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JUNJOU REBEL -EN EDICION- por ravenK

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Capítulo 9: Inocencia tímida

—¿Un pent-house?— la sorpresa en su voz era evidente al notar que se dirigían hasta lo más alto en ese elegante edificio, Ryouichirou le miró sonriente:

—Un rico bastardo derrochador de dinero pero con mucho talento… ¿me pregunto si por fin decidió comprar el piso entero?— Kaori le dio una mirada confundida, sin embargo, Kaoru le despeinó juguetonamente justo en el momento en que las puertas del elevador se abrían y ambos hombres caminaron por delante hasta toparse con la ultima puerta del piso.

Isaka tocó el timbre y llevó las manos a la cintura; Kaori trataba de ver por encima de los hombros de sus padres cuando esta se abrió y un joven de cabello negro y voz sumamente familiar les recibió.

—¿Se les ofrece algo?— los colores volaron al rostro de Kaori quien se escondió temeroso tras la figura de Asahina el cual se sorprendió un poco alzando los brazos.

—¿Quién era Yuusei?— otra voz se dejó oír en el rellano de la entrada, entonces Misaki fue a recibirlos también.

 

—¡Isaka—san, Asahina—san que sorpresa!— exclamó sonriéndoles con alegría; Ryouichirou le despeinó los cabellos comentando con alegría:

—¡Vaya Chibi—tan ha pasado mucho tiempo! ¡Mira creo que creciste un poco más! — la familia pasó y Kaoru aún estaba con el joven pegado a su espalda, a pesar de su primera reacción agradeció tanto que el otro no se hubiera dado cuenta.

Sin embargo, la mirada interrogatorio de su padre le dejo en claro que tendría que charlar luego.

 

—.—.—.—.—.—.—.—.—

 

—¿Houston? Vaya, ha sido un largo viaje.

—¡Y que lo digas! Tuvimos que hacer una escala en Florida, pero perdimos el vuelo porque a Kaori le sentó mal la comida— ante esto el joven enrojeció cual tomate; solo entonces Yuusei, quien retiraba algunos osos de la estancia, reparó en el pequeño castaño.

—¿Kaori? Tú no eres…

—A—así es Yoh— sempai— titubeó un poco; pero le sonrió de todos modos.

—¿Lo conoces?— Isaka preguntó y escrutó con la vista al joven; Misaki hizo las presentaciones:

—Isaka—san; él es Yuusei Yoh, es hijo de unos amigos y estudia en la preparatoria M— Isaka le sonrió un poco confundido:

—Vaya… por un momento pensé que él…

—¿Mi hijo?— interrogó Misaki señalándose a si mismo y sonrió torpemente— No… bueno, parece, pero Toshi ahora mismo está con otro amigo… por cierto, Isaka—san ¿Quién es él?— señaló al joven que trataba de no caer en pánico al ver que todas las miradas se dirigían a él, Kaoru se preparó para responder, sin embargo Usami hizo acto de presencia.

 

—Hasta que te dejas ver, desgraciado.

 

—También te extrañé… ¿Cómo has estado? — un saludo poco afectuoso pero con la burla en la mirada de uno y la indiferencia del otro les hicieron saber que en verdad sentían algo de afecto entre si. Usami sonrió malicioso y comentó mientras calaba un cigarrillo:

 —En verdad salió igual a ti, Asahina aunque las facciones de Isaka terminaron por mal lograr todo— esto descolocó a Isaka y un tanto ofendido le recriminó, al parecer su plan no funcionaría; pero era algo obvio; quizás no para cierto castaño que les miraba atónito:

—¿Es su hijo, Isaka—san?— el otro sin dejar de mirar furioso a Akihiko le respondió:

—Asi es, Chibi—tan… quería decirlo con un poco más de propiedad, pero este tipo arruinó todo… en fin… se llama Kaori Asahina… — miró a su hijo para que este se presentara, cosa que solo le avergonzó y ocultó su rostro en el hombro de Kaoru. A Misaki le pareció adorable mientras Yuusei le miró con una leve sonrisa.

