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Scream my name por BlackMoral_Inc

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Notas del capitulo:

Hola a quien se toma la molestia de leer esto :B

 

Bien, les dejo otro one-shot (Que últimamente es lo único que puedo escribir - -) y ehm~ Well...este lemon en particular no me gustó nada e.e pero espero se entretengan al menos.

 

Posdata: Una disculpa por los posibles errores ortográficos, no tuve mucho tiempo de revisarlo.

La tensión podía sentirse hasta en el aire. El líder pasaba la mirada de Reita a Ruki, de Ruki a Reita, una y otra vez. Y es que ese par estaba extrañamente callado. Desde hacía un par de días que el bajista y vocal habían estado peleando por cualquier cosa, parecía que se soportaban cada vez menos.

 

Los guitarristas y el batero se mantenían al margen de la situación, siempre manteniendo una distancia prudente, pues no quería terminar en un ataque terrorista cortesía de los rubios.

 

- De acuerdo, por hoy, hemos terminado - Anunció Kai.

 

- ¡NO TE SOPORTO, SUZUKI!

 

- ¡Pues para mí no es un placer tener que trabajar contigo, enano de mierda!

 

- Ya empezaron -Murmuraron al unísono el par encargado de las cuerdas.

 

- ¡Eres insoportable, insoportable, insoportable! - El más bajito caminaba de un lado a otro, agitando dramáticamente los brazos. Reita caminaba detrás de él.

 

De repente, una baqueta salió volando. Ambos guitarristas salieron disparados del estudio, la riña entre los rubios había comenzado a subir de tono. Seguramente Kai les tenía una buena reprimenda.

 

- ¡¿Cuándo será el día en que me dejes en paz?!

 

- ¡Enano!

 

- ¡Iguana!

 

- ¡Enano!

 

- ¡Deforme!

 

- Basta, chicos - Dijo el pelinegro, ya harto de las infantiles discusiones de sus amigos y compañeros de banda, quienes hicieron caso omiso de sus palabras. - Chicos...

 

- ¡Ni siquiera haces bien tu trabajo!

 

- ¡Tú eres el que se la pasa comiendo moscas Akira!

 

- ¡Al menos yo no me la paso viéndole las piernas a Uruha!

 

- ¡Yo tampoco!

 

- Sí, claro -Evidente sarcasmo.

 

- Chicos, ya...

 

- ¡Tú eres el pervertido aquí, Suzuki!

 

- Muchachos...

 

- ¡Por supuesto que no! Seguramente le traes ganas a Uruha ¿no?

 

- ¿Qué demonios...?

 

- Oigan, ya se están pasando

 

- ¡Anda, niega que te la pasas viéndole las piernas a Shima!

 

- ¡Lo niego!

 

- ¡Mentiroso!

 

- ¿Acaso estás celoso?

 

- ¿Por ti? ¡Já! Sigue soñando, Takanori.

 

- Oigan, oigan...

 

- ¡Idiota!

 

- ¡Enano!

 

- ¡Deforme! ¡Iguana molestosa!

 

- ¡BASTA!! - Gritó desesperado el pelinegro y jalándole las orejas a los rubios, como si se tratase de dos críos.

 

- ¡Ay, ay, ay, duele, duele! -Gimoteaban los dos.

 

- ¡Parecen niños! Pues bien, si así se comportan, así los trataré.

 

- Suelta, suelta Kai. Ow, mi orejita... - Suplicaba Reita.

 

- ¡Arráncale la oreja!

 

- Ruki...-Le regañó el baterista.

 

- Gomen

 

- Bien -Los soltó. - Si ustedes no aprenden a llevarse bien, vamos a tener serios problemas y no vamos a poder ensayar como es debido.

 

-Culpa de Reita

 

- Culpa de Ruki -Dijeron al unísono, señalándose mutuamente.

 

- ¡A callar! -Kai sacó unas llaves de su bolsillo. Sonrió maquiavélicamente y eso no le gustó a los blondos; Kai debía estar pensando en algo y no era muy bueno.

 

- Kai me da miedo -Susurró Reita.

 

- Estoy de acuerdo con eso al menos.

 

-Bien, tengo una idea - Comenzó a decir el del cabello moreno, mientras caminaba hacia la puerta. - Aprenderán a tolerarse y para eso necesitan pasar tiempo juntos, así que... hasta mañana, que se diviertan - Kai sonrió ampliamente, pero ni Reita ni Ruki entendieron a que se refería, sino hasta cuando la puerta se cerró y fue asegurada por fuera.

