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Dos botellas de Malta por BlackMoral_Inc

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Notas del capitulo:

Es el segundo one-shot que subo.

 

Cuando escribí éste y el primero (¿Jugamos?), pensaba en darle una imagen "aniñada" a Ruki y eso...creo que son los únicos fics donde se comporta así e/u/e En fin... ¡A leer! >//<

Él sabía que ya era suficiente, que su amigo había bebido demasiado; aún así no lo detenía. Le gustaba ver cómo reía por todo, cómo hablaba incoherencias y se le insinuaba descaradamente (Esa era la mejor parte, según él).

 

Invitó a Ruki a tomar una cerveza a su casa, pero la cerveza se había convertido en dos botellas de Whisky Malta. No había sido su intención que se embriagara, pero tampoco había podido detenerlo. Además ¿qué sería lo peor que podía pasar?

 

—Rei, Rei.... t-tubo ¡tubo, tubo! ¡Uhh! Ja ja ja —El castaño menor se había subido al sofá y ahora se levantaba la playera dejando ver su abdomen, y era fantástico.

 

—Te vas a caer, pequeño idiota— Intentó bajarlo, pero Ruki era necio.

 

Ya habían pasado casi dos horas y el vocal seguía inmerso en su mundo de alcohol y fantasías.

 

Reita suspiró. Su compañero y amigo se retorcía sobre el sofá, casi sin poder mantenerse en pie, haciendo —o al menos intentando hacer— movimientos epilépticos a los que llamaba "baile".

 

—Rei-chan...n-ne... ¡ven a bailar conmigo onegai!

 

—Que no. Baja de ahí, ¡joder! vas a caerte.

 

— ¡No! Ven...anda, anda Rei... — Un poco cansado por el escándalo, Reita tomó de las piernas a su amigo y lo cargó sobre su hombro—. ¡Ay, Reita, por favor ayúdame! ¡Todo se ha puesto al revés! Oh...pero ¿qué veo? —Le tocó el trasero y dio un par de palmadas a este— ¡Uy! Akira tiene bonito culo —Se echó a reír como desquiciado. El mayor no pudo evitar sonrojarse y casi lo deja tirado, pero se contuvo.

 

—Deja de tocarme ahí, degenerado hijo de puta.

 

—No me hables así, Akira hijo de perra—Ahora lloraba desconsoladamente. Ni siquiera se dio cuenta cuando Reita lo había azotado contra la cama.

 

El móvil del bajista sonó.

 

— ¿Uruha? —Inquirió al contestar, luego de ver el nombre de su mejor amigo en la pantalla.

 

¡Akira! ¿Qué haces?

 

— ¡Pff!  No te lo imaginas, lo estoy pasando de lo peor... —Exageró con aquello, pero si estaba fastidiado, y más cuando escuchó un estruendo detrás suyo y una vocecita inocente: "Ups, eso era frágil".

 

¿A quién tienes metido ahí, eh? Picarón.

 

—A que no te lo imaginas...espera ¿metido? ¿Cómo sabes que es hombre?

 

­—Entonces, sí es un hombre ¿Eh? —Reita casi pudo ver la sonrisa gatuna que tenía pintada el ahora pelinegro al otro lado de la línea. No contestó—. Es Ruki ¿no?

 

— ¿Cómo mierda sabes? ¿Me espías? —Brincó al oír una carcajada de Uruha.

 

Es porque para nadie es un secreto que...bateas para el otro lado y que le traes ganitas al chaparro.

 

—¿Cómo dices?

 

Sí, que... te gusta el arroz con popote.

 

—No entiendo qué carajos estás diciendo.

 

¡QUE ERES GAY!

 

—Pero no me grites, idiota. Espera... ¿qué? No, estás muy equivocado Takashima Kouyou, yo no... —Nuevamente pudo imaginar la mueca de incredulidad que tenía colgada el más alto— No es lo que piensas.

 

¿Y por qué tienes a Ruki en tu casa y a éstas horas?

 

— ¿Con quién hablas...Aki? —Se oyó la voz entrecortada por el hipo de Ruki.

 

¡Mierda, Reita! ¡Ruki está ebrio! Ehh, tan serio que te veías, tan macho, tan...

 

—Cállate Uruha. Te veo mañana—Sin esperar contestación, colgó.

 

 

 

Mientras tanto, Aoi repartía ardientes besos en el pecho de su compañero de cuerdas.

 

—Te apuesto lo que quieras a que Reita se la mete —Propuso seguro el moreno.

 

—No creo, Reita se ve muy macho y.... está bien, nos vamos a algún lugar a cenar si se lo folla.

 

— ¡Hecho!

 

 

 

— ¡Ruki, hijo de tu madre! ¿Pero qué has hecho? -Vio desarreglada la cama, roto un espejo y regados unos papeles y sintió ganas de aplastarle la tráquea al vocal.

 

—Shhh, vas a despertar al bebé —Susurró, mientras abrazaba una almohada y la mecía en sus brazos. Reita arqueó una ceja ¿Desde cuándo su amigo se ponía tan loco con el alcohol?

