Capítulo 2. Castigos y hermanos
Día 1 de castigo. Martes.
Era la hora del patio y se escuchaban gritos y risas por todas partes; tanto de las ventanas como por los pasillos, pero en la clase de primero C, el silencio era tal que hasta se escuchaban las páginas del libro de SiWon cuando las pasaba. De vez en cuando HeeChul se removía, haciendo ruido con la silla, o de repente se reía histéricamente por alguna cara que le hacia DongHee, pero, aparte de eso nada más.
Día 2 de castigo. Miércoles.
Durante las horas de clase, sobre todo en las dos horas de historia que tuvieron aquel día con el profesor AhnChul, pudieron ver las dotes de HyoYeon en cuanto a nemotécnica, la técnica al memorizar datos y hechos que no tenían la menor importancia y/o relevancia en el presente. SiWon le seguía de cerca, pero parecía que la chica se había estado estudiando el libro de texto durante el verano solo para superarle.
KiBum, por el contrario, demostraba su facilidad por comprender la lógica matemática, al igual que SooHyun, junto a DongHee en la última fila, además, los tres tenían un gran vocabulario, y disfrutaban y participaban muy activamente en las clases de lengua y literatura.
Todo ese chorro de potencial se veía completamente anulado a la hora del recreo, en que el silencio reinaba nuevamente.
HyukJae se sentía aislado en su pupitre. Estaba en la tercera columna, junto a las ventanas, pero Sunny era la que estaba junto a la pared, a medio metro de ella, de forma que él sólo podía ver el cielo, y no pasaba nada por allí, salvo un par de pájaros en la lejanía. Detrás de él estaba DongHee con SooHyun, y lo único que hacían era pasarle notas a JungSoo o adelantar deberes conjuntamente. Frente a él estaba KiBum, y él le daba miedo, mientras que a su lado, RyeoWook, se pasaba el rato leyendo o mirando su libreta con resignación.
Se encontraba en un delirio a causa del aburrimiento, cuando de repente se fijó en DongHae, en la columna del medio, también dando al pasillo entre los pupitres. Estaba haciendo unos dibujos en la esquina del libro de historia, y cuando los pasó rápido, vio que era una animación corta de un chico jugando a futbol. Él sonrió al ver aquello. Era tan sencillo que le pareció maravilloso. Hae se dio cuenta de que le miraba y también le sonrió, pasándolo de nuevo, esta vez para que lo viese bien.
- ¡Qué chulo! – JongWoon, delante de Hae, se giró para verles, y eso provocó que la señorita YangMi se fijase en ellos.
- Silencio. HyukJae, haz tus deberes; JongWoon, céntrate en tu mesa.
Día 3 de castigo. Jueves.
En las dos primeras horas tenían gimnasia, así que en lugar de ir hacia clase, fueron directamente al edificio deportivo.
- Deberías decir que lo hiciste – HyoYeon se sacó la ropa, se cambió y empezó a trenzarse el pelo. - ¿Me escuchas?
- Pero Hyo, si sale la van a expulsar – Dijo Sunny. Jessy seguía cambiándose sin decir nada.
Entraron YuRi y SooHyung, así que dejaron de hablar del tema, aunque Queen la miraba significativamente. “¿Qué más da? Si saben que has sido tú.” “No lo entiendes; si se enteran mis padres me van a mandar a otro instituto.”
- SooYeon – Las cuatro chicas, incluida Jessy, se giraron a mirar a TaeYeon, que ya se había cambiado de ropa y estaba lista para salir, con su coleta y todo. Hablaba muy seria y eso les sorprendió, porque normalmente ella se veía alegre e infantil – No es justo que por tu culpa nos hayan castigado a todos.
- ¿Estás acusando a Jessy de algo, Mariposa? – Fany salió en su defensa, pero las demás no la apoyaron, ni siquiera Yoona. Tae seguía hablando seria, mirándola directamente a los ojos.
- Ya lo tenemos difícil para que los chicos se adapten a nosotras en clase como para que les pongas aún más en contra con estas tonterías. – Cruzó los brazos mirándola – Estoy harta de la gente como tú: dijiste que HeeChul actuó mal con esos chicos, y es verdad, pero tú no eres muy distinta a él; Eres una egoísta.