—Ohh si sigues así de tímido no lograrás conseguir amigos…— susurró Kaoru por lo bajo y en tono comprensivo; Kaori se despegó un poco:

—M—mi nombre e—es Kaori Asahina… tengo 18 y me transfirieron a la preparatoria M… de hecho Yoh sempai… también va en mi grado ¿verdad? — en un arranque de valentía se dirigió al que lo observaba atentamente, sorprendiéndolo:

—Si…pero en otra aula.

La pequeña y breve charla fue interrumpida por el murmullo de voces por el corredor; Misaki sonrió y se levantó para recibir a los jóvenes que venían en camino:

—Te digo que los pandas son…—

—Pero eso es irrelevante, entonces ¿Cómo explicas la ferocidad de…?— ante tanta gente titubearon un poco y sonrieron a todos:

—Buenas tardes.

—Toshi, Ren que bueno que llegan, ellos son: Isaka Ryouichirou, Asahina Kaoru y Asahina Kaori; vienen de Houston…— los chicos hicieron reverencia a modo de saludo sin embargo para cierto castaño esto no era del todo conocido y lo hizo torpemente, sonrojándose al instante.

—Como respuesta Asahina despeinó sus cabellos y le palmeó el hombro, Toshi miró a su padre y como si entre ambos hubiera algún tipo de telepatía llamo la atención de los muchachos:

—Oigan chicos, ¿vamos a Sunshine DX? Tengo hambre.

—Pero si te acabas de comer un hot dog— señaló Ren confundido, pero Toshi desestimò sus palabras con una sonrisa.

—Eso solo me abrió el apetito, además seguro que Kaori—kun no conoce aquí…— el aludido se acurrucó de nuevo bajo el cobijo de Asahina pero este le empujó levemente. Ren suspiro a la vez que se levantaba de nuevo del sofá y Yuusei hizo lo propio, un tanto molesto pues ahora mismo estaba sentado a un lado de Misaki; una vez que los chicos salieron los adultos sacaron un par de bebidas y platicaron amenamente.

 

—.—.—.—.—.—.—.—.—.—.—

Los cuatro muchachos ocuparon una mesa cerca de la ventana en el local que frecuentaban; hubo un tenso silencio hasta que Toshi se dirigió al nuevo:

 

—Así que… Kaori ¿verdad?

—S—si…

—¿Te gusta leer?— era un buen punto para comenzar, después de todo, ellos tres se criaron en medio de hombres de letras y el gusto por la lectura estaba adherido en su genética. Kaori sonriò viéndose mas relajado.

Si… un poco de todo… Me gusta la obra de Usami—sensei, mi padre tiene todos sus libros.

—Igual que el mío— comentó Ren observando el menú— tiene tres copias de cada uno, eso es raro.

 

Jaja… ¿mira quien lo dice? Quien tiene la saga entera de War Civil dos veces— dijo Yuusei con burla; pues de los tres era el único que leía comic más que manga.

 

¿Te gustan los comics?— preguntó ilusionado, Ren le miró sonriendo animado, Toshi supo que una posible charla critica se había ido al traste al ver como los ojos de Ren brillaron ante la posibilidad de hablar con alguien que podría comprenderle en ese género.

—Sí, me gusta más Marvel que DC, pero no consigo los números que quiero.

—Oh, si quieres te presto algunos… tengo muchos— Usami negó con la cabeza, era un caso perdido, solo esperaba que el nuevo soportara el ritmo de Ren al hablar de sus preciados comics, se levantò llamando brevemente su atención.

—¿Qué van a pedir?— dijo Usami parándose de la mesa.

—La orden tres, ¿tú qué quieres, Kaori?

—Lo que sea me viene bien…

Entonces trae dos de esa— apremió el castaño volviéndose a enfrascar en la plática.

—Bien, ¿y tu Yuusei?

—La cinco…— contestó distraído sin apartar la vista del móvil.

—Ya vuelvo— se fue a pedir las órdenes y los chicos continuaron hablando un poco, hasta que Kaori notó el silencio de Yuusei, pensó en incluirlo en su plática, después de todo, ese chico le intrigaba mucho, asi que se dirigió a él por su apellido: 

—Yoh—sempai… ¿tiene algún pendiente? — Yuusei se sorprendió un poco por tanta formalidad; el hecho de que le hablara de usted a pesar de tener la misma edad le hizo sentirse un poco avergonzado.

