Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Compartiéndolo todo por JungKimSenshi

[Reviews - 6]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Espero que les guste... crerán que tal vez no tiene mucho que ver uno con el otro, pero al final sabrán por qué ^^ sólo falta un capítulo que pondré muy pronto ^^

Notas del capitulo:

Chunnieeeeeeeeeeeeee!!! I <3 u

Aquellos dedos recorrían su piel, depositando suaves caricias, que pronto se volvieron más frenéticas. Lo sentía en su interior, entrando y saliendo de su cuerpo una y otra vez, haciéndole sentir que esa necesidad crecía, que pronto llegaría a su límite…

 

- Másss… ahhh… así… ahí…- los gemidos y jadeos que salían de esos labios rosados lo excitaban cada vez más, lo hacían volverse loco…

- Te… amo…- murmuró en su oído, mientras sus dedos se aferraban a esas caderas, haciendo sus movimientos más rápidos, más profundos.

- Ah… Chunnie… YooChu… nnie…- le llamaba una y otra vez. El pelirrojo hizo su agarre más fuerte alrededor del cuello del pelinegro, cuando sintió que no podía más, que su cuerpo pronto estallaría.

 

El pelinegro buscaba con cada movimiento que hacía, ese lugar, donde la excitación de su esposo llegaba a niveles insospechados, ese que sólo él sabía encontrar en su interior.

 

- Su… jun… juntos, amor… espera…- murmuró entrecortadamente.

- Chunnie… ahhh…- gemía el otro, tratando de contener su excitación, pero se le hacía cada vez más difícil, al sentir que su esposo pegaba justo en ese sensible lugar.

- Ahora… Su… ahora… Aaaaaaaaahhh.- un gemido gutural escapó de su garganta al sentir su orgasmo llegar.

 

El chico entre sus brazos gritó de satisfacción cuando sintió su semilla en su interior y él mismo se derramaba entre sus torsos.

 

Sus respiraciones desacompasadas era lo único que se podía escuchar, así como el latir desesperado de sus corazones. El pelinegro se dejó caer sobre el cuerpo de su esposo, acomodándose en su pecho para no lastimarlo, pero aun sin salir de su interior, disfrutando del calor que esa piel acaramelada despedía únicamente para él. Sonrió al notar ese enorme contraste entre esta y su piel visiblemente más pálida. Eran tan diferentes, pero se complementaban a la perfección.

 

Lentamente se retiró del interior de su esposo, a pesar del gemido de protesta que este emitió y que le hizo sonreír. YooChun se acomodó sobre la cama para luego atraerlo entre sus brazos.

 

- Feliz aniversario, Park JunSu…- murmuró en su oído con una sonrisa de entera satisfacción y felicidad.

- Feliz primer aniversario, Chunnie…- murmuró el pelirrojo en respuesta, acomodando su cabeza en su pecho, escuchando el ritmo de su corazón, aún contra sus costillas.

 

YooChun acariciaba la espalda de su esposo suavemente, relajándolo para dormir. Una cena romántica, velas, champagne, habían sido el preámbulo para aquella ocasión tan especial. YooChun se había encargado de casi todo personalmente, casi… porque si el intentaba cocinar, de seguro resultaba en un desastre.

 

Sonrió recordando cómo se habían conocido.

 

++ Flash Back++

 

Park YooChun, de veintidós años de edad, agente novato de la policía, se encontraba en una pequeña tienda de abarrotes. Un grupo de jovenzuelos acababa de asaltar el lugar llevándose, además de una buena cantidad de dinero de la caja registradora, cervezas y botanas tomadas de los aparadores. Nadie había salido herido y eran raros los asaltos en aquel sector de la ciudad, generalmente habitado por familias que llevaban generaciones ahí… pero los compradores que se hallaban en el momento del percance, tenían que quedarse a rendir su declaración de los hechos, para poder dar con los responsables.

 

- No parece más que una travesura de jovencitos… lo más seguro una prueba de alguna fraternidad de la universidad.- había dicho su compañero, un hombre con ya varios años de pertenecer al cuerpo policíaco.- YooChun-ah…- le llamó a lo que el pelinegro se apresuró a llegar junto a su superior.

- Sí, Hyung…- dijo parándose firmemente frente al hombre robusto.

- Termina de interrogar a esas personas.- dijo señalando hacia dos chicos que lucían muy similares.- son los últimos, después nos iremos a la oficina a seguir el papeleo.

- De acuerdo…- murmuró frunciendo el ceño. Era uno de sus primeros casos y seguramente no quedaría en nada. Ni un arresto…

 

El pelinegro se acercó a los dos chicos, dos pelirrojos que iban vestidos de una manera semejante, pero que tenían un corte de cabello diferente y uno de ellos era más alto que el otro.

 

- AnniongHaSeIou, Park YooChun ibnida, soy el agente de policía quien les interrogará por lo ocurrido hoy…- se presentó con una reverencia.

- AnniongHaSeiou…- le respondió el saludo el más alto de los dos.- Kim JunHo Ibnida… él es mi hermano gemelo, JunSu.- Presentó al otro chico.

 

YooChun pensó que no deberían ser gemelos idénticos, ya que fácilmente podía distinguir a un pelirrojo del otro… y definitivamente el más bajo, JunSu, era más atractivo que su hermano. Y es que esos ojos cafés lo hipnotizaron al instante, su sonrisa le pareció lo más hermoso que había visto en su vida.

 

- ¿Podrían contarme lo que sucedió?- preguntó tratando de concentrarse en su trabajo y despegando los ojos de ese rostro que de pronto le pareció angelical.

- JunHo y yo venimos todos los días por algunas cosas antes de ir a casa, siempre a esta misma hora…- empezó el pelirrojo más bajo con expresión seria.- jamás habíamos visto a esos chicos por aquí. Vivimos dos calles más arriba, con nuestros padres.- explicó.

- ¿Podrían describir a alguno de los asaltantes?- volvió a preguntar, mientras apuntaba todo en una libretita.

 

Los chicos le dijeron todo lo que recordaban, después sus nombres completos y sus datos para localizarlos. YooChun estaba seguro que no volvería a ver a ese lindo pelirrojo, pero parecía que la suerte, el destino o lo que fuera, tenía algo planeado para él.

