Si me hubieran dicho que desde esa soleada mañana donde un cohete casi se estrella en mi cabeza todo esto habría sucedido… insultaría al idiota con aires de adivino y le diría que jamás pasaría por algo así:
No me enamoraría de un chico cuatro años menor que yo.
No hubiéramos durado seis años antes de que me partiera el corazón y mucho menos regresar con él después de un año… sería un gran golpe a mi orgullo.
No hubiera quedado embarazado… contra toda lógica y ley de la naturaleza… jamás aceptaría llevar en mi algo así…
Y que ese “algo así” jamás se convertiría en mi todo, en mi fuerza y mi mayor orgullo.
Pero… el hubiera no existe, todo esto pasó y a pesar de que el camino ha sido largo y lleno de dolor… también está lleno de momentos felices… como el primer “te amo”… nuestra primera vez… cuando lo vi por primera vez y su primera palabra… su primer acto de rebeldía, su primera canción… y ahora… en estos momentos:
Papa, tengo miedo…- ha pasado tiempo desde que vi el temor en sus ojos, creo que la última vez fue a los diez años cuando le llamaron la atención en la escuela por golpear a sus compañeros, teniendo que acudir personalmente y eso significaría un regaño severo.
Por supuesto después de saber el porqué le había regañado, lo llevé a su restaurante de comida rápida favorito.
Alguien los había molestado a Toshi y a él por ser hijos de hombres...
Después de ese día, no volvieron a sufrir ningún tipo de abuso.
Mi hijo es mi orgullo, pese a los malos ratos que me ha hecho pasar, todo lo compensa sus risas y carisma, aquellas sonrisas que tanto agradezco el haya heredado…
Tranquilo, solo respira… todo estará bien… ¿seguro puedes pararte?- él asintió y lo sujeté con cuidado ayudándole a caminar; llegamos hasta el elevador y lo dejé esperando mientras recogía una pequeña maleta que ya había preparado con anticipación, al volver con él entramos.
Respiraba con dificultad apoyándose en un barandal, acaricie su espalda tratando de calmarlo y decirle lo que tenía que hacer, el pareció entenderme pues comenzó a relajarse…
Finalmente llegamos al estacionamiento y subimos a nuestro auto, en el camino marqué a Nowaki:
[¿Qué sucede Hiro-san?]-
Nowaki, voy con Ren rumbo al hospital… creo que ya es hora, tiene contracciones cada cinco minutos… avísale a su doctor…-
[Si, Hiro-san… vengan con cuidado…]- colgué y luego marqué a otro número:
[¿Qué quieres a estas horas, Hiroki?]-
Voy al hospital con Ren, avísale a Toshi por favor…-
[¿Qué? ¿Está bien? ¿No se supone que era hasta la siguiente semana?]-
Se esta adelantando… tengo que colgar Akihiko; el semáforo cambio- volví a colgar y manejé a velocidad moderada, oyendo los quejidos de Ren me sentía un poco impotente, por no poder hacer algo más para aliviar su dolor:
Todo estará bien… todo estará bien…- lo calmaba… además de Ren, también a mí.
El hospital no tenía tantas personas; tal vez los pacientes que tuvieron que quedarse por alguna cirugía anterior o los internos indefinidamente…
Un escalofrío recorrió mi cuerpo al pensar que, en estas fechas tan acogedoras tanta gente esté sola…
Ren se encorva, sacándome de mis pensamientos; Nowaki finalmente nos recibe en la entrada de emergencia con una silla, Harada comienza a hacerle las preguntas del protocolo que Ren contesta muy apenas, siendo yo quien les informe:
Comenzó a quejarse a las seis y se fue a dormir temprano; a las nueve después de recoger la cocina fui a revisarlo y lo encontré encorvado en la cama bañado en sudor… tomé tiempos entre cada contracción y son espaciadas por cinco minutos, al menos hasta hace…- una nueva contracción me interrumpió; ahora el intervalo era de tres minutos.
De acuerdo, parece que esta princesa quiere venir al mundo el último día del año… bueno, recibámosla…- el doctor le sonrió cálidamente, aliviando sus penas, Ren también le correspondió, en eso escuchamos el sonido de pasos apresurados, al darnos la vuelta veo a Toshi casi correr y arrodillarse frente a Ren:
¿Cómo estas? ¿Estas bien? ¿Qué hago? Oh Ren me siento tan feliz…- su cara entre espanto y euforia era la misma que puso Nowaki cuando nos encontró a Misaki y a mí en medio de toda esta locura… si así fue la de él, la de Akihiko al estar tan lejos debió haber sido épica… Nowaki lo separa pues un enfermero comenzó a revisarlo concienzudamente, Harada apuntaba en sus notas diciéndonos:
Bueno, vamos a ponerlo en observación para saber que tan dilatado está y si ya es hora iremos a cirugía- mi hijo se estremeció al oírlo, Toshi sostuvo su mano con firmeza; y me di cuenta que Nowaki tomó la mía también…
Los minutos pasaron tan lentos y tortuosos; Akihiko, Misaki, Nowaki y yo tuvimos que quedarnos en la sala de espera ya que no todos podríamos entrar con él, solamente Toshi.