 

El de la bandita y el vocal se miraron unos segundos...luego corrieron mientras gritaban y comenzaron a aporrear la puerta.

 

- ¡Sáquenme de aquí! -Gritaba el mayor.

 

- ¡KAI!

 

- ¡Auxilio!

 

- ¡No me dejes con éste loco! –Seguía exclamando el más pequeño como si se estuviese muriendo.

 

- ¡Auxilio! Oye... ¡¿cómo que loco?!

 

- ¡Por favor, sáquenme de aquí!

 

- Kai, por favor –Dijo en tono más bajo. - ¡Mi programa favorito empieza en dos horas!

 

- Yo ya tengo hambre. –Gimoteó Ruki. - ¡KAI!!

 

Sus gritos y suplicas no fueron suficientes como para que Kai regresara, al contrario, el pelinegro seguía afuera, recargado contra la pared mientras escuchaba a sus desesperados amigos. ¿Qué podía pasar en una noche que fuera tan malo?

 

- ¡Auxilio! – Gritó por milésima vez el joven de la bandita, quien yacía tirado en el piso, frente a la puerta, al igual que Ruki. – Ya te toca gritar Takanori.

 

- Ayuda – Dijo en voz muy baja. – Ya. Ya me cansé.

 

- ¿Y ahora que haremos? – Inquirió frustrado el bajista.

 

- A mi no me preguntes, estamos encerrados por tu culpa.

 

- ¡¿Cómo que mi culpa?!

 

- Si no estuvieses molestándome todo el día, pues… - Alzó los hombros.

 

- Yo no te hago nada, imbécil.

 

- ¡Agh! ¡No te aguanto, desquiciado! – Gritó con dramatismo.

 

- Desquiciado tú, enano sin gracia. ¡Tampoco te aguanto! – Reita se incorporó y se fue sobre el menor, al parecer, con toda la intención de golpearlo. – Maldito gnomo…

 

- ¡Iguana, quítate!

 

- No.

 

- ¡Auxilio, me violan!

 

- ¡Cállate! – Exclamó escandalizado.

 

- ¡Que no! ¡Me quieren violar, alguien ayúdeme por favor!

 

- ¿Ah, sí? Ya verás para que grites de verdad – Dijo mirando con malicia al pequeño vocalista.

 

- ¿Q-Qué…? – Titubeó asustado. Su miedo creció cuando el de la bandita se sentó sobre sus muslos, impidiendo a Ruki que se moviera.

 

- Te voy a violar. – Sentenció con suma seriedad, cosa que puso muy nervioso al vocal.

 

- ¿E…Es en serio?

 

- No. Imbécil. – Segundos después, se rió a carcajadas y se levantó. Ruki se quedó ahí tirado durante los siguientes veinte segundos; Su corazón palpitaba rápidamente y era incapaz de moverse de ese sitio.

 

- ¿Piensas quedarte ahí toda la noche o qué?

 

- P-pues…ese es mi problema ¿no? – Lentamente se incorporó.

 

- Si vamos a quedarnos aquí toda la noche, yo pido éste sofá. – Informó al menor, dejándose caer al mueble seleccionado. Ruki suspiró.

 

- Qué más da… - Susurró yéndose a sentar al otro sofá.

 

- ¿Qué? ¿Ahora qué tienes?

 

- ¿Yo? Nada.

 

- ¡Oh, vamos Takanori! Dime que tienes.

 

- ¡Ya te dije que nada! No seas molestoso. – Refunfuñó y se dejó caer en el sofá. – Apaga la luz.

 

- No, hasta que me digas por qué actúas más raro de lo normal. – Se sentó.

 

- Ya cállate y déjame en paz. –Se volteó, quedando frente al respaldo del sofá. Reita se levantó y se paró frente a él. – Vete.

 

- No.

 

- Vete. –Repitió exasperado.

 

- Ya te dije que no.

 

- ¡Que te vayas! – Se volvió a girar, quedando bocarriba esta vez. – Iguana molestosa.

 

- Eres raro ¿Lo sabías? – Reita subió al mueble y se paró, acomodando los pies entre las piernas de Ruki, quien se quedó inmóvil nuevamente. – Ahora me dices porqué te pusiste tan raro de repente.

 

- No me puse raro.

 

- Oh, claro que si. –Se agachó. – Muévete o mi rodilla te pegará en ciertas partes y no me hago responsable de eso ¿De acuerdo? – Bromeó sonriendo divertido. Ruki abrió los ojos de par en par. – Es broma, idiota.

 

- Idiota tú.