 

Una semana después, el agente Park no había podido olvidar esos ojos, ese hermoso rostro, pero tampoco había podido volver a verlo. Aquella mañana, estaba en un escenario bastante diferente. Era su día libre y su hermano le había pedido que fuera con él a ese torneo deportivo de la escuela. Su madre no podría ir, así que el joven Park YooChun tendría que representar a su familia ante los maestros. Era la primera vez que veía a YooHwan, su hermano de 17 años, entusiasmado por la idea de un torneo rápido de soccer… de hecho, YooChun ni siquiera recordaba que le gustara ese deporte… pero no fue hasta que YooHwan se fijó en uno de los porristas, que supo el porqué de su creciente afición.

 

Estaba en un costado del campo de fútbol, viendo que su hermano hiciera ejercicios de calentamiento, cuando un par de toques en su hombro lo hicieron girar la cabeza, pero al no encontrar a nadie, giró al otro lado, topándose con alguien que no esperaba ver en ese momento.

 

- Park YooChun-Ssi… AnniongHaSeIou.- le saludó el pelirrojo con esa sonrisa que le pareció aun más brillante que la última vez que la vio.

- AnniongHaSeIou, Kim JunSu-Ssi…- le alegraba ver que el chico no le había olvidado en ese tiempo.

- ¿Y cómo ha estado? ¿Mucho trabajo?- preguntó con curiosidad.- ¿Han atrapado ya a los culpables?...- pero luego rió un poco.- disculpe, no debo preguntar, me imagino que eso es confidencial.

 

YooChun sintió que la alegría del pelirrojo se le contagiaba, mediante esa risa que sonaba tan rara, pero extremadamente dulce.

 

- En realidad, como eres uno de los testigos, puedo decirte que no, aún no, pero cuando los atrapemos serás llamado para identificarlos.- le aseguró. Y así tenía una excusa para llamar al pelirrojo.

- Oh, genial…- respondió.- ¿Ha venido al torneo? ¿Tiene a alguien estudiando en la escuela?- preguntó más que interesado por saber la respuesta.

- Mi hermano menor…- señaló al pelinegro que en ese momento estiraba los músculos de las piernas con ayuda de un compañero.- ¿Y tú? ¿Vienes con alguien?- quiso saber también, porque le interesaba… le interesaba mucho saber acerca de ese lindo pelirrojo de risa contagiosa y mirada angelical.

- Con mi hermano mayor también.- dijo señalando hacia la banca del equipo contrario, donde se hallaba su hermano gemelo JunHo.- es el entrenador del equipo.- añadió.

 

“¡JunSu- ah!” escucharon que grite JunHo.

 

- Y yo su asistente…- se encogió de hombros el pelirrojo.- bueno, pues… tengo que irme.- le dijo con una sonrisa antes de girarse para ir donde su hermano.- nos vemos luego, YooChun-Ssi…

- Claro, yo te llamaré cualquier cosa, JunSu-Ssi…- el pelinegro hizo una leve inclinación de cabeza.

- Eso es lo malo… tú tienes mi número YooChun-Ssi… pero yo aún no tengo el tuyo.- añadió con una sonrisa antes de ir corriendo hacia su hermano, quien lo esperaba cruzado de brazos y con un mohín de disgusto en el rostro.

 

++Fin Flash Back++

 

Y ese fue el inicio de todo… la primera cita, una semana después, fue a tomar un café… ahí supo que JunSu adoraba el mocha frappé con galleta de chocolate y una rebanada de cheesecake, aunque después acabara empalagado y terminara pidiendo un agua mineral. La segunda cita fue una salida al cine… ahí se enteró que le gustaban varios géneros, pero más que nada le disgustaba la saga de “Crepúsculo”, cosa que ambos compartían, pues la creían sumamente cursi… Para la tercer salida, el pelinegro ya le decía Su o Susu… para la cuarta cita, él ya no era YooChun, sino Chunnie… para la sexta eran Delfín y Ratón… la siguiente, novios… y antes del año de conocerse se comprometieron en matrimonio.

 

YooChun sonrió ante aquel recuerdo, mientras veía a JunSu acomodarse en su pecho un poco más. El pelinegro era feliz con él, pero sabía que no todo era color de rosa y mucho menos que su vida no tendría obstáculos… sobre todo él, que había elegido esa profesión, siguiendo los pasos de su padre.

 

En el último año había sido ascendido a detective y en el último caso en el que trabajaba se jugaba su promoción a Sargento o Teniente… cosa que le tenía sumamente preocupado… pues el tipo que buscaban era un “pez gordo”… y si algo salía mal, su vida y la de JunSu podría peligrar.

 

Respiró profundamente. Y miró a JunSu dormir. Le habían dado esos días libres, justamente porque después se tendría que adentrar demasiado en su caso, si quería atrapar a ese delincuente. Aún le quedaban dos días más… dos días y tendría que regresar a la misma rutina… sin embargo, disfrutaría esos últimos dos días con su esposo pasara lo que pasara… y él se daría a la tarea de cuidar y proteger que JunSu no fuera lastimado de ninguna manera.

 

Pensando en eso se fue quedando dormido.

 

~°~°~°~°~

 

Sintió la calidez que los rayos del sol de la mañana dejaban sobre su piel, no quería abrir los ojos, sólo deseaba permanecer así entre aquellos brazos que le envolvían protectoramente y, aún con los ojos cerrados sonrió. Era sábado por la mañana, sabía que no había necesidad de levantarse temprano, pero conocía a su esposo. YooChun se levantaría hambriento justificándose con una noche de haber perdido energía.

 

JunSu sonrió ante la imagen de su YooChun. Levantó el rostro y le miró profundamente dormido. El pelinegro tenía unos hermosos labios y su piel blanca, sus ojos negros eran lo que más adoraba JunSu y su voz profunda y sensual, sobre todo al momento de hacer el amor, cuando su tono de voz adquiría una profundidad aterciopelada y sus ojos brillaban traviesos, cual niño a punto de degustar un pastel.

 

Y es que no sólo eso había sido lo que había enamorado a JunSu de él, sino esas ganas de vivir, ese lado tierno que a nadie le había mostrado sólo a él, ese lado fuerte que mostraba era solamente una pequeña mascarada para ocultar sus puntos débiles, la preocupación por sus seres queridos… el amor que profesaba por su madre y su hermano menor… y ahora por él.

 

JunSu se levantó de la cama lentamente para no despertar a su “ratoncito” y después de una ligera ducha, bajó a la cocina dispuesto a preparar el desayuno.

 

Estaba terminando de poner el jugo sobre la mesa, cuando sintió unos fuertes brazos alrededor de su cintura.

 

- Eres malo, Delfín, me dejaste solito en la cama…- murmuró en tono infantil mientras besaba con ternura el cuello de su esposo.

