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FUGITIVOS por YakumoCamui

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Notas del fanfic:

Leve mención MPREG

Notas del capitulo:

Este 23 de julio, es el primer año de la promesa JK, así que no se les olvide hacer TT #JONGKEYPROMISE *O*

Hay que hacer esta promesa TT!!!!

~FUGITIVOS~



La alfombra roja dirigía su camino, la música haciendo eco en todo el lugar, miles de pétalos blanco regados a su pasar.



—¿Estás seguro?— pregunté nervioso, inseguro…. Él solo paso sus finos brazos por mi cuello. 

Disfrutando de la seguridad en su acto. Lo tome por su delicada cintura, abrazándolo, respirando de su fresco aroma.

—No tengo nada más que pensar, llévame contigo— la dicha me invadía, su resplandeciente sonrisa. Era tan pícaro, aun en estos momentos, parecía ser tan feliz… ¿Podría yo mantener ese rostro de porcelana así de feliz por siempre?

Nos vimos a los ojos… inquietos, aventureros, llenos de amor, así era esa felina mirada.

—Sujétate fuerte— le susurré al oído. Él con su hermosa sonrisa asintió. Camine hasta la orilla del balcón con él entre mis brazos.




El viento golpeaba violento en mi rostro, la adrenalina era inmensa, me recorría estrepitosamente por todo mi cuerpo, llenándome de una carga inmensa de felicidad. Sus brazos sujetos fuertemente en mi cintura y su cabeza recargada en mi espalda.

—Jjong, ve más lento— me grito, pero al contrario arrié más fuerte al caballo para que apresurará su paso. No había tiempo que desperdiciar. Además… robarse a un señorito, no era cualquier cosa. Teníamos que huir.

—Todo saldrá bien— nada podía estar mal teniéndolo a mi lado.

—Tengo miedo…— yo también lo tenía, no soportaría que lo apartaran de mí lado. No, eso nunca.

—Kibum, estás conmigo. Ya no tienes que temer— grite. Porque él debía confiar, y yo debía ser fuerte.

—Jonghyun…— levanto su rostro que era escondido en mi espalda. —Te amo— Sonreí, la humedad de sus labios se hizo presente en mi cuello. Esto no era un error.

—Yo también, te amo. 

La noche era nuestra mejor cómplice, la luz de la luna… nuestra guía.


Cientos de personas reunidas en el elegante templo. No cualquiera podía presumir de unir su vida a otra en ese lugar. Su fino traje era entallado, con una hermosa flor, viva, lucida, hermosa, tan bella como el que la portaba, pero tan falta de tristeza. La flor era feliz, luciendo ante todo ese espectáculo, y él…él solo quería escapar.



—Esta fresca— la cristalina agua resbalaba por sus manos, mientras sus rubios cabellos volaban alborotados en el aire. —Bebe, debes estar sediento— me acerque hasta aquel pequeño lago, imitando lo que Kibum hizo hace unos momentos, pase mis manos por el agua recogiendo de ella, hasta calmar mi sed.

—Lo siento…— me tiré cansado en el suelo. 

Inconsciente, guiado por la pasión y alejado de la cordura. ¿Cómo me atreví a meter a Kibum en semejante situación?

—Jjong— la presión de su cabeza recostándose en mi pecho me tranquilizo. Sus manos me acariciaban con suma delicadeza —No tienes porque disculparte.

—No sé cuanto más tengamos que viajar— la vergüenza me recorría. 

—No me importa el tiempo— tomo una de mis manos, dejando en ella un casto beso. No merecía tanto… yo no…

—Sube al caballo— le ordene. 

Sin objeciones me obedeció, nunca fue nada dócil. Él confiaba en mí… 

—¿Cuántos pueblos más faltan para salir de su territorio? — se abrazó a mi cintura.

—Muchos…— faltaban muchos, pero para nuestro nuevo destino. Solo faltaban los ya recorridos.


