.

- Em...Gang... HanKyung

- M-me llamo HanGeng – dijo con un extraño acento

- ...que se vaya a su país... – La profesora miró de reojo a HeeChul, frunciendo el ceño, pero luego lo convirtió en una sonrisa.

- Venga, venga. Hay que ser buenos compañeros, ¿sí? Veamos... tu eres...

- Tiffany, Tiffany Hwang. – Dijo ella tímidamente desde la tercera columna. La niña de pelo largo y liso se regiró en su asiento, sin saber a dónde mirar. Un claro indicador de que era alguien normal.

- Im YoonAh

- ¡SI! – su alarido asustó a todos los chicos y chicas, que luego rieron nerviosos. Ella no estaba incomoda, ni pensaba en que se rieran de ella, así que también reía, agitando la cabecita con sus dos moños perfectamente recogidos.

- ¡M-muy bien, YoonAh! Hay que tener energía por las mañanas.

- Claroquesí, poresotomovitaminas. – SungMin miró a Hyuk de nuevo, sonriendo y alzando los hombros. Hacia girar el índice formando círculos junto a su cabeza, “Está loca”

- Jung SooYeon – “La lince”, Jessy, levantó la mano fingiendo timidez desde la segunda fila (primera columna, junto a la pared de la puerta), pero seguía toda recta, sentada. HeeChul, a su lado le dirigió una breve mirada de despreció, y ella le respondió con una sonrisa pícara.

- Kim HeeChul...

La batalla de miradas seguía, mientras el chico se alejaba cada vez más de aquella niña que le hacía sentir incomodo. Para distraerse empezó a sacar su libreta y su estuche.

- Kim HyoYeon – Era “la Choi SiWon” del colegio. Se metía en todos los clubs posibles para destacar por encima de los demás estudiantes. Se decía que durante exámenes se pasaba las noches en vela en la biblioteca, y que durante las vacaciones trataba de inventar la forma de teletransportarse para poder asistir a todas las actividades extraescolares que podía. Desgraciadamente, no conseguía ser más querida que SiWon. – Kim JongWoon

- ¡Tortuga! – Estallaron el trió desde sus respectivos sitios, echándose a reír. YeSung cruzó los brazos, mirando hacia la ventana, tratando de respirar pausadamente. Se encontró con la mirada de RyeoWook, que se sonrojó escondiéndose tras la figura de KiBum, a su lado.

- Kim KiBum.

- Presente.

- Kim RyeoWook.

- S-si... – La profesora ignoró los comentarios de los chicos acerca de su peso, y sus risas y las risas de algunas niñas acompañando a los comentarios.

- Kim TaeYeon.

SungMin miró detenidamente como levantaba su frágil bracito, haciendo ondear su pelo largo y liso durante unas milésimas de segundo. Ella era la segunda gran belleza del colegio. Hyuk y él solían llamarla Mariposa, y era un mote que se había extendido. Si la vierais sabríais porqué: era fácil imaginársela volando grácilmente de una flor a otra, posándose allí a contemplar las nubes y luego reemprender su viaje. Era como una muñequita.

Todo lo contrario que el chico que tenía a su lado, frente a SungMin. Kim YoungWoon tenía, a su corta edad, siete trofeos en diferentes modalidades de lucha. Algunas veces “competía” fuera de horario, en el recreo o en los pasillos. En el ring, se hacía llamar “el mapache”, por un antifaz que se ponía algunas veces. Era un chico apacible, pero a veces se ponía muy agresivo de repente. “Seguramente por eso lo han metido en esta clase-castigo” Pensó SungMin.

- Kwon YuRi. – La chica flaca del pasador naranja sonrió apacible a la profesora. – Lee DongHae.

YangMi miró a HeeChul, LeeTeuk y ShinDong, evitando que hiciesen comentarios. Estaba aprendiendo rápido.

- Lee HyukJae

- Sí.

- ¿Señorita, puedo ir al baño?

- JungSoo, acaba de entrar a clase. HeeChul, no. – Él bajó el brazo que acababa de levantar – Las preguntas luego. – Lee SoonKyu.

- Sí. – La pequeña Sunny también era una persona normal. Otra víctima, al parecer, de los oscuros y maléficos planes del claustro de profesores.

- Lee SungMin

Al oír aquel nombre, todas las niñas de la clase sin excepción se giraron a mirar a la última fila. Él sonreía risueño, haciéndolas sonrojar.