 

—Date una ducha o acuéstate a dormir, pero ya cállate que me duele la cabeza.

 

— ¿Me traes un vaso con agua? —Preguntó con una vocecilla inocente y extrañamente sensual a la que Reita no se pudo negar.

 

—Pff, está bien, ¡pero no toques nada más! —Salió de la habitación. No habían pasado si quiera dos minutos de haber cruzado la puerta de la cocina cuando oyó pasos detrás; no podía ser nadie más que Ruki, así que se giró—. No que... ¡Oh Dios mío! —Dejó caer el vaso con agua y éste se hizo añicos al golpearse contra el piso.

 

—Quiero darme un baño —Reita tragó amargo. Ruki había bajado desnudo.

 

—Ruki ¿Do-dónde está tu ropa? Ponte algo, santo cielo —Desvió la mirada hacia todas direcciones.

 

—Reita, tengo calor. —El otro castaño no sabía dónde poner los ojos, pero inevitablemente se posaron en la bien dotada entrepierna del más bajo.

 

—El baño está en...en la habitación, sube, yo te llevaré el agua ahorita —Se recargó contra la nevera y miró hacia el techo esperando que su amigo se largara ya.

 

—Mh... -Pasó junto a él tambaleándose y casi cayéndose en varias ocasiones. Fisgoneó en la alacena, como si estuviese solo en su propia casa y luego se marchó.

 

—Pero... ¿qué demonios? —Reita se rascó la cabeza. Estaba confundido, tenía pensamientos extraños y no lograba descifrar ninguno. Hasta después de unos dos minutos cayó en la cuenta de algo de lo que no se había percatado por el bochorno que le provocó ver a Ruki desnudo: Bajó las escaleras demasiado rápido, lo que significaba que... — ¡Hijo de su madre! —Quiso salir corriendo y lo intentó, pero cayó sentado al resbalar con el agua que había tirado minutos atrás. Maldijo para sus adentros y chilló—. Mierda...

 

Cuando se puso de pie, y luego de haber sobado su trasero, se dirigió a la habitación. Estaba todo oscuro.

 

—Muy bien Ruki, sal de donde sea que estés. Ya sé que no estás tan ebrio como parece. —Tanteó la pared para encender las luces, pero sintió un agarre fuerte en su muñeca que lo detuvo. - ¿Ruki?

 

—Pues no, no lo estoy... - El mayor sintió que lo había jalado de la camisa y lo tiraba a la cama, pero... ¿de dónde coño había sacado Ruki tanta fuerza… o es que el ebrio era él mismo?  —Aki-chan... -Gimoteó, mientras se subía en el cuerpo del bajista.

 

— ¿Qué se supone que estás haciendo? —Quiso levantarse, pero el otro no se lo permitió, cuando menos se dio cuenta, Ruki ya estaba amarrándole las manos con el cinturón—. ¿Q-qué...? ¡Oye, no! ¡¿Qué haces?!

 

—Shhh, vas a despertar al bebé —Se echó a reír y se colocó sobre sus piernas para que no se moviera—. ¿Me vas a decir que me invitaste a tu casa solo porque sí? No te voy a creer, tú querías algo más, iguana pervertida —Hizo presión con su mano en la entrepierna del otro. Reita gimió— Oh, oh...qué bonito se oye eso; he fantaseado con éste momento desde hace años ¿sabes? —Se acercó a su rostro y le lamió las mejillas.

 

—Ruki... estás loco, estás...estás drogado, maldita sea —Se retorció debajo y casi se pone a llorar—. Ruki... ya suéltame.

 

Pero sus suplicas se convirtieron en inevitables gemidos cuando Ruki comenzó a restregarle las nalgas en la entrepierna. No iba a negar que se sintiera bien, pero su cordura le gritaba que debía detenerlo, aunque su cuerpo no concordaba con éste razonamiento, puesto que empezaba a ponerse duro.

 

> No te sientas culpable, tú no eres de hierro y el maldito de Ruki...oh, demonios. Está más que bien el enano éste. ¡NO! Reacciona Akira, tú no eres... ¿o sí eres? No, no eres gay. Bien, ya sabemos que sí eres.<   Había comenzado una batalla interior, pero mientras tanto el castaño ya se dedicaba a bajarle los pantalones.

 

— ¡NO! —Pataleó. - ¡Mierda, déjame ya!

 

— ¡No te muevas, Reita!

 

— ¡RUKI, DÉJAME!

 

— ¡Yo sé que quieres! Di que te gusto, ¡yo sé que te gusto!

 

— ¡Eso no es cierto! ¡Quita la mano de ahí! ¡Mmm…mierda!

 

—Ay, esto me está gustando.

 

— ¡Ya, Ruki!

 

— ¿No te gusto?

 

— ¡No! —Un apretón a su miembro le hizo gemir de nuevo—. ¡Te daré lo que quieras, pero...Mmm... déjame!

 

— ¡Reita, Reita, Reita, Reita, Reita! -Había comenzado a saltar sobre él, mientras seguía jugando con el "amiguito" del bajista y se reía como desquiciado.

