.:TENSHI NO SHINDEN:. By Hokuto
Prólogo
Le encantaba ir al cementerio.
Tanta paz....
quietud...
silencio....
Ese día hacía calor, a pesar de estar recién entrando a la primavera. Veía a las lápidas moverse suavemente como banderas al viento por efecto de la reverberación. La vegetación entre ellas era salvaje... olvidada por el jardinero que poca importancia le daba a las malas hiervas que crecían entre el mármol... que cubrían a aquel lugar de descanso. Flores marchitas... muertas, como todo lo que estaba allí, seguían en los jarrones llevando sus mensajes al olvido.
Miró a la puerta, hasta el viejo cuidador parecía un cadáver. Kaze se preguntaba que diablos podía cuidar en ese estado. Cuando atravesó las rejas del cementerio, una ráfaga de aire caliente lo invadió dejándolo unos segundos sin aliento. Siguió caminado por el largo pasillo de cipreses, aquellos altos y majestuosos árboles de la muerte. Las cruces se alzaban a los costados del camino, eran de todos los tamaños y formas. Observaba también las lápidas al pasar... incluso hasta en la muerte la distinción entre clases sociales era notable. Mientras que en la senda principal no se veían más que inmensas glorietas y bellas estatuas de ojos melancólicos, en las zonas más olvidadas estaban aquellas tumbas sencillas con solo una placa de mármol rodeada de pasto mal cuidado. …l muchacho sabía perfectamente que terminaría en una de esas pero la idea no le parecía del todo mala.
-Un lugar... para descansar... – murmuró.
Hacía mucho tiempo que estaba solo... que sentía que cada vez se alejaba más del mundo y se adentraba más en sus pensamientos...
Llegó hasta el banco de piedra en el que siempre se sentaba. Siempre estaba vacío, como esperando por él para ocuparlo. Se sentó, sacó de su mochila un block de dibujo y un lápiz y empezó a bocetar.
Allí todo parecía inspirador. A Kaze le encantaba el rock, el j-pop y todas esas cosas pero así como disfrutaba de la música a todo volumen también disfrutaba de la calma.
Era un muchacho alto, de cabello negro bastante desprolijo y ojos oscuros y profundos como la noche. Le gustaba la onda dark pero no era muy extremista. Llevaba una remera negra holgada con unos kanjis en blanco, un jean, una cadena de pequeñas esferas metálicas y tenía una caravana en la oreja derecha.
-Arggg esto no me sale! – dijo arrugado la hoja y tirándola al suelo con frustración.
Estaba molesto con su repentina falta de inspiración. Tomó de nuevo el block y empezó de cero, esta vez estaba probando un diseño de una glorieta. Fue entonces cuando vio una sombra proyectada en la hoja. Giró la cabeza y se encontró cara a cara con un chico que estaba apoyado en el respaldo del banco y parecía muy interesado en su dibujo. Al darse cuenta de que lo habían descubierto le sonrió. Kaze lo miraba extrañado... ni siquiera le había oído acercarse. El chico no parecía tener más de 15 años. Tenía el cabello claro, sus ojos eran de un tono violeta azulado y su tez blanca. Así a simple vista a Kaze le pareció un ángel.
-Perdón, no quise molestarte, solo quería ver lo que hacías. - dijo el chico cortando el silencio con su voz.
Kaze volvió a lo que estaba sin prestarle más atención, esperando que se fuera.
-Que bueno ese boceto, dibujas muy bien.
-No tan bien como quisiera- respondió Kaze. ¿Todavía seguía ahí?
-¿Puedo ver los demás?- preguntó el chico mirando una pila de hojas en su mochila.
Kaze asintió con la cabeza, y enseguida el chico se sentó a su lado esperando que le pasara los dibujos. Miró entusiasmado cada uno de ellos, todos eran diseños de glorietas o templos. A Kaze le parecía un bicho raro. Era la primera vez que alguien se interesaba en sus trabajos.
-Son muy buenos- dijo el chico devolviéndole las hojas –para qué son?
-Es un proyecto para un concurso- dijo sin ganas de explicar nada más.
-De arquitectura?
-Si.
-Ahhh- dijo con ganas de decir algo más pero no se le ocurría que.
Se quedó un rato contemplando a Kaze dibujar. …l se sentía un poco incómodo... no le gustaba que le observaran mientras estaba trabajando, pero no le podía decir que se fuera.
-Tu nombre es Kaze?- preguntó cuando vio que escribía su firma al final de la hoja.
Kaze afirmó con la cabeza.
-Me llamo Saiki- le dijo como presintiendo que él no iba a preguntárselo. -No... te había visto antes por aquí- continuó haciendo círculos con el pie en la tierra -¿vienes seguido?
Kaze contuvo la risa. Aquello sonaba como una frase de levante en un baile escolar.
-No, acaso tu sí?- le preguntó mirándolo a los ojos.
Notó como él se sonrojaba. Quizá se había dado cuenta de lo mismo y le dio vergüenza. Decidió complacerlo y responderle la pregunta.
-Hace poco que frecuento este lugar- le dijo- me gusta porque aquí se respira paz...
Saiki no contestó, pero Kaze pudo ver una extraña expresión en sus ojos... era tristeza? Miró su reloj, y empezó a juntar sus cosas.
-¿Ya te vas?
-Si- dijo Kaze que notó algo de sorpresa en la voz del chico.
-Ya veo...- dijo mirando al suelo.
-Pero vengo todas las tardes después de la secundaria, así que quizá me encuentres uno de estos días- dijo ya de espaldas para marcharse, por lo que no pudo ver la sonrisa en el chico.
Antes de salir del cementerio Kaze echó una última mirada. Porqué había dicho eso? …l dándole esperanzas a alguien... de verdad le pasaba algo. Lo había dicho con intenciones de generar una amistad? No lo sabía en realidad. Que tonto de su parte, pensó. Fue algo... inconsciente. Pero no se sentía mal después de todo... Quizá muy en el fondo era lo que deseaba... si.... quizá una parte de él estaba volviendo.
Continuará...
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