- ¡Hola SungMin! ¿Qué tal el verano? – Le sorprendió que HeeChul le hablase tan cordialmente, pero siguió sonriéndole

- Genial, ¿y el tuyo? – Él le hizo mostró el pulgar guiñándole el ojo, y volvió a mirar al frente.

- Park Ju

- ¡Presente...! – Dijo teatralmente. La risa de HeeChul se oía por todo el pasillo, pero aún así no paraba.

- Seo JooHyun – la chica de pelo largo y abultado alzó la mano con un semblante serio. ShinDong la miró, algo sorprendido, sin darse cuenta de que le estaban llamando.

- ¡Shin DongHee! ¿Estás ahí o no? – gritó la profesora. Él dio un bote en su silla, sonrojándose y sacudiendo la cabeza. HeeChul estalló a reír al verle, pero de repente su risa se apagó.

- ¡MI BOLI! ¡LADRONA! – Jessy sonreía mirando al chico - ¡SEÑORITA, ME HA ROBADO EL BOLIGRAFO!

- ¡Kim HeeChul! ¡No grite!

Él se levantó de su silla mirando a la niña que seguía mirándole con una media sonrisa. Toda la clase estaba volcada en la escena, y la señorita YangMi no sabía qué hacer. La puerta se abrió y entró el profesor AhnChul, retocándose el pelo y las gafas con la mano.

- ¿Ocurre algo? He oído unos gritos.

- ¡Esta niña me ha robado el bolígrafo! ¿Por qué me tengo que sentar con una niña? – Ella seguía mirando impasible, y de repente abrió la boca, hablando lentamente.

- ¿Qué te pasa Chula? ¿No te gustan mis trucos de magia? – HeeChul hizo una mueca de rabia, con la cara como un tomate.

JungSoo y DongHee estallaron en risotadas repitiendo lo de “Chula” una y otra vez, animado a otros niños también a reírse. No tenían oportunidad de reírse de HeeChul muy a menudo. El profesor, aún en la puerta, se acercó a la segunda fila y miró a Jessy.

- Jung SooYeon – Ella dejó de mirar a HeeChul y sonrió al profesor, algo consternada. – El bolígrafo. – Mostró la mano que tenía escondida en el cajón del pupitre, y dejó el bolígrafo de HeeChul en la mano extendida del profesor, que la devolvió al chico, aún de pie.- Ahora pide perdón.

- Porque

- Porque hiciste algo mal y cuando se hace algo mal luego hay que pedir disculpas, ya lo sabes.

- Él se metió con esos niños y no les pidió perdón.

DongHae se giró a mirarla. Había oído habla de esa chica, como todos, pero siempre le había parecido similar a HeeChul y los demás niños abusones que le fastidiaban. De repente su impresión de ella fue muy distinta.

- Jessy, - Dijo el profesor tratando de ser amigable – Tienes que pedirle disculpas a HeeChul por robarle el bolígrafo.

- Perdón. – Dijo arrogante. HeeChul hizo una mueca.

- No quiero sentarme con esta niñata.

- Tendrá que acostumbrarse, señor Kim. YangMi – le hizo una leve reverencia y salió de clase tal cual.

Tras aquel pequeño incidente, la señorita les repartió los horarios y los hizo salir al patio, puesto que ya se había hecho las once de la mañana entre una cosa y la otra.

Las chicas se encontraron todas junto al lavabo de las niñas de esa planta, donde estaban las otras clases, al otro lado del pasillo.

SooYeon, Jessy, se puso su gorro de orejitas de gato, mirándose frente al espejo. Sunny se acercó a ella por la espalda y se apoyó en el lavabo.

- Jess – Tiffany y YoonAh entraron juntas y se acercaron a ellas, dejando la puerta abierta para SooYoung, que entraba para verse el peinado. - ¿Lo tienes? – Preguntó Tiffany

- Ahá. – Ella se giró hacia las cuatro chicas y se sacó unas llaves del bolsillo. - ¡Magia!

- ¿Estáis seguras de que esto está bien? – Dijo HyoYeon desde la puerta, cruzando los brazos. – Robar las llaves del profesor no estuvo bien.

- Sí te cogen van a mandarte a casa; las normas no son como las de la primaria – Dijo Sunny a su lado.

- Dijeron que querían una base secreta, ¿no? Pues bien; la tendremos. – Respondió ella resuelta.

Unas niñas de otra clase entraron la puerta, charlando y riendo, pero al ver a Jessy, Fany, Suny y Queen mirarlas desde el lavabo, no esperaron ni que les dijesen nada, retrocedieron lentamente, cerrando la puerta.