- Chunnie… tenía que prepararte el desayuno…- respondió el pelirrojo, estremeciéndose ante las caricias que YooChun dejaba en su piel.- no siempre puedo hacerlo.

- Pero es sábado… ven… vamos de regreso…- le tomó de la mano para llevarlo de regreso a la habitación, pero JunSu no se movía, por lo que optó por tomarlo en brazos al estilo nupcial para llevarlo dentro de su habitación de nuevo.

- ¡¡¡Chunnie!!!- gritó entre risas el pelirrojo abrazándose a su cuello antes de que su esposo le besara con pasión.- tienes… tienes… que comer… o mi ratón no va a rendir…- añadió con una risa, pero YooChun había llegado a la alcoba, donde lo depositó en la cama rápidamente antes de cubrirle con besos y caricias.

 

El desayuno se convirtió en almuerzo, entre gemidos, besos y un largo baño mutuo… por lo que JunSu pidió a YooChun que le llevara a comer fuera o no probaría bocado en todo el día.

 

- Quedémonos en casa…- pidió YooChun inflando las mejillas.

- Chunnie... Vamos, hace mucho que no salimos… sólo vamos por el almuerzo y ya… ¿De acuerdo?- pidió el delfín.- al regresar podremos ver una película, tú y yo, juntitos en el sofá…

- Buenooo…- YooChun frunció un poco el ceño, pero no podía evitar sonreír ante la idea.

 

Salieron de su casa para abordar el automóvil de YooChun, cuando JunSu se quedó parado a mitad del camino, observando hacia la casa justo enfrente de la suya. Un camión de mudanzas estaba parado en la puerta, varias cajas ya estaban afuera, pero al parecer tenían algo de problemas.

 

- ¿Qué ocurre, Su?- murmuró el ratón acercándose a su esposo.

- Vecinos nuevos.- dijo señalando hacia la casa.

 

YooChun frunció un poco el ceño. No se le hacía extraño, aquella casa había sido construida hacía poco tiempo y luego puesta a la venta, sin embargo, no le vendría nada mal saber el tipo de personas que eran los que se mudaban.

 

- ¿Vamos a saludar?- preguntó el pelinegro con una sonrisa.

- ¡Qué curioso eres, Chunnie!

- Yo sé que tú también quieres saber… anda, vamos…- le dijo tomándolo de la mano para entrelazar sus dedos y cruzar la calle.

 

Un pelinegro abrazaba a un bebé contra su pecho, mientras lidiaba contra los hombres de la mudanza.

 

- ¡Yunnie! Ve que no vayan a golpear esa caja… es la vajilla…-gritó con un poco de enfado.- Esos tipos… no son nada cuidadosos…- se quejó con un gesto de molestia. Mientras el bebé hacía ruiditos y balbuceos, sosteniendo un pequeño osito de felpa entre sus manitas.- Tienes razón, ChangMinnie, son unos brutos.- respondió el pelinegro a los balbuceos del pequeño con una sonrisa antes de darle un beso en la mejilla.

 

JunSu sonrió mientras se acercaba a saludar.

 

- AnniongHaSeiou.- saludó el pelirrojo.- Somos sus vecinos de enfrente. Jo nun Park JunSu ibnida, y él es mi esposo, YooChun.

- AnniongHaSeIou.- saludó YooChun con una sonrisa mientras hacía, junto con su esposo, una reverencia.

 

JaeJoong sonrió y respondió con una reverencia también.

 

- Nee… annionghsaeiou. Jung JaeJoong ibnida.- se presentó.- son los primeros en venir a saludarnos, gracias.

- Boo… ya era la última caja…- el moreno se acercó y le abrazó por la espalda, para luego depositar un beso en su mejilla.- sólo falta meter a la casa estas últimas tres y sería todo.

- Genial.- le murmuró en respuesta.- Yunnie… ellos son los Park, nuestros vecinos de la casa de enfrente. Él es mi esposo, YunHo.

- Jung YunHo ibnida…- dijo haciendo una leve reverencia.

- ¡maa!- llamó la atención el pequeño, como si supiera que lo habían estado ignorando.

- ¡Oh, sí!... él es nuestro bebé… ChangMin.- dijo entre risas el pelinegro para luego besar la mejilla del bebé, quien hizo unos ruiditos graciosos y rió.

- ¡Anniong, Egi!- se acercó JunSu a saludarle.- ¿Puedo?- preguntó extendiendo los brazos para abrazar al pequeño.

 

JaeJoong le miró con un poco de duda, pero al final le tendió al niño.

 

- Nee, ChangMin-Ah… ¿Te gustan los osos?- preguntó con una risita, al ver el muñeco de felpa entre sus manitas.- ¿Sí? ¿Te sabes la canción de los tres osos?

- De hecho, es su canción favorita.- rió JaeJoong.

- ¿En serio? La mía también, ChangMin-ah, siempre se la canto a mis alumnos.- el pelirrojo balanceaba al bebé, quien estaba muy quietecito entre sus brazos.

- Su es maestro de preescolar.- explicó el pelinegro con una sonrisa.

- También es una estancia infantil. Pueden llevarlo ahí, si lo necesitan. Lo cuidaremos bien.- JunSu no dejaba de mimar al pequeño ChangMin, quien se veía realmente cómodo entre los brazos de su Hyung.

- Gracias, JunSu-Ssi, pero yo trabajo en casa. Así que no es tan necesario.- le aseguró JaeJoong.

- ¿Y en que se desempeña, JaeJoong-Ssi?- YooChun tenía que investigar un poco, saber si la familia era confiable.

- Bueno… soy escritor, por eso paso tiempo en casa.- dijo el pelinegro con una sonrisa.

- ¿JaeJoong? ¿Kim JaeJoong? ¿El escritor de cuentos para niños? ¡Ya decía yo que te me hacías conocido!- gritó el delfín asustando un poco al bebé entre sus brazos.- lo siento, perdón…- dijo consolando al bebé que había estado a punto del llanto.- pero… es que me encantan tus cuentos. Siempre se los leo a mis alumnos, en serio.

- Gra… cias…- respondió algo emocionado el pelinegro.

- ¿Y usted a que se dedica, YunHo-Ssi?- preguntó YooChun con curiosidad.

- Soy abogado…- respondió el moreno con una sonrisa.

- Es asistente del fiscal…- respondió JaeJoong con orgullo en la voz.- desde hace un año y antes fue uno de los mejores abogados defensores de la firma Lee y asociados.

- ¿En verdad? YooChun es agente federal…- respondió JunSu con una sonrisa presentado a su esposo.

