Se despidieron en el subterráneo, pues Yuusei y Misaki todavía tenían que pasar un par de estaciones más; al salir al exterior como era usual tenía que cruzar el parque, el cual lucía desierto a estas horas pero bastante tranquilo.
Ren respiró hondamente al percibir el aire fresco luego de la cálida tarde que había sucedido, comenzó a andar pensando en la agradable tarde que había tenido, cuando un leve gruñido le hizo caer en cuenta que tenía hambre, así que resolviéndolo al instante, decidió ir al kombini que cruzaba por el lado este del parque, al lado contrario de donde vivía.
Al llegar observo los alimentos instantáneos, cuando se había decidido por una sopa la miró con duda:
¿Es bueno que coma esto?- se preguntó por lo bajo, recordando ese detalle en el que no había querido pensar durante todo el día:
Cielos…- antes de que los pensamientos lo aturdieran, recordó su plan- Primero la cita, luego mis padres… luego…- dejó la sopa en su lugar- ya veré que hacer-
Salió de la tienda con un yogurt en la mano y un paquete de galletas de chocolate, quizás no era del todo nutritivo pero por alguna razón tuvo el impulso de comerlo.
Supongo que así deben sentirse los antojos- resolvió encaminándose de nuevo al parque, cuando vio la zona de recreo de los niños supo que estaba a mitad de camino, suspiro con cansancio y se sentó en una banca a terminar de comer, miró el lugar con un dejo de nostalgia, pues buena parte de su infancia la había pasado en este lugar:
¡Toshi!- Ren se levantó del suelo molesto, mirándole con una mezcla entre reproche y advertencia, con sus manos sacudió los pantalones llenos de tierra.
¿Qué? Solo estamos jugando- le sonrió tan despreocupadamente que hizo al otro enfurruñarse aún más y sin poder evitarlo que sus ojos comenzaran a lagrimear al tiempo que hacia un tierno puchero.
Toshi se preocupó de sobremanera y dejando la pelota con la que jugaban fue directo a socorrerle:
¿Te hiciste daño? Lo siento, lo siento- se arrepentía con temor revisando sus rodillas pues aún traía polvo, sin embargo pronto fue derrumbado también.
¿Qué?-
Te lo merecías- ahora el chico que lloraba le sonreía aún con algunas lágrimas en sus mejillas, pero con una sonrisa traviesa, Toshi no le permitió reírse más y también lo empujó y comenzaron a jugar.
¡Tonto!-
Jajaja te hacías el gracioso-
Eso te lo merecías oohh deja ya… para me haces cosquillas… jajaja- Toshi tenía ganada la pelea, pues un punto débil en su amigo eran los costados, donde sentía muchas cosquillas, Ren estaba rojo como un tomate y se le cortaba la respiración pero no lograba quitarse al otro niño de encima.
Bueno niños, basta ya o Misaki y Hiroki me regañaran si se lastiman- Akihiko apartó con facilidad a Toshi y ayudó a Ren a incorporarse- Vaya, pero que sucios están, ¿qué les hemos dicho sobre jugar en la tierra?-
Toshi empezó-
No es verdad- antes de que otro revolcón se iniciara, Akihiko tomó a ambos niños en cada mano y propuso un tratado de paz.
Vamos por un helado-
¡Sí!- dijeron al unísono y se fueron riendo alegremente.
Ren sonrió levemente, recordando aquella pequeña escena de cuando tenían cinco años, quizás… recordó también la regañada que Akihiko había recibido por parte de su esposo, pues esa misma tarde Yuusei tenía su fiesta de cumpleaños solo faltaba que ellos hicieran una escena de último minuto, no tuvieron más remedio que meterlos a bañar y vestir en un tiempo record.
Se reclinó sobre la banca, sorbiendo su yogurt y mordisqueado otra galleta, suspiró una vez más y sonrió nostálgico al recordar otra escena de su pasado:
Y entonces haces una bolita así- el pequeño de ocho años movía sus manitas en la nieve hasta formar una bola- y ya está… -
Así- el pequeño castaño hacia el intento, pero lo único que le salía era una masa desconforme- No, debes sostenerla con más firmeza-
Oh…- siguió intentándolo, aquel invierno habían pronosticado una nevada, lo cual no sucedía desde hace ocho años, y por lo cual los chicos estaban emocionados, tras muchos ruegos sus padres les permitieron jugar en la nieve, siempre y cuando estuvieran bien cubiertos.