- Esonoesverdad, Jessynoesunaego-egoista. – Ella miraba a Tae frunciendo el ceño, pero luego bajó la mirada. Yoona miró a Jessy, suplicante - ¿Verdadqueno? Loestashaciendo paraqueno nos castiguenatodas.
- Eso no es cierto. – Se giraron todas hacia SooHyun, que se acercaba atravesando el vestuario hacia la puerta. Ella no solía hablar mucho nunca, excepto en literatura – Lo está haciendo solo para demostrarle a HeeChul de lo que es capaz.
- Bien pues ya lo has demostrado; ahora reconoce que fuiste tú antes de que los chicos se pongan en contra de todas.
TaeYeon abandonó el vestuario dejándolas a todas en silencio. YuRi les echó una mirada antes de salir tras de ella, al igual que SooHyun, aunque ella salió algo alejada; no es que se llevase especialmente bien con ninguna.
Jessy fue la última en salir. “Ahora ya han pasado tres días... si salgo ahora... ¿Cuántos días me van a expulsar? No creo que dure mucho el castigo, claro que... robar a un profesor es una falta grave... Pero, por otro lado... No...”
SiWon escuchaba el repicar de talón de HeeChul detrás de él. Le ponía nervioso pero trataba de concentrarse en el libro de texto. Estaba avanzando temario porque ya no tenía más deberes que hacer. El pupitre junto a él seguía vacio.
- ¿Puedo ir al baño? – Al levantarse SooYoung de su mesa le miró de reojo. Se sonrojó y se giro de nuevo, concentrándose en el libro.
Pasó por delante de su pupitre hacia la puerta, ondeando su falda a la altura de sus ojos.
- ¿Puedo ir al baño? – YangMi miró a Jessy y dudó.
- Ves luego.
Pero al volver ella, se quedó. La señorita salió un momento para ir a tomarse un café mientras los chicos seguían ahí muertos de asco en sus pupitres.
HeeChul agitaba la pierna nervioso. La tensión se podía cortar con un chuchillo. Hasta que ya no pudo más.
- ¡ESTOY HARTO!
Saltó tirando la mesa hacia delante, obligando a SiWon a salirse de su sitio. Jessy se asustó, tirándose hacia la pared, viendo la mirada encendida de HeeChul.
- ¡Eres una niñata estúpida! ¡Por tu culpa nos han castigado a todos! ¡Reconoce de una vez que fuiste tú! – La clase calló esperando su respuesta, pero Jessy negó con la cabeza con el ceño fruncido.
- No voy a hacer tal cosa.
- Muy bien.
Se alejó hacia el lado contrario de la clase, atravesándola por la tarima. Pasó una pierna por la ventana y se giró hacia la chica de nuevo, ignorando a los niños que se escandalizaron.
- O lo reconoces, o me tiro.
- No vas a tirarte – Dijo ella con suficiencia.
Pero HeeChul pasó la otra pierna, quedado sentado mirando al patio: era una caída de 5 pisos. JungSoo y DongHee se levantaron nerviosos de sus sillas, junto con TaeYeon, SiWon, SooYoung, Han y, prácticamente toda la clase, excepto HyukJae, DongHae y RyeoWook, que estaban en shock.
- ¡Estúpida! ¡Va a tirarse! – gritó LeeTeuk. Ella seguía junto a su pupitre, aunque se levantó
- No lo hará, no es tan idiota.
- ¡Vas a ver lo idiota que soy!
Se giró quedando apoyado en la repisa y agarrándose al interior de la ventana, de pie, dando la espalda al exterior. Jessy le miraba con los ojos como platos, sin saber qué hacer ni qué decir.
- ¡Jess, di que fuiste tú! – Hyo la cogía y la sacudía por los hombros
- ¡Pero me van a castigar!