 

— ¡Sí me gustas, maldita sea!

 

Uno, dos, tres... diez, quince, veinte segundos pasaron. Todo se había sumido en un silencio incómodo y prolongado. La escena en sí era algo perturbadora, cualquiera que los viera necesitaría unos cuatro o cinco meses o años de terapia psicológica para olvidar aquella imagen: Reita con las manos amarradas por un cinturón y con los pantalones hasta las rodillas, y Ruki completamente desnudo, sentado sobre el otro y con su pene entre las manos.

 

— ¿Sí te gusto? —Habló por fin. Sus labios formaron un infantil puchero y un brillito apareció en sus ojos. El mayor enrojeció, más de coraje que de vergüenza.

 

— Sí, pero...

 

— ¡Ahh! ¡Le gusto a Reita! —Apretó las manos, sin recordar que seguía teniendo aquel pedazo de carne de Reita en las manos.

 

— ¡Ahh! ¡Joder! —Se retorció nuevamente.

 

—Bueno, a lo que iba...

 

— ¡NO! —Otra vez Ruki empezó a manosearlo. Le metía las manos aquí y allá, hasta que se hartó y desató las manos del mayor para que ahora él desempeñara el papel que le tocaba (Y que sabía no podía cambiar, debido al orgullo del bajista): el de uke.

 

Reita apenas estuvo consciente de lo que hacía, el deseo se había apoderado completamente de él. Las peticiones obscenas que Ruki le hacía eran totalmente imposibles de no cumplir. Se deshicieron en besos y caricias con una excitación frenética que apenas les dejó darse cuenta que había ido a parar al piso.

 

Gemidos, jadeos y algunos audibles gritos. Maldiciones y jalones de cabellos, todo aquello formó parte de una cópula rápida, como si tuviesen miedo de ser encontrado en cualquier momento.

 

Al mayor ni siquiera la importó que Ruki dejara algunas marcas en su cuello (Que seguramente serían la prueba irrefutable, junto con la llamada de Uruha, que tomarían sus compañeros para molestarlo de por vida) o que manchara de semen su piso brillante. Él estaba maravillado por la curva que se formaba entre su cuello y su hombro, la calidez y humedad de sus labios, el sabor de su sexo (Sí, se atrevió a probarlo algunas veces), los lunares esparcidos por su cuerpo y todos aquellos íntimos sonidos que le regalaba mientras lo penetraba.

 

Una vez que terminó, se tumbó a su lado. Sonriendo apenas al ver como su pecho subía y bajaba violentamente.

 

—Reita —Habló unos minutos el menor.

 

— ¿Mh?

 

—Necesitas arreglar tu piso, había una puta fisura y me raspó una nalga, eso no es bonito ¿sabes? a tu novio debes tratarlo como una reina…es decir, como un príncipe.

 

—Oh, lo siento, no me había dado... ¡¿Qué?! ¿Cómo que novio?

 

—Y si no somos novios ¿Qué somos? —Hizo un gesto de tristeza.

 

—Es que...no podemos ser pareja —El menor se sentó de un solo movimiento y se quejó por el dolor en su espalda baja.

 

—Pe...Pero... si te gusto y...

 

—Bueno, no podemos...hasta que yo te lo pida formalmente —Miró al techo para obligarse a no sonreír como niñita enamorada. Ruki en cambio si lo hizo, y se lanzó a abrazarlo, no tardó en ser correspondido—. Ruki...

 

— ¡Sí, sí, sí quiero ser tu pareja!

 

—No te iba a preguntar eso.

 

—Ow... ¿entonces?

 

—No, en realidad si te iba a preguntar eso...pero como ya respondiste, no es necesario que lo diga.

 

— ¡Ah! Eso no es justo, yo quiero oírlo.

 

—Suficiente ha sido con dejarme ser violado por ti.

 

—Te recuerdo que fuiste tú el que me acaba de "violar".

 

—Esto arruina mi imagen ¿sabes?

 

—Pues no me importa...

 

—Tengo una duda...

 

— ¿De qué se trata?

 

— ¿No estabas ahogado de borracho?

 

—Ahh…pues no, idiota.

 

— ¿Entonces...?

 

—Cuando te ibas al baño o te dabas la vuelta yo tiraba el whisky -Sonrió ampliamente.

 

—Maldito tramposo asqueroso de mierda.

 

—Me salió bien el plan ¿eh? Nunca te lo hubieras esperado, además... ya estaba cansado de que no admitieras que te gusto —El otro resopló—. No te enojes, después de todo...terminó bien ¿no?

 

—Sí. —Sonrió, pero enseguida borró la sonrisa al imaginarse las burlas de sus compañeros de banda, ya se encargaría de cerrarles la boca.

 

—Oye Reita...

 

—Dime

 

—Para la siguiente semana...que sean otras dos botellas de malta ¿no?.

 

Notas finales:

¡Meh! Siempre me siento insegura sobre lo que escribo xDU Pero espero al menos que no hayan muerto de aburrimiento -3-

 

Gracias por leer.


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