Estaba en medio de su tercera bolita de nieve cuando sintió algo frio golpear su hombro, se giro torpemente para reclamarle al culpable cuando otra se impacto de lleno en su rostro tirándolo:
¡Ren!- inmediatamente Toshi dejo la bola que estaba dispuesto a aventar y fue a ayudar a su amigo, quien estaba en el suelo con los ojos cerrados.
Ren, lo siento… lo siento- se disculpaba revisando su cabeza, cuando sin esperarlo sintió un frío recorrer su espalda:
Ahhhh!-
¡Idiota!- rápidamente el joven que creyó inconsciente se levantó como si nada y comenzó a correr, Toshizo tardó algunos segundos en reaccionar y acto seguido también le dio pelea:
Mentiroso, ya verás-
¡Atrápame si puedes!-
Por supuesto que, a la mañana siguiente ambos se tuvieron que quedar convalecientes debido al resfriado por haber jugado en la nieve.
Ren salió de sus pensamientos cuando un soplo de aire le dio en la cara levantando sus cabellos, alzo el rostro al cielo estrellado, la luna era creciente pero aún así se veía hermosa.
Toshi…- suspiró recargando su espalda en la banca, ese lugar le traía tantos recuerdos felices, aquí había aprendido a montar bicicleta, pasaba horas interminables jugando en el columpio con su amigo contándose historias, pateando una pelota… luego conforme crecía y estaban de moda las patinetas, sus puntos de reunión se dirigían a la zona de skate, donde de niños veían a los chicos mayores hacer acrobacias geniales, una vez que tuvo edad consiguió una patineta prestada de uno de sus amigos y convenció a Toshi de practicar un rato:
Hiroki-chichi te regañará por esto, Ren tu sabes que es peligroso- trataba de hacerle entrar en razón, pero el joven de 14 años solo puso la patineta en el suelo.
Mi papa no se va a enterar si nadie se lo dice, además solo es un rato, no creo que pase nada malo-
De acuerdo, pero si te rompes la cabeza yo no te ayudaré- señaló Yuusei cruzándose de brazos y dirigiéndose a una banca para sentarse y ver el espectáculo.
Tonto, si no vas a jugar entonces no hubieras venido-
Yo solo vine para ver cuántas veces besabas el suelo…-
Jaja, ya veremos- sin esperar alguna queja por parte de Toshi o alguna burla de Yuusei, puso su pie derecho en esta y con el izquierdo se impulsaba un poco, deteniéndose en tres ocasiones por simple reflejo, ya que no estaba acostumbrado:
Ren, mejor déjalo no te vayas a lastimar-
Estaré bien- alzó su pulgar en señal de confianza, Toshi se detenía de ir y quitarlo de en medio de la pista, pues otros jóvenes hacían acrobacias muy cerca de ellos.
En un momento, Kusama volvió a darse impulso y justo cuando iba saltar haciendo girar la patineta –como había visto hacer- otro chico chocó contra el de manera brutal llevándolos a ambos hacia el suelo.
Toshi fue inmediatamente y Yuusei le siguió milisegundos después.
Hey estúpido, fíjate por dónde vas- le recriminó el otro chico que se levantaba sin mucho esfuerzo, pero Ren aún seguía en el suelo sobándose la rodilla.
Demonios…-
Ren, ¿estás bien?- Toshi llego a su lado revisando su pierna, pues había caído con todo su peso sobre ella, Ren asintió intentando pararse con su ayuda, pero tropezó y entre Toshi y Yuusei lo llevaron a una banca.
Te dije que sería peligroso, tonto-
Cállate… auch…- no le siguió contestando a Yuusei, pues Toshi estaba alzando el pantalón en la pierna lastimada hasta la rodilla que estaba magullada y enrojecida.
