Era difícil notarlo. No importaba cuantas veces hubiera tratado con él, aun no lograba entender porqué lo único que le importaba en el mundo era su pueblo, escuela…y pelear. ¿Por qué ahora se veía tan diferente de esa imagen que tenía de él? Y es que no es tan fácil notarlo…cuando te has enamorado de una persona, pero para alguien tan denso como Haneuma, lo era aun más, porque era una emoción completamente nueva para él. Decidió buscarlo, aunque siempre que se veían, el joven moreno siempre trataba de pelear con él, y él entendía, pelear con su pupilo era una de las cosas que más disfrutaba de visitar Namimori, no, mejor aún, era de las cosas que más disfrutaba en su mafiosa vida.
- Hola Kyoya! –fue lo único que pudo decir al ver la cara de su almuno.
- Mmm, Haneuma así que has regresado para ser Kami Koroseado de nuevo-decía mientras sacaba sus tonfas.
- Jaja, vamos Kyoya, no deseas primero platicar un rato, Ohh, ya se…te invito a comer…
Pero un golpe salió disparado contra él. Sonrió…seguía siendo el mismo que cuando acabó la batalla de los anillos Vongola…tan autoritario, frío, pero con esa intensa sed de pelea. Pelearon por un largo rato, pero ninguno de los dos cedía.
- Vamos Kyoya, ya fue suficiente por hoy- le decía al joven, mientras notaba que se ponía de pie tras un golpe que le dio el rubio.
- Primero deberé de vencerte cien veces más Haneuma.
- Pero Kyoya…hace tiempo que no nos veíamos, acabo de llegar de Italia…y he estado trabajando demasiado…en serio…no quieres ir a cenar? Prometo que mañana pelearemos todo lo que desees…
- Hmm…si ya no vas a pelear en serio conmigo…puedes irte Haneuma, tenías que ser un herbívoro.
- En serio? Tú crees? Y yo que te iba a invitar una hamburguesa…pero ya que soy un herbívoro…-Los ojos de Kyoya brillaron por un instante…
- Hmm…supongo que puedo ir a revisar el pueblo un rato.
Era extraño, la cara que acababa de poner el joven azabache había logrado que no dejara de verlo por todo el camino al restaurante, tenía calor…incluso cuando era un día tan increíblemente frío “será porque acabamos de pelear” era lo que pensaba Dino…mientras seguía sigilosamente con la vista al joven. Pidieron una mesa, e inmediatamente la mesera les dio la carta, Kyoya pidió dos cortes de hamburguesa y un vaso de agua. Dino ordenó lo mismo, preguntándose que tenían de grandioso las hamburguesas. Kyoya lo miró. No era la primera vez que el potro lo invitaba a comer, pero si era la primera vez que lo veía tan rojo después de una pelea.
- Haneuma…no me vayas a decir que te he ganado hoy porque estabas enfermo...
- Ehh, por qué lo dices Kyoya? No soy débil aunque una enfermedad me golpeé…espera, no estoy enfermo!
- Mmm, en serio? sabía que sin tus subordinados eras torpe, pero no notar una enfermedad…da igual, mientras pueda seguirte Kami Koroseando- dijo, mientras volteaba a otro lado para evitar la mirada de su tutor, era la primera vez que se preocupaba por otra persona, y peor, que se lo daba a conocer.
- En serio Kyoya estoy bien, solo tengo un poco de calor…-sería esa la razón por la que veía tan raro a Kyoya? eso debía ser, quizá si estaba enfermo…era lo que pensaba Dino, aun sin apartar los ojos de lo que parecía un apenado Kyoya.
- Llamaré a Romario Kyoya, gracias por preocuparte.
- No me estaba preocupando, solo recuerda que mañana tenemos una pelea…y no peleo con herbívoros débiles Haneuma.
- Hai, hai- respondió Dino con una mirada sincera sobre el joven.
Acabaron de comer, y Kyoya regresó a Nami-chuu, pues aun tenía ciertos asuntos pendientes, mientras que a Dino lo recogió Romario y lo llevó a su hotel.
- Boss…no está enfermo, solo un poco emocionado, su corazón está latiendo muy rápido…pasó algo?