Y es que aunque Sunny pareciese una niña buena, YoonAh una alocada, Tiffany una chica normal y HyoYeon una geek, las cuatro eran amigas de SooYoung y SooYeon, Queen y Jessy, ya que el curso anterior estuvieron juntas en clase. No parecía que realmente se llevasen muy bien, pero se sentían muy unidas las unas a las otras, sobre todo en la lucha contra los chicos de aquel instituto, que eran asombrosamente machistas y mezquinos la mayor parte del tiempo. Su odio hacia ellos las unía.

Jessy pasó las llaves a Sunny, que las miraba sujetándolas a cierta distancia de sus ojos, como si estuviesen suspendidas en el aire.

- Solo tenemos que hacer un par de copias de la llave del aula de música de arriba; luego devolvérselas, y listo. ¿Pasa algo, Hyo? – La chica de las trenzas avanzó hacia el interior del cuarto.

- ¿No os parece sospechoso?

- ¿Elque? – Dijo YoonAh jugueteando con los mechones de pelo que le caían de los moñitos.

- Kim HeeChul, Kim JongWoon, Kim KiBum, Park JungSoo, Shin DongHee, YoungWoon... ¿En serio? ¿Todos ellos? ¿En la misma clase? ¿No canta un poco? Y además estamos tan aislados; debíamos estar aquí junto a las otras clases, pero han cambiado la nuestra por un aula de crédito libre y nos han puesto allí aislados en la otra punta del pasillo. ¡Con el despacho del profesor AhnChul al lado! – Estalló finalmente agitando las trenzas - ¿Qué no lo veis?

Jessy se recolocó el gorro torciendo el labio, dirigiendo una mirada a SooYoung. Al mirarla detenidamente, abrió los ojos como platos.

- ¿Te maquillaste? – Las otras chicas también se acercaron a ella. Queen se miró los ojos. “Pues yo creo que me sienta bien”

- ¡Tehacelosojosmásgrandes, Queen! – Se giró hacia las otras niñas, toda entusiasmada – Deberiamospintarnosnosotrastambién

- ¡Por Dios, Yoona! ¡Vocaliza! – Saltó HyoYeon. Las otras chicas rieron flojito, pero luego la miraron en tono de reproche. A veces les hablaba un poco mal, pero lo hacía sin darse cuenta, ya lo sabían.

- Perdona – Respondió YonnAh, tímidamente. Luego se giró hacia Queen de nuevo - ¿Podrías...pintarmelosami también?

- Claro. ¿Quieres que lo haga ahora? Vamos, tengo las pinturas en clase. – Las cuatro chicas se separaron del lavabo acercándose a la puerta, donde seguían Tiffany y Hyo.

- Pero que dices, si la han cerrado. – Dijo la chica de las trenzas, aún con los brazos cruzados.

- Para algo tenemos la llave. – Sunny rió detrás de Jessy, dándoselas, mientras ella seguía mirando a Hyo con una media sonrisa.

 

En el patio Hyuk y Min se sentaron junto a unos árboles, cuando de repente HeeChul les lanzó una pelota. SungMin se levantó y se la pasó de un puntapié, dirigiéndole una sonrisa.

- Hola.

Ellos levantaron la vista y no daban crédito a lo que veían: TaeYeon, la mariposa, estaba allí junto a ellos.

- ¿No jugáis a futbol? – De repente SungMin sintió tenso a Hyuk que estaba a su lado, evitando mirar a la niña.

- Hoy no; es que hace mucho calor.

- SungMin-ssi...- ella se sonrojó al decir esto, desconcertando un poco al chico que la miraba desde el suelo - ¿Quieres que nos sentemos juntos a la hora de comer?

- ¡No, no quiere! – Saltó el monito. Mini lo miró y fue a regañarle, pero su cara le hacía mucha gracia, así que se volvió a la niña aún sonriendo.

- Es que voy a comer con mi amigo, lo siento.

La niña se alejó lentamente y se sentó en el árbol de al lado, a unos seis metros. JongWoon pasó por allí y la miró extrañado, pues acababa de ver toda la escena.

- ¿Te dijo algo esa niña? – Preguntó Yeye. Se sentó junto a ellos sin mediar palabra, mirando hacia el lado contrario del patio. En un banco solitario, estaba DongHae sentado. – Parece que este curso va a ser duro.