- ¡Nos han castigado por tu culpa, no nos vengas con esas ahora! – Le escupió SiWon, y luego corrió hacia la ventana
- ¡NO OS ACERQUEÍS! ¡SI ALGUIEN SE ACERCA SALTARÉ! – SiWon se detuvo en seco, alejándose tan solo un paso, al igual que JungSoo y DongHee, que se giraron a mirar a Jessy, al igual que el resto de la clase. – ¡SooYeon, confiesa!
Ella le miró, sin decir nada, con la boca abierta pero incapaz de pronunciar una sola palabra, así que, ante la mirada escandalizada y los gritos de terror de los chicos, HeeChul se soltó de una mano, quedando balanceándose, como si estuviese cogido a la barandilla de la escalera, solo que aquí estaba a cinco pisos del suelo. Jessy miró aquello también escandalizada y blanca como el papel; por un momento todos creyeron que caería.
- ¡ESTA BIEN, ESTA BIEN! ¡FUI YO! ¡YO ROBÉ LAS LLAVES! ¡AHORA ENTRA!
HeeChul se quedó mirándola un rato en silencio. La chica se había acercado hasta menos de dos metros de él, más cerca que los otros chicos que se habían alejado cuando él lo ordenó.
Pero cuando el chico fue a cogerse de nuevo, uno de sus pies resbaló, y cayó, haciendo levantar a todo el mundo al mismo tiempo que él desaparecía de su vista.
Al abrir los ojos de nuevo, HeeChul se encontró aún colgado de la ventana. No se atrevía a mirar a bajo, pero se sentía las piernas también colgadas, sin nada alrededor donde apoyarse y darse impulso para subir. Estaba únicamente cogido con una mano a la repisa donde hacia escasos segundos tenía sus pies.
- Te tengo, cógeme la otra mano. – YoungWoon, el chico fuerte de taekwondo le había agarrado por el brazo y le alargaba la mano. Él trató de alcanzarla, pero estaba paralizado por el miedo.
- ¡HeeChul, cógele! – JungSoo también estaba junto a él
- ¡Dame la mano HeeChul! – SiWon también, casi saliéndose para agarrarle por la axila. - ¡Mírame! ¡No tengas miedo, coge mi mano!
Alargó la mano haciendo un esfuerzo inimaginable, hasta que él se la estiró hacia arriba, y YoungWoon le cogió por la axila, también levantándole.
Cuando por fin lograron meterlo en la clase, se quedó a cuatro patas en el suelo, abrazado a LeeTeuk y ShinDong. SiWon se alejó hacia su pupitre, retrocediendo lentamente, mientras que SooYeon seguía exactamente en el mismo sitio, mirando al suelo, donde HeeChul cogía aire recomponiéndose de aquello.
En ese preciso instante, el profesor AhnChul y la señorita YangMi entraron.
- ¿¡QUE HA SIDO TODO ESTE ALBOROTO!?
HeeChul, aún en el suelo, miró de reojo a Jessy, junto al pupitre de HanGeng, que también la miraba. Dio un repaso a toda la clase, y todos, de pie o sentados, miraban hacía ella. La profesora YangMi entró y fue corriendo a socorrer a HeeChul, comprobando que no tenía nada.
- ¿¡Que hacía en la ventana!? ¿¡Eh!? – él seguía mirando a SooYeon, que empezó a girarse hacía el profesor AhnChul.
- Yo... yo robé sus llaves, profesor. – Se las sacó del bolsillo de la falta y las dejó caer en su mano. Sonó el timbre de fin de recreo.
- Muy bien. – se miró el reloj de pulsera y luego abrió la puerta de par en par. – Todos al recreo; tenéis una hora. Ya adelantaremos el temario otro día. Todos excepto tu.
Hyuk salió corriendo como un loco. Bajaron las escaleras a toda prisa, como una estampida, encontrándose con todos los demás, que iban en dirección contraria. Llegaron al patio y, por primera vez, se pusieron a jugar todos juntos. Tenían una hora para hacer una liga de futbol; no había un solo segundo que desperdiciar. Las chicas, por su lado, decidieron quedarse al margen, sentadas bajo los árboles. Sunny, Tiffany, YoonAh, HyoYeon y SooYoung se quedaron bajo el mismo, mientras que las otras tres se quedaron alejadas comiéndose unas galletas que traía TaeYeon.