- ¿Park YooChun? ¿Usted es “ESE” Park YooChun? Creo que estaremos trabajando juntos, YooChun-Ssi…- murmuró el moreno ante la casualidad de haberse encontrado con el agente a cargo de la investigación de su caso.

- Y usted es “ESE” Jung YunHo…- sabía que iban a trabajar en el caso juntos, pero aun no se conocían en persona.

 

Sus esposos los miraron extrañados para luego romper a reír, lo cual sacó de su extraño comportamiento a los otros dos.

 

- Chunnie, pareciera que lo vas a matar con la mirada.-  dijo entre risas su delfín.

- ¡Ay, Yunnie! Ni que fueran enemigos, si trabajan para el mismo bando.- añadió entre risas JaeJoong para luego darle un beso en la mejilla en su esposo.

 

Ambos sonrieron, por que en verdad tenían razón y ambos iban a trabajar juntos por el bien de la sociedad. Sin embargo, lo primero que se les vino a la mente, fue que uno sería el obstáculo en el trabajo del otro.

 

- Señor, hemos terminado.- anunció uno de los hombres de la mudanza.

 

YunHo se alejó para pagar y despedir a los empleados, mientras JaeJoong platicaba con sus nuevos amigos.

 

- Discúlpenlo. Está un poco tenso.- les explicó.- con lo de la mudanza y unas cosas del trabajo.

- Sí, entendemos ¿Cierto, Chunnie?- respondió el pelirrojo, mirando hacia su esposo.

 

El pelinegro asintió. Era lógico que estuviera tenso, ambos lo estaban y era que de ese caso dependían sus carreras por completo.

 

- Estábamos por ir a comer algo… ¿Les gustaría acompañarnos?- sugirió YooChun con una sonrisa de disculpa. No era la manera de presentarse ante la persona que iba a ser su contraparte en el proceso por encarcelar a ese tipo.

- ¿En serio? Bueno… sí, ¿Por qué no?- respondió JaeJoong con una sonrisa mientras tomaba a su bebé de brazos de JunSu, pues había empezado a llorar por él.

 

~°~°~°~°~

 

- ¿No te parece adorable el pequeño Min?- preguntó JunSu con una sonrisa un tanto soñadora.- es muy tranquilito y bien portado, a pesar de que sólo tiene Tres años (N.A. edad en corea, edad occidental dos años).

- Mmm…- YooChun sólo asintió mientras veía a su esposo poner una película en el reproductor.

 

Ya habían pasado un par de horas desde que habían regresado del almuerzo y JunSu sólo había hablado de ese bebé todo el tiempo. Que si era tierno, que si le parecía dulce, que si era inteligente ¡Por Dios, sólo era un bebé, no la octava maravilla del mundo! Frunció ceño cuando su esposo se sentó por fin, llevando un enorme tazón con palomitas de maíz y se acomodaba entre sus piernas para apoyarse contra su pecho.

 

- Chunnie…- murmuró el pelirrojo, cerca de su rostro.- Chunnie-Mousey…- le dijo juguetonamente.

- Mmm…- dijo en respuesta. Sabía que su niño iba a pedirle algo, pero nada lo preparó para lo que iba a escuchar.

- Chun-Chunnie… no crees… ¿No crees que nosotros también…?- No sabía cómo decirle eso a su esposo, sobre todo porque no sabía cómo lo iba a tomar… aunque, bueno, se suponía que eran un matrimonio… ¿no?- Chunnie… nosotros… tendremos un bebé pronto ¿Cierto?- pregunto con una sonrisa a su ratón.

 

Y ahí venía. El tema que él había intentado no tocar desde un principio. Sabía que a JunSu le gustaban los niños, así que no se le hacía raro el que le pidiera aquello, pero YooChun… YooChun había decidido para él que los niños no estaban incluidos en el paquete del matrimonio. Ya lo había vivido en carne propia y él… no quería que a JunSu le sucediera lo mismo que a su madre.

 

Su padre murió cuando él únicamente tenía cinco años, su hermano menor YooHwan acababa de nacer, cuando le dieron la noticia a su madre. Su padre había sido abatido por un delincuente durante el tiroteo que se desarrolló en el asalto a un banco. La había dejado sola con dos hijos pequeños… y aunque nunca escuchó una sola queja por parte de su madre, YooChun pudo verla sufrir todos esos años, añorando la compañía del amor de su vida, tratando de sacar adelante a sus hijos con la pensión y su propio trabajo, para que nada les faltara.

 

Cuando YooChun decidió integrarse él también a la fuerza policiaca federal, se había puesto un par de reglas que debía cumplir al pie de la letra. Sin embargo, rompió una cuando conoció a JunSu y se casó con él, pero no dejaría que su niño sufriera el día que a él le sucediera algo y YooChun dejara a JunSu solo.

 

- Su, delfín… aún es muy pronto para hablar de eso ¿No crees? Es decir, apenas llevamos un año de casados… ¿Por qué no esperar antes de eso?- trató de que su esposo dejara la idea, al menos por un tiempo.

- Chunnie ¿Qué tiene de malo que sea así de pronto? ¿No te gustaría? ¿Un ratoncito nuestro?- preguntó haciendo un lindo puchero.

- No por ahora, Su, lo sabes.- dijo firmemente.

- Chunnie…

- ¡No es no, Su…! No vas a tener un bebé pronto…- “ni ahora, ni nunca” quiso añadir, pero no lo hizo. Había elevado bastante la voz al momento de hablar.

- ¿Qué es lo que pasa contigo? ¿Por qué te pones así de enojado ante la idea? ¿Crees que no me di cuenta que desde que lo mencioné, te fastidió el asunto?- JunSu se separó de su esposo y le miró con enojo ante el tono de voz que había empleado.

 

Jamás habían discutido así, en sus doce meses de matrimonio, las peleas habían sido por tonterías y al cabo de un par de minutos ya se encontraban besándose, reconciliándose.

 

- Tener un hijo no es algo importante para mí.- se escuchó decir YooChun, pero ya era demasiado tarde para retirar sus palabras.

- ¿Qué? ¿Qué significa eso? ¿Por qué dices esas cosas? YooChun… Nos casamos para estar juntos, para compartir nuestra vida, para formar una familia…- afirmó el pelirrojo. Un nudo estaba formándose en su garganta.

- Para compartir una vida, para formar una familia, no necesariamente tiene que haber hijos, Su.- respondió de manera fastidiada.

- Es la primera vez desde que te conozco que… te escucho hablar así… YooChun… ¿Qué demonios pasa contigo?- se levantó del sofá totalmente enojado. Mirando a su esposo, como si no lo conociera, cuando llevaban exactamente un año de haberse casado.

