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JUNJOU REBEL -EN EDICION- por ravenK

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CAPITULO 22: VOLVIENDO A LA REALIDAD

 

Los templos, la belleza estática y eterna que guardaban los bellos y suntuosos jardines a través del tiempo aún permanecían para deleite de sus visitantes y orgullo de su nación; Kaori había llegado ya a las quinientas fotografías en solo cuatro días de estancia los cuales pasaron demasiado pronto para el joven castaño, sin embargo en cuestión de las fotografías, pensaba en que quizás había exagerado un poco cuando tomó una instantánea al ofuro de su habitación; considerando seriamente pedirle uno a sus padres.

Kaori vamos a subir- le llamó Shinobu con una sonrisa, el menor espabiló y les dio alcance sonriente, pero tropezó un poco cuando estuvo frente a ellos.

Sin embargo, dos fuertes manos alcanzaron a sujetarlo firmemente y cuando alzo el rostro a su salvador un rubor cubrió su cara.

¿Te lastimaste?- preguntó aquel y el castaño negó incorporándose; Yuusei simplemente sonrió.

Qué bueno…- aun lo tenía sujeto y parecía que no quería soltarle pero el llamado de su padre les hizo separarse.

 

¡Chicos! Vamos hay que llegar- Kaori avanzó rápidamente alejándose del mayor tratando de controlar su corazón que latía desaforado.

“Tranquilízate… no seas tan obvio…”- se repetía constantemente; estos últimos cuatro días habían sido demasiado emocionantes y extraños a la vez, pues el trato que tenía con Yuusei cambió demasiado.

 

Podían mantener la mirada mucho tiempo; olvidando la pauta de los cinco segundos, sin embargo esto no dejaba de ser abrumador, aparte de eso, pudo notar algo especial en la mirada de Yuusei, se había emblandecido y se mostraba más sincero a como lo conoció en un principio; quizás era el lugar lo que le había afectado o…

“¿Soy yo?”- llego a preguntarse, sin embargo no tenía el valor suficiente para afrontarlo.

 

Al llegar a lo alto de aquel templo; el último que visitarían y donde tenían proyectado pasar el resto de la tarde por una festividad local; Shinobu exclamó de pronto:

Se me ha olvidado algo chicos…- Yuusei se mostró confundido y Kaori le miró con preocupación:

¿Qué sucede Shinobu-san?- el rubio sonrió enigmáticamente y siguió:

Tengo que llamar a tu padre para decirle cuando nos recoja… le dije que le hablaría por estas horas-

Puede usar el mío, Shinobu-san…- el rubio negó efusivamente y le sonrió:

No… así está bien, de todas formas tengo que ver un pendiente con la gerente… ustedes pueden pasearse por el lugar no se preocupen por mi- Yuusei escudriño el rostro y tacto de su padre; encontrándolo un poco sospechoso pero la mirada de advertencia que le lanzó hizo que dejara las cosas así.

Bueno… igual y te esperamos, papa-

Ya dije que no es necesario… aparte me da algo de flojera volver a subir… ustedes vayan y diviértanse- y sin decir nada mas, se alejó del lugar, una vez lo suficientemente lejos dejó sus pensamientos abordarle a plenitud.

 

Más vale que no esté equivocado…- una risilla traviesa curveo sus labios, Shinobu negó con la cabeza y susurró levemente:

Espero que se diviertan chicos… suerte- su presentimiento no tenía cabida de errores; él lo sabía.

 

Estos cuatro días también habían sido –muy aparte de diversión- saber si su hijo y ese joven tenían algo, pues desde aquel acercamiento sospechoso en el jardín del ryokan empezó a sospechar, sin embargo pronto se dio cuenta que esto no pasaba mas allá de mera atracción reciproca… algo que, el decidió dar un empujón.

Era obvio para el que era su padre; pero quizás el joven no se haya dado cuenta… su hijo era poco táctico para estos asuntos cabe decir…

“Tenía que salir a ti, ¿verdad?”- dirigió su pensamiento fatalista a su esposo y siguió andando satisfecho por su buena obra del día.

 

“¿En qué piensas papa?”- se preguntó con cierto recelo y un poco apenado, sin embargo fue sacado de sus cavilaciones por la voz de su acompañante.

