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JUNJOU REBEL -EN EDICION- por ravenK

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Notas del capitulo:

HERE CHAPTER! >.<

Capítulo 4: Enredos

—¡Toshi!— gritó en cuanto vio al alto muchacho quien miraba en una dirección, inmediatamente se giró al escucharle.

—¡Hey! Llegas tarde— le reclamó mientras le daba un golpe en el hombro, Ren le dirigió una sonrisa despreocupada.

—Me quedé dormido… además abría mis regalos.

—Oh…— Toshi se mordió el labio inferior, recordando su pequeño obsequio, no había sido la gran cosa, pero cuando ya conoces al chico desde que usaba pañales… es un poco difícil encontrar algo que no tenga o no sea capaz de conseguir por sus propios medios. La ventaja de Toshi ,es que sabìa lo mucho que a Ren le gustaban las fotografías, de hecho, las imágenes que adornaban el hogar de los Kusama, habian sido colocadas por él.

—¡Cierto! Dale las gracias mis padrinos, en serio me gustaron mucho.

—¿El oso?

—Aja, es bastante lindo… lo puse encima del estéreo— Usami suspiró pensando que su padre no tenía remedio, él no los dejaría de ver como un par de niños de cinco años. 

—Y también, gracias por tu regalo, en serio es un buen detalle— comentó sonriéndole amigablemente; Toshi carraspeó un poco y tomó la delantera, —D—de nada… Entonces, ¿Qué quieres hacer?— Ren meditó un par de segundos antes de hablar.

—Quiero comprar cuerdas para la guitarra ¿vamos?

—De acuerdo

 

Ambos jóvenes caminaron por el centro comercial mientras platicaban animadamente, o al menos Ren lo hacía, contándole a su mejor amigo como había pasado el día de ayer en compañía de aquel sujeto.

Y no se daba cuenta que Toshi le miraba con tristeza y le sonreía con pesar; pero dada su naturaleza procuraba no hacérselo notar, así al menos, podría disfrutar de su sonrisa.

—Tengo hambre— comentó en un momento dado, y es que se habían pasado casi toda la tarde dando vueltas por la zona, Toshi divisó un pequeño local de comida a pocos metros de ellos.

 Se dirigieron ahí; sin embargo la fila era larga, Ren aprovecho esta oportunidad para hacer lo que tenía en mente.

—Tu haz fila y compra; yo vengo en un momento

—¿Eh? Ren— pero ya era tarde para replicas, pues el joven se había perdido entre la gente, suspirando, se dirigió a la fila.

—.—.—.—.—

Se sentó a esperar en una mesa un poco retirada, sonrió satisfecho al pedir la comida como a él le gustaba: una hamburguesa con extra todo sin cebolla y su refresco con muchos hielos, quizás era algo vano por lo cual sentirse orgulloso, pero se alegraba por conocerlo tan bien.

Por supuesto, luego de 19 años conviviendo juntos era de esperarse.

Sintió un suave y esponjoso contacto en su cabeza; de inmediato llevo la mano a ella y tomó una cosa peluda. Toshi miró el oso con sorpresa e incredulidad ¿en serio lo hizo? Pensó con gracia mientras acomodaba un pequeño moño azul del oso color miel; casi una repica de Suzuki a no ser por el vestido que traía.

 —¿Una niña?

—Jum… es que no había niños; eso es usualmente un juguete de niña— dijo el castaño mientras se sentaba y bebía la soda. Toshi dejó la osa de lado y comenzó a comer, tratando de ocultar su nerviosismo y rogando el no estar sonrojado, pues en su pálida piel era muy evidente.

Mientras comían y planeaban lo que harían luego Ren miró fijamente a un punto específico, esto extrañó a su acompañante y volteo en su dirección, de inmediato la sonrisa que traía se esfumó.

Ahí estaba.

El causante de sus tormentos y celos, inseguridades y tristezas.

Aquel por el que su amigo no le correspondía.

En cuanto notó que era observado ese sujeto sonrió devolviendo el saludo Ren se sonrojo levemente y Toshi frunció el ceño.

Hanemura Takumi, un joven de veintitrés años; impetuoso, fuerte y con carácter, sin embargo con una gran carisma que lo hacían ganarse el corazón de muchas jóvenes, y uno que otro muchacho; declarado bisexual, y, al igual que Ren su pasión era la música y los deportes extremos, abandonó la universidad a pocos meses de ingresar, ocasionalmente llegaba a pelear, más por diversión que por otra cosa, llevándole algunas veces a la delegación; cosa que solo servía para engrandecer su ego, más todavía.

A los ojos de Ren, el solo era otro joven rebelde con la misma pasión que él y lo admiraba, muy a pesar de sus defectos, sin embargo, para los ojos de su amigo –más celos que nada— era un tipo de mala cara, engreído y altanero, además de manipulador y arrogante; tratando de obtener lo que quisiera de todos sin importarle nada, o al menos eso era lo que escuchaba, era demasiado creíble, pues las historias que escuchaba de él provenían de diversas fuentes, dando por hecho que, Hanemura Takumi no era un chico bueno.

Aunque, por ver la sonrisa que ponía Ren, dejaba de lado todo eso, y procuraba mantenerse al margen, no parecer celoso ni mucho menos, pues no quería darse por enterado, ni perder la confianza de Ren cuando este le contaba sus planes para lo que sea, así, podría tenerlo vigilado y cuidarlo, aunque sea desde lejos.

—Hola… ¿Kusama—kun, verdad?— preguntó el joven cuando llegó hasta donde ellos se encontraban; tenía el cabello rubio teñido y seductores ojos cafés, el rostro severo pero sonriendo coquetamente; era alto, casi a la altura de Toshi; sin embargo su cuerpo estaba más trabajado debido al constante ejercicio.

—S—si… Takumi—sempai… ¿Qué hace aquí?

—Solo estaba de paso, ¿y ustedes?

—También, solo paseábamos por aquí…— un tenso silencio reinò en la mesa por unos instantes, Takumi sonrió al ver como el hijo del afamado Usami le miraba retador.

—Huh… supongo que han de estar muy ocupados, ¿verdad? Creo que Usami—kun quiere tenerte a solas, Kusama—chan— pasó una mano por su cabello sonrojándolo, a lo que este espetó:

—¡No!, Es decir, te equivocas, si quieres, puedes acompañarnos, ¿cierto, Toshi?— miró a su amigo esperanzado; logrando que este suspirara y asintiera con pesar.

—Bueno, ya que insistes, déjenme enseñarles un local… ahí trabaja un amigo, seguro nos hace un buen descuento— lo tomó por los hombros y caminó con él, Toshi encrespó los puños y los siguió detrás.

 

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

 

Mientras Toshizo hacía un esfuerzo sobrehumano por no hacer explotar su lado Usami de “tomo lo que quiero cuando quiero y lo mío es lo mío” aun sin patente; el joven Yuusei Yoh se encontraba en una extraña, pero “excitante” situación.

—Yuusei, ¿puedes pasarme el tomate, por favor?— pidió amablemente el castaño, el joven sonrió torpemente y le pasó la verdura temblando, ocasionando que el mayor se preocupara.

—¿Estás bien?— ante la mirada que le dirigía solo desvió su cara y siguió en su labor de pelar las papas.

 —E—estoy bien… solo, un poco cansado, tu sabes cómo son los exámenes y eso… me alegro haber terminado temprano— se excusó el chico con una sonrisa torpe, Misaki correspondió el gesto tomando la verdura que ya le estaba entregando.

—Y yo me alegro que hayas venido a ayudarme, hoy Toshizo tuvo que salir con Ren así que estaría solo con esto, muchas gracias— dijo el de ojos verdes mientras alzaba su mano y revolvía sus cabellos, era mucho más alto que él y en seguida dijo torpemente.

—Cielos, debo quitarme esta costumbre ¡Ustedes son muy altos!— reclamó sin sonar molesto, más bien, divertido.

—N—no me molesta, Misaki—san, en verdad… me alegra saber que aún nos ve como unos niños—  sonrió el joven mientras el mismo se despeinaba despreocupadamente, Misaki suspiró.

—Pues unos niños que van a ingresar a la universidad. Aún recuerdo cuando me tocó hacerlo, estaba tan nervioso, pero no era un genio como ustedes.

—¿En serio? Yo creo que usted es muy inteligente, Misaki—san— el aludido bufó mientras revolvía la lechuga con un par de pimientos.

—Pues, fue gracias a Usagi-san que logre entrar…— tras escuchar aquello, una sombra oscura le abordó, eso le recordaba lo inalcanzable que era ese exquisito hombre, era tan… maduro, inteligente, divertido; sin embargo, a pesar de sus casi cuarenta años, aun conservaba su rostro jovial y su energía vivaz, sobre todo, su carácter tan dulce e irresistible.

Usami Akihiko era un hombre muy afortunado por tenerlo a su lado.

—Bueno, Misaki—san… ¿Cómo se corta esto?— señaló la papa recién pelada; Misaki sonrió y le dio un cuchillo mientras el sujetaba su mano para darle apoyo.

—Primero asientas tu mano así, y apoyas el mango de esta manera…— movía su mano, sin embargo, Yuusei estaba más concentrado tratando de no hacer que su corazón estallara de emoción al sentirlo tan cerca.

—¿Entendiste?— esto le devolvió a la realidad. Asintió antes de seguir por su cuenta, logrando ejecutar lo aprendido; Misaki por su parte se dedicó a cortar las zanahorias.

Una hora más tarde, ambos escucharon la puerta de la entrada abrirse y, enseguida, la figura del afamado autor, Usami Akihiko, ingresó a la cocina.

Huele bien…— dijo acercándose a donde estaba Misaki, quien dejó el guiso cocerse a fuego lento y se giró para recibirle, Yuusei volcó su atención en la ensalada mientras la pareja se saludaba.

—¿Cómo te fue, Usagi-san? ¿A qué horas viene tu padre?

—Cinco y treinta; ¿ya regresó Toshi?

—No, aun no, ¿vas a llamarlo?

—No, será mejor que no regrese a la casa, ¿puedes decirle que se pase a la casa de Hiroki? No quiero que mi padre le meta extrañas ideas en la cabeza.

—Usagi-san…— Misaki le miró abatido, hace un par de meses, el hijo mayor de los Usami, Haruhiko, había emprendido negocios en Inglaterra; un gran paso para la compañía, sin embargo necesitaban a alguien capacitado para ir a la cabeza, el iría, era evidente, sin embargo, el viejo Fuyuhiko no podría con el mando en la compañía aquí y Akihiko se negaba a hacerlo, y Mizuki ya tenía familia y radicaba en América, por lo que, la única opción familiar viable era Toshizo.

 

El dilema para la familia de Akihiko, era que no permitiría a su hijo enredase en los negocios familiares, temia que, estando a merced de su padre, este truncara sus sueños, así como intentó hacerlo con él en su amor por la escritura hace tantos años.

Además, el carácter de Toshizo no era tan indomable como el de Akihiko; su padre podría manejarlo a sus deseos, y no lo quería.

De ser por él, no tendría contacto con su familia; sin embargo Misaki no le negó a su suegro el derecho de ser abuelo.

Así que, Usami tuvo que ceder en eso cuando Toshi nació.

—Bueno, de cualquier manera, no creo que regrese temprano, seguramente cuando él llegue, tu padre y Haruhiko se habrán ido.

—Eso espero— Akihiko besó a Misaki sonriente, mientras le acariciaba el rostro, le encantaba aquel razonamiento del castaño.

—¿Qué cocinas?

—Ahh.. eso, Yuusei vino después de su examen, como nuestra casa es la mas cercana y se olvidó de cargar el almuerzo y no le gusta la comida de la cafetería, me pidió de favor darle algo, se quedó para ayudarme con la comida— Akihiko asintió descuidadamente y le beso la frente, para luego el ir directo a la cocina a saludar al muchacho.

—Hola, Yuusei, ¿Cómo te fue en tu examen?

—Bastante bien, Usami—san, estoy seguro que pasare esa materia.

—Lo pasarás, eres bueno en eso… ¿por cierto, ya escogiste una especialidad?— Yuusei asintió.

—Ingeniero Químico.

—Espero que logres convencer a Toshi de alguna, me gustaría que tuviera tu decisión— comento el escritor con sinceridad, a pesar de que su hijo era un chico brillante, aún no encontraba su vocación.

—Gracias por su opinión, Usami—san.

Akihiko no sentía la tensión del muchacho, pues el mismo no le veía como amenaza, y como hacerlo, si el joven apenas tenía diez y ocho años, a punto de los diez y nueve.

Sin embargo, para Yuusei, no había nada más tensionarte y frustrante que estar cara a cara con el impedimento para estar con la persona que amaba.


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