Jessy las miró a través de la ventana, en la clase.
- SooYeon
- Por favor, llámeme Jessica. – AhnChul, sentado en la mesa de profesor, hizo una mueca y luego suspiró. Abrió el archivo que tenia frente a él y empezó a escribir con su bolígrafo lacrado azul. Ella se alejó un poco de la ventana. - ¿Va a llamar a mis padres?
- Sí. – Ella suspiró, y miró de nuevo hacia las chicas en el patio – Ven, acércate.
Leyó el papel que le pasaba, donde se explicaba a sus padres que sería expulsada durante tres días por una falta grave y además sería castigada. Ella le miró tras darle un repaso.
- ¿Qué castigo?
- Dado que te gustan las llaves, he estado pensando (porque sí, he tenido tiempo) y creo que te voy a convertir en portera por un par de semanas; tendrás que ir a abrir a los profesores. Me temo que estarás ocupada con ello; evidentemente si llegas tarde a clase tendrás un retraso, y si casualmente alguna puerta queda abierta a la hora de cerrar, serás doblemente castigada. – ella bajó la cabeza a sus pies – Cerramos a las 8. Tendrás que acompañar al conserje por su ruta.
- ¿¡A ese manatí!?
- Sí. A ese. – AhnChul contuvo su risa, pues realmente aquel hombre gordo y bigotudo parecía un manatí. – Además, tendrás que pedir disculpas a tus compañeros ahora cuando vuelvan. Por culpa tuya han estado castigados, y ya sabes lo que hay que hacer cuando uno se porta mal, ¿verdad...?
Hyuk corría de delantero hacia la portería, HeeChul fue a acercársele a robarle la pelota; le dio miedo su semblante decidido, pero al último momento se frenó, haciendo que él derrapase delante suyo, y le pasó la pelota a su compañero de equipo, SungMin, que marcó el gol. Hae, que estaba de portero en el equipo contrario, tomó la pelota y la lanzó a HeeChul, que esperaba a medio campo. Era la primera pelota que conseguía desbancarle; se las paraba todas, y cuando ShinDong se cambió por él y salió a jugar, se las tuvo que ver con Hyuk, y SungMin prácticamente solo, pero el chico regateaba con estilo, y conseguía dejarles atrás casi sin que se diesen cuenta. Estaba claro que tenía un don para aquellas cosas.
La profesora YangMi les observaba desde la sombra, en el portal del edificio. Parecía contenta de verles jugar juntos, así que les dejó diez minutos de más para hacer la final.
- Eres muy bueno con el balón. – Hae se giró hacia LeeTeuk. Estaban casi todos en el baño, sudados, mojándose la nuca y la cara para refrescarse.
- Gracias.
- Deberías apuntarte al equipo. – Siguió diciendo, a la vez que se alejaba con HeeChul. Hyuk le miró con una sonrisa.
- Es la primera vez que te hablan, ¿eh? – Lo decía para hacer la broma, pero DongHae frunció el ceño y se fue - ¡Oye... espera! - Lo agarró por la camiseta, pero él se soltó bruscamente – P-perdona... ¿Sabes? Tienes suerte: ahora siempre te elegirán para ir con ellos en gimnasia.
- ¿Y eso es tener suerte?
Se fue hacia la clase dejándole así. “¿Querrá realmente estar solo? Qué raro es, encima que trato de ser amable...”
SungMin salió del baño en ese momento y fue hacia él riendo, pues había oído la conversación.
Jessica llegó tarde a su casa aquel día, pues tuvo que acompañar al manatí a dar la vuelta por todo el edificio.
Al abrir la puerta de la casa recibió un capón de su hermana.
- ¿Estás saliendo con algún chico...? – dijo con una sonrisa, chismosa. La chica hizo una mueca
- ¿Eh?
- ¡Jessica!
- Mamá está muy enfadada; la han llamado del colegio. – Le quitó la mochila y la subió a su cuarto. Jess miró a su hermanita subir pesadamente por la escalera, ya que cargaba con su mochila.