Tomo su tersa mano, los padres de los protagonista de tan bella escena, estaban felices. Mientras decían sus votos, su mirada buscaba a alguien más. La ostentosa fiesta era solo el inicio de todo lo que tendría. Aun así, él solo estaba sentado en la mesa principal sin ninguna expresión en su angelical rostro, hasta que lo vio pasar.



—Jonghyun, Jonghyun— me jalaba sin sujetarse.

—No te muevas así, puedes caer— le advertí 

—Jonghyun, anoche pasamos por aquí— guarde silencio —Jonghyun! — chillaba, sus manos se apretaban en un puño sobre mi ropa —¿A dónde vamos?— preguntó con miedo, aun sabiendo la respuesta. 

—Estas inquietando al caballo— mordí fuerte mi labio inferior.

—Jonghyun, ¿me regresas?— su voz rota, me partía el alma. —Jonghyun, para! — azote la rienda para apresurar al caballo —Jonghyun, por favor— su cabeza se apegaba a mi cuerpo —No, nos hagas esto, por favor..— la humedad de sus lagrimas traspasaba mi ropa.

Mis labios temblaban, el coraje me recorría. Como había sido capaz de hacerlo derramar una sola lagrima. Estiré con fuerza las riendas haciendo parar al caballo estrepitosamente.

El rojo del atardecer se filtraba entre los altos arboles, el silencio de la naturaleza era tan pasible, pero ese leve llanto rompía con cualquier paz existente. Se soltó de mi cintura, sus alaridos fueron creciendo de apoco, hasta dejar fluir por completo su llanto.

—Será lo mejor…— cerré mis ojos levantando mi cabeza al cielo, pidiéndole perdón por mis errores.

—No, Jonghyun— totalmente descompuesta su voz, apenas y era audible —Dijiste que estaríamos juntos— sus brazos me rodearon fuertemente.

—Quizás en otra vida… donde yo no sea un simple peón y tu el esposo del rey…

—Cállate, yo nunca quise…— las palmas extendidas de sus manos se recargaron en mi espalda.

—No te he tocado, ellos te aceptaran de regreso, puedes decir que te secuestre…

—Calla! — gritaba desesperado.

—Tu familia, se alegrara de que vuelvas— sus gritos cesaron. Y aunque era lo que quería mi corazón se comprimió. No podía alejarte mi niño si tu no estabas seguro.

—¿Mi familia?— me golpeo con su puño cerrado en la espalda. Sin darme cuenta, su cuerpo descendió del caballo. —¿Se puede llamar familia, a los que te venden por un simple título?— lo que tanto evite… su rostro rojo, lleno de cristalinas gotas que descendían sin parar por sus mejillas.

—Ellos solo quieren lo mejor para ti— me baje del caballo acercándome a él. Con sus ojos cerrados, negaba con la cabeza, dejando escapar más y más lagrimas.

—Mátame…— susurró 

—No digas semejante tontería— con desesperación me acerque tomando con mis manos su rostro, la sola idea me aterraba.

—Prefiero morir que regresar— desviaba su mirada de la mía, una lagrima descendió resbalando por su mejilla, humedeciendo mis manos. Manos que temblaban ante la sola posibilidad de no saberlo feliz. 

—No seas tonto, eso dices ahora. En cuanto regreses entenderás, tu esposo es un buen hombre, y a pesar de que fue un matrimonio forzado, sabrá hacerte feliz. — mis propias palabras eran puñaladas dolorosas que se enterraban en mi pecho, pero ciertas…

—Si no fui tuyo, no seré de nadie— mis ojos se ampliaron enormemente ante su conclusión. —Me lo prometiste— sus lagrimas seguía saliendo.


—Robarte en tu noche de bodas, no fue mi idea más inteligente— bese su nariz, sus manos acariciaron las mías que estaban aun en su rostro. —Te amo, Kibum— me acerque lentamente… probando al fin, el sabor de esos rosados labios, tan castos e inexpertos.

—Vayámonos, si alguien nos ve…— lo besé nuevamente siendo correspondido.