- Sí, con esos tres... – SungMin se giró hacia Hyuk, que le miraba significativamente. - ...esto... JongWoon

- ¿Sí? – El chico vio la mirada extrañada de los dos chicos, y se levantó. – L-lo siento. Como estuvimos juntos el año pasado pensé que...

- Está bien, está bien. – Dijo Hyuk, agitando el brazo, señalándole que podía sentarse.

- Me siento muy incomodo con todos los chicos

- Quizás podrías hacerte amigo de RyeoWook, te está mirando.

SungMin señaló hacia el chico gordito que estaba sentado también junto un árbol, al lado contrario del campo, haciendo que se girara bajando la vista, prácticamente al instante.

En ese momento vieron salir a SiWon del colegio, acompañado de algunos profesores y otros chicos del consejo escolar. Andaban en dirección al edificio de primaria, pasando por delante de ellos. Les saludó con la cabeza; él siempre tan diplomático.

“Menudo curso nos espera.”

 

En la sala de profesores AhnChul se acercó a la máquina de café, donde estaba YangMi. Ella le miró sonriente, y le devolvió la sonrisa mientras se preparaba un café para él.

- Gracias por ayudarme con el grupo

- No hay de que, para eso estoy, ya lo sabes. Cuenta conmigo. – Le giño el ojo, haciendo que se ruborizase débilmente. – Vaya

- ¿Qué ocurre? – Él se regiraba los bolsillos de los pantalones, cada vez más inquieto.

- Nada, es que... parece que he perdido las llaves.

- Bueno, no te preocupes; puedo abrirte yo las clases.

- Sí, bueno, gracias pero... – De repente sintió como una descarga en el cerebro, y la imagen de Jessy le vino a la mente. Allí, sentada, sacando la mano de debajo el pupitre para dejarle el bolígrafo en la mano, mientras el otro brazo estaba completamente extendido en la mesa, dejando la mano al aire, junto a sus pantalones. – La madre que la...

 

Hyuk subió pesadamente las escaleras hasta el tercer piso, pensando en lo desgraciado que era. “Min y yo somos los únicos chicos normales de la clase...Y todas esas niñas se le tiraran al cuello...Menudo curso nos espera... que fastidio” Se veía estudiando y atendiendo a clase, sin ninguna otra diversión más ahora que socialmente era una isla. SungMin estaba hablando tranquilamente con JongWoon sobre futbol. Trató de meterse en la conversación, pero realmente no le intresaba mucho. Al llegar a la tercera planta recordó que quería ir al baño. El de los chicos de allí estaba averiado, así que les avisó de que bajaría al del segundo piso, pero ellos ni se dieron cuenta de que les hablaba. “Menudo curso, menudo curso...”

DongHae se lavaba las manos y le miró a través del espejo.

- Mm... Hola – Dijo Hyuk, y acto seguido entró en la zona de los urinarios.

- Hola.

Hae se sacudió las manos para secárselas, y luego fue también hacia los urinarios. HyukJae se quedo algo sorprendido, pues pensaba que ya se iba.

- ¿Por qué te lavaste las manos?

- Las tenía sucias.

Se quedaron mirándose un instante, pero luego giraron bruscamente la cabeza, bajando la vista al suelo, o mejor dicho, a sus manos. De repente se sentían incómodos meando uno al lado del otro. Hyuk se dio prisa en terminar, pero Hae también, así que al volverse se chocaron, dándose un golpe en la frente. Empezaron a reír cada vez más fuerte.

- Qué situación más extraña

- Pues sí – Respondió Hae risueño. Suspiró, aún sonriendo.

- Parece que va a ser un curso un poco tenso... ¿eh? – Hae borró su sonrisa al recordar aquello.

- Sí... – Se lavó las manos de nuevo, sin darse cuenta de que Hyuk le miraba sonriéndole. – En fin...

Salió del baño cabizbajo y le dejó con la palabra en la boca. “Menudo año...”

Cuando entraron en clase, se encontraron con todos los chicos allí sentados. HeeChul, JungSoo y DongHee estaban algo sudados, mirándose y sonriéndose contentos, pero su actitud jovial cambió de repente, al ver al profesor AhnChul entrar todo decidido, subirse a la tarima y plantarse frente a la clase.

- Bueno, primero C, os informo de que estáis castigados sin recreo.

- ¿¡QUE?! ¿¡PORQUE!? – La clase estalló en comentarios y quejas de todos los alumnos, pero el profesor no perdió la calma, y se mantuvo en su semblante serio de siempre.

- Antes cuando entré en la clase alguien me robo las llaves, y, dado que no sé quien ha sido, estáis todos castigados.