- Ah, no…no es nada Romario, quizá fueron las hamburguesas…al parecer comí más de lo que debía…
- En serio Boss…(pero si apenas y mordió una…)…cómo está Hibari?
- Kyoooya…!!! Este…está bien…-dijo, mientras se volvía a poner rojo y obviamente su corazón latía más rápido…
- Ahh…ya veo…(así que era eso…), Boss, quizá para la pelea de mañana…debería de ir a otro lugar que no sea Nami-chuu…que tal…un parque de diversiones?
- Pero Romario…en un parque de diversiones…no sería tan fácil pelear… ademas… molestaríamos a los demás…
- En ese caso…no se la pasen peleando Boss…
- Ehh??
Dino no entendió por qué Romario le había propuesto eso, seguramente...quería ir al parque de diversiones!!!pero no quería pedírselo…así que como buen jefe…llevó a Kyoya al parque de diversiones…y le dio a Romario un pase para entrar a todos los juegos disponibles…(y si…lo hizo con una brillante sonrisa)…hasta que notó que algo no estaba bien…
- Así que realmente estabas enfermo Haneuma- le dijo Kyoya…con un aura negra a su alrededor
- Qué? Por qué lo dices Kyoya? –le contestó…una vez más con su cara roja
- Te voy a Kami korosear…aunque no tengas a un subordinado que te haga pelear en serio…Haneuma.
- Ehh….Ehhh!!!!-No se había dado cuenta que sin Romario…no era más que un torpe capo- espera Kyoya…
Y aunque realmente iba a kami korosearlo, se le acabaron esfumando las ganas de mandarlo al hospital por una razón más verídica que una enfermedad…y mejor decidió regresar a casa, pero el potro había vuelto a hacer de las suyas, y ya le había comprado un algodón de azúcar.
- Mira kyoya…no crees que el algodón de azúcar se asemeja a ti?
- Ahh, si…en qué sentido? – le decía si verlo…pues al parecer Hibird había hecho un nuevo amigo…
- Mmm…no se…parecen nubes no crees?
- Hmmm…
- Kyoya…?- Si…le había dejado de prestar atención y ahora jugaba con el nuevo amigo de Hibird…-ahmm…Kyoya…te gustaría jugar también con Enzo? Es muy lindo sabes?
- Tu tortuga Haneuma? Que no es aquella que camina hacia aquel juego en cascada?
- Ahh? De que habl….waaa!!! Enzo…no te mojes!!!
Y así siguieron todo el día, hasta que llego la hora de la comid, aunque Dino seguía sin apetito…aun no lograba tragar su primer mordida al sirloin que había pedido y mucho menos podía quitarle la mirada de encima al joven azabache, sin embargo…tras notar su bajo apetito, comenzó a recapacitar todo lo que había pasado en ese viaje, al parecer, su corazón se aceleraba cada vez que peleaba…no…no era eso, se aceleraba cada vez que sus pensamientos empezaban a desvanecerse…por qué? Era lo que pensaba mientras jugaba con su tenedor…quizá…quizá sea una enfermedad nueva…una que no permite pensar…y hace que tu corazón se acelere…una donde…solo puedes pensar en…Fue interrumpido por la mesera que se acercó a preguntar si había algo mal con la carne. Kyoya también lo estaba viendo…empezaba a preocuparse…Haneuma actuaba raro...y eso afectaría los entrenamientos…
Siguieron por el parque de diversiones…pero Kyoya se perdió en un juego de peleas, y Dino en una tienda de recuerdos, cuando Dino encontró de casualidad a Tsuna.
- HolaTsuna…qué haces por aquí?
- Hola Dino-san! Mmm, al parecer Reborn deseaba probar el helado de este parque de diversiones…aunque acabó siendo un entrenamiento…y tú?
- Ahh…vine con Kyoya…-se había vuelto a poner rojo.
- Con Hibari-san? De seguro estuvieron peleando todo el día…
- Mmm, pues no tanto…
- En serio? (estará enfermo Hibari-san?)
- Dino-san, estás un poco rojo…te encuentras bien?
- Ahh, no es nada Tsuna…al parecer me enfermé de algo…
- No quieres ir al médico?