- Nunca habíamos tocado este tema… porque seguramente tú dabas por sentado que yo querría.- dijo el pelinegro mirándolo directamente a los ojos, pero sin moverse un centímetro de su lugar.

- Y tú tampoco dijiste nada… tampoco hiciste el intento porque yo supiera tu decisión. Sólo la has tomado así porque sí, sin tenerme en cuenta. Soy tu esposo, no una persona cualquiera a la que puedas pasar por alto en tus decisiones.- le reclamó el pelirrojo sintiendo que una lágrima rebelde ya estaba resbalando por su mejilla.

- Esa decisión la tomé hace mucho tiempo, JunSu, incluso antes de conocerte.- reconoció.

- ¿Y por qué jamás me dijiste nada?- volvió a reclamarle.

 

Y YooChun no tuvo respuesta.

 

JunSu no quería pelear con él, no quería que su relación se viera afectada por esto. Él creía que todo estaba bien, que su matrimonio y su amor eran sólidos, que nada podría poner en tela de duda lo bien que estaban juntos, pero ahora… esto…

 

Se limpió las lágrimas con fuerza, mientras YooChun se levantaba para intentar abrazarlo, JunSu se apartó bruscamente de su contacto, mirándolo enojado.

 

- En realidad no creí que fuera realmente importante y que cuando lo supieras no te pondrías así.- reconoció el pelinegro.

- ¿Y cómo quieres que me ponga, YooChun? Acabas de decir que no quieres formar una familia conmigo…

- Yo no he dicho tal cosa…- interrumpió el pelinegro.- tú y yo ya somos una familia. No necesitamos nada ni a nadie más…

- ¿Y los hijos? Somos una familia, pero incompleta YooChun…

- Mientras yo esté a tu lado lo demás me importa muy poco, JunSu.

 

El pelirrojo no sabía si reír, llorar o patearlo por lo que había dicho. Tal vez en cualquier otro momento, lo que YooChun había dicho le hubiera resultado la cosa más dulce y tierna que su esposo pudo haberle dicho, pero en aquel momento, sólo le resultó… hipócrita.

 

- Voy a…- se aclaró la garganta, sin molestarse en ocultar su enojo.- estaré en la habitación. Voy a tomar una siesta.

- JunSu

- Por favor, YooChun… por favor.- pidió con un tono de voz que no dejó nada tranquilo al pelinegro.

 

Sabía que a JunSu le gustaban los niños pequeños, por algo se había recibido como maestro de preescolar y había abierto su propia guardería junto con HyukJae, su mejor amigo de la infancia, además, casado con DongHae con quien ya tenía un hijo, para colmo uno de sus compañeros de trabajo.

 

YooChun suspiró, dejándose caer en el sofá, pensando que ésta era la primera pelea real que habían tenido en mucho tiempo. Siempre habían sabido solventar sus diferencias, pero esta vez había sido lo que marcaba una terrible diferencia entre ellos.

 

Pero JunSu podía entender ¿No es cierto? Cuando se calmara, JunSu podría entenderlo.

                                                                             

JunSu se dejó caer en la cama… esa misma que compartía cada noche con aquel que creía que era su esposo. Jamás se imaginó que YooChun…

 

Se limpió una lágrima rebelde, mientras sentía que su corazón se estrujaba. No quería pensarlo, no quería imaginar que una de las razones por las que YooChun no quería tener un hijo con él era porque no lo amaba en realidad lo suficiente para desearlo.

 

Miró la fotografía al lado de la cama, la fotografía de su boda… ambos salían tan sonrientes… JunSu pensaba que su vida sería perfecta al lado de YooChun, con sus altibajos como cualquier pareja, pero que podrían sortearlos. Ahora sentía que entre su esposo y él se había formado un abismo insalvable.

 

Respiró profundo, necesitaba despejar su mente, para poder… tomar una decisión. Una que no le doliera tomar, porque sabía que amaba a YooChun y se había casado para formar una familia con él… y su más grande ilusión era llegar a tener un hijo de su ratón.

 

Tomó sus llaves y se dirigió a la puerta de la casa, donde puso sus zapatos. Necesitaba despejarse. No quería empezar a cuestionarse el porqué del comportamiento de su esposo, no quería empezar a hacerse ideas que ni siquiera sabía si eran las razones correctas. Pensaba que conocía a YooChun muy bien y su esposo tendría sus razones para haber tomado esa decisión, pero eso fue antes de que se conocieran, antes de que se casaran. Tal vez ahora, YooChun pudiera modificar un poco, o mucho, su forma de pensar.

 

Cuando llegó al parque, se dedicó a caminar por los alrededores, observando a la gente que estaba ahí, disfrutando de la tarde cálida, perfecta. Las parejas iban tomadas de la mano y los niños corrían y brincaban en los juegos que estaban colocados para ellos. Un suspiro escapó de sus labios. ¡Cómo deseaba poder darle un hijo a YooChun! Formar una familia con él era su más grande ilusión.

 

No pudo evitar que un par de lágrimas escaparan de sus ojos… ¿Y si no era capaz de hacerle cambiar de parecer? Un nudo se instaló en su garganta, se limpió rápidamente las lágrimas cuando distinguió a un par de personas conocidas para él.

 

JaeJoong se acercó a él al reconocerlo. El pelinegro llevaba al pequeño ChangMin en su carriola e iba acompañado de otra persona.

 

- JunSu-ah…- le llamó con una sonrisa un poco preocupada. El semblante del pelirrojo no era nada bueno.

- JaeJoong-Ssi. Hola…- murmuró.

- Habíamos quedado en que podías llamarme, Hyung ¿Recuerdas?- le preguntó con una sonrisa mientras se acercaba junto con su acompañante.- Mira, él es Choi HeeChul. Uno de nuestros mejores amigos.- señalo al castaño junto a él.

- Mucho gusto, Park… Park JunSu.- se presentó el pelirrojo con una sonrisa.

- Mucho gusto, JunSu… si eres el DongSaeng de mis DongSaengs, entonces eres mi DonSaeng.- dijo el otro con una sonrisa antes de abrazarle.

 

Al sentir el abrazo, JunSu pudo notar que el mayor estaba de gestación, lo que hizo que sintiera un fuerte golpe en el pecho, que casi lo deja sin aire. Al separarse no pudo evitar bajar rostro y morderse el labio inferior para evitar llorar, pero no pudo evitar que el castaño se diera cuenta de eso.