- ¡YO SE QUIEN HA SIDO! ¡HA SIDO ESTA NIÑA! ¡Ya está! ¡Des castíguenos! – Gritó HeeChul, alzándose de la silla y señalando a Jessy. Los demás chicos empezaron a asentir y pedir que le castigasen a ella, pero SooYeon, tras mirar a toda la clase, se quedó de nuevo con la vista fija en HeeChul, y luego miró al frente, como si hablase para todos.

In dubio pro reo.

- ¿Qué? – Chilló HeeChul

- Significa que ante la duda, hay que declarar al acusado inocente. – Los chicos se giraron a mirar a KiBum, que juntaba las yemas de los dedos.

- Vaya, un hombre que piensa – Dijo Jessy

- No sé que “hombres” conoces tú, niña, pero somos muchos los que pensamos. – Dejó a la niña con la boca abierta, cosa que provocó una ovación por parte de los chicos, que empezaron a corear su nombre. Hasta que se dieron cuenta de que eso significaba que seguían castigados.

- Exacto, como bien han dicho, no tengo pruebas contra nadie, así que estaréis todos castigados hasta que salga el culpable y confiese.

- ¡Pero eso es injusto!

- ¡No nos puede castigar a todos por culpa de esa niña!

- ¿Porquéestaístanseguros de que hasidoella?

HeeChul arrojó su estuche a la primera fila, dándole a Tiffany, en lugar de Yoona, que era su objetivo. Ellas se quejaron y Jessy tiró la silla de HeeChul hacia él, haciéndole caer de espaldas contra la mesa de HyoYeon. JongWoon, a su lado, se apartó hacia la mesa de KiBum. La señorita YangMi, que estaba en la puerta contemplando la escena, se acercó a HeeChul escandalizada y le ayudó a levantarse.

- ¡Y-ya está bien! Kim HeeChul, ¡castigado!

- ¿¡QUÉ!? ¿Por qué me castigáis a mí? ¡Si la ladrona es ella! – La profesora se quedó sin saber que decir, aún sujetando el brazo de HeeChul.

- YangMi, - pero el profesor bajó de la tarima y se acercó a ellos. – HeeChul, siéntate. – Él obedeció enfurruñado.

- ¡ESTO ES INJUSTO!

- ¡ESCUCHAD BIEN, NIÑOS Y NIÑAS: ASÍ ES COMO VAN A IR LAS COSAS ESTE CURSO, ASÍ QUE OS ACONSEJO QUE OS ACOSTUMBREÏS LO ANTES POSIBLE! – YangMi se sentó en su pupitre, aún asustada por el grito de su compañero. – HeeChul, pide perdón a Tiffany y a YoonAh. – Él apretó los labios mirando insistente al maestro, pero al final desistió y pidió disculpas a desgana. – Bien. Ahora os dejaré con la señorita YangMi, pero os advierto: estoy trabajando en mi despacho, justo aquí en frente, CADA GRITO QUE OIGA será una semana más de castigo. ¿QUEDA CLARO? Bien.

“Menudo curso de Mierda.”

 

Cuando RyeoWook llegó a su casa, subió rápidamente las escaleras y se encerró en su habitación. Fue tan silencioso y tan veloz que sus padres no se dieron cuenta de que estaba allí.

Se acercó a su cama y levantó el colchón con ambas manos, luego lo sujeto con solo una, sacando una libreta de allí. Se aseguro de que la puerta estaba cerrada y la abrió. “Las aventuras de Fly y Jones” leyó, escrito de su puño y letra. Había pequeños bocetos suyos por toda la parte escrita, en la que se veía a sus personajes vivir increíbles aventuras por todo el mundo.

Su madre le llamó para cenar mucho más tarde, cuando ya había reparado en su presencia. Preguntaban a menudo por el colegio pero él no tenía nunca nada que contarles. No se relacionaba prácticamente con nadie; al contrario; la gente solía meterse con él. Pero recordaba una vez, como si hubiese sido un sueño, en el que un niño salió a defenderle, pegándose con los cuatro chicos que trataban de hundir su cabeza en un retrete. Desde ese día había sido su héroe y le espiaba en secreto. Alguna vez incluso llegó a seguirlo hasta casa.

Siempre quiso hablar con él, pero le daba demasiada vergüenza. Pero ahora, ahora que estaban en la misma clase, quizás las posibilidades aumentaban. “A lo mejor, hasta nos hacemos amigos... ¿Qué pensará de mis historias?”