—No exactamente, solo pensaba en la tarea de ingles… no soy muy bueno en esa materia— suspiró guardando el móvil, Kaori sonrió más todavía.

—Si quiere le puedo ayudar, después de todo hablo el idioma fluidamente— el pelinegro mostro una media sonrisa y asintió, pero n o sin antes advertirle:

—Con la condición que dejes de llamarme de usted, me haces sentir viejo— Kaori se sonrojo un poco y mostró una mirada extraña, no entendía de qué estaba hablando, a su izquierda Ren le palmeó el hombro con alegría:

—Es que…tus maneras son tan respetuosas… ¿Quién te enseño japonés?

—Mis padres… durante los últimos dos años me han instruido, aun no se mucho…— contestó con un tenue sonrojo en sus mejillas, a pesar de que ya llevaba un par de semanas en el país, aùn no se había empapado del idioma coloquial.

—Ahh…entonces podemos ayudarte en eso, ¿Qué dices?— una sonrisa brillante le hizo sentirse bien y aceptado; aquellos muchachos le ofrecían su amistad tan desinteresadamente y le habían agradado bastante, sobre todo por aquel joven al frente suyo.

—Se los agradecería mucho.

Usami llegó con las fichas de la orden y de nuevo se reanudó la conversación sobre comics y manga, al poco tiempo, Ren acaparó por completo a Kaori, pues este le contaba sobre varias sagas que aún no había leído y que tenía completas; Yuusei no entendía nada de lo que hablaban, sin embargo no estaba de humor para seguirles el juego y se dedicó a ver el plasma que televisaba la repetición de un anime, por su parte Toshi bostezaba de vez en cuando, si había algo en lo que Ren era imparable a la hora de hablar, era en los comics.

 

La charla se detuvo cuando sus órdenes fueron traídas y Toshi no pudo evitar comentar mientras robaba un rollo del plato de su amigo:

—Vaya, Ren… ya te conseguiste alguien que soporte más de diez minutos tus argumentos…— el aludido se sonrojó y Kaori solo sonrió tímidamente.

—Eso no pasaría si alguien no bostezara cada diez segundos…

—Sabes que nunca les tomé gusto, prefiero los mangas. Mis felicitaciones, Asahina—kun; has logrado soportar los debates de Ren durante más de veinte minutos…todo un record.

—¡Cállate!

Al poco tiempo el ambiente se hizo ameno y agradable, charlando de varias cosas a la vez, siendo tan ruidosos como hacia tanto no lo eran, Kaori se sentía realmente aceptado, Ren y Toshi discutían por todo, mientras tanto Yuusei comenzaba a relajarse y tratar de disfrutar el momento con sus amigos.

—¿Y cómo es Houston?— preguntó Ren en un momento dado, Kaori quedó meditando unos segundos.

—Pues… el clima es agradable, bastante cálido; nosotros vivíamos en el centro, teníamos un departamento modesto… my dad trabajaba en el diario principal y mi papá en la editorial sede… no sé, me había dicho que antes era editor y siguió siéndolo; luego vino la noticia del fallecimiento de mi abuelo y su petición… pero aún no resolvemos visitar a mi abuela…

 

—Ah… vaya; no tenía idea…lo siento— comentó Ren un poco apenado, no se había enterado que era lo que había traido a la familia de kaori de vuelta a Tokio, el joven le sonrió descuidadamente:

—No te disculpes; yo no conocí a mi abuelo, no es algo que me duela o me sienta— después de un breve silencio, se animò a preguntar— Por cierto, ustedes se conocen de hace mucho, ¿verdad?

—Vaya que si…— soltó Usami sorbiendo su bebida, Ren le secundó:

—Nacimos el mismo día, de hecho… Yuusei nació un año después.

—Oh… vaya, son amigos de toda la vida entonces…

El sonido del celular de uno les hizo parar su conversación; Ren tomó el móvil y vio el remitente mostrando una ligera mueca de disgusto y suspirando contestó:

—¿Sí?