 

- Pero… mira esa carita.- murmura el castaño levantándole el rostro al menor.- ¿Qué te ha ocurrido, Susu?

- ¿Susu?- pregunto extrañado JaeJoong. Al parecer HeeChul hacía gala de lo que le caracterizaba, la excesiva confianza.

- Yo, bueno… no es nada en realidad…- respondió desviando la mirada.

- Para que pongas esa carita, ese “nada” debe ser realmente importante.- HeeChul le tomó la mano y le guió hasta una banca cercana, para que pudieran hablar tranquilamente.

 

JaeJoong lo vio un poco renuente a hablar, pero le preocupaba aquel chico pues hasta hace un par de horas se había mostrado tan sonriente y tan enamorado, ahora su semblante era totalmente diferente.

 

- Discutiste con YooChun-Ssi ¿Cierto?- le preguntó JaeJoong, dándose cuenta de que en realidad esa era la razón, cuando los ojos de  JunSu se abrieron grandes y apretó los puños con un poco de fuerza.

 

El pelirrojo asintió con un movimiento de cabeza, pero no dijo nada más.

 

- Eso es algo lógico en cualquier relación de pareja, JunSu.- habló HeeChul.- tenemos diferencias que debemos saber compensar. De eso se trata un matrimonio.- el mayor aún le sostenía la mano.

- Todos hemos pasado por fases así…- JaeJoong se sentó a su otro lado, dejando la carriola con un dormido ChangMin, junto a él.- Es parte de aprender a conocerse y saberlo llevar.

- Pero es que… yo… no creí que…- JunSu dejó que un par de lágrimas se deslizaran por sus mejillas.

- ¿Quieres contarnos?- pidió HeeChul acariciando su espalda, tratando de calmarlo.

 

El menor asintió, contándoles a grandes rasgos la pelea que tuvieron no hacía ni una hora. Se sentía tan desilusionado que no sabía qué hacer.

 

- No entiendo ¿Por qué no me lo dijo antes?- preguntó suavemente.

- JunSu-ah… él ¿Te dio sus motivos para una decisión así?- preguntó JaeJoong, recibiendo como respuesta un delicado movimiento de cabeza negativo del menor.- Lo mejor es que se lo preguntes. Habla con él, acláralo.

- Todos hemos tenido problemas en nuestro matrimonio. Unos incluso antes de empezar.- dijo HeeChul mirando hacia el pelinegro. JaeJoong hizo un mohín con la nariz.- y mis problemas con SiWon, mi esposo, aunque han sido menores, hemos sabido sobre llevarlos.

- ¿Amas a YooChun, cierto?- preguntó JaeJoong con una sonrisa comprensiva.

- Con todo mi corazón, Hyung.

- Entonces, si él te ama, como dice hacerlo… las cosas las sabrán resolver. Te lo garantizo.- JaeJoong tomó en sus brazos a su bebé, quien ya lloraba pidiendo su biberón.- en mis dos años de matrimonio, he tenido mis altibajos con YunHo…

- ¿Dos años? Pero ChangMin tiene…- se interrumpió al darse cuenta de su pregunta.

- Si, ChangMinnie tiene tres.- respondió HeeChul por JaeJoong.- por eso te dije que ellos tuvieron problemas incluso antes de empezar su matrimonio.

 

JunSu asintió.

 

- Yo aún tengo un problema con SiWon… quiere ponerle su nombre al bebé… pero no… yo no quiero, yo quiero que mi bebé se llame MinHo.-  se quejó el castaño haciendo un puchero.

- Sería lindo que le pusieras el nombre de su Appa.- sugirió JaeJoong, dándole la mamila a ChangMin, quien miraba curioso hacia los dos hombres sentados frente a él. Sobre todo al castaño.

- Vamos, JaeJoong… tú no le pusiste YunHo a tu hijo… además… no sé… siento que no va con él.- dijo el castaño acariciando su pancita de cinco meses de embarazo.

- Ho…- escucharon a ChangMin, quien se había sacado la mamila de la boca para hablar.

- ¿Lo ves? Hasta a ChangMinnie le gusta el nombre que elegí ¿Cierto, Minnie? ¿Quieres que bebé se llame MinHo, cierto?- le preguntó al pequeño.

- Be… be.

 

JunSu observaba la escena y escuchaba todo sin opinar.

 

- ¡Ouch!- se quejó HeeChul haciendo un gesto.- pateó…- dijo con una sonrisa tomando la mano de JunSu y poniéndola sobre su vientre para que sintiera los fuertes movimientos del bebé.

- Será futbolista…- dijo JaeJoong en tono de broma.

- Puede ser… patea muy fuerte, sobre todo cuando lo llamo MinHo… ¡Ouch! ¿Lo sentiste, Susu?- dijo al sentir otro fuerte movimiento del bebé.

 

El pelirrojo asintió con un leve movimiento de cabeza.

 

- No pongas esa carita…- le dijo el pelicastaño con una sonrisa.- verás que pronto tú también tendrás a tu bebé.

- JunSu-ah… tal vez sólo es cuestión de darle tiempo a YooChun…

- Tal vez tengas razón, Hyung.

 

~°~°~°~°~

 

Ya anochecía cuando JunSu regreso a casa. Respiró profundo, tranquilizándose y teniendo la firme convicción de que ahora más que nunca, su lugar era al lado de su esposo. Lo amaba, de eso no podía dudar y sabía que el amor no era una razón válida para intentar cambiar a una persona… sin embargo, si se amaban sabrían sobre llevar la situación.

 

Una suave melodía de piano se escuchaba cuando entró a la sala, su esposo siempre hacía lo mismo cuando una situación lo sobre pasaba y dependiendo del tipo de música que escuchara en el momento, JunSu había aprendido a distinguir su estado de ánimo. Aquella era una canción nostálgica, por lo que su esposo debería estar triste o deprimido, contrario a su primer pensamiento de que estaría enfadado.

 

Se dirigió hacia esa habitación, la cual YooChun utilizaba para trabajar en casa y lo encontró sentado frente a su escritorio, con  la cabeza recostada contra el respaldo de la silla de cuero, con los ojos cerrados. Su respiración era lenta y a veces le podía ver fruncir el ceño ligeramente. Le gustaría saber cuáles son los pensamientos que en ese momento están en su cabeza.

 

Se acercó lentamente y rodeo el escritorio, para colocarse tras él, abrazando sus hombros, para darle un suave beso en su amplia frente.

 

- YooChunnie…- le habló quedamente.