- ¿Has hecho algún amigo nuevo? ¿Cómo estaba JongWoon? – Estaba cenando con sus padres en el comedor. Había estado tan absorto en sus pensamientos que ni se había dado cuenta de que el tiempo pasaba mientras se duchaba. Solía ocurrirle.

- Sí, hay un par de chicos nuevos y son muy simpáticos. JongWoon está bien. Estuvo de viaje este verano; ha estado en Tailandia. – Su madre le sonrió complacida.

- Podrías invitarle algún día a casa.

- Es que hace muchos extraescolares, mamá. – y añadió riendo – Seguro que este curso también se apunta a un montón de cosas.

- Podrías apuntarte a algún club tu también. – Dijo su padre, alejando un momento la vista del televisor – No te vendría mal hacer un poco de ejercicio... podrías hacer algún deporte. ¿Está JongWoon en el equipo de futbol o en el de baloncesto?

- Em... creo que estaba en el de baloncesto, sí.

- ¿Cómo que crees? – Dijo la mujer riendo. Se veía linda cuando sonreía de aquella manera y bromeaba - ¿Qué clase de mejor amigo eres? Deberías ir a animarle cuando hiciese algún partido.

- Sí... sí pero es que como íbamos fuera los fines de semana nunca podía.

- Bueno, ahora que la torre está de reformas, podrás quedar con tus nuevos amigos los sábados. ¿Ok?

- ¡Genial!

 

HeeChul cenaba aquel día solo con su hermana y su madre, pues su padre tenía el turno de noche. Le costó dormirse pensando en la odiosa de Jessy y el maldito profesor AhnChul que les había castigado a todos, así que se levantó y salió de la casa a escondidas.

Fue al edificio de SiWon y empezó a lanzar piedras a su ventana.

- ¡Hee...HeeChul! ¿Estás loco? Despertaste a mi hermana. Menos mal que pude hacerla dormir de nuevo antes de que despertase a mis padres. ¿Qué diablos quieres?

- No puedo dormir, baja.

- ¿Qué? ¡No es mi problema!

- ¡Oh, vamos!

SiWon miró al interior de su habitación, inmaculada y perfectamente ordenada, sumida en la oscuridad. HeeChul y él apenas se miraban en clase, pero al ser vecinos, se veían muy a menudo; a veces iban y venían juntos del colegio, y cuando los padres de HeeChul no estaban o al revés, los de SiWon, iban a cenar con sus respectivas hermanas a la casa del vecino, así que, de hecho, se podría decir que eran amigos. Amigos secretos, por eso.

- Mañana tendremos que ir pronto a clase. – SiWon al final bajó, y se sentaron en su portal mirando a las casas de enfrente.

- Esa niña... es un fastidio. – Decía toqueteándose los cordones – No entiendo a ese profesor; está claro que fue ella.

- Supongo que quiere asustarnos a todos. – “A los niños como tú, especialmente.” – Tendrás que portarte mejor este curso. – dijo algo molesto. Realmente, el comportamiento de HeeChul en clase era malo para el rendimiento del grupo; siempre estaba interrumpiendo, levantándose o molestando a niños y profesores.

- Sí.

- No, sí no. Tienes que prometerlo.

- Lo prometo... – dijo con desdén. SiWon se levantó apoyándose en sus rodillas. HeeChul alzó la vista asustando, porque pensaba que se había enfadado.

- Tengo sueño. Nos vemos mañana.

- Vale, adiós.

Notas finales:

Fichas del profesor AhnChul:

KIM HyoYeon

22 de septiembre 1989. Hermano pequeño en primaria (KIM MinGu). Tipo de sangre: AB (Peligrosa?)

Clubs a los que se inscribió: Club de Tenis, Club de Química, Club Tecnológicos, Club de Informáticos, Asociación de Seguridad y Salud, Club de Baile, Club de Debate, Club de Literarios, Banda de Musica, Club de Cocineros.

Castigos: 0

Faltas: 13 (Justificadas por enfermedad)

Promedio de notas: 8,9 

Delegada de curso por tercera vez consecutiva el año pasado. Cuatro veces presentada para candidata en el Consejo Escolar. 

Premios interescolares en: Ensayos literarios (2 veces), Campeonato de Tenis (1 vez), Mejor planteamiento científico escolar (1 vez ganadora, 2 segundos puestos).

Opinión:

Obsesionada con el éxito. 

 

¿Qué les parece? Comenten y subiré nuevos capítulos!! ^^


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