- ¡JESSICA! – Bajó la vista de nuevo al suelo. Fue hacia la cocina, donde su madre le esperaba con la cena. Se sentó sin decir nada. - ¿No tienes nada que decirme?
- Nooo
- ¡Han llamado del instituto! ¡Te han castigado! ¿¡Que has hecho!? – ella había empezado a comer; se moría de hambre.
- ¡Nada...!
- ¡Cómo que nada! Ya verás cuando se entere tu padre... – La mujer se levantó y empezó a lavar los platos.
Subió a su habitación y se dejó caer en la cama. Su hermana Kristal estaba ahí, haciéndole la manicura a una muñeca. Ella la miró y se acordó de SooYoung, que desde que empezó el curso se maquillaba todos los días (vamos, desde el lunes).
Cogió su almohada y la apretó contra su cara. Sintió que le cogían de la mano, y se incorporó.
- ¿No quieres que te las pinte? Te quedarían muy bien.
- No.
- Así no vas a casarte nunca.
- Yo no quiero casarme. – Su hermana suspiró viendo como volvía a esconder la cabeza.
- Pasó Sunny antes por aquí ¿Es verdad que te han castigado? ¿Qué has hecho?
- Ah... nada, yo no hice nada, fue un niño de mi clase
- ¿Entonces porque te han castigado a ti?
- Confesé.
- ¿Qué? ¿Por qué?
- Un idiota – bajó la voz de repente – dijo que si no confesaba se tiraría por la ventana...
- No digas palabrotas
- Aish... perdón... – La niña le sonrió, volviendo a concentrarse en su “clienta”.
“¿En qué estaría pensando? ¿De verdad iba a tirarse? Esta como una cabra; los rumores acerca de él eran ciertos: llega a donde sea con tal de salirse con la suya. Maldita sea, me ha ganado; me ha ganado en mi propio juego. Que rabia.” Se levantó de repente y empezó a vestirse de nuevo, cogiendo su gorro de ganchillo de las orejas de gato.
- ¿Dónde vas?
- Me voy a ver a Sunny, no tardaré.
- Pero... papá se va a enfadar si ve que no estás – Ella le guiñó el ojo
- Sólo será un momento; llegaré antes que él, no te preocupes. – Se acercó al a niña y le alejó la muñeca de las manos.
- ¡Espera! Aún no la he acabado de poner guapa
- No se casa hasta dentro de tres días, aún tienes tiempo – dijo acercándole el pijama
- Ella no se casa... se casa su amiga Nina
- Pero eran tres días, ¿verdad? – la pequeña asintió. Verdaderamente lo se lo había planteado, pero aceptaba cualquier propuesta, sobre todo si estaba cansada. – Entonces dile adiós y la guardas.
- Vete ya; si no cuando salgas papá ya estará volviendo – Se ajustó bien el gorro y se miró en el espejo. Abrió la ventana y comprobó que no había nadie por allí. – Parece que vayas a atracar un banco...
- ¡Adiós!
JongWoon dio un salto de la cama, lanzándose sobre el escritorio justo a tiempo para apagar el despertador antes de que sonase. Le encantaba hacer eso; se sentía como un agente secreto. Sonrió complacido por el éxito de su misión, y luego se acercó al terrario de las tortugas. Seguían dormidas pero pronto despertarían, así que fue hacia la cocina, cogió una manzana y un cuchillo y volvió a la habitación. Su hermano se removió en la cama, mirándole, pero no dijo nada mientras él pelaba y cortaba la manzana, dando pedazos a las tortugas.
- ¿Quieres un poco? – torció el brazo ofreciéndole a su hermano, que estaba tumbado detrás de él.
- No.
La puerta de la habitación se abrió de golpe, dándoles un sobresalto. Era su madre, toda despeinada con su camisón azul cielo de algodón.
- ¡Despertad y arriba! ¡No lleguéis tarde...! – Se alejó como un zombi hacia el baño a lavarse la cara. YeSung se giró rápidamente hacía su hermanito, levantándole.
- Vístete, venga. – dijo entre dientes.
- No quiero ir al colegio
- Pero tienes que ir. Venga.