 

Las manos de su esposo se colocaron en sus brazos y un suspiro escapó de sus labios. Antes de empezar a hablar.

 

- Mi padre murió en cumplimiento de su deber… fue abatido durante un tiroteo en el asalto a un banco. - murmuró suavemente.- yo tenía apenas cinco años… YooHwan era un recién nacido… mi madre estaba destrozada. Yo sólo era un niño, pero podía darme cuenta de su sufrimiento. A partir de ese momento, la soledad siempre fue su compañera. Nada nos faltó materialmente, debido a la pensión de mi padre, pero mi madre vivía en un constante estado de melancolía que intentaba ocultarnos…- JunSu guardaba silencio, escuchando lo que su esposo luchaba por sacar de su corazón.- toda mi infancia crecí escuchando que mi padre era un héroe y que yo debía honrar su memoria, por lo que no fue una sorpresa cuando quise entrar a la academia de policía… pero yo... yo sabía que en cualquier momento podría ocurrirme lo mismo y decidí que no quería que hubiera personas que sufrieran por mi partida cuando llegara el momento, que no dejaría que volviera a suceder aquello y me puse dos reglas importantes para mí, dos reglas que había seguido al pie de la letra… hasta el momento en que tu apareciste en mi vida.- YooChun separó a JunSu y lo jaló hacia sí, hasta sentarlo en su regazo.- mi primera regla era que no debía enamorarme… - JunSu acarició su mejilla con ternura y asintió.- mi otra regla era que por nada del mundo iba a tener una familia, alguien que después de mi muerte pudiera extrañarme y sufrir tanto por no olvidarme… pero no pude evitar caer rendido ante ti, ante tu sonrisa, ante tu mirada… me enamoré como un loco y perderte para mí era inconcebible, por eso… por eso te pedí que te casaras conmigo.

 

JunSu le abrazó con fuerza, sintiendo su corazón latir rápidamente. Su esposo se estaba abriendo a él, le contaba sus temores, le contaba sus miedos y eso era algo tan difícil…

 

- No quiero que te pase eso, Su… yo…

- Chunnie…- murmuró levantando la mirada de su esposo para besarle tiernamente.- aún no sabemos lo que la vida nos depare, el futuro es incierto, pero estamos juntos y eso es lo que cuenta… que vivamos el momento. Te amo y eso es lo más claro para mí en este momento.

 

YooChun besó la frente de su esposo y le acomodó contra su pecho, apoyando su barbilla en su cabeza, entrelazando sus dedos.

 

- Yo también te amo, Su, con toda mi alma. Y si ya rompí mis propias reglas por ti una vez… creo que no falta mucho para que vuelva a hacerlo de nuevo.- le dijo con un murmullo.

 

JunSu levantó el rostro y sonrió con ternura.

 

- Sólo dame un poco más de tiempo.- añadió el pelinegro.

- Tenemos todo el tiempo del mundo, Chunnie…- le respondió su esposo antes de besarle tiernamente.

 

~°~°~°~°~

 

- Dale un besito de despedida a bebé, ChangMinnie, es hora de irnos…- JaeJoong abrazó a su pequeño.

 

ChangMin a sus casi cuatro años no sólo caminaba, si no corría, explorando todo a su alrededor, mientras risitas y palabras ya muy claras salían de su boquita.

 

- Adosh, bebé…- dijo con una sonrisa antes de besar al pequeño recién nacido en brazos de HeeChul.

- Dile adiós a tu Hyung, MinHo-ah…- dijo el pelicastaño con una sonrisa tierna, acunando a su bebé en brazos. Su esposo, sentado en la cama a su lado, estaba abrazándolo y sosteniéndolo con ternura.

 

JunSu y YooChun miraban la escena con una sonrisa desde el sofá en aquella habitación del hospital, mientras los mayores sonreían ante la ternura del pequeño ChangMin para con su Nam-DongSaeng.

 

- Les extrañaremos para navidad, Hyung.- dijo JunSu haciendo un ligero puchero hacia YunHo.- además, no estarán para mi cumpleaños.

- Lo lamentamos, Su… pero…- YunHo no sabía en realidad qué responder.

- Es algo que ya no se puede postergar más… de hecho, íbamos a irnos hoy muy temprano, pero debido a que el pequeño MinHo decidió adelantar su llegada, es que lo dejamos para mañana.

 

Ellos asintieron. YunHo sonrío ante la explicación de su esposo, una a medias porque no les había dicho que el gran motivo de ese viaje era que regresaban a Gwanju para intentar que YunHo se reconciliara con su familia.

 

- De todas maneras, nos harán falta en navidad…- añadió SiWon.- aunque aún podemos reunirnos nosotros ese día.- dijo con una sonrisa en tono de broma.

- Oh, SiWi, esa no sería mala idea… ¿Qué les parece, YooChun, JunSu?- apoyó HeeChul la idea de su esposo.

 

JunSu le sonrió a su ratón y este le devolvió la mirada.

 

- ¿Por qué no? Sería genial.- respondió YooChun de acuerdo con la idea.

 

JunSu se levantó de su asiento y fue hacia el bebé, para acariciar su mejilla. El pequeño MinHo miraba a su alrededor con sus grandes y curiosos ojos marrones.

 

- Es hermoso, Hyung…- dijo el pelirrojo con una sonrisa.

 

Y algo en el pecho de YooChun se contrajo ante la visión que apareció en su mente, un pequeño tan hermoso como su JunSu, con sus labios y su mirada. Una sonrisa se curvó en sus labios de sólo imaginar a su esposo cargándolo con delicadeza y cantándole una canción arrullándolo para dormir.

 

- ¿Verdad, Chunnie?

 

Pero el pelinegro no había puesto atención a lo que su esposo había dicho, por lo que sólo sonrío y se encogió de hombros, ante la risa de sus amigos, quienes habían notado la razón de su distracción.

 

“Tal vez sea el momento… de dejar ese miedo atrás.” Se señaló el ratón mentalmente.

 

~°~°~°~°~

 

- Chunnie…- murmuró el delfín con una sonrisa cuando su esposo lo jaló de nuevo hacia el colchón.- no, amor… en verdad debo ir… me.-  dijo con un suspiro entrecortado cuando su esposo empezó a besar su cuello.

- Estamos de vacaciones, Su…- hizo la obvia observación.

- Lo sé, amor, pero no por eso vamos a pasar todo el día en la cama…- pero la mirada traviesa de YooChun le dijo lo contrario.- de acuerdo, si podemos, pero… le prometí a DongHae que le acompañaría a comprar el regalo de navidad de Hyuk…- hizo un puchero que, sabía, su esposo no podía resistir.- además, debo comprar algunas cosas para la cena en casa de HeeChul y SiWon Hyung. No nos vamos a aparecer con la manos vacías…- dijo el pelirrojo dándole un beso en los labios a su ratón.