 

- Ahí vas de nuevo. Te encanta pelear conmigo ¿no es así? – Alzó una ceja.

 

- No, no es así; tú te la pasas molestándome y yo no hago más que defenderme. Siempre me provocas…

 

- Que yo te provoco ¿eh? ¿Y cómo te provoco? – Dijo de manera insinuante. El contrario se sonrojó notablemente, y aunque trató de disimularlo, le fue imposible. El bajista sonrió internamente.

 

- T-tú… ¡Maldito Reita! – Trató de levantarse, pero el aludido se lo impidió, pues volvió a sentarse sobre él. - ¿Qué haces? Qui-quítate…

 

- ¿Por qué titubeas? No me digas que estás nervioso.

 

- N-no…no lo estoy.

 

- ¿Cómo que no? – Su rostro fue acercándose más y más al de Ruki, y éste último palideció. - ¿Qué te provoco, Takanori? –Repitió. - ¿Acaso yo…? – No pudo terminar la pregunta. Ruki lo había tomado de la camisa para acercarlo a él y así besarlo, un acto que sorprendió al bajista, pero que a fin de cuentas él también pensaba hacer.

 

- ¿Qué tú me gustas? ¿Eso querías decir? – Cuestionó el más bajito una vez que se separaron.

 

- Podría ser.

 

- ¿Y qué piensas?

 

- No lo sé, dímelo tú. – Ruki volvió a besarlo, pero esta vez sin prisas, disfrutando los labios de Reita. El beso se tornó apasionado y extenso, ninguno de los dos daba señales de querer separarse y cada vez que lo hacían, volvían a unirse en otro beso más intenso que el anterior.

 

Pronto las manos de Reita se posaron sobre el pecho de su acompañante, bajo su ropa; lo acarició una y otra vez, como si quisiera grabarse de memoria la textura de su piel.

 

- R-Reita… - Susurró Ruki, rozando aún los labios del antes mencionado.

 

- ¿Sí?

 

- Q-qué…tú… - Tartamudeó un par de veces antes de llegar a formular la pregunta que de pronto se vino a su cabeza. - ¿Qué sientes…por mí?

 

- Me gustas. –Respondió sin rodeos. Hizo una pausa y prosiguió. – Sé que es infantil, pero…solo peleando es como puedo estar cerca de ti. Tenía miedo a tu rechazo. Ruki me encantas y te quiero para mí… ¡Maldito seas Takanori Matsumoto! –Exclamó mirándolo a los ojos y riendo embobado al igual que el otro rubio.

 

- Si me quieres para ti, entonces…hazme tuyo. –Siseó sensualmente esto último al oído de Reita, lo que hizo que éste se estremeciera.

 

La respuesta del mayor no se hizo esperar. La ropa comenzó a volar sobre ellos, como si de pronto la tela se hubiese vuelto insoportable.

 

- Vaya, has estado haciendo ejercicio – Comentó el vocalista mientras acariciaba los brazos del otro. Ambos soltaron una risita.

 

Un minuto más tarde, la única prenda que les quedaba era la ropa interior.

 

- No tienes idea de cuánto te deseo. –Susurró el mayor mientras comenzaba a besar el cuello de su amigo, quien suspiró al estremecerse y se dedicó a acariciarle los claros cabellos que le caían en la nuca.

 

- Demuéstrame cuánto – Sonrió al decir esto.

 

Las caricias continuaron de maneralenta, hasta que Reita bajó del sofá y Ruki lo imitó; se besaron ansiosamente durante un par de minutos. Luego, el bajista acorraló al vocal contra la pared. Ésta vez los besos se volvieron casi salvajes, en tanto una mano se encargaba de bajar el bóxer del menor.

 

La fría mano de Reita tocó apenas la entrepierna de Ruki, pero fue suficiente como para arrancarle un pequeño gemido.

 

- Tus gemidos me excitan. Sigue haciéndolo. –Le habló al oído mientras lo seguía tocando de manera lasciva. Escuchar los gemidos de Ruki era realmente alucinante; era como una droga y aquello se le iba a hacer una adicción.

 

- Mmhg… ¡Ahh, R-Reita! P-por favor… -Pedía el pequeño al sentir los dedos del más alto rozando su miembro- ¡A-ahh!

 

- Sí, grita mi nombre –Dijo sonriendo mientras masajeaba con el pulgar la punta de la virilidad ajena.

 

- Reita… ¡Reita! ¡Ahh! N-nos van a oír...Mhg!

 

- ¿Y qué mas da? Sigue, Ruki…vamos, quiero oírte –Mencionó sensualmente en su oído.