Una fiesta sin fin, los invitados celebraban brindando por el matrimonio, era imposible no hacerlo, si él desposado era el más bello del reino, con la sonrisa más hermosa que pudieses imaginar, sus finos rasgos eran la envidia de cualquiera, su mirada era seductora, aunque su actitud era salvaje, indomable…


—Ahora, Jonghyun— sus piernas se acomodaron a los costados de mi cintura. 

La luna brillaba en lo alto, dejando entrar su luz a través de la pequeña ventana de la cabaña donde pasaríamos esa noche, nuestra segunda noche juntos desde nuestra fuga, no habíamos descansado desde ese día, temiendo ser encontrados… 

Solo una candil de tenue luz me permitía observa su rostro.

—Espera— lo aleje.

—No, Jonghyun— sus manos tomaron mi rostro acercándome hasta que sus labios pudieron fácilmente alcanzar a los míos, mi adicción… Nos besamos, Kibum aprendía tan rápido, intentaba marcar el paso, deslizando sus manos en mi cuello.

Con nerviosismo inicio a besar mi cuello. Mi resistencia era mucha, el temor por él… por su futuro, si nos encontraban, mi final seria justo por atreverme a verlo con otros ojos, por ser envidioso, por desear lo prohibido. Pero él… no. Él no merecía que le pusieran un solo dedo encima.

Reuniendo mi poca compostura, lo sujete de los brazos, alejándolo. Su mirada furiosa no se hizo esperar, sabía lo que quería, y el por que… 

—Podrías arrepentirte— choque nuestras frentes, sostener su mirada rabiosa me era imposible, yo lo necesitaba, lo amaba…. No podría negarme a nada que el quisiera, ni mucho menos lastimarlo. 

—Deja de decir eso— sus manos se dirigieron a mi rostro —Jonghyun, ¿es que no me amas? — el sentir en su voz…

—Te amo tanto, que me siento tan indefenso— bese sus labios, invadiendo su cavidad bucal, explorándola… queriendo conocer todo de ella –Te amo Kibum, te amo tanto 

—Entonces, hazme tuyo— se soltó de mis manos, aventándose a mi cuerpo, quemándome con su calidez. Sin evitarlo, mis ojos se cerraron disfrutando del momento, de sus caricias tan palpables y deseosas.

Humedecía mi cuello con sus besos. Sus manos inexpertas bajaron a mi cintura, entendiendo al instante lo que buscaban. Lo aparte, inmediatamente se disponía a reprochar, pero al ver lo que hacia, guardo silencio.

Saque mi ropa dejando al descubierto mi pecho, él que tantas ansias tenía, se hizo hacia atrás sin apartar su mirada. Disfrutaba su expresión, como mordía su labio inferior, su mirada tenía impregnada el deseo. Sin decir nada me acerque, deslizando suavemente mis manos por su piel, hasta sacarle la ropa. Al deshacerme de sus pantalones, me quede totalmente en silencio. 

Una vista hermosa me ofrecía, su piel desnuda. Estaba por sentarse en mis piernas nuevamente, su mirada traviesa me volvió loco, enseguida lo sujete del cuello, haciéndolo caer sobre mi cuerpo. Giramos cambiando de posiciones, su respiración agitada robaba mi tranquilidad, destrozando mis sentidos, que solo eran consientes del que estaba frente a mí. Sin darme cuenta, nuevamente estaba sobre mí, embelesándome con su cuerpo.

—Ah, maldición…— sus manos llegaron hasta mi entrepierna, con tan solo ese roce, mi miembro se endureció. —¿Dónde demonios quedo, él que se ponía a temblar al escuchar la frase “noche de bodas”? — pregunte apenas nuestros labios se separaron.

—Tú…— apenas podía respirar normalmente, su pecho subía y bajaba.

—¿Yo? — me incorporé hasta quedar sentado, acaricie la silueta de su cintura; mordí su cuello, recorriendo con mis manos su espalda, desnuda… expuesta totalmente a mis deseos.