- De acuerdo, pero… regresas rápido ¿Si?- dijo haciendo un gesto infantil.

- Claro, ratoncito… cuando regrese seré todo tuyo…- murmuro de manera sensual a su esposo, quien lanzó un gruñido, pero soltando a su delfín, para que este se pudiera poner de pie.

- Vete, antes de que me arrepienta.- dijo YooChun en tono de broma.

 

JunSu se levantó de un salto de la cama, pero antes de que pudiera dar un solo paso, se sostuvo de la mesita junto a la cama, sintiéndose mareado.

 

- JunSu-ah…- YooChun le llamó con preocupación.

- Creo que me levanté muy rápido, Chunnie.- respiro profundo varias veces, esperando que con eso la sensación pasara, lo cual ocurrió unos segundos después.- ¿lo ves? No fue nada. Te veo en un rato, amor.

 

Le mandó un beso con su dedo índice antes de salir de la habitación, YooChun se quedó recostado en la cama, viendo televisión, esperando el momento en que su esposo llegara. Miraba el reloj, pasaba de la 1.30 pm, por lo que se decidió por levantarse a preparar algo rápido y sencillo para almorzar, en lo que JunSu llegaba. Y era que sabía que llegaría cansado y sin ganas de nada, luego de visitar tiendas con DongHae y sobre todo el buen número de personas que hay ahora en las calles, debido a que la navidad estaba prácticamente a la vuelta de la esquina.

 

Estaba terminando de preparar un poco de ramen, cuando el timbre de la puerta sonó. El pelinegro se extrañó porque no esperaban visitas, pero enseguida fue a abrir, revisando con cautela quién era la persona que estaba detrás de la puerta. Aún más grande fue su sorpresa cuando vio a su madre frente a la puerta.

 

YooChun abrió, recibiéndola con un abrazo para hacerle pasar a la sala.

 

- Y… ¿A qué debo el honor de tu visita, Umma?- dijo en tono de broma el pelinegro.

- ¿Acaso no puedo visitar a mi hijo en su casa antes de irme de viaje?- respondió ella en el mismo tono, mientras se sentaba en el cómodo sofá, ayudada por YooChun.

- Claro que sí, mamá… las veces que quieras. ¿Siempre irás a pasar las navidades con mi tía SangHyu? Es bueno que viajes y te despejes…

- No lo tenía planeado así, pero ya que navidad la pasaras con tus amigos y YooHwan también tiene planes, pues no me quedó otro remedio que aceptar… ¡Ah, que ingratos los hijos!- bromeó ella con una sonrisa en el rostro, sentándose en el sofá.

- Lo siento, Umma… no creí…

- Está bien, YooChun-ah… está bien… sólo bromeaba.- le aclaró ante la angustia que vio reflejada en los ojos de su hijo.

- Sé que esta es una época triste, sobre todo para ti… el recuerdo de Appa y… lo siento tanto, Umma.- se disculpó el joven.

 

Su madre le miró sorprendida por lo que ocurría. La mirada triste de su hijo le decía tantas cosas a la vez.

 

- Sí, durante muchas navidades estuve triste por la pérdida de tu padre, pero me di cuenta que a pesar de haberlo amado como lo hice y de seguir haciéndolo, mi vida no estaba tan vacía como creí… es decir, los tengo a ustedes. Qué mejor recuerdo era ese, ¿No lo crees así?- dijo ella con una sonrisa.

 

YooChun respiró profundo, asintiendo con un movimiento de cabeza.

 

- Y hablando de hijos… ¿Cuándo me darás la dicha de convertirme en abuela, eh?- preguntó la mujer, esperando que su hijo le dijera que ya estaban encargando familia. JunSu seguramente era quien más ilusionado debía estar, ya que le encantan los niños.

- Yo… no sé… no creo… no quiero que JunSu se embarace.- dijo causando una exclamación de sorpresa de su madre.

- Pero… ¿No amas a JunSu? Creí que querías formar una familia con él.- preguntó su madre con angustia. ¿Acaso su hijo no era feliz?

- Porque lo amo, mamá… lo adoro… yo… yo no quiero que sufra…

- ¿Sufrir? ¿A qué te refieres?- preguntó su madre con preocupación, llamándolo con un movimiento de la mano para que se sentara a su lado.

- A mí, a mi empleo… Umma, en cualquier momento puede pasarme lo mismo que le ocurrió a Appa… y yo… yo no quiero que JunSu sufra así… si eso llegara a suceder, sin un hijo de por medio, tal vez pueda olvidarme más rápido, pueda rehacer su vida.

- YooChun…. Tú… ¿En realidad piensas así?- su madre lo miraba entre incrédula y angustiada.

- Te vi sufrir tantos años, Umma, añorando la compañía y el amor de mi padre…

- YooChunnie…- el sollozo que dejó escapar la mujer, hizo a su hijo mirarle preocupado.- lo siento, perdóname, hijo, perdóname… no sabía, no supe… el daño que te estaba haciendo…

- Umma…

- Fue mi culpa, es mi culpa que pienses así… y no sé cómo remediar eso… no sé si aún puedo hacerlo…- YooChun le rodeó con sus brazos, esperando a que se calmara para que pudieran seguir hablando.

- Cálmate, Umma, está bien…

- No, no lo está… porque sólo te enseñé esa parte oscura de lo que es el amor. Yo sólo te dejé ver mi sufrimiento y mi dolor, pero jamás te dejé ver esa otra parte que nació en mí al momento en que tu padre falleció…- YooChun la miró extrañado.- esperanza, YooChun… tenía yo la más grande esperanza que tú pudieras imaginar… porque al fin y al cabo… tu padre no se fue. Tu padre, de alguna u otra manera sigue aquí, en tu mirada, en la risa de YooHwan, en tu actitud tan responsable y de amor hacia nosotros, en esas travesuras que YooHwan cometía, siempre con la intención de ayudar a los demás… porque para mí tu padre seguía estando vivo en ti y en tu hermano.- le explicó acariciando sus mejillas.- te pareces tanto a él…- le murmuró con una sonrisa.- puede ser que físicamente, porque YooHwan tiene su carácter juguetón y un tanto loco, pero tú… tus ojos, son exactamente iguales a los suyos.

- Umma…- el joven no creía lo escuchaba de labios de la mujer más importante de