¿Qué hacemos, Yuusei?- giró para toparse con la mirada interrogativa y dulce del menor; este aparentó tranquilidad y le sonrió.

Bueno… hay que divertirnos- el otro le sonrió tranquilamente y asintió, pronto siguieron su camino.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Luces titilantes iluminaron el sendero por donde caminaba, las familias se congregaban en las decenas de puestos que extendían sus negocios con naturalidad y lleno de atenciones, el olor a comida exquisita inundaba los sentidos de los peatones y las risas de niños resonaban provocando un ambiente agradable.

Parecía sacado de un cuento, así lo pensaba Kaori, entonces reparó en el joven que caminaba al lado suyo el cual tenía una sonrisa en el rostro y miraba de frente.

¿En qué tanto piensas?- le preguntó con una sonrisa; Yuusei desvió su mirada volviendo de sus cavilaciones.

En que… no quisiera que este viaje terminara…- dijo sin pensar; y cuando quiso explicarse ya era tarde pues Kaori bajaba la mirada un poco apenado; Yuusei se mostró confuso y tartamudeó:

B-bueno… ya sabes, el inicio de clases y…eso… si…-

Ah… cierto- le respondió con un ligero tono de decepción; Yuusei se golpeo mentalmente por ser tan torpe, sin embargo el otro no mostro rencor y volvió a sonreír exclamando:

¡Quiero comer un dango! Nunca los he probado-

E-espera…- pero era tarde, el joven salió disparado a un puesto donde vendían el bocadillo.

 

Al parecer, el preciado Dango mejoró el humor de los muchachos, pues volvían a tener la tranquilidad de momentos anteriores, sin embargo cada uno estaba inmerso en sus pensamientos que, no notaron como poco a poco se retiraban de las demás personas y se adentraban en una senda tranquila.

Solo cuando terminaron de comer, observaron el lugar.

 

Subieron un poco más y ahora estaban en una loma pequeña, se podía ver a menos de tres manzanas el resto de los puestos y demás familias aún en el lugar, por algún motivo nadie dijo nada y permanecieron ahí; Yuusei instó a Kaori a sentarse en el césped y este lo hizo, siguieron en silencio agradable unos cuantos minutos.

 

 

Luces multicolores iluminaban el cielo oscuro; Kaori sonrió maravillado cual niño pequeño, su mente se perdió en el espectáculo frente a sus ojos que no notó como aquellos ojos grises le miraban profundamente.

¡Yuusei! ¡Esto es maravilloso!- se giró brevemente para verlo, y solo fue cuestión de una fracción de segundo antes de quedar completamente en blanco.

El mayor acercó su mano temblante a su cara y le acarició gentilmente; Kaori comenzaba a enrojecer.

Sus labios se acercan mutuamente y cuando otro juego de luces estalla en el cielo estos se funden en un casto beso.

 

El calor, emoción, alegría, añoranza y felicidad agobian su ser; y pronto una sensación nunca antes sentida por ambos les aborda.

Yuusei lo empuja suavemente y se coloca encima de él profundizando el contacto que había comenzado con suavidad.

Kaori no atina a responder y solo se deja llevar; sus emociones le nublan el juicio y no quiere pensar en nada más.

 

El estallido de luces, el césped en su piel y con Yuusei sobre él se siente maravilloso, en un momento dado conectan sus miradas y quedan observándose mutuamente.

 

“Sus ojos”- veía inocencia, pureza y castidad en su interior; le sonrió débilmente volviendo a besarlo, pero de manera suave; al separarse de nuevo solo sonríe más expresivo.

El otro le corresponde y en silencio ambos se levantan; aun es demasiado pronto.

 

Sin embargo, un corazón se quebró al darse cuenta de la situación… al igual que una luz más potente que las anteriores iluminaba en derredor.

 

 

 

 

 

Al regresar al Ryokan Shinobu les esperaba bebiendo una taza humeante de té; ambos aparentaron tranquilidad, sin embargo una que otra mirada hizo que el padre estuviera satisfecho, pero no sabía que aquellas miradas eran mera apariencia, al menos por una parte.

 

 

En la tarde de la mañana siguiente a la festividad; emprendieron la marcha de regreso, recordando el maravilloso sueño que habían vivido… antes de que se desatara la pesadilla que comenzaba a tomar forma.

Notas finales:

mañana conty :)


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