Capítulo 11: Acercamiento
Para preguntar algo, pones Are o Is dependiendo de si estás hablando en singular o en plural cuando hagas las preguntas…— Yuusei apuntaba lo que Kaori escribía en la pizarra, ambos chicos se encontraban en el estudio de los padres del mayor; pues Miyagi había ofrecido su espacio para que practicaran debido a la pizarra y lo acondicionaron para sus necesidades –eso incluía apartar y ordenar libros… muchos libros; finalmente dejando un 2x2 lo suficientemente cómodo para dos personas.
—Asahina—kun— interrumpió Yuusei no muy convencido de hablar; el chico le respondió con una sonrisa— ¿What happen?—
—Ah… mhm… this… is a rule, or…
—Yes.
—I got it
Se sonrieron levemente; habían pasado ya tres semanas y podían mantener un dialogo de quince minutos; un poco tardado y pausado, pero era un avance y Yuusei había subido de calificación.
La timidez de Kaori había desaparecido casi por completo, excepto las veces en que no había nada que decir o cuando tomaban un descanso, por lo general las clases se impartían después de la escuela, siendo Kaori invitado a cenar y luego de eso, Yuusei le acompañaba hasta su hogar.
Y en esos momentos, Kaori no cabía en sí de dicha al tenerle tan cerca y solo para él… algo diferente a las clases había que decir.
—Entonces, ¿tu padre estuvo en Australia?
—Si, fue antes de conocer a mi papa…
—Oh… ¿y nunca le pediste ayuda para el inglés?
—No, bueno… solo una vez, pero… mi padre no es bueno enseñando, a decir verdad— suspiró con pesar, pues la última vez que le había pedido a Shinobu que le explicase el significado de una oración le había dado un diccionario.
—Pero me alegro que me estés ayudando, en verdad te lo agradezco— le sonrió de forma tan amable y sincera que Kaori desvió su mirada y avanzó un poco más; Yuusei se extrañó sin embargo no dijo nada y siguieron andando.
—Por cierto… ¿Cuándo cumples años?— preguntó lo primero que se le vino a la mente, algo extraño en él que fuera el primero en buscar conversación.
—En diciembre, 25 de diciembre— Yuusei soltó una ligera risilla y Kaori se sonrojó:
—¡No fue mi culpa! Creo…— Yuusei solto una ligera risa, discupandose.
—Es un lindo detalle, un regalo de navidad, ¿entiendes?—
—Aja… ¿y tu cuando cumples?—
—Yo cumplí en mayo 21… no se celebra nada especial, es un día común y corriente— suspiró, Asahina tuvo la intención de responderle “por supuesto que sí, ¡tu naciste!” pero se refrenaba para no hacerlo.
—¿Y por eso te gustaría ver la nieve, ¿verdad?— Kaori asintió tímidamente; Yuusei despeinó sus cabellos con descuido.
—Entonces haré esto, cuando sea tu cumpleaños haremos algo especial…—
—Bueno, las fiestas no faltaran, Yoh—sempai— Yuusei le respondió con una media sonrisa.
—Pero yo haré algo especial, te llevaré a la torre de Tokyo ¿no has ido aun, verdad? — Kaori lo negó y el otro prosiguió— entonces no vayas aun; la vista desde ahí es hermosa…imagínatelo cubierto de nieve… algo así será mi regalo.
—¿Porque me lo dices ahora?—
Solo quería hacerlo— respondió con la verdad, sorprendiéndose por ello, pero no le tomó mayor importancia y continuaron su camino. Después de varios minutos dieron una vuelta de esquina justo al frente se encontraba la casa de Kaori.
—Nos vemos mañana, Yoh—sempai—
—Adiós— Kaori entró en la casa con su mente en las nubes; mientras la otra parte volvía sus pasos sintiendo algo ajeno a él; ¿Por qué había dicho todo eso? No lo entendía, a su mente volaban los eventos de esta tarde, sobre todo no podía dejar de recordar y evocar aquellas dulces mieles tan inocentes y curiosas que eran sus ojos.
—Debería dormir más temprano— resolvió apartando aquellos extraños pensamientos de sí.
Mientras tanto, en la casa de los Asahina, Kaori se recargó en la puerta de entrada una vez que ingresó a la casa, soltando el aire que retenía.
—¿Y ese suspiro?— Kaori pego un brinco al techo de la sorpresa; pues en cuanto entro por la puerta se recargó en ella tratando de mantenerse firme y sereno pues sus padres estaban en casa.
—N—nada… iré a dormir— Asahina le dejó ir con una sonrisa y negando con la cabeza, más tarde iría a hablar con él, una pequeña charla que había dejado pendiente desde hace ya bastante tiempo.
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—¡Ren, esto no puede seguir así, eso no está a discusión, no lo harás y se acabó!
—¡Papa!
¡Escoge algo más productivo!
—No haré lo que quieras, es mi vida y tomo mis decisiones.
—¡Kusama Ren! ¡Espera que no he terminado contigo! — un gran portazo le respondió; Hiroki quedó totalmente rojo del coraje y para tratar de tranquilizarse respiró hondamente.
—Demonios… mocoso irresponsable— suspiró frustrado y se encerró en su propia habitación, luego se recostó en la cama, mirando al techo pensativo.
Asi le encontró Nowaki al regresar a casa dos horas después y extrañándose por no encontrar a Hiroki preparando la cena en su día; con una sonrisa coqueta se recostó a su lado y besó su mejilla; extrañamente Hiroki no le respondió.