Eran cerca de las once de la noche; veía la televisión tratando de distraerme, era una nota especial del ultimo día del año y como las personas lo festejaban alrededor del mundo y aquí en Japón; al día siguiente encontraría notas pero de los países que apenas lo estén recibiendo… siempre era así todos los años…
Tan monótono que hasta me aburría, el pasar de un año a otro me era indiferente, pues nunca fui muy afecto a estas fechas, sin embargo no dejaba de pensar que era interesante el hecho de que Hiroko viniera al mundo por estos días…
Finalmente Harada salió con un rostro apacible, Nowaki se incorporó de inmediato preguntándole los pormenores, el se dirigió a todos nosotros:
Lo subiremos a cirugía en veinte minutos; hasta ahora todo indica que el bebé viene en buena posición y procederemos con el parto natural; sin embargo todo puede pasar estando allá arriba… Toshizo subirá con él pero me ha insistido en que quiere a su padre con él también…- me volteó a ver; ¿Qué acababa de decir?
¿Yo? Pero… es mejor que Nowaki suba, el es médico…-
Ren te quiere a ti, Hiro-san… quiere que lo ayudes- contestó Nowaki con una sonrisa, yo solamente asentí dudoso, no pensé que pasaría por esto de nuevo… figurativamente.
Me coloque un traje especial y al entrar en el quirófano vi tres enfermeras y a Harada alistándose para proceder, Toshi y Ren conversaban hasta que me vieron.
Ren alzó su mano, llamándome a su lado; lo miré algunos segundos; su rostro cansado y su mirada preocupada “Todo estará bien” “Aquí estoy” no supe en qué momento me nació decir aquello, solo sabía que necesitaba escucharlo más que nunca…
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Necesito que respires y sueltes el aire como te lo enseñé…- Ren asintió a lo dicho por Harada y lo efectuó, estaba exhausto pero aún no debía pujar…
Ren…- Toshi limpiaba el sudor de su frente susurrando su nombre agregando un te amo después; me sentía algo fuera de lugar pero a la vez se que debo estar aquí… una nueva contracción hace que se muerda los labios reprimiendo un grito; Harada anuncia:
Después de esta contracción que acaba de pasar ya será el momento de pujar- estaba tomando nota de los segundos; eran cada vez más frecuentes solo que el médico esperaba cierto número para poder seguir… la contracción pasó y Ren comenzó a pujar; sentía mi mano apretada por la suya; no la aparte ni lo regañé, solamente me quedé ahí mirándole con preocupación, con una mezcla de sentimientos confusa… esperando que todo saliera bien…
¿En qué momento paso todo esto? ¿Cómo es que ese par de niños a los que les cambié los pañales ahora fueran unos adultos?
¿En verdad habían pasado veinte años? ¿Esta es la vida que quise vivir?
Un llanto… hace que todas mis dudas desaparezcan… no, no es la vida que quise vivir, es mejor de lo que imaginé jamás… apenas le vemos la cabeza antes de que la limpien superficialmente…
Nos la muestran unos instantes y luego se van a checar sus signos vitales; no la pierdo de vista en ningún momento, Toshi y Ren se murmuran algo entre sí, algo que no alcanzo a oír debido al potente llanto de mi nieta…
Mi nieta…
¿Por qué esas palabras suenan tan bien?
La envuelven en una manta rosada y la entregan a su padre, esa imagen es tan irreal pero se ve tan bien…
Su cabello es negro, completamente negro… ya sé de dónde lo sacó… y uno de sus ojitos está abierto muy levemente, pero con eso bastó para saber que, esa mirada que tanto amo se ha reflejado también…
Toshi al parecer también se percató, pues en seguida lo señaló:
¡Son azules! Ren! Se parece tanto a ti, cielo… es… es hermosa… gracias, Ren, gracias…- mi hijo solamente podía apreciarla, perdido en sus pensamientos y en ella creando un lazo, por fin conoció a la persona que la llevo todo este tiempo dentro de él… quien la arrullaba y le cantaba suavemente en la bañera… este primer momento queda sellado para toda la vida así como yo no olvido cuando lo tuve en mis brazos por primera vez…
Papa… ¿verdad que es hermosa?- me mira, con amor, con cariño y cansancio; yo solo siento que mis ojos comienzan a empañarse, asiento besando su frente con cariño y luego la de ella.
Es preciosa… estoy orgulloso de ti…-
Harada sensei hace el anuncio de la hora oficial con una sonrisa incrédula:
12:01 am… vaya, el primer bebé del año… felicidades y feliz año nuevo-
Todos reímos, enfermeras y el doctor, Toshi, Ren y yo… al parecer ya no me pasará por algo sin importancia estas fechas, pues había algo importante que celebrar…
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A veces, cuando pienso que todo es tan perfecto me da miedo que sea un sueño… y siempre pienso que despertaré en alguno de estos tres escenarios:
En mi viejo departamento, la mañana en que descubrí que Nowaki me dejó para irse a estudiar al extranjero; creyendo que había bebido tanto… que aluciné toda esta vida que acaba de construirse…
En mi viejo departamento, pero lleno de libros y completamente desordenado, en mis días de estudiante… donde lo más importante para mí era la aprobación de la tesis y Akihiko…
En una cama ajena, despertar cerca del medio día al lado de alguien que no conozco rodeado de botellas y condones… pensando en lo absurdo de este sueño…
Sin embargo no es así, esto es real… Nowaki es real, fue real ese cohete que casi me mata, fue real el dolor de nuestra separación, fue real el dolor y amor con lo que hemos vivido, ha sido real el hijo que tuvimos y también el que perdimos… todo ha sido real, esto no es un sueño, y si lo es, no quisiera despertar... este giro del destino que mi vida dio hace más de dos décadas fue por causa de un tifón que se coló en mi vida y de su tormenta emergió una flor que juramos proteger y amar.
Es el primer día, un nuevo año comienza, dejamos las amarguras atrás y le sonreímos al nuevo sol que nos acompaña; alejamos nuestros temores y atraemos las alegrías.
Y ella ha sido la primera de las muchas que nos esperan.
FIN