En la piscina, como en ningún sitio. por pochonchos

¡Bien! Por fin, nuestra primera vez en un hotel. Siempre quise ir a uno. Bueno, ya había ido varias veces con mi familia, en EEUU habíamos estado en bastantes, pero esta vez era diferente. Esta vez estaba con mis compañeros, con mis amigos.

Ya nos habíamos hecho bastante cercanos, ¿como no si habíamos vivido tantas experiencias juntos? Convivir, ensayos, viajes largos, enojos, alegrías, nuestro debut... Eso fue lo más gratificante para mi. Tuve suerte de poder empezar con ellos ya que yo venía de Los Ángeles y no conocía mucho de la cultura Coreana ni de las costumbres ni del idioma. Pero Minhyun me ayudó bastante y nos hicimos amigos muy rápido, aunque se me hacía muy gracioso el acento inglés que tenía. Más tarde, cuando ya supe medianamente coreano, me comencé a acercar a Baekho y JR que resultaron ser muy buenos conmigo y me dieron mucho cariño. Con el que menos me llevaba hasta ese momento era con Ren. Seguramente sería por que la primera vez que nos vimos, lo primero que le dije fue “Princess”. Esa mirada tan fría pero llena de algún sentimiento extraño, esos bonitos labios y su piel de porcelana me cautivaron. Mentiría si dijese que no me enamoré de él a primera vista, pero aquí en Corea la sexualidad está más reprimida que en los EEUU así que había que callárselo.

Poco a poco me fui enamorando, cayendo en sus redes sin darme cuenta. Me ponía de los nervios que se acercara tanto y durmiera en la misma cama que Baekho, pero yo no podía hacer nada Cada vez que me intentaba acercar me pegaba o huía rápidamente. Por eso yo solía estar con Minhyun, pero sin embargo cuando me ponía a reír y a jugar con él, Ren se acercaba a separarnos y me pedía mimos. Era bastante raro.

En el hotel me tocó habitación con Minhyun y JR y a Ren con Baekho. Mierda, eso me fastidiaba muchísimo.

• Nos vamos a dar una vuelta por los alrededores, ¿te vienes? - Me preguntó un alegre Minhyun.

• No, creo que me quedaré, estoy cansado. - Me sentó fatal el saber que Ren dormiría con Baekho, como siempre.

• Bueno, pues nos vemos luego. No hagas ninguna locura – Dijo JR entre risas. En verdad me llevaba muy bien con ellos.

Se marcharon de la habitación y yo caí rendido en mi cama. ¿Qué podría hacer? Estaba medio deprimido y me habían entrado ganas de nadar. Siempre hacía deporte cuando estaba preocupado. Así que miré a ver si el hotel tenía piscina y ¡BINGO! Si que tenía una. Cogí mi bañador, que si, si que llevaba uno, y me dirigí a la planta baja por el ascensor, que era donde estaba la piscina climatizada. Con suerte no habría nadie. Pero no, no era mi día de suerte, había alguien más. Llegué a unas tumbonas y dejé mi toalla. Mientras daba la espalda a la piscina, y también a aquel individuo, me quité la camiseta para disponer a meterme. Busque con la mirada a aquella persona pero no la encontré, así que pensé que ya se habría ido. Cuando estaba en el filo de la piscina escuché como alguien me llamaba.

• Aron – Me llamaba una dulce voz.

• Eh? - Busqué con la mirada por todas partes pero no veía a nadie

• Ey, aquí abajo – Dirigí mi mirada hacía el lugar indicado, y ahí estaba, un Ren de cuerpo delgado pero perfecto semidesnudo en una piscina donde solo estábamos él y yo. Me quedé con la boca abierta. - Que, vas a entrar o no?

• Eeeeh... sí, ¡enseguida! - Hice caso a lo que me dijo y me tiré de cabeza. Nadé un poco y volví a donde estaba Ren.

• Si que tardaste en venir. - Dijo con el tono frío de siempre.

• ¿Tardé? ¡Por que lo dices? - No entendía nada.

• Estuve esperándote, mi príncipe. - Dijo y remató con un beso en mis labios, un corto pero intenso beso.

• … - No sabía que decir, me había quedado petrificado.

• ¿No vas a decir nada? ¿Qué es que lo tengo que hacer todo yo? - Dijo exasperado, y sin dejarme contestar me empujó contra la pared de la piscina y me besó con furia. Metió su lengua en mi boca, moviendola rápido y con desesperación. Cuando volví en mi le correspondí y entrelacé su lengua con la mía, haciéndole perder el control. - No esperaba menos. - Susurró cuando le dejé tomar aire.