Ohh…- dijeron los tres al unísono, Toshi fue el primero en reaccionar:
Vamos con tu papa-
¿Qué? Espera yo estoy bien mira… ahhh- al intentar levantarse un hormigueo recorrió la zona afectada haciéndole ir de frente, de no ser por los rápidos reflejos del ojiverde hubiera dado contra el suelo.
Si, si estas perfecto… anda, vamos que esto puede ser grave- Ren se dejó llevar, Toshi lo llevó sobre su espalda hasta el hospital donde trabajaba su padre, el cual estaba cerca pues solo tendrían que cruzar hasta el otro lado del parque.
No es necesario que me lleves como costal, ¿sabías?-
Técnicamente, no es como costal aunque si eso prefieres- hizo el ademán de bajarlo, pero Ren rápidamente se aferró a su cuello y con su pierna buena le rodeó la cintura- Cállate y camina, que esto duele mucho- Toshi sonrió sin decir nada y siguió andando, Yuusei comentó algo que le pareció gracioso y recibió una mirada asesina del herido, con todo eso, llegaron al hospital.
Por supuesto Nowaki no lo regañó de primera instancia, casi cayéndose del susto al ver a los chicos en su ronda, y más porque traían a su muchacho en tal estado.
Pero del regaño de Kamijou cuando supo lo que había ocurrido, no logró librarse.
Abrió los ojos, por un momento se había quedado dormido en medio de sus recuerdos, se inclinó levemente recordando que aún tenía el yogurt en su mano así que se lo tomó de un solo trago, tiró la basura lanzándola hacia un contenedor cercano y darle al blanco, después volvió a sus meditaciones; aún no quería volver a casa.
Recordó algunas cosas más y una sonrisa se formaba en su rostro cada vez que relacionaba las actitudes de sus amigos, sobre todo porque en sus pequeñas aventuras era él quien siempre terminaba metiéndolos en problemas o divirtiéndoles. Yuusei siempre en su contra tratando de provocarlo, logrando que se llevara un par de coscorrones y quizás algún golpe más fuerte, de no ser por la actitud protectora y gentil de Toshi, quien detenía sus disputas. Contrario a su ojigris amigo, el mayor de los tres era más condescendiente con él, siempre siguiéndole a todos lados cuidando cada paso que daba y si acaso habían cometido una travesura y se descubría, el se echaba la culpa.
Sonrió con ternura, Toshi siempre había sido así, amable, gentil, protector, bondadoso, atento…
Sin pensar en lo que hacía, llevó su mano derecha a su vientre, acariciándolo por primera vez desde que le dieron aquella noticia.
Serás un gran papa, Toshi…- sus palabras salieron como un suspiro y cuando reaccionó a lo que había dicho se quedó estático por momentos; sus ojos azules fijos en su vientre.
Todo el recuerdo de esos años maravillosos de la infancia y adolescencia le parecieron tan lejanos.
Ya no eran unos niños, ya no eran unos adolescentes.
¿En qué momento habían crecido tanto?
Han pasado muchas cosas… demasiadas- murmuró con voz queda, tratando de ahogar el sentimiento de desesperación que comenzaba a abordarlo- Toshi y yo nos enamoramos… y ahora…- bajó la mirada llevando su mano izquierda a sus mejillas, limpiando las pequeñas lagrimas que comenzaban a hacerse presentes.
En algún momento, dejaron de ser unos chicos y ahora eran unos jóvenes adultos, con más libertad que antes –ya con toda libertad podría practicar con su patineta, si hubiera aprendido- pero también responsabilidades.
Y una de ellas…
Dejo de acariciar su estomago y dio un hondo suspiro, negando con la cabeza alzando la mirada:
¿Qué se supone que haga ahora?- se preguntó, pero por mucho que pensó no tenía una respuesta. Si bien había crecido, entendía ciertas cosas sobre su situación pero, no podía comprenderlo y si no podía comprenderlo. ¿Cómo lo explicaría?
How could this happen to me? ... I made my mistakes… I’ve got not where to run, the night goes on. As I’m fading away. I’m sick of this life… I just wanna scream… How could this happen to me?