Lo levantó y lo sentó en la cama. Fue hacia el armario y le preparó la ropa, dejándosela sobre los pies de la cama. Él empezó a vestirse lentamente, mientras Yeye corría hacia la cocina con el cuchillo, lo lavaba y lo guardaba en su sitio. Llegó a la habitación de nuevo cuando su hermano JongJin ya estaba atándose los zapatos y su madre salía del baño.
- ¿¡Qué haces aún así!? ¡Vístete!
- Voy mamá.
- Y lleva a tu hermano al colegio... Lo acompañas hasta la puerta
- Sí...
Se alejó por el pasillo para preparar el desayuno de los chicos mientras JongWoon se vestía a toda prisa y terminaba los deberes. Sin querer JongJin le tiró un poco de leche sobre los papeles, así que tuvo que secarlos con el secador antes de que su madre entrase para ducharse.
Llegaban justos de tiempo al colegio, pero el pequeño insistía en que le acompañase hacia la puerta, así que no tuvo más remedio que ir.
- ¡JongJin...cabezón! – JongWoon miró a aquel niño y luego a su hermano, que bajaba la vista.
- ¡Cabezón! ¡No vas a entrar por la puerta!
- Eh, cabezón, ¿Por qué llevas esa ropa? Claro, no te entra ninguna camiseta normal, ¿verdad? – se adentraban en el edificio riendo.
- ¿Siguen molestándote? – él los miraba con el ceño fruncido, pero su hermano le giró la cara, haciendo que desviase la mirada - ¿Por qué no me lo dijiste?
- ¡No! ¡No les digas nada, por favor!
- No voy a dejar que se rían de ti
- ¡Me da igual, de verdad, me da igual...! – YeSung cogió a su hermano por los hombros y lo miró con una sonrisa.
- Venga, ves y pórtate bien. Te vendré a buscar luego, ¿vale?
Se alejó andando tranquilamente aunque ya había sonado el timbre, y cuando se aseguró de que su hermano ya no miraba, echó a correr.
Cuando entró en la clase ya estaban todos allí sentados, y la señorita YangMi ya le había puesto la falta. Escuchó a JungSoo comentar su falta de puntualidad, y unas risas de sus dos compañeros. Se sentó en su sitio y sacó su libro de lengua, aunque realmente estaba mirando por la ventana. De nuevo RyeoWook le estaba mirando.
“¿Me habrá visto?” Se escondió rápidamente tras la figura de KiBum, que le miró extrañado.
- Muy bien, HyoYeon. – Ella sonrió y miró con odio a la nuca de SiWon, en la primera fila.
“De este año no pasa; ¡Choi SiWon, voy a quitarte el puesto en el Consejo Escolar! Me he apuntado a un montón de Clubs otra vez, y seguro que me dejaran dirigir la parte administrativa, además este año es un cambio de ciclo, seguro que te sacan, ya llevas demasiado tiempo. Tus días de reinado llegan a su fin, MUJAJAJAJAJA”
Sus pensamientos diabólicos de dominación mundial se pararon en seco al encontrarse con la mirada inquieta del chico tortuga a su lado.
- Que estás mirando.
- ¿Eh? N-no, nada. – Aún así la chica también se sonrojó, fijando la vista en su libro de nuevo.
HyukJae cambió de brazo en el que apoyar la cabeza, por tercera vez desde que empezó la clase. Se había pasado la noche viendo una película con su hermana Sora y se moría de sueño, además la voz de YangMi era muy relajada y le adormecía. Miró a SungMin, en la última fila. Él estaba atento a su libro y siguiendo la clase, comentando cosas de vez en cuando con LeeTeuk. “Cómo siempre, él ha hecho amigos enseguida... en cambio yo...” Miró a DongHae al otro lado de la separación entre columnas. Justo cuando lo vio, la mejilla de Hae resbaló de su puño, haciendo que su mandíbula se cerrase violentamente al caer sobre la mesa. Él hizo una mueca de dolor, pues se había mordido la lengua, y Hyuk se tapaba la boca con ambas manos, tratando de no reírse.