Se giraron las tornas, ahora él estaba contra la pared dejándome a mi el mando del asunto. Por suerte estábamos en una parte donde todavía hacíamos pie, si no ya hacía rato que nos habíamos ahogado. Comencé a pasar mis manos por todas partes de su cuerpo mientras no dejaba de meterle la lengua hasta el fondo. No podía dejar pasar esta oportunidad, así que tenía que aprovechar. Después de un rato, paré una de mis manos en su entrepierna, donde ya se divisaba una prominente erección. Primero la masajee de arriba a bajo por encima de su bañador, esto hizo que el se sorprendiese y dejara escapar un pequeño gemido que resonó en todo el lugar. Al ver mi maniobra él no quiso perder.

• Sientate aquí – Dijo separandose de mi mientras me señalaba el bordillo de la piscina.

• Emmm... vale. - De un salto me senté dubitativo.

Ren se acercó a mi, me abrió las piernas y me bajó el bañador. Todo esto sin cambiar su cara de determinación. Se asombró al ver el tamaño de mi considerable erección, todo eso había estado causado por el simple contacto con mi princesa, pero no podía evitarlo, realmente le amaba. Se quedó un rato observándola, con apetito y finalmente la agarró por el tronco y comenzó a besarla por todas partes. Le pegaba pequeñas lamidas recorriendola entera. Yo estaba en el séptimo cielo, disfrutaba cada segundo. Después de un rato se la metió entra en la boca, fue lamiendo el glande. Se movía de arriba a abajo, yo no podía quitarle el ojo de encima, ponía una cara demasiado sexy. Poco a poco yo ya llegaba a mi límite.

• Creo, que v-voy a correrme, ah – Me miró, sonrió y siguió con su trabajo – ¡Aaaah! - Solté un gemido casi gutural con mi voz ronca. Para mi sorpresa el se lo tragó todo, hasta la última gota. Me acercó y me beso pasionalmente.

• Mi príncipe ¿qué desea hacer ahora? - Esbozó una media sonrisa poco habitual en él.

• Follar – Solté sin siquiera pensarlo – Bu-bueno, quise decir...

• Sí, se lo que quisiste decir – Me cogió de la mano y me metió de nuevo en la piscina. Nos dirigimos a un lugar apartado pero que no cubriese. - Soy todo tuyo – Dijo mientras se apoyaba en la pared.

Pensé por un instante que era lo que estaba a punto de hacer, pero no había marcha atrás así que, que fuese lo que dios quisiese. Me acerqué y le di la vuelta para que me diese la espalda. Comencé a besarle el cuello y a morderle la oreja, con lo cual soltó un gran gemido. Con una mano jugaba con sus tetillas y con la otra masajeaba su pene. Se sorprendió y giró la cara hacia a mi. Me examinó el rostro por un momento, sonrió y me beso tiernamente mordiéndome el labio inferior. Incrementé el ritmo de mi mano en su pene y comenzó a entrecortarse su respiración. La mano que jugaba con sus pezones la llevé entonces a su trasero y me dispuse a insertar un dedo lo cual hizo que se corriera automáticamente.

• Eso fue rápido. - Dije a sabiendas de que le molestaría.

• Callate y continua – Espetó girándose y besándome de nuevo.

Le hice caso y llevé dos de mis dedos a su entrada, con lo cual soltó un gemido de dolor, que poco a poco se convirtió en placer. Metí un tercer dedo y mi princesa hacía cara de no poder aguantar más, ni yo tampoco podía. Le abrí las piernas y me dispuse a entrar por esa pequeña y rosada obertura. Lo metí poco a poco, para no hacerle demasiado daño. Cuando entré totalmente esperé unos segundos a que sus paredes se amoldaran a mi miembro ya palpitante. Ren me empujó contra él entrelazando sus piernas a mi espalda, lo que me indicó que ya quería movimiento. Empecé con suaves y cortas embestidas que fueron subiendo de nivel acatando las peticiones de mi caprichosa princesa. Su respiración era entrecortada dejando escapar gemidos de vez en cuando. Mantenía durante todo el tiempo sus ojos clavados en mi, lo cual me hacia sentir un poco intimidado pero me fui acostumbrando. Con una mano volví a masajearle su miembro rosado y comenzó a soltar gemidos mayores.

• Aaah, ah... ahh hyun, m-me voy a... - Mientras dijo esto se abrazó a mi con todas sus fuerzas y nos corrimos a la vez, ambos soltando un gemido al unisono.

Nos quedamos abrazados un momento, mientras yo seguía dentro suya. Me soltó y su respiración se volvió constante mientras yo sacaba mi pene de él. Le coloqué el bañador y el mío propio y salimos de la piscina. Nos tumbamos en el suelo a descansar un poco.

• ¿Sabes? es la primera vez que lo hago en una piscina – Dijo orgulloso Ren de su hazaña. - Me gustó mucho, mientras se acurrucaba en mi pecho.

• Me alegra oír eso. Creo que no hace falta decirlo pero...

• Si, lo sé – no me dejó acabar – Yo también te quiero Aron, más de lo que te podrías imaginar. - Sentenció con un tímido beso en los labios. Creo que nunca me había gustado tanto la piscina.