[Son las nueve…]

Ya lo sé

—[¿A qué hora piensas volver? Te quiero aquí antes de las diez]— Ren entornò los ojos mientras jugaba con la pajilla de su refresco.

—Lo sé, lo sé… estoy con Toshi y los demás… pero ya voy.

—[Escucha, tengo que devolver algunos libros a la biblioteca, ¿quieres parar a cenar en algún lado? Tu padre está trabajando.]

—No gracias, ya comí con los chicos.

[Entiendo, cuidado al regresar.]

—Si, si…— colgó un poco hastiado y se levantó de la mesa; Usami le sonrió comprensivo y los otros chicos le miraron de forma interrogante:

—Mi padre, dice que debo volver…los veo mañana chicos, ahh y Kaori ten— de su mochila sacó un manga— Seguro te servirá para tus dibujos… me gusta mucho su estilo y la forma de los rostros; mañana seguimos.

—Ren, te acompaño, ya es tarde.

—Estaré bien, Toshi; además se les hará tarde también; puedo volver solo— Toshi asintió sin dar más argumentos, conocía a Ren lo suficiente como para saber cuándo dar marcha atrás. 

—Entiendo, cuídate, avísame cuando llegues— el aludido asintió con una leve sonrisa.

—Si, si…— se despidió con un ademán y se perdió tras la puerta cruzando la calle; Kaori preguntó a Usami:

—¿No se lleva bien con su padre?— Usami suspiró antes de contestar.

—No, no del todo… es que Ren es un poco especial… más adelante te darás cuenta, pero es un buen chico.

—Luego de que terminaran de comer se marcharon a la casa de Toshi sin decir nada más, Kaori volvía a cohibirse tras la imponente y fría presencia de Yuusei, sin embargo, no podía dejar de mirarle y preguntarse el porqué de tanta seriedad.

Así transcurrió el camino hasta que llegaron a la casa de Usami; donde los cuatro adultos se encontraban donde los habían dejado, Kaoru sonrió y se levantó, Isaka vio la hora sorprendiéndose:

—¡Vaya que el tiempo vuela! Akihiko, Chibi—tan, fue un placer, espero poder reunirnos en un futuro.

—Nosotros también, Isaka—san… y suerte con eso— Ryouichirou le sonrió y se despidió con una sonrisa agradable.

Misaki escoltó a la familia hasta la puerta del departamento y luego de cerrar se dirigió a los chicos:

—¿Cómo lo pasaron?—

—Bastante bien papá, Kaori me agrado…es un muchacho agradable— Yuusei asintió sin agregar nada más; su enojo aún persistía a pesar de la buena tarde que habían pasado.

—¿Quieren que les prepare algo?—

—No gracias— se adelantó Yuusei— Misaki—chichi, tengo que regresar a casa.

—Ah… entiendo, pero Akihiko puede acompañarte…

—No es necesario, puedo volver por mi cuenta… de todos modos, muchas gracias por la comida de antes.

—Cuando quieras, ya sabes esta es tu casa— Yuusei asintió levemente sonrojado; pasando desapercibido para todos y sin decir más que un escueto “buenas noches” salió de la casa.

 

 

 

Un momento más tarde, después de que terminaran de recoger un poco el desorden en la sala, Misaki se estiró sentándose en el sofá indicándole a su hijo que hiciera lo mismo; Toshi sonrió dulcemente, le agradaba pasar tiempo con su papa, con ambos, pero Misaki tenía una forma tan amena de charlar.

—“Si tan solo Ren y Hiroki—chichi hicieran lo mismo…”— se dijo a en su mente, Misaki se sentó correctamente y quedó mirando a su hijo varios segundos.

Akihiko se retiró en silencio a terminar su escrito de una vez por todas, dándoles espacio a sus dos hombres tan importantes en su vida.

—¿Qué pasa, papa?— preguntó sonreído; Misaki acarició su mejilla y suspiró.

—Es solo que la charla de hoy con Isaka y Asahina—san me hizo pensar muchas cosas, Toshi…

—¿Qué paso?