 

- ¡Mmhg…A-Akira, maldito pervertido! –El aludido comenzó a masturbarlo al mismo tiempo que atrapaba sus labios en un beso necesitado. Las caderas de Ruki se movieron al mismo ritmo que la mano que lo estimulaba, mientras él ahogaba sus escandalosos gemidos en la boca del mayor. Era desquiciante como Reita lo estaba llevando al límite de su excitación.

 

- Te estás poniendo muy caliente, Ruki – Habló sobre sus labios, dejando escapar una media sonrisa. Cambió el objetivo de sus besos al bajar a su cuello, donde dejó unas cuantas marcas en él, como si quisiera señalar que Ruki era suyo.

 

-Ahh, Reita… ¡Sí, así, mmhg! – Los suspiros salían uno tras otro seguidos de audibles jadeos. La mano de Reita iba de arriba abajo por toda su extensión, cada vez más rápido. Gimió una vez más. Su espalda se arqueó intempestivamente cuando se corrió en la mano del bajista, quien se lamió uno por uno los dedos, probando la esencia del menor. Ruki se sonrojó hasta la raíz al verlo.

 

Volvieron a besarse. El vocal hizo una pequeña mueca al sentir los restos de su propio semen en los labios de su compañero, pero no se separó, al contrario; tomó protagonismo, mientras le comía la boca, deslizó todo lo que pudo el bóxer de Reita. Sin rodeos, tomó su miembro y dio un leve apretón.

 

- ¡Ahh! Maldito enano…Mmhg ¿Qué quieres? ¿Volverme loco?

 

- Así como tú me vuelves loco, Reita. – Volvió a apretar su miembro y sonrió satisfecho al ver la cara de placer del contrario.

 

- T-te… ¡Ahh! ¿Te estás…vengando acaso?

 

- Tal vez. – Bajó hasta quedar hincado frente a él. Lamió toda la erección de Reita y dio pequeños mordiscos, que provocaban que el mayor gimiera más fuerte.

 

Complacido por los sonidos que escapaban de los labios ajenos, Ruki engulló por completo el sexo del bajista. Subía y bajaba con lentitud exasperante.

 

- ¡Mmm! Ruki…m-más, pequeño… ¡más! – El “pequeño”, como lo había llamado, lo estaba haciendo perder la cabeza. Esa lengua húmeda y tibia jugaba alrededor del glande. Succionaba muy despacio y mordía justo en zonas que le provocaban el placer que nunca en su vida había sentido ni con la mejor puta. En conclusión: Ruki era bueno usando la lengua.

 

De pronto dejó de sentir que invadía aquella boca caliente. El menor se había detenido y ahora se colocaba de espaldas a él, haciendo que sus nalgas tocaran su miembro palpitante.

 

- Métemela. – Aquella petición hizo que la mente de Reita convulsionara y su cuerpo se calentara como nunca. Lo tomó por la cintura y se giró con él para que quedara frente a la pared.

 

- ¿Seguro?

 

- ¡Sí, mierda, ¿no ves como me tienes?! ¡Te quiero dentro Reita! ¡Ya, ya! – Casi gritó desesperado. Su voz suplicante y que empezara a frotar su trasero contra el pene del aludido hizo que éste no se la pensara dos veces para penetrarlo de una sola vez. - ¡A-ahhh! ¡Pero no así, animal! ¡Duele!

 

- Ahora te aguantas, idiota…Mmh. No te muevas.

 

-Mmhg…R-Reita, duele…¡Ahh, sácala!

 

- Es solo la punta, no seas chillón. Además, si no dejas de moverte dolerá más – Dijo divertido por la situación, dejándole ver que no se saldría o detendría. Ruki gruñó, cerró los ojos con fuerza al sentir como el grosor de Reita se abría paso lentamente en su interior. Jadeó. Comenzó a sudar y apretó los puños.

 

- Mmhg…e-espera.

 

- ¿Me detengo? –No obtuvo contestación. Pocos segundos después, Ruki fue quien comenzó a moverse, de atrás hacia delante movía las caderas. – Ahh…

 

- Sigue, ahh…onegai. – Soltó un audible jadeo y frunció el ceño cuando sintió que el otro salía de su cuerpo. Giró la cabeza para verle sobre el hombro, justo en ese momento, Reita lo penetró nuevamente, entrando de una sola estocada.

 

Ambos gimieron.

