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Tenshi no Shinden por Hokuto

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CAP 1

-Kazeeeee!!!

Recostado contra la pared del pasillo de la secundaria, Kaze saltó a la realidad. La muchacha le había gritado en el oído.

-Mika!- le dijo aún aturdido por su voz- Casi me matas de un infarto!

Recogió la mochila con todas las cosas que se le habían caído al suelo.

-Perdón, pero te llamé y no me escuchabas... No vino la profesora de dibujo todavía?- preguntó mirando el salón vacío. ¿En realidad era necesario preguntar eso?, pensó Kaze.

-No, y eso que llegué temprano- contestó resignado.

-Si, como siempre- le dijo sonriendo –Pero que raro no encontrarte con los auriculares...

-Quería pensar...- respondió Kaze mirando por la ventana. Algunos alumnos de cursos inferiores correteaban por el patio.

Mika lo miró como si no le creyera.

-Qué pasa?

-Nada es que me hizo gracia. Digamos que no es muy “tu”- dijo acomodando su mochila porque la profesora acababa de llegar.

Si... quizá ella tenía razón... En realidad no le extrañó la reacción de su amiga, Después de todo el saludo matutino de ellos era todo un ritual: Kaze siempre llegaba unos minutos antes de empezar las clases y se sentaba recostado a la pared en frente al salón de clases. Se ponía los auriculares y dejaba que su mirada se perdiera en el torrente de gente que iba y venía por el pasillo. Mika siempre llegaba rato después, le quitaba un audífono y le decía un “hola” en el oído porque era la única forma de que la escucharla.

Kaze no era para nada sociable... y no le interesaba hacer amigos. No era que sus compañeros no le cayeran bien... solo prefería mantenerlos alejados de él... Mika era su única amiga en la secundaria. Aunque en realidad poco sabía de ella, así como ella de él. Mika tampoco le preguntaba nada... quizá porque comprendía la forma de ser de su amigo. Pero qué le había visto a él??? Mika era una chica bastante simpática (claro que eso dependía con quién) y ubicada. Tenía 18 años (una año menos porque Kaze había repetido un año) y era casi tan alta como él. Su cabello era castaño claro, lacio, lo tenía rebajado a la altura de los hombros y tenía unos hermosos ojos que iban del gris al verde. No tenía cuerpo de modelo pero era muy bonita. No tenía novio... (aunque si pasaba de aventura en aventura...) Pero él tenía muy claros sus sentimientos hacia ella. Era una amiga, nada más.

-Muy buen trabajo- le dijo la profesora mirando su proyección – pero póngale más énfasis a los bordes de la figura, tiene que cuidar su expresión.

Kaze asintió con la cabeza y siguió trabajando hasta que al fin el timbre sonó. Nadie se fue sin antes entregar el trabajo, y que la profesora les diera los promedios del mes.

-Otro 10!- exclamó Mika asombrada –se nota que te ha vuelto la inspiración. Yo por más que me esmero solo consigo sietes...

-Es algo pasajero, estoy seguro de que ya me va volver la mala racha- dijo Kaze sin darle mucha importancia al asunto. Las notas en el liceo nunca le habían importado mucho, con tener algo razonable y pasar de año le alcanzaba. Claro que le hubiera gustado tener mejores notas pero no no tenía ganas de esforzarse más.

-Puede que tengas razón... pero no seas tan negativo!- le dijo Mika tratando de levantarle el ánimo como siempre.

-Yo negativo? Se nota que no me conoces bien... puedo ser más pesimista todavía- dijo con una sonrisa cínica.

-Es cierto... pero si no te conozco es porque tu no me lo permites- le dijo Mika.

Lo tomó como un reproche que le sorprendió bastante porque ella nunca se había quejado, quizá si en un principio pero porqué justo ahora? Se detuvo. Mika continuó caminando unos pasos hasta que se dio cuenta de que él no la seguía, así que también se detuvo.

-A veces siento que hay una barrera...- continuó.

…l la miraba sin decir nada. Mika se volvió a mirarlo ahora con una sonrisa.

-Solo espero que algún día pueda conocer a la persona detrás de ella...

Kaze la miró algo triste... el deseo de Mika era algo difícil de cumplir. Ella no esperó su respuesta, solo reanudó la marcha al salón de video. Después tenían historia de las artes visuales y matemática. Les esperaba un día muy largo... como todos los lunes.

