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JUNJOU REBEL -EN EDICION- por ravenK

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Notas del capitulo:

Ignoren el mes de retraso en el capitulo ¬.¬

Enjoy! ♥

CAPITULO 38: DICIEMBRE

Finalmente, diciembre había llegado, con él como si fuera algo automático de un momento a otro las calles de Tokio se cubrieron de adornos rojos y blancos; adoptando el clásico estilo occidental de esas fechas, las tiendas estaban rebosantes de luces y ofertas de fin de año, las reservaciones en restaurantes estaban abarrotadas, todos corriendo de un lado a otro buscando dejar todo en orden para estar libres a mediados del mes. En fin, la locura de este mes apenas comenzaba.

 

Por supuesto, los jóvenes universitarios no se quedaron atrás pues casi todos estaban en su límite entregando trabajos de último minuto o presentando exámenes finales, rogando a los maestros por un punto más y evitar el curso extra, o abarrotando la biblioteca que lucía sola el resto de los once meses del año.

 

Por supuesto, con este cambio, los maestros se tornaban un poco más… irritables.

 

 

Escuchen bien, no aceptaré ningún trabajo o reporte después del día 15 pasadas las tres de la tarde, al mas mínimo retraso será devuelto y no me importará si se cayó de venida a mi oficina, si un perro se comió su tarea, o cualquier otra excusa; la calificación les será entregada el 20 y no hay modificaciones, así que, revisen bien lo que entregan que no me hare responsable de su falta de interés…- Toshizo trago amargo sintiéndose intimidado ante el demonio Kamijou, cierto que podría hablar y sonreír desinhibido con su “suegro” pero, una cosa era su vida personal y otra su vida laboral, Hiroki merecía un premio por apartar ambas tan bien.

 

Entendió, ¿joven Usami?- ante el mutismo del joven y su cara pasmada, Hiroki decidió hacerle notar su distracción, un asentimiento atemorizado le fue contestado y Kamijou no pudo evitar reír internamente; si tenía el carácter de Akihiko era una cosa, pero no podía evitar recordar a Misaki a través de él.

 

Es todo, pueden salir, cualquier duda o aclaración estoy en mi oficina hasta las cuatro-

G-gracias sensei- una reverencia unánime y todos salieron en orden; temiendo que algún libro golpeara su cabeza, cuando finalmente se consideraron a salvo, empezaron a renegar sobre el encargo y el estricto orden de los puntos.

 

 

[¡Tu padre estaba a punto de matarme!]-sonreído tecleó el mensaje y lo envió a Ren, a los pocos minutos le fue devuelto.

[Algún motivo debe tener]- claramente, le sorprendió la respuesta, una risa incrédula se formó mientras escribía otro.

[¿Qué? ¡Se supone que debes defenderme! No hacerlo peor]-

[Jajaja… lo siento, pero tú te lo buscaste, no creías que fuera el demonio, ni me quisiste creer… oye, tengo examen, te llamo más tarde… Te amo]-

 

Toshi bufó resignado, el tenía razón, al leer la declaración, el envió un último mensaje: [Suerte, también te amo]- guardó de nuevo su celular y se encaminó a la biblioteca, con suerte habría un asiento vacío.

 

 

 

Finalmente terminó de recoger el desastre que habia hecho Miyagi, a pesar de los años, el profesor no era tan estricto con sus alumnos, otorgándoles prórroga para entregar trabajos a destiempo, y ser Kamijou quien los revisara, es decir, trabajo innecesario que hace a los alumnos ser irresponsables en su materia.

 

Colocó las carpetas que revisó y la lista con las calificaciones en el escritorio de Miyagi, quien ahora mismo estaba en clase, suspiró hondamente y se dirigió a su asiento dejándose caer con pesadez.

 

¿Por qué nadie aprecia la literatura?- se preguntó en voz alta; su teléfono sonó desviando sus meditaciones; era un mensaje de Nowaki.

Hiro-san, ¿puedo ir a la universidad en media hora? Tengo algo importante que decirte- A Hiroki le extrañó aquello, Nowaki casi nunca lo visitaba en el trabajo a no ser un viernes por la tarde cuando salían o si acaso se habia olvidado de su almuerzo, aun un poco intrigado, le respondió:

[Avísame cuando y donde estés]-

 

Procuro dejar todo en mediano orden mientras esperaba, cuando finalmente Nowaki le comunicó que había llegado y donde estaba, Hiroki fue a su encuentro.

Lo divisó sentado en una fuente frente a la cafetería, Nowaki se levantó haciéndole una seña y Kamijou le correspondió, una vez frente a frente, fue Nowaki quien habló, mostrando una sonrisa:

 

Hiro-san, ¿en verdad te gustaría tener un bebé?- enrojeció por la vergüenza en parte, le miró con reproche diciéndole con la mirada que guardara silencio, pero Nowaki no pareció entender puesto que lo tomó de la mano y lo sentó junto a él; Hiroki se soltó disimuladamente haciendo aspavientos tratando de comprender:

Nowaki, ¿crees que podamos hablar esto en casa?-

Hiro-san-

Ahora estoy en mi trabajo, y supongo que has faltado al tuyo por esto-

Algo así, pero ese no es el punto, solo…escúchame por favor- sus ojos suplicaban, y Hiroki no encontró manera de negarse.

Está bien-

 

Conforme Nowaki hablaba, el rostro escéptico de Hiroki cambiaba a una mueca desconfiada; trataba de no darse muchos ánimos con aquello, cuando finalmente su esposo terminó de hablar, Hiroki quedó meditativo unos instantes más.

 

¿Hiro-san?-

Nowaki, por favor… no sigas con esto-

Hiro-san… esto, lo siento… no quería presionarte, solo… solo pensé…lo siento- el silencio reinó algunos momentos más; al menos entre ellos pues los estudiantes aún seguían caminando y charlando en el campus, Hiroki finalmente suspiró:

Es… a mí, si me gustaría, Nowaki, pero… no me quiero hacer falsas ilusiones, compréndeme…-

Lo sé, Hiro-san- tomó sutilmente la mano del maestro; pero este contrario a retirarla, afirmó el agarre y agachó la cabeza:

Quiero hacerlo-

Hiro…- Nowaki le miró sorprendido, el maestro siguió hablando sin alzar la mirada:

Quiero saber, si acaso es posible como lo planteas… además… yo, yo en verdad… en verdad seria agradable, volver…- tocó su vientre con disimulo; Nowaki sonrió aliviado y colocó su mano sobre esta:

 

Pienso lo mismo, Hiro-san…-

 

 

Hiroki tomó su hora de comida y acompañó a Nowaki al hospital en ese mismo instante, lo sometieron a un chequeo general y análisis de sangre, al salir, el médico especialista les indicó que esto tomaría algún tiempo, quizás meses en lo que, su organismo se acostumbrara; Hiroki procuraba no dar rienda suelta a sus pensamientos y Nowaki tuvo que refrenar su lengua para no ocasionar disturbios; luego de eso, retornaron a sus labores esperando con forzada paciencia.

 

-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-.-

 

Llegué-

Bienvenido ¿Cómo te fue hoy?- saludó Shinobu mientras leía el reporte de un caso, el joven no contestó sino que dejó su mochila y se fue a su habitación.

¿Yuusei?- el mayor le siguió un poco confundido, entró en la habitación de este y lo encontró acomodando su ropa en montones dentro de su closet, esto le hizo extrañar, pues el joven era muy ordenado, echó una rápida mirada y se asombró todavía más, pues varios papeles y su microscopio estaba tirado por algún lado, Shinobu suspiró mientras decía:

Será mejor que recojas tu habitación muchacho, ¿o piensas hacerle competencia al hijo de Hiroki?-

Papa, no estoy para bromas, ya estoy recogiendo- Shinobu frunció el seño desaprobatoriamente; el chico lo percibió:

Lo siento, no quería contestarte… solo estoy… por favor, hazme algo de comer, tengo hambre-

El rubio arqueó una ceja y buscó un lugar donde sentarse, frente a su escritorio comenzó a jugar con un par de vasos de precipitado- Esta cosa apesta… ¿Cuándo los limpiaste por última vez?-

Papa…-

 

Algo te pasa, tu preferirías comprar comida rápida antes de pedirme que te prepare algo… ahora dime, ¿Qué tienes?-

Nada… estoy, solo estoy estresado por la escuela…-

Hm… ¿ingles de nuevo?- su cuerpo se detuvo unos instantes, luego sus manos siguieron acomodando o aventando la ropa, Shinobu no dejaba de observarlo.

¿Paso algo entre Kaori y tú? Puedes decírmelo…-

Papa, no quieras hacerte el psicólogo ahora…-

Yuusei, mas respeto…-

Lo siento…-

 

Shinobu suspiró dejando el instrumento en su lugar, se levantó de la silla y fue donde su hijo- No sé que haya pasado, o porque estés así… él se tuvo que ir pero, estoy seguro que regresará… además…-

Ese no es el problema, papa…- murmuró sentándose en la cama y acto seguido acostarse llevando sus manos a la cabeza:

Estoy confundido…-

¿Por qué?-

Desde que fuimos a Kioto… no, más antes aún… papa, yo… yo hice algo que no debí hacer… y no… no sé cómo enmendarlo- Shinobu hizo una mueca de extrañeza, pero, tal como un rayo, una idea cruzó por su mente:

¿Le hiciste algo a Kaori?-

…-su silencio y suspiro hondo, le dieron la respuesta, Shinobu llevó una mano a su frente y se masajeo la sien:

Oh, Yuusei…-

Por favor, no me digas nada ya sé que… fue algo malo y… y el…-

No es que haya sido bueno o malo… demonios, no sé qué pensar de esto- murmuró un poco dolido, Yuusei cerró los ojos con fuerza- Son jóvenes y… y está bien que… bueno, no… ¿Cuándo fue eso?- decidió cambiar, o irse por la tangente, Yuusei resopló:

El día que papa salió del hospital… ¡antes que digas nada! Fue en la casa de Kaori, de hecho, yo fui quien empezó todo… fue mi culpa…-

¿Lo forzaste?-

No… de hecho no… es que… en realidad fue algo espontaneo… él se veía tan seguro, avergonzado, lindo y… parecía un ángel, el me entregó todo de si… y yo, yo también… papa, estoy tan, tan confundido, cada vez que pienso en él siento que me desgarro por dentro, cada sonrisa que recuerdo, caricias y sus labios… yo, yo no sé qué hacer con esto, no sé que es porque me tortura tanto…-

 

Llevó una mano a sus ojos, tratando de contener las lagrimas, Shinobu acarició sus cabellos con ternura, ganas no le faltaban de gritarle pero, verlo tan desesperado, arrepentido y dolido… verlo tan…

¿Lo amas, verdad?-

Más de lo que imaginaba- fue su ronca y lastimera respuesta, Shinobu dejó escapar un suspiro.

 

Soy un idiota… no vi lo que estaba frente a mí, no lo supe apreciar… ahora lo he perdido… él nunca me volverá a querer…- el rubio no podía darle palabras de consuelo, solo podía estar ahí, escuchándolo y reconfortándolo… él sabía lo que era ser joven y cometer errores, en el amor sobre todo.

 

Todo estará bien, Yuusei… me tienes a mí, a tu padre  también, a tus amigos… Kaori te perdonará lo que le hayas hecho algún día, porque yo se que también te ama…-

¿Papa?-

Lo descubrí en el hotel… un amor como el que ustedes sienten no es algo que olvides de la noche a la mañana, ni se presenta todos los días… tal vez cometieron un error, pero… no significa que no puedas seguir adelante y luchar por esto que sientes… ¿verdad?- Yuusei no le respondió, sino que solo bajo la mirada y quedó pensativo, Shinobu se quedó un rato más con él hasta que notó como este comenzaba a dormitar, depositó un ligero beso en su mejilla y salió del cuarto.

 

 

La blanca y helada sabana se extendía por las calles y avenidas de aquella ciudad, el invierno estaba muy presente este año, igual que todos los años, y los motivos que trae esta temporada no tardaron en anunciarse, pues varios locales y plazas montaban adornos multicolores y las ofertas se mostraban por doquier, los restaurantes estaban reservados desde hacía meses y justo antes de la esperada celebración, todos compraban los detalles de última hora; para poder pasar una navidad espectacular y sobre todo, en familia, o eso era lo que retrataban la mayoría de los anuncios publicitarios, en busca de obtener ganancias materiales.

Aunque, siempre existía ese algo que une a todos y es capaz de sembrar afecto y añoranza en esta época, espíritu navideño, se le llamaba.

 

Kaori? ¿Qué haces levantado?- el joven que contemplaba el tumulto de gente a través de la ventana se sorprendió al ser llamado, Isaka frunció el seño dirigiéndose a él.

Deberías estar en cama... si no empeorarás…-

Lo lamento, solo estaba viendo afuera...- Isaka lo llevó de nuevo a la cama, le ayudo a acostarse y lo arropó muy bien, el editor suspiro acariciando sus cabellos:

Descuida… solo, descansa ¿quieres? Si mañana amaneces mejor, te prometo que iremos a dar una vuelta por central park… siempre quisiste ir ahí ¿no?- el rostro entre cansado y feliz le dio una respuesta favorable:

Sí, me encantaría…-

Bueno, anda… a dormir…-

Good night-

Good night, son…-

 

 

Salió sigilosamente de la habitación, Kaori había caído dormido muy pronto, quizás se debía al cansancio y el hecho de estar enfermo, Isaka quedó parado en medio del pasillo del departamento, preocupado.

 

Su hijo era muy enfermizo, al menos cuando niño, le habían diagnosticado asma a temprana edad por lo cual habían residido toda su vida en Houston un lugar medianamente cálido; y esto le benefició pues su enfermedad se había curado por completo hace no menos de dos años; y su cuerpo se había hecho muy resistente en ese tiempo, quizás debido a la madurez, sin embargo, cuando decidieron regresar a Tokio, el joven se sometió a varias pruebas para comprobar que todo estaba en orden, afortunadamente, estaba completamente sano.

Pero… por alguna razón, ahora volvía a ser el mismo muchacho frágil y enfermizo, incluso más todavía… Isaka rápidamente lo atribuyó a la frialdad de la ciudad, era un cambio muy brusco de ambiente, Kaoru pensó lo mismo y consideraron mejor, hacer que el muchacho regresara a Tokio, pero este se negaba fervientemente… Así que, bajo rigurosos cuidados, podía sobrellevar la situación; Isaka apuraba mucho el proyecto de su padre, pues quería deshacerse de ese asunto y regresar a su ciudad natal, Kaoru hacia hasta lo imposible por acelerar las cosas, tanto así, que consideraban que, en el plazo de tres meses más, lograrían terminar todo a tiempo.

 

¿Dónde está el nebulizador?- farfulló Ryouichirou rebuscando en la sala y la cocina del departamento, la última vez que lo habían usado fue en ese lugar y ahora no lo recordaba, el sonido de la puerta abriéndose le hizo ir a recibir al recién llegado.

 

Bienvenido, ¿Cómo te fue?-

Hola… bastante bien, conseguí ampliar la zona de edición, pero hay un retraso para traer los inmuebles, según esto, en enero comenzarán a enviar las impresoras…-

Oh, ya veo… bueno, mientras tanto podemos avanzar con el derecho de construcción… será más fácil…-

¿Cómo está hoy?- preguntó Asahina quitándose la bufanda, Isaka le ayudaba a quitarse la nieve y el abrigo que traía:

Hoy amaneció mejor, no lo escuché toser tanto y su fiebre bajó-

Qué bueno…-

Isaka iba a decir algo más, pero un objeto detrás de su esposo, en una mesita compacta, le hizo sonreír triunfante:

Ah, con que aquí esta…-

¿El nebulizador?-

Solo es prevención, ayer se lo puse y supongo que por eso amaneció mejor…-

Ya entiendo, ¿lo preparo yo?-

No, tu ponte cómodo… compré algo de cenar, no tenía ánimos de cocinar-

Entonces iré a preparar todo…- besó su frente y se encaminó a la cocina, Ryouichirou se dirigió al cuarto de su hijo.

 

 

 

 

Estas seguro que, ¿estará bien que salga?- preguntó Asahina dejando su tenedor de lado, habían comido mientras charlaban sobre sus días; Isaka se había quedado en casa durante la última semana cuidando a Kaori, Kaoru le miró dudoso:

Estoy seguro, un poco de aire fresco le hará bien, además mañana estaremos a veinte grados… hará algo de sol y aún podrá ver algo de nieve…-

Su esposo sonrió levemente, resopló derrotado, pues no podría contradecirlo y se levantó a lavar los platos, Isaka se encaminó a su habitación.

 

 

A la mañana siguiente, tal como Isaka lo presentía, su hijo amaneció con un mejor semblante; tanto así que ahora mismo preparaba el desayuno, pues también había despertado su apetito.

Vaya, que madrugador…-

Good morning…-

¿Cómo te sientes?-

Mucho mejor, papa… hice hot cakes- señaló el plato en medio de la mesa- ¿seguro podemos ir al parque?-

¡Claro! Si ya te lo prometí y te ves mejor… pero eso sí, te abrigarás muy bien-

Si, si… anda que se enfrían- Isaka asintió sentándose a la mesa, Kaori le acompañó unos segundos después, Asahina había salido temprano aquella mañana, así que no tendrían una discusión por eso; cuando terminaron ambos recogieron todo y se alistaron, Ryouichirou atiborro de sweaters y abrigos al joven, este se quejó un poco pero logró contenerse, acto seguido, salieron al parque.

 

Papa, hace calor…- murmuró Kaori sintiéndose sofocado por todos los abrigos que traía puestos, Isaka se giró hacia él mirándole con reprensión:

Estas delicado, no puedo arriesgarme a que te enfermes…-

Pero ni los niños se abrigan tanto-

Kaori, no repliques… anda, camina que quiero ir a comprar en esa panadería-

No, yo te espero aquí papa- dijo Kaori con una sonrisa- además quiero tomar unas cuantas fotos ahora que puedo…-

De acuerdo, ya vuelvo…-

 

Una vez que vio a Isaka alejarse, el menor rebusco en sus bolsillos la cámara y empezó a tomar algunas cuantas fotografías a los arboles aun frondosos y copados de nieve, fotos instantáneas de la vida en este, con algunos adultos y niños conviviendo; las esculturas que había ahí, una que otra panorámica a los edificios, incluso el mismo se tomó de un angulo corto, cuando decidió que habia tenido suficientes tomas en ese lugar, comenzó a revisar cuanta memoria tenía y, con suerte, lograría convencer a su padre de ir a la biblioteca central.

 

Sin embargo, notó que casi toda su memoria estaba llena; se le hizo extraño pues no habia hecho ninguna toma desde que habia llegado, pero al recorrer las fotos anteriores todo se hizo claro.

 

El viaje al hotel; las ultimas fotos aún no habian sido pasadas a su computadora, eran cerca de cien en el ultimo dia que habían visitado; Kaori hizo una mueca de tristeza conforme las pasaba, las lágrimas comenzaron a aparecer corriendo por sus frías mejillas.

Demonios, ¿Dónde esta mi bufanda?- musitó quedamente; tratando de ni ihnalar el aire frio; pero por mucho que buscó no la encontró, seguramente se le habrá extraviado mientras caminaba.

 

Con una mano se tapó la boca y nariz; y con la otra seguía pasando las imágenes hasta llegar a la ultima, o en este caso, la primera, una toma de él y Yuusei sentados en uno de los templos devorando dangos.

 

No… basta… Not cry…- se repetía, pero solo hacia que sus lágrimas siguieran corriendo, le dolía mucho y recordarlo de esta manera, luego de tantos días sepultando esos bellos momentos donde se creyó enteramente feliz… era demasiado.

 

El aire comenzó a faltarle; se sentía apretado y comenzó a quitarse las chaquetas, buscando liberar su cuerpo y solo quedó con dos sweaters grises, pero la ansiedad no disminuyó; por algún motivo le seguía faltando el aire y su cuerpo se sentía en extremo cansado a comparación de hace unos momentos, sin mencionar las emociones que cargaba: miedo, tristeza, ansiedad y dolor.

Se mareó ligeramente y cayó sentado en la banca; la temperatura de su cuerpo bajó considerablemente y su vista comenzó a desenfocarse.

Intentó buscar en sus pantalones su inhalador, pero recordó que Ryouichirou lo cargaba entre sus cosas, con algo de esfuerzo logró sacar su móvil y lo llamó.

 

¿Kaori? ¿Pasa algo? ¿Quieres que te compre algo?-

P-papa… n-no me siento bien…- murmuró muy apenas, Ryouichirou colgó apresurado y dejó las compras en el mostrador, salió disparado del local y se dirigió al parque.

 

 

 

 

 

Asahina pasaba un vaso con café a su esposo mientras palmeaba su espalda; con ayuda de los transeúntes logró llevar a su hijo en taxi hasta el hospital central, lo ingresaron de emergencia y tras enterarlo del anterior padecimiento, fue sometido a cuidados intensivos, hasta que lograran estabilizar su respiración y disminuir la hipotermia que había contraído tras el resfrío; Isaka había llamado a Asahina en cuanto fue ingresado, y ahora, pasada la media noche, ambos lo seguían velando, no había despertado en todo este tiempo.

 

Ryou…-

Volveremos… es lo que debimos hacer en cuanto se puso mal…-

…- Asahina no respondió, se sentía culpable por anteponer el trabajo frente a todo, no pensaron que las cosas se pusieran tan mal; tenían la idea de que, quizás esto era algo pasajero, pero no podían arriesgarse más.

 

Tienes razón… pero, quizás tu deberías regresar con él… yo debo quedarme aquí…- Isaka, a través de sus manos en el rostro le miró sorprendido:

Tu también Kaoru Asahina…-

Ryouichirou, esto también me preocupa, no tienes idea cuanto… pero si este proyecto no concluye la compañía perderá más de la mitad de sus bienes en indemnizaciones…-

Que se vaya al diablo…-

Ryouichirou, no seas egoísta y piensa bien las cosas, ya sea tú o yo, uno de nosotros se tiene que quedar, y considerando las circunstancias, lo justo es que tú te vayas-

…-

 

Permanecieron en silencio, lo suficientemente preocupados como para decir o hacer algo más, solo esperarían a que su muchacho estuviera más estable y resolverlo.


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