 

- ¡Re-ita…ahhh! Joder, uhm. –Tembló por un instante y sus piernas perdieron algo de fuerza, por lo que se pegó por completo a la pared. – Muévete Reita, muévete. –Y el otro no se hizo del rogar. Tan rápido como le fue posible comenzó a embestirlo.- ¡Ahh! Por Dios…Akira, no seas tan… ¡ahhh! ¡Maldito animal! –Se quejó porque el otro se había movido de manera muy brusca y provocó que la cara del vocal se estrellara en la pared.

 

Las embestidas se hicieron más violentas. El miembro de Ruki rozaba con la pared, así que no tardó en atenderlo y comenzó a masturbarse. Ya hasta se les había olvidado donde estaban porque los gemidos, jadeos y obscenidades les salían por montones y sin cortarse.

 

- Ya casi, Ruki…Mmm.

 

- Ahh, Reita…así. Dame más… ¡Ahh, más rápido!

 

- Grita…grita mi nombre, Ruki. ¡Grítalo! – Su petición fue concedida. Ruki gritó por lo alto, pues el bajista justo se corrió en su interior, casi al mismo tiempo que él en su propia mano.

 

Exhaustos, se fueron a tumbar al sofá. Se dedicaron a besarse por unos momentos, hasta haber recuperado el ritmo normal de sus respiraciones.

 

- El castigo de Kai funcionó. –Comentó Reita mientras se vestía.

 

- Lo sé…y mejor de lo que esperaba.

 

- ¿Qué crees que diría si se entera?

 

- No tengo la menor idea. –Sonrió divertido al imaginar la cara que pondría Kai si los viera en tremenda situación. Suspiró mientras terminaba de ponerse el pantalón. – Nhg…

 

- ¿Qué pasa?

 

- Me duele el culo, pendejo. –Reita soltó una carcajada. - ¡Oye, no te rías! –Gritó ruborizado. – Tú lo causaste, no debería darte gracia, idiota.

 

- Oye, deja de insultarme, maldito seas. Además tú te dejaste y hasta me gritaste que te la metiera. –Rió más fuerte al ver las mejillas de Ruki completamente enrojecidas. – Me gustó. –Confesó al cesar sus risas.

 

- ¿Mh? – Le sonrió tímidamente. – A mí también. – Se levantó y caminó torpemente hacia él para abrazarlo. – Me duele. –Murmuró haciendo un puchero.

 

- No te quejes, sabías que pasaría.

 

- Pero fuiste un bruto –Le dio un golpecito en el pecho, Akira le contestó con un beso. En ese momento la puerta se abrió y Ruki casi salió volando de tan fuerte que el otro lo empujó para quitárselo de encima.

 

- ¿Kai? – Inquirieron al unísono al ver al pelinegro entrar.

 

- Hola de nuevo chicos, ¿se divirtieron?

 

- ¿Qué haces aquí? ¿No se suponía que nos dejarías toda la noche aquí? – Preguntó el rubio menor.

 

- ¿Y dejar que se maten? No, claro que no. Necesitamos vocal y bajo –Rió. – Así que aproveché para ir a cenar –Les sonrió. - ¿Cómo se la pasaron? – Los rubios se miraron y luego se dieron la espalda, fingiendo que se ignoraban.

 

- ¡No lo soporto! – Gritaron al mismo tiempo. Kai suspiró resignado.

 

- ¡Es una iguana odiosa!

 

- ¡Y tú un gnomo de jardín! – Seguían peleando mientras salían de la sala. Kai solo caminaba junto a ellos.

 

- Idiota.

 

- Estúpido.

 

- Imbécil.

 

- Demonios, mi plan no sirvió. –Dijo Kai. – Creo que debo ingeniar algo mejor que dejarlos encerrados – Frunció los labios en un pequeño puchero.

 

- Yo creo que no. – Dijo en susurros Ruki.

 

- ¿Qué dices? – Kai volteó a verlo.

 

- Que…lo de dejarnos encerrados estuvo bien –Respondió Reita y sonrió. – Estuvimos un buen rato sin pelear ¿No es así, Takanori?

 

- Así es. Eso sí, a Reita le encanta que grite su nombre…– Kai no comprendió a que se refería su compañero con eso, pero se alegró de que al menos sus compañeros ya no estuvieran como perros y gatos como horas atrás.

 

Y mientras el batero se felicitaba así mismo por lo que había logrado con ese par, los rubios se sonreían discretamente mientras compartían miraditas cómplices.

 

 

 

Notas finales:

¿Y bien? Pueden dejar un review con sus quejas y sugerencias 8) Nada más no me masacren, hace mucho que no escribo ; ; (?)


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