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A la salida, después de pasar por la cantina para comer algo y de despedirse de Mika, Kaze se encaminó al cementerio... El día estaba un poco más fresco que el viernes y empezó a levantar viento, típico de la primavera en realidad. Cuando llegó al lugar de siempre, Saiki lo estaba esperando sentado en el mismo banco en que se conocieron... por un momento se había olvidado completamente de él... pero ahí estaba. Lo había conocido el viernes y a pesar de sus últimas palabras no había creído volver a verlo de nuevo.

-Hola!- lo saludó alegremente al verlo acercarse y le dejó un espacio en el banco.

Estaba tal cual lo recordaba, sonriendo como siempre y ese aire angelical.

-Hola- respondió Kaze y se sentó. Sacó sus útiles e iba a retomar uno de sus bocetos cuando las dudas le llegaron a la cabeza.

-Cómo sabías que iba a estar aquí?- le preguntó- este cementerio es bastante grande...

El chico dudó por un momento antes de contestar.

-Desde la semana pasada te vienes sentando todos los días en el mismo lugar, así que supuse que hoy no sería la excepción.

Kaze se sorprendió. Desde hacía tanto lo vigilaba?

-Porqué no te acercaste antes?- no sé dio cuenta pero la pregunta la formuló en voz alta.

Saiki se estiró en el banco con un suspiro llevándose las manos detrás de la cabeza.

-No parecías el tipo de persona que necesitara compañía ni le gustara ser molestado... se te veía muy solitario... y sigo pensando lo mismo ahora...

-Bueno, eso es verdad- dijo apoyando el lápiz en el block y empezando a trazar algunas líneas.

El chico pareció tomarse el comentario muy enserio ya que no le habló mucho ese día. Kaze se sintió algo incómodo con su silencio.. Creyó que lo mejor sería que no abriera la boca pero por alguna razón extrañaba sus interrupciones...

-Porqué vienes al cementerio?- le preguntó Kaze.

El color se fue del rostro de Saiki.

-Eh?.... P-p-por qué... yo...?

-Te repito la pregunta?- le dijo Kaze levantando una ceja.

-No... yo... -dijo Saiki con confusión en su mirada. Parecía que luchaba internamente con algo que no quería revelar o algo que no quería recordar.

-Vienes a ver a algún familiar?- dijo cambiando de pregunta porque ya veía al chico bastante incómodo.

Saiki bajó la cabeza. Kaze notó su mirada triste... quizá no había sido buena idea preguntar. Terminó de juntar sus cosas y se fue caminado despacio. Saiki no lo saludó.

Cuando Kaze se volvió a mirarlo... él seguía con la cabeza gacha mientras movía sus pies en círculo sobre el pedregullo. De pronto se dio cuenta de que él y Saiki no tenían tan pocas cosas en común. A ninguno de los dos le gustaba hablar de sus asuntos personales... pero uno no podía vivir teniendo solo conversaciones superficiales... o si? .... Era por eso... una de las razones por la que no quería tener amigos... Pero porqué le molestaba tanto?

Una vez que se fue, Saiki quedó pensativo por unos momentos. Se comportó como un idiota... Una vez que era Kaze el que iniciaba la conversación, él no supo que responderle.

-Idiotaaaa –se dijo a si mismo revolviéndose el pelo con las dos manos.

Bueno, al menos había descubierto algo nuevo en él: que no todo lo que pasaba a su alrededor le era indiferente... sino no se hubiera dignado a preguntarle nada... que no era tan duro como creía serlo... no era una persona que disfrutara de su soledad, más bien parecía necesitar a alguien pero él mismo no se lo permitía.

-Es muy triste... una persona así... pero... yo no me voy a rendir. Quiero poder entenderlo y ayudarlo.. aunque no pueda hacer mucho...

Pero de repente otros pensamientos cruzaron su mente. Podía de verdad cumplir esas palabras? Pensó en la verdadera razón por la que estaba ahí... y fue como si su pecho se cerrara.

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Toda la semana se repitió la misma rutina. Esta vez Saiki había recuperado su humor de siempre. Lo esperaba todos los días a la misma hora en el banco de piedra. Kaze empezó a pensar que en realidad más que por velar por un familiar el chico venía solo a encontrarse con él. Rara forma de divertirse... los chicos de su edad no deberían estar viendo la tele? O escuchando música? O reuniéndose con su amigos? O yendo a bailar? No sé... existía un sinfín de posibilidades. Sin embargo Saiki se entretenía viendo a Kaze bocetar. Cuando él dejaba el lápiz y miraba al cielo para aliviar sus tensiones, el chico aprovechaba ese momento para charlar un rato...