Cuando se tranquilizó siguió mirándole, esperando que se diese cuenta, pero de nuevo fue ignorado. “¿Por qué será este chico tan poco sociable...? Él juega muy bien al futbol, y le gustan poco las clases. Es todo lo que sé de él, y eso que estuvimos juntos también en cuarto y en tercero. Mm... Aún así parece un buen chico. ¿Por qué será tan poco sociable...?”
- Bueno chicos; ahora que ya es hora de hacer tutoría os informaré de los grupos, clubs y asociaciones del curso. Recordad que os tenéis que unir antes del 20 de octubre. Además deberíamos seleccionar al delegado y subdelegado de clase – al decir eso, tanto SiWon como HyoYeon hincharon el pecho, mirándola fijamente – Os dejo las listas aquí para que apuntéis vuestros nombres. La semana que viene elegiremos al delegado.
La comida no era nada del otro mundo en aquel colegio (como en casi ninguno) pero todos los alumnos adoraban el mediodía en aquel centro, porque tenían prácticamente tres horas enteras para comer y luego hacer lo que les pareciese.
KiBum se terminó rápido su menú, así que se levantó y salió de la cafetería, yendo directo a las escaleras.
Sacó un papel y un lápiz que tenía guardados en el bolsillo del tejano, y se apoyó en la pared para dibujar un plano aproximado del edificio.
Inspeccionó brevemente la planta en la que se encontraba, la 0 o baja, y delimitó en su papel cuanto ocupaba cada sala, el teatro y la cafetería a las dos puntas salientes, y en medio el gran vestíbulo, la cocina, a cafetería de los profesores, la conserjería, el ascensor, los distintos despachos y las dos escaleras.
Subió por la de la derecha e inspeccionó de igual forma la primera planta, que era idéntica a la segunda: cuatro clases de curso y cuatro aulas vacías a lo largo del pasillo, dando a la calle, y en el otro lado, entre las dos escaleras, cuatro despachos de profesores o salas de reuniones. Junto a ellas estaban los baños, y en las dos puntas, sobre el teatro y la cafetería respectivamente, otras dos clases (dos a cada punta) y dos despachos más. Comprobó los carteles de la primera planta: las clases de allí eran los de primero y segundo del Superior. La segunda planta era de tercero y cuarto de Superior.
Llegó a la tercera planta, dónde estaba su clase y las del resto de la escuela Media. La distribución en cuanto a aulas era idéntica que en el primer y el segundo piso, pero su clase era una aula que no correspondía como tal, pues en las plantas de abajo, dónde estaba su clase, lo que había era una aula vacía que se usaba para partir clases o para actividades variables.
“Está claro que nos han querido aislar.”
Marcó en su mapa los datos de interés, como por ejemplo la localización de los laboratorios de ciencias (uno en la primera planta y otro en la tercera), el taller de tecnología (uno en la primera y otro en la segunda) y el de plástica (en la segunda).
Miró las escaleras que subían a la cuarta planta con un vivo interés.
Aquella era totalmente distinta; el aire se respiraba distinto también. Era donde estaba el despacho principal del director y la sala del claustro y la de reunión del Consejo Escolar. Pero también tenía el aula de música y la segunda aula de música, marcada con un letrero de color azul. Le pareció curioso ver luz a través de las ventanas altas que había en la pared, casi tocando al techo.
- Pues dicen que le besaste – dijo Tiffany. Queen sacudía la cabeza agitando su pelo ondulado
- No es verdad; yo estaba con el chico del hostal, ¿Cómo iba a besarle?
- Eres capaz – HyoYeon las hizo reír a todas con su comentario, excepto a SooYeon - ¿Estás bien Jess?
- ¿Mm?
- Parecesalgo distraída – dijo YoonAh. Sunny se tumbó a su lado y se sonrieron.
- Yoona... habla bien... – repitió Hyo
- S-sí, perdona... esque mepongo nerviosa. – ellas rieron de nuevo, mirando a Jessy que hablaba, hasta que se percataron de que KiBum estaba en la puerta, dejando de reír, mirándole. Aún así, Jessy, que estaba tumbada en el suelo, seguía hablando sin darse cuenta de nada
- Es que ahora mi madre me ha castigado sin ver la televisión durante un mes, y seguramente tampoco no me deje salir ni me dé paga; además tengo que hacer ese rollo de las llaves todos los días y me hace llegar muy tarde a casa, y por si fuera poco me darán un montón de deberes para hacer los días que me expulsen.