—¿Hiro-san? ¿Qué sucede?— Hiroki le miró cansadamente y le dio la espalda, no dijo nada; Kusama supo entonces que había pasado.
—Ren de nuevo eh…
—Es un irresponsable.
—¿Qué hizo esta vez?— Nowaki se “guardó” alguno que otro retraso; pero pareciera que ese no había sido el problema.
—Hace poco hablé con él sobre la universidad; aún sigue con la tonta idea de estudiar música…. ¿me puedes decir a que se va a dedicar? Lo más estable es que fuese maestro de eso o al menos que tuviera la habilidad, no se…que sea un genio en la rama… pero no, es su gusto y lo entiendo, lo respeto…a veces… ¡ahhh es tan cabeza dura!— llevó la almohada a su cabeza y se ocultó en ella; Nowaki sonrió comprensivamente abrazando su espalda; Hiroki no buscó apartarlo, estaba tan ocupado dirigiendo su ira al muchacho que no prestaba atención a los mimos de su esposo.
—Hiro-san… ¿Qué me dijiste cuando te conté acerca de estudiar medicina?— Hiroki le respondió quitando la almohada un tanto molesto:
—Eres un idiota… cambiar tu carrera de un momento a otro por mero capricho… pensé que jugaste conmigo.
—No fue así.
—No, ya se, ya se… al final esa fue tu vocación… lo entiendo, pero eso ¿qué tiene que ver con nuestro hijo?— Nowaki le besó una mejilla y suspiró contra su cabello:
—Quizás Ren encuentre su verdadera vocación en el proceso, además es joven…
—Eso no tiene sentido; desde niño sabía lo que quería.
—Pero no todos somos iguales Hiro-san; yo confió en que Ren sabrá lo que quiere cuando sea el momento justo… pero nosotros no debemos dejar de apoyarlo, ¿Qué dices?— Hiroki sonrió muy breve y tomando la mano de Nowaki entra lanzando sus dedos le sonrió:
—De acuerdo, tu ganas… pero ahora no querrá verme; habla tú con él… tu eres el “trabajador social” aquí.
Nowaki besó su frente con dulzura, revolviendo sus cabellos, luego salió de la habitación, Hiroki siguió recostado en la cama y al poco tiempo sus parpados comezaron a cerrarse, había sido un largo día.
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Dibujaba recostado en el suelo, tan concentrado estaba en sus trazos que no noto cuando su padre se plantó a un lado de él.
—¿Qué dibujas?— pregunto con una sonrisa, Kaori se sonrojó de golpe y escondió la libreta en su pecho sentándose correctamente.
—N—nada… e—es tarea— Asahina se sentó en el suelo y lo miró divertido; el muchacho observo en varias direcciones y suspiró, necesitaba desahogarse con la única persona en que confiaba.
Dad… Can I tell you a secret?—
—Yes, my boy.
—Em… I´m… em… I guess... I´m… in l—love— el rojo en su rostro era tan adorable y Asahina le revolvió los cabellos preguntándole:
—Why do you guess? Arent sure?
—N—no es eso… bueno… es que no sé cómo se sienta o como se deba sentir, veras…cuando pienso en… en esa persona mi corazón late como loco y no encuentro como actuar frente a…bueno… oh damn…— Kaoru solo le sonrió; no sabía a qué grado su hijo estaba enamorado; pero ahora lo entendía y se levantó, extendió la mano para ayudarlo y se sentaron más cómodamente en la cama.
—Te diré entonces… estás enamorado, Kaori… lo sé, porque eso fue lo que yo sentí y aun siento por tu padre.
—Pero… ¿tú también te pusiste nervioso y quedaste como tonto?—
—No, yo tenía que aparentar, por su bien… solo dedicarme a cuidarlo, tu sabes bien cuál ha sido nuestra relación; pero hubo un momento en que tanto él como yo no pudimos resistir sin aclararnos y…pues, aquí estamos casados y contentos con un hijo adorable— Kaori se sonrojo y recostó en la cama abrazando su almohada con una sonrisa.
Dad… ¿Qué hago entonces? Yo… no sé si pueda controlarme más tiempo— Asahina le sonrió tiernamente; Kaori siempre había sido tan abierto con él, para el castaño, Kaoru era más que un padre, era su confidente y su amigo; el único que había tenido hasta ahora.
Internamente se alegró porque eso no hubiera cambiado luego de que empezara a frecuentar con muchachos de su edad, y con una calma apacible le respondió:
—Primero debes saber si te corresponde; hijo, a veces puede que los sentimientos que tengas por esa persona no te sean correspondidos… dime, ¿Qué ves en tu situación?— El menor se detuvo un minuto a pensar y negó con la cabeza.
—No lo sé… siempre está ausente… pero la forma en que me habla y me mira… papa… e—estoy casi, casi seguro que… tal vez funcione; pero ¿debería decirle?— por primera vez Kaoru no supo que responderle; de hecho no sabía si era lo correcto a primera instancia contando con sus antecedentes –fue Ryouichirou quien empezó todo— sin embargo pronto dio con una respuesta aceptable.
—Si tu corazón te dice que lo hagas, no lo dudes; pero debes estar preparado para lo que venga con ello— Kaori asintió con una leve sonrisa y Asahina se retiró, pues Ryouichirou le llamaba para ayudarlo con el aseo, antes de salir en el marco de la puerta se giró para decirle:
—Yuusei—kun es un muchacho muy agradable, podrías invitarlo a cenar algún día— dicho esto se retiró dejando a su hijo como un semáforo echando humo de vergüenza, no podía evitarlo, era tan adorable.