-Te acuerdas de lo que hablamos el lunes?- le preguntó.

Kaze intentó hacer memoria...

-De qué era una persona solitaria y eso?

-Si...

-Que pasa?- preguntó Kaze no sabiendo por donde venía la cosa.

Saiki lo miró a los ojos. Su mirada era pura... aunque algo melancólica...

-Yo te molesto?

La pregunta lo tomó por sorpresa. Es que nunca se había puesto a pensar en eso. Y además esa forma en que lo veía lo hacía ponerse nervioso. Pensó que la compañía de Saiki era como que le daba igual... él simplemente se sentaba y le observaba dibujar. Pero recordó aquel día en que él que se había quedado bastante callado... y como sintió por ese motivo que le estaba faltando algo...

Se puso de pie en frente a Saiki.

-Claro que no!- le contestó al fin y se dio vuelta para agregar algo más ante de irse.

-De ser así simplemente no hubiera venido más, no te parece?

El chico pareció aliviado, y sonrió levemente, aunque Kaze de espaldas no pudo apreciarlo. Nunca se lo iba a decir pero disfrutaba de su compañía... sin importar si estaba en silencio o hablando con él... simplemente de alguna forma lo tranquilizaba.

Saiki siguió con la vista su recorrido por el camino de cipreses. Tenía razón... Kaze no era como aparentaba...

-Pero no te entiendo... –dijo bajito mirando las cruces y las copas de los cipreses movidas por el viento- no eres invisible a los ojos de los demás... nadie lo es... aunque creamos que estamos solos en realidad no es así... Hay otra gente que al igual que nosotros también siente...y también sufre... Crees que nadie se pregunta? Que nadie se preocupa por ti? De seguro mucha gente que te rodea quiere ayudarte... por qué no los dejas?

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Kaze llegó a su departamento a eso de las 4 de la tarde. Había tenido que ir al centro comercial de la ciudad para comprar algunos útiles en la papelería... ya se le acababan las hojas y necesitaba más grafos. Abrió la mochila para sacar los dibujos de ese día y pincharlos en el panel de corcho que tenía sobre el escritorio. Era un escritorio de esos que usan los arquitectos, le había costado mucho trabajo comprarlo... y era tan grande que junto con la estantería con los libros y otros dibujos le ocupaba casi medio dormitorio. Cuando fue a poner los bocetos se dio cuenta de que ya ni tenía espacio en el panel, así que se deshizo de los que no le gustaban haciéndolos una bola y los tiró a la papelera.

Cada vez el proyecto que tenía en mente se le hacía un poco más difícil... Quería hacer un templo... un templo de ángeles... Las horas en el cementerio lo habían inspirado para esa idea. Un lugar en el que no existieran las diferencias... de clases... de razas... de ideas... simplemente un lugar para todas las almas...

Era una idea idiota en realidad, pero desde niño siempre estuvo al tanto de las diferencias, sobretodo de los extractos de la sociedad. Se preguntaba porqué algunas personas descansaban en casas tan enormes y bonitas... mientras que otras simplemente las cubría la tierra. También pensaba si las almas no se sentían solas cada una en cada una de esas casas... que porqué no tenían un lugar de reunión... Estupideces de niño... como las de todo el mundo... pero aún así quería hacer el proyecto. Su hermano de seguro se hubiera matado de la risa....

Sonó el timbre. Kaze contestó el portero electrónico. Mika apareció en la pequeña pantalla y parecía enojada.

-Kaze! Al fin te encuentro! Te estuve esperando hace dos horas en mi casa!

-Eh?- Kaze no tenía ni la menor idea de lo que le estaba hablando.

-Como que “eh?” ? No habíamos quedado en ir al shopping a buscar las entradas free?

Kaze se llevó una mano a la cabeza. Se había olvidado completamente!

-Perdón, me olvidé.

-Si, ya me di cuenta, pero y eso que te lo recordé antes de salir de clases... donde estabas? El teléfono no contestaba.

-Fui al cementerio.

-Pero si hoy no es 11!

Kaze suspiró. Todavía quedaban muchas cosas que no le había explicado... nunca le dijo que iba para el proyecto que tenía en mente. Prefería mantenerlo en secreto, además cuando le preguntó de que se trataba el de ella, Mika no le quiso decir para que fuera “sorpresa”.