- Eso te pasa por robar.
Dio un bote levantándose de golpe del suelo. KiBum estaba allí mismo, avanzando hacia ellas. Había cerrado la puerta tras él, y se acercaba al piano de cola negro.
- ¿No irás a echarme, verdad, SooYeon?
- Me llamo Jessy. Y por supuesto que te voy a echar
- ¿Estás segura de que es una buena idea? Estás usando las llaves para fines no reglamentarios; te lo explicaré mejor por si no me has entendido: No deberías estar aquí, ni tu ni ellas. – Ella hizo una mueca de rabia al ver que él sonreía tranquilamente – Así que es mejor que no me echéis ni nada, porque, si lo hacéis, a lo mejor se me ocurre ir a contárselo al profesor AhnChul...
KiBum se quedó allí tocando el piano, y Queen y Sunny fueron allí a verle. Tiffany también iba a ir, pero se quedó junto a Tae, Yonna y Jessy junto a la larga pared de espejo.
“Maldito profesor AhnChul y maldito manatí...” El hombre se alejó por el pasillo con una linterna. Jessy miró a su alrededor mientras cerraba la puerta. El colegio de noche daba mucho miedo. Pasó por conserjería y le dejó las llaves allí. “Por fin llegó el fin de semana... maldita sea...”
Cuando salió del edificio vio que en la zona deportiva aún había luz, pero al pensar en ello, esta se apagó. “Habrán acabado los entrenamientos ahora...” Se acordó de repente de algunos chicos mayores y le entró curiosidad.
Ahora habrían crecido y se verían todos aún más guapos que antes. SooYoung (Queen) había salido con algunos antes, pero parecía que este año no le interesaba ninguno. Al acercarse a la pista cubierta, comprobó decepcionada que el entrenamiento había acabado y ya estaban todos en los vestuarios. Fue hacía allí un poco indecisa, sabiendo que estaba haciendo una locura, pero algo la detuvo a medio camino.
En la oscuridad, tras el imponente edificio dónde estaba la piscina, se escuchaban las quejas de unos niños.
Se acercó allí con una escoba que encontró tirada, y vio a un chico pegando a unos niños de primaria. Les estaba dando una paliza.
- ¡Eh! ¡Vosotros! – Se abalanzó sobre el mayor, golpeándole en la espalda. Cayó al suelo, pero luego se alzó de un salto, tirándola a ella al agarrarle la escoba. Al incorporarse y mirar, descubrió la cara de YeSung iluminada por una de las farolas más cercanas - ¡T-tortuga...! – Se levantó aprovechando que él estaba en estado de shock - ¿¡TE SIENTES MEJOR PEGANDO A LOS PEQUEÑOS!?
- ¡Se lo diré al director! – uno de los niños se levantó del suelo y se fue corriendo, seguido de los demás. - ¡Tortuga! – Los chavales huyeron insultándole, atravesando todo el patio hasta llegar a la calle.
YeSung se limpio las manos y la nariz, que le sangraba, se alejó de nuevo a la oscuridad, cogió su bolsa y se acercó de nuevo a Jessy, que seguía allí plantada.
- No es asunto tuyo.
- ¿Por qué estabas pegando a esos? Eran de cuarto de primaria.
- No es asunto tuyo.
- En lugar de pegarles a ellos deberías pegar a HeeChul. – él, que ya estaba yendo hacia la salida, se giró estupefacto al oír aquello. - ¿O no es por eso que les pegaste? Porque estás harto de que se metan contigo.
- No, no era por eso.
- ¿Entonces por qué?
- Ya te he dicho que no es asunto tuyo Jessica. Hasta mañana. – respondió todo serio.
- ¿En qué mundo vives, tortuga? Mañana es sábado. – él se sonrojó, pero por suerte le daba la espalda.
“Ahora que había quedado tan bien... como los héroes de las películas...Estúpida niña.”