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Recuerdame por Hikaru_yuna

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Notas del capitulo:

See me gustaria poder hacerlos mas largos pero creo que me siento ya bastante presionada por mi misma para hacer uno al dia mas o menos. Con respecto a eso, tienen que ocupar dos paginas de office enteras y al menos una parte de una tercera(tengo un sistema operativo berreta e.e).

Si a la gente les gustan mis fansfic es por ellos que los continuo porque inspiracion me sobra para un monton de cosas 

Capitulo 2.


 


Habia anochecido y todavia el no sabia si debia ir o no hacia el mismo lugar donde el atardecer de ese mismo dia le habia convocado. Inuyasha no tenia ninguna nocion de el porque deseaba verlo y aunque la curiosidad le remordia la cabeza habia varias emociones involucradas tambien con respecto a este hecho.


 


Sentia miedo. Miedo de ser herido nuevamente. Miedo de que su hermano cobrara una sutil venganza por el abandono ocurrido tiempo atrás. Miedo de que esto fuera una trampa y de que terminaran abriendo viejas heridas que desde hace bastante que debian estar cerradas. Este sentimiento era acompañado por la desconfianza.


 


No solo sentia miedo, sino tambien sentia entusiasmo. Si este se convertiria en unos de sus clasicos encuentros de indole sexual seguro no podria negarse a el. Comenzo a sentir un profundo anhelo de que eso ocurriera. Sentia una necesidad tan grande de ser suyo nuevamente que hasta podria decirse que sentia una hambrienta desesperacion.


 


No obstante seguia inseguro acerca de que decision tomar. Finalmente, y despues de un gran debate mental acerca del tema termino sabiendo que en realidad a pesar de las conclusiones que sacase de todas maneras iria. La curiosidad era el sentimiento mas poderoso de todos en ese momento.


 


Salio precavidamente de la cabaña de la anciana Kaede ya que no tenia grandes deseos de que cruzarse con alguien que le pudiese hacer preguntas a las que responderia de una manera que seguro dejaria sospechas. A veces, detestaba su falta de credibilidad a la hora de mentir. Por mas que su boca dijera una cosa su cuerpo le daba a entender a la persona con la que hablaba otra cosa.


 


Como ya habia anochecido no habia demasiada gente fuera de sus casas aunque el clima estaba delicioso. Habia algunas nubes oscuras tapando la claridad de la luna y de las estrellas, dejandolas brillar a los ojos del espectador en cortos intervalos de tiempo. Los aldeanos estaba reunidos con sus familias, comiendo, charlando o simplemente estando juntos. Inuyasha jamas habia tenido esos calidos momentos tipicos de la convivencia familiar. Su padre habia muerto intentando salvarlos tanto a el como a su madre, jamas le habia conocido pero le reconfortaba saber que se habia preocupado por lo que posteriormente seria condenado a sufrir como mitad bestia y mitad hombre. Su madre habia muerto siendo el muy pequeño. A partir de eso, comenzo a sentirse abandonado. Perseguido por demonios y rechazado por los hombres, el lado cruel de la vida comenzaba a provocar heridas en su corazon. Esto, le habia hecho sentir un profundo disgusto cada vez que se hablaba de Izayoi aunque habia amado a su madre, mas de lo que jamas admitiria. Su hermano, su unico pariente en el mundo, cuando mas lo necesitaba lo rechazo por su sangre mestiza. No importaba que hubiera sido su amante pero esto seria otra de las faltas por lo cual jamas lo perdonaria. Aunque era tarde para arrepentirse. El habia aprendido a sobrevivir y para ello no debia confiar en nadie. Se rindio, cuando futuramente conocio a Kikyou y luego a sus amigos.


 


Kikyou. Inuyasha recordaba con cruel precision que desde el momento en que se habian vuelto amantes y la noticia se extendio hasta mas alla de la aldea en la que vivian, si bien en ese entonces su relacion con su hermano mayor no era demasiado buena parecio empeorar con este acontecimiento. Se preguntaba si todo ese vulgar drama orgulloso de Sesshomaru no eran mas que celos posesivos con respecto a su persona. En ese momento, el joven hanyou creia que era por la necesidad de no humillarse mas permitiendo que su hermano menor se convirtiese en un humano y viviera con otra miko humana. No seria algo que le hincharia de orgullo proclamar ya que el joven Daiyoukai sentia un desprecio que se inclinaba peligrosamente al odio y la suprema repugnancia hacia los humanos que le impedia experimentar cualquier sentimiento hacia ellos que no fueran los antes mencionados.


-¿Inuyasha? - una suave voz femenina susurro de manera cansada y algo preocupada su nombre.


 


El joven, creyendose descubierto por un momento, retrocedio varios pasos con una mirada sumamente alarmada dirigida al lugar de donde habia percibido la delicada voz ya que no lograba distinguir bien la identidad de la mujer.


 


-¿Que estas haciendo a estas horas por aqui? - Sango salio de la sombra que ocultaba su rostro. Detras de ella, comenzaron a avanzar Aimi y Emi. Las niñas parecieron entusiasmarse bastante al verlo ya que inmediatamente saltaron hacia el, jalandole cruelmente las orejas.


 


-¡Sango! Haz algo con ellas – Inuyasha intento deshacerse de las pequeñas que presionaban inocentemente fuerte sus curiosas orejas. Finalmente, tomandola a cada una de un mechon de cabello las dejo nuevamente en el suelo.


 


-Niñas, esten quietas por favor. Vuelvan a casa en un momento las acompañare alli – les indico la exterminadora en un suave tono autoritario. Las pequeñas la observaron para luego marchar nuevamente a su hogar caminando alegremente de las manos. Sango comenzo a menear suavemente la cabeza en un gesto de dulce resignacion. Se giro calmadamente hasta donde estaba Inuyasha.


 


-Bien, ¿Adonde crees que ibas a estas horas? Me parece un poco tarde para salir – parecia un reproche aunque el sabia que bajo ese tono de voz tan amable se escondia un iracundo mounstruo controlador.


 


-Yo... sali a caminar. El clima parece bastante propicio para eso – respondio, luego de vacilar momentaneamente.


 


-Bueno, esta bastante oscuro – dijo Sango observando como el cielo se habia vuelto a convertir en un negro manto cubriendo el ambiente.


 


-Es agradable para mi – El joven hanyou sentia que no tenia tiempo para discutir con su amiga, asi que le contesto con maneras desagradable, intentando maleducadamente de hacerle percatar de su innecesario interes por sus movimientos nocturnos.


 


Ella cerro de forma tranquila los ojos, como si lo aspero de su voz le hubiera herido. Cuando volvio a abrirlos, el ya no se encontraban frente a frente, se volteo y observo como su espalda se alejaba en la espesura de la noche.


 


-Esta bien, cuidate – le susurro la exterminadora.


 


-Gracias – le dijo el hanyou frenandose para contestarle – Tu tambien debes ir a casa. Miroku y los niños te deben estar esperando.


 


-Si – Sango siguio el camino hacia su casa.


 


Cuando ya se encontraban alejados entre ellos, Inuyasha suspiro con dramatica fuerza, dando entender su supremo alivio. Al fin, habia podido imponerse a Sango y tenia la seguridad de que jamas volveria a incomodarlo con sus acusadoras preguntas. Se arrepentia un poco de haberle hablado de aquella manera tan brusca porque sabia que lo que la motivaba era la preocupacion que sentia porque el estuviera bien.


 


-Bueno, ya paso, ya lo hice – se dijo a si mismo. Con todo ese pequeño contratiempo y todas las precauciones que habia tomado para que nadie le descubriera habia pasado gran parte de la noche.


Seguramente, Sesshomaru ya se abria ido y lo mas probable es que estuviera bastante furioso con el. Apreto el paso para poder llegar mas pronto pero aun le quedaba un gran trecho por recorrer hasta llegar a la colina donde le habia pedido que lo esperara.


 


Pensaba ya varias excusas que dar ante el retraso aunque sabia de antemano que eran innecesarias ya que su hermano mayor ni siquiera las escucharia. Solo servirian para enfurecerlo mas pero tenia fe de que quiza, pudieran servirles.


 


Cuando llego, exhausto y preocupado hacia el lugar, inmediatamente noto lo vacio que estaba. La decepcion comenzo a subir hasta su pecho de manera violenta. Lo habia dejado solo alli. Si era una humillacion mas con intenciones de herirlo sin duda alguna habian funcionado.


 


Se dirigio hasta el extremo, donde se sento y contemplando la dormida aldea, empezo a tragarse las lagrimas de desilucion que corrian por su rostro. Estaba actuando como un idiota, y lo sabia pero no le importaba en lo mas minimo ya que nadie podria ver de que manera le afectaba ello.


 


Cuando se levanto dispuesto a regresar, se prometio una cosa a si mismo: jamas volveria a caer de nuevo en una trampa de su cruel hermano mayor Sesshomaru.


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