-Espérame que bajo y vamos ahora, te parece?

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Kaze ya sabía en que iba a terminar la vuelta en el shopping. Después de acompañar a Mika al local para canjear las entradas con unos vales que conseguía por Internet, terminaron dando vueltas y más vueltas por el shopping. Mika se detenía en cada casa de ropa que veía y no dejaba de pedirle opinión a Kaze. …l nunca sabía que decirle... después de todo no le daba importancia a la moda... además no se veía aconsejando a una mujer... que se pusiera lo que se le diera la gana. Por qué tenía que soportar eso en primer lugar???

Después de mucho mirar (y probarse) Mika se decidió por una remera rosada de esas que son sin una manga, con un diseño de estrellas o algo así, era medio abstracto como para entenderlo. Cada vez que iba a bailar se compraba una remera, Kaze no entendía como las mujeres gastaban tanto en esas cosas.

Al fin un descanso. Ya eran las 7 de la tarde así que fueron a la plaza de comidas a comprarse un helado. Se sentaron en la única mesa que encontraron libre. Para ser un jueves había bastante gente. Mika sacó las entradas y le dio dos a Kaze.

-Por qué siempre me das dos?- preguntó Kaze guardándolas en el bolsillo del vaquero.

-No sé... por las dudas de que pierdas una... o por si quieres invitar a alguien... supongo...

-Y a quién voy a invitar?

-Tu sabrás- dijo Mika sonriéndole.

De pronto Saiki se le vino a la mente. Eh???? Por qué pensó en él???

-Que sucede?- preguntó Mika notando que el color se le había subido al rostro.

-N-nada... no es nada!- dijo Kaze algo nervioso.

-Mira que si no te tomas el helado se te va a derretir- le dijo Mika haciéndole notar que se le estaba desbordando.

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Después de acompañar a Mika hasta su casa, que quedaba cerca de su apartamento, pasó por un supermercado para comprar algo de comer para ese día y para el viernes porque con la locura que tenía su amiga encima le había hecho olvidar lo que tenía que hacer.

Por fin llegó la hora de ir a dormir, con la vida social de ese día y las cosas que tenía que estudiar, estaba muerto. Se tiró en la cama boca arriba y cerró los ojos. Que día loco en realidad... por lo menos ya se terminaba la semana y podía descansar sábado y domingo... para que la rutina volviera a repetirse otra vez... aunque esa semana había sido bastante diferente...

No sabía si salir a correr por la mañana antes del liceo... estaba cansado, más mentalmente que otra cosa... Hasta ya tenía pereza de quitarse la ropa para dormir... bueno... que importaba...

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Y llegó el viernes... Las clases en la secundaria habían sido de lo más aburridas. Estaba tan ansioso de salir de ahí... y las horas no pasaban más! Ya en las dos últimas horas de práctico de matemáticas no quería saber más nada con la vida.

Despedirse de Mika a la salida fue toda una odisea porque la gente en la entrada se apretujaba por salir primero, y después que le encontró las amigas de ella no la dejaban en paz hablando emocionadas del baile del viernes (siempre era lo mismo).

Caminó tranquilo al cementerio mientras comía un refuerzo. Prefirió no pasar por su casa para ahorrar tiempo, y por eso se lo preparó antes de salir.

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Era viernes... Eso significaba que Saiki no vería a Kaze hasta el lunes. Kaze lo notó más silencioso que de costumbre y algo cabizbajo. No sabía si le había pasado algo... quería preguntarle aunque no quería incomodarlo como la otra vez... pero antes de irse puso su mano sobre la cabeza de Saiki y le revolvió el pelo. Ya estaba harto de verlo así.

-Qué te ocurre?

-Eh? No... nada...

-No te habrás enfermado no? –preguntó medio preocupado- Estos días estuvieron algo fríos...

-Estoy bien- le dijo el chico aunque su actitud no lo demostraba.

-Bueno, entonces ya me voy- dijo Kaze pero no alcanzó a dar un paso. Saiki lo había tomado de la remera.

-No vas a venir más, verdad?- preguntó mirando al suelo. Su cabello claro le cubría los ojos por lo que Kaze no podía adivinar su expresión.

-Qué?- dijo algo confuso- Porqué dices eso?

Saiki se tomó unos segundos antes de contestar.

-.... solo lo sé.

Kaze se fue sin poder alejar esas palabras de su cabeza. Porqué... le había dicho eso?


Continuará...

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