- Pues enrealidad no estoy seguro de qué estará pasándome…-comentaba mientras fue interrumpido…
- Ciaossu! Soy el doctor del parque de diversiones…
- Reborn! Qué haces vestido de médico? – Fue lo único que pudo recriminarle al arcobaleno.
- Vamos Reborn…qué es ese atuen…-El joven Haneuma y el décimo líder vongola acababan de ser golpeados por el sensei…
- Veamos paciente…usted está muy rojo…qué otro síntoma cree tener?
- Mmm…no tengo apetito…mi mente se queda en blanco a veces…y hay una persona en la que no he dejado de pensar desde que llegué…
- Jajaja…Dino-san, no soy médico, pero se exactamente qué es lo que tienes…-dijo el joven Vongola, mientras su tutor daba una sonrisa de aprobación.
- Ehhh? En serio? Qué tengo Tsuna?
- Dino-san…tú…estás enamorado.
- Ehhh?....Ehhhh!!!!
Enamorado. Esa era la respuesta, y al parecer, ahora que lo tomaba en cuenta, tenía sentido esa respuesta…pero, por qué Kyoya? Y peor aún…alguien a quien posiblemente nunca podría revelarle aquello. Estaba desesperado, confundido. Decidió sentarse para calmarse. Miró al cielo y se relajó un rato, pensando en qué haría ahora que lo había notado, hasta que apareció el joven en cuestión.
- Haneuma, parece que ya te estás recuperando.
- Ky…Ky….Kyoo…Kyoya….Hola…dónde estabas?
- Hmm, no te importa Haneuma.-decía mientras se sonrojaba también.
- Mmm, Kyoya…hay un juego al que siempre he querido subirme en un parque de diversiones…pero al parecer es más divertido si vamos en pareja…subirías conmigo?
- Hmm, solo porque hoy me has invitado la comida.
- Are? No seas así Kyoya-dijo poniendo un leve puchero.
- Pero me pides subir a otro…y te Kami Koroseo!
- Pero Kyoyaaa!!!
En fin, logró convencerlo de subir a la Rueda de la Fortuna. El paisaje que empezaba a mostrarse era hermoso. Toda Namimori se veía, y Kyoya no pudo evitar sacar una de sus sonrisas más sinceras. Mientras más iba subiendo el asiento por era gran rueda, Dino se preguntaba qué hacer con el joven sentado frente a él. Era seguro que si confesaba sus sentimientos, no saldría vivo de aquel juego, pero algo le decía que debía decírselo.
- Kyoya…en realidad…hay algo que me gustaría decirte.-Estaba más rojo que de costumbre.
- Ahh, si…mmm-En realidad no le estaba poniendo tanta atención…no cuando Namimori era tan hermosa.
- Verás Kyoya, hace algún tiempo que he tenido ciertos síntomas, y la verdad…creo que muy en mi interior ya lo sabía pero…
- Mmm…-Aun lo ignoraba.
- Lo que deseo decirte es que…-empezó a darse cuenta que lo ignoraban…
- Hay un incendio en Namimori!
- Dónde!!????
Fue lo único que pudo decir antes de que los delicados, pero en cierto modo expertos labios de Dino se posaran sobre los suyos. Intentó alejarlo, pero por alguna razón, la fuerza en sus brazos se había ido. Ni siquiera supo en qué momento, comenzó a responder aquella singular acción, ni el porqué aunque debería parecerle desagradable, incluso sus latidos comenzaban a emparejarse con los del potro, pasando de una suave melodía, a un gran terremoto. Era claro, ambos sentían algo más que una relación Tutor-pupilo, sin embargo…aun no era posible darle un nombre a ello. Aún así, fuera lo que fuese…ninguno de los dos tenía intensiones de dejarlo a la deriva… “Kyoya, te amo” fue lo que alcanzó a escuchar el líder del comité disciplinario, antes de notar que empezaban a llegar al final del recorrido.
-La próxima vez…realmente te Kami Korosearé Haneuma!- Fue lo que se escuchó al salir de la rueda de la fortuna, mientras Kyoya salía más que rojo de aquel juego, con un paso acelerado.
-Es…espera…Kyoya…-Fue lo único que pudo decir Dino mientras sobaba el nuevo golpe que tenía en la cabeza, y ponía una expresión de eterna satisfacción en su rostro.