—Nos contaron lo que sucedió con ellos; creo que no te lo hemos comentado… Hace muchos años, antes de que nacieras, Isaka—san era el vicepresidente de Marukawa—shoten, incluso estuvo en mi selección para entrar en la editorial, era una persona no muy diferente a como es ahora, un poco ruidoso y molesto, pero agradable, a fin de cuentas. Él y Asahina se conocen desde la infancia y tienen una relación desde la universidad según me comentó Akihiko… bueno, veras cuando yo estaba embarazado de ti el renunció súpitamente de la empresa… para todos fue sorpresivo y poco después de que naciste nos enteramos que él y Asahina se habían mudado a Houston, la razón nos era desconocida en ese entonces y contigo de bebé no dimos mucha importancia sino hasta después. Akihiko se mantuvo comunicado algún tiempo, pero luego ya no…seguimos así creyendo que habían hecho su vida, felices en algún lugar de América. No erramos del todo.

—¿Por qué me platicas esto, papa?— ahora muchas cosas encajaban en lo que les había relatado Kaori durante la tarde, pero aùn asi, no sabía porque Misaki se animò a compartirlo con èl.

 

—Bueno… es a lo que voy, hijo. Isaka—san y Asahina—san se marcharon por que Isaka estaba embarazado; justo en el tiempo en que yo te esperaba y casi estabas por nacer, así que prácticamente nació a la vez que Yuusei, pero aquí el problema fue que, sus padres… los padres de Isaka—san no lo aceptaron, se pelearon y distanciaron; exigieron que Ryouichirou—san se separara de Asahina—san. Obviamente eso no podía ser…así que ambos se fueron a América para buscar su propia familia y ser libres, cuidando a su hijo ellos solos. Pasaron los años y Kaori creció feliz y sano; entonces viene la noticia que el padre de Isaka murió… en su testamento pidió que tanto Isaka como Asahina se encargaran de la editorial y estos en parte por cariño y respeto habían accedido, esta fue su razón para volver.

—Vaya, la tuvieron difícil eh.

—Si, hijo, al igual que nosotros nos hemos enfrentado a diversas situaciones… no solo nuestra familia, también los Kusama y los Yoh; sabes de sobra las situaciones que han surgido… pero hijo, con esto que te estoy diciendo, quiero protegerte, esta charla ya la deberíamos haber tendió hace tiempo, pero no puede esperar…

—Es sobre el abuelo, ¿verdad?— Misaki le sonrió dulcemente y asintió:

—El sigue presionando; tu padre y yo no estamos convencidos de sus argumentos, porque sabemos que no serás feliz, conocemos bien a Usami—chichi y sabes del trato que tu padre y tu abuelo tienen…— Toshi asintió cabizbajo, recodrando las fuertes peleas que se habian llevado a cabo cuando era muy chico, a pesar de que no las presenciaba directamente, el recordaba como se ponìa Akihiko cuando su abuelo hacia acto de presencia.

—No te vamos a poder proteger siempre, tienes que tomar tus decisiones y trazar tu camino; sea lo que sea que quieras cuentas con nosotros— dijo Misaki, poniendo una mano sobre su mejilla, trayéndolo a la realidad.

—Papa…

—Te tendrás que enfrentar a tu abuelo algún día… pero no ahora… te cuento lo de Isaka—san porque nos pidió un pequeño favor… pero veo que lo han conseguido— Misaki le sonrió con dulzura, Toshi corrsepondio el gesto a pesar de la opresión en su pecho por la culpa que estaba comenzando a sentir por su propia situación.

—¿Qué cosa?

—Bueno, Kaori es un poco tímido… y necesita amigos…— Toshi soltò una pequeña carcajada cortando a Misaki.

—No necesitas decirlo, papa… nos llevamos muy bien con él, sobre todo Ren.

—Me alegro… bueno, hijo…espero que esto haya servido de algo… me gustaría que empezaras a sopesar la situación… quizás no he sido muy claro—

—Te entiendo papa, y no te preocupes por el abuelo, ya sabré manejarme cuando me toque— Misaki sonrió despeinando sus cabellos y levantándose para ir a dormir.

—Descansa Toshi— besó su frente con dulzura y se dirigió a su dormitorio; Toshi se encaminó al suyo para descansar luego de ese agradable día, sabía que tendría que enfrentarse a su abuelo algún día, pero no ahora.


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