—Ah~— sonreí.

—Vamos~— le susurré al oído, para después pasar mi lengua mordiendo al final su lóbulo, estremeciendo su cuerpo por completo. Deseaba saber hasta donde podía llegar, el lindo “angelito”.

Sus manos vacilaban, pero al final forme una media sonrisa cuando tocaron mis pantalones. Lo observe inquisidor, poniéndolo nervioso, con dificultad paso saliva. Causándome ternura su expresión, sus mejillas totalmente sonrojadas y el temblor de sus manos, me encantaban. Baje mi pantalón, Kibum retrocedió ante la imagen de mi cuerpo desnudo, le sonreí y el escapo su mirada hacia otro sitio.

—¿Te gusta?— el color carmín era apreciable en su máximo esplendor en su rostro.

—D-deja de jug..ar— respondía nervioso. Sin pedirle permiso me acerque acariciándolo, no perdía detalle de mis manos que se deslizaban por su pecho, hasta llegar a sus piernas, suaves e igual de níveas que toda su piel.

—Ah— cerró sus ojos, cuando mis manos tomaron su miembro latente entre ellas. 

—Eres hermoso— sus ojos estaban entrecerrados —Kibum, ¿es esto, lo que querías? — abrió sus ojos al instante.

—Sí— respondió sin titubeos, un gemido salió enseguida de sus labios, mis manos se movían impacientes de arriba hacia abajo en su miembro —Hazme tuyo Jjong, hazme tu…— asalte sus labios sin previo aviso, recostándolo en las sabanas de aquel duro e incomodo pedazo de suelo que habíamos acomodado para dormir. 

—No hay vueltas atrás— lo tome por la barbilla, para que entendiera aquello —Una vez seas mío, no te podre.. no te querré regresar— de sus labios una sonrisa se dibujo.

—Y yo no quiero que lo hagas— el excitante tono de su voz fue de lo último de lo que fui totalmente conscientes.

Mis labios humedecían su pecho, besando sus pezones, haciéndolo gemir sin descanso, enloqueciendo igual o más de lo que estaba.

—Jjonng~— mis manos acariciaban sus piernas, acomodándome en medio de ellas —Ah~—arqueo su espalda hacia atrás; mordió sus labios intentando reprimir sus gemidos.

—¿Estas listo?— acaricie la extensión de sus piernas, esperando a que fuera capaz de responder, excitándome solo con la imagen de su cuerpo expuesto a mi merced.

—Quédate conmigo por siempre— su respuesta me sorprendió, la expresión de sorpresa cambio a la de felicidad al instante.

Acaricie su rostro, su cuerpo era cubierto ya por una ligera capa de sudor. Sus labios carnosos, reclamaron mi atención, entre besos fui acomodando sus piernas en mi cintura. Estiré su labio inferior haciéndolo soltar un quejido que fue sofocado por uno mayor al sentir como mi miembro entro sin previo aviso en su interior.

—Lo siento— le dije jadeando, mi cordura había desaparecido. —Kibum— el nombrado mordía sus labios con los ojos cerrados, un par de lágrimas se escapaban de sus ojos —Mi niño— limpie sus lagrimas besando su rostro.

Nos quedamos quietos, hasta que sus caderas iniciaron a moverse por voluntad propia, sin desperdiciar más el tiempo seguí su ritmo, disfrutando de sus alaridos, de sus llamadas que no cesaban, nombrándome, declarándome su amor repetidas veces.

—Jonghyun.. má..agh~— su cabeza restirada me incitaba a besarlo, pero sin aguantar más lo tome de la cintura aumentando la velocidad de las embestidas, penetrándolo tan fuerte y profundo, tocando aquel punto que enloquecía a Kibum, que hacia que gritará desgarradoramente.

—Kiibumm— acaricie su rostro, sus labios entreabiertos, jadeando mi nombre, y sus mejillas enrojecidas, me hacían desear tomarlo, besarlo sin descanso, y fue exactamente lo que hice.

Nunca en mi vida robe algo, pero robar todo de él, incluyendo al mismo, es algo de lo que no me arrepentiría nunca.

—Jjong, J-jjongg- su voz era ya ronca, no podía aguantar más, ni yo.

Regrese mis manos a su cintura, embistiéndolo, sin parar, un par de embestidas más y Kibum se corrió en nuestros abdómenes, aumente la velocidad, un poco más y termine derramando por completo en su interior.


Cuando la noche llego, la fiesta aun seguía, las risas escandalosas eran acalladas por el aun alto sonido de la musica, el rey feliz continuo en el salón con una copa de vino en la mano, estaba tan feliz, que tenía que festejarlo en grande. Pero aun más feliz lo así el hecho de saber que le pertenecería. La preocupación y molestia del rey al llegar a la lujosa alcoba y no encontrar a su conyugue, no se hizo esperar.


—Solo un poco más y llegaremos a la frontera— sonreí acariciando las manos que se sujetaban a mi cintura. 

—No me siento bien— no podía negar que me sentía más feliz que nunca, a pesar de su malestar —Me dejaste todo adolorido.

—Lo siento, amor— disculpa falsa, lo de anoche no lo cambiaria por nada.

—Ustedes— una voz grave me saco de mi ensoñación. Gotas de sudor frío escurrieron por mi frente, al ver varios guardias del palacio. ¿Nos encontraron?

Mi mente no pudo procesar más, que salir huyendo del lugar. Al instante varios guardias montaron sus caballos yendo tras nosotros.

—Jonghyun— Kibum apretaba mis brazos, el miedo era presente en su voz.

—Tranquilo, solo sujétate bien.



Estábamos atrapados, lo único que se me ocurrió fue dejar libre el caballo, y hacerlo correr hacia la dirección contraria a la nuestra. Aun así estábamos acorralados en el bosque, con un grupo de guardias vigilando la zona.



—Huye, yo los distraeré— estábamos abrazados, escondiéndonos en un árbol hueco. 

—No! — el sonido de perros cerca, me imposibilitaba razonar, lo único importante era proteger a Kibum.

—La frontera esta cerca, en el reino Shim, estarás seguro… 

—No, Jonghyun— saque un papel entregándoselo, su rostro estaba lloroso. Nunca debía haberlo convencido de esto.

—Puedes buscar a Yunho, en el primer pueblo pasando la frontera, el podrá ayudarte

—Escúchame. No lo haré. No me iré sin…— me grito tan fuerte, que me obligo a llevar mis manos a su boca.

—Demonios, Kibum— el sonido de los guardias acercándose me aterrorizo.

—Prefiero morir, que no estar sin ti, entendiste— sus lagrimas no paraban. ¿Por qué siempre lo hago llorar? 

—Si te pasa algo moriré…

—Y yo lo haré también, si tu no estas conmigo— sus felinos ojos lucían más decididos que nunca. Sin importarme la situación, me acerque. Bese sus finos y delicados labios, que ahora estaban algo enrojecidos debido a mi rudeza la noche anterior, pero igualmente deliciosos.

—Juntos hasta el final— lo abrace fuertemente a mi pecho.


Al parecer el joven de hermosa sonrisa se fugo con su amante. Causando la furia del rey Nam, quien iracundo dio la instrucción de acabar con los fugitivos. Todos los guardias del reino tenían esa misión. Nadie nunca supo que sucedió. Del aquel hermoso joven solo el recuerdo de que alguna vez sus pasos fueron parte de aquel magnifico evento quedaron.



—Wah! Papá, pero eso que tiene que ver con que no pueda ir con mis amigos al reino Nam— engañar a los niños de hoy en día resultaba tan difícil.

—Tiene que ver con el hecho de que No quiero darte permiso, fin de la discusión— me levante estirándome un poco.

—Pero, pero, pero!! — agache mi mirada, y vi como mi niña saltaba de un lado a otro.—¿Ellos se amaban? — sus pequeños ojos felinos llenos de ilusión me hicieron sonreír.

—Sí, ellos se amaban mucho, tanto como para fugarse a pesar de la furia de todo un reino— le aclaré, viendo como su mirada se iluminaba.

—¿Acaso era rico con quien se fugo? Digo, para dejar todo a cambio…

—Cállate, Taemin— protesto mi hija mayor.

—Padre, era un aventurero intrépido, ¿verdad?. Logro conquistar el corazón del frío joven, tuvo que haber sido alguien genial

—Cállate, Gwiboon. Esas son tonterías— exclamó mi hijo mayor.

—Padre, dile que no. Dile que fue una hermosa historia de amor— suplicaba mi pequeña, me agache permitiéndole sentarse en mi rodilla.

—La verdad, es que ese sujeto no era nada especial. Un simple peón que se dedicaba a la agricultura.

—¿Así como tu, padre? — pregunto emocionada.

—Sí… pero bueno, será mejor que entremos antes de que…

—Dijiste que llegarías hasta la noche!! — estremecí al escuchar su voz. Mi mirada como siempre, giro a verlo por reflejo. —Ahora, me tomas desprevenido— tallaba con una mano sus ojos.

—Kibum!! No puedes hacer nada de esfuerzos— me levanté rápido, al verlo cargando al menor de nuestros hijos con su otro brazo, bueno al actualmente menor de nuestros hijos.

—Jonghyun, no exageres! — me reprendió.

—Taemin, en lugar de estar pensando en andar de vago, ayuda a cuidar de Chan Yeol— le pase al pequeño.

—Padre, pero Minho y los chicos…

—No! Solo tienes siete años, cuando crezcas quizás — odiaba negarle algo, pero aun era solo un niño.

—Taemin, sabes que no debes desobedecer a tu padre.— me apoyo.

—Ya, lo siento— no muy convencido se fue con sus mejillas infladas y el pequeño Chan Yeol en sus brazos.

—¿Cómo esta mi hermanita? — Gwiboon, acariciaba el vientre de Kibum.

—Gwiboon, no te hagas ilusiones como con Chan Yeol— suspiré.

—Inquieta, no me ha dejado descansar en todo el día— inflo sus mejillas. 

—Te traje un obsequió— sabía perfectamente como animar su día. Sobando su vientre me miró interrogante.

—Tachan! — le entregue un pequeño paquete, que fue deshecho enseguida, para apreciar aquella fina ropa que conseguí en el otro poblado.

—Wah! Es tan bonito

—WAh, papi y yo!! — mi niña corrió a mis brazos. Prediciendo su reacción le había comprado también algo. —Se lo enseñare a Taemin— salió corriendo.


—Gracias— sus delgados brazos se enrollaron en mi cuello. —Cuando vuelva a ser guapo, me lo pondré especialmente para ti

—Tu siempre eres guapo— lo tome por la barbilla para besarlo.

—Jjong— me abrazo —Gracias, de verdad…

—Gracias a ti, por darme todo esto— acaricie su vientre con mis manos. 

Su sonrisa hermosa, no había cambiado desde el primer momento que lo conocí. Desde el día que por equivocación tropecé con él en el pueblo. Desde que nuestras miradas pasajeras se cruzaban, haciéndome desear más de lo que debía, asfixiándome con su caminar, con su coquetería, hasta hacerme caer por completo y rendirme a sus deseos. Que afortunadamente… eran los mismos que los míos. 

Huir es de cobardes, pero…nosotros nunca huimos, solo buscamos conservar nuestro amor.

Notas finales:

Bueno,  no pude evitar compartir esto. Es mi shot para celebrar el primer aniversario de la promesa JONGKEY *O* (dejenme soy bien JK Shipper que lloro de la emoción)

Quienes ya me han leído en otro de mis fics, sabe cuanto amo todo esto de historias de principes, reinos, etc, me la fumo bien verde con este tipo de historias *O*.

 

Espero que les guste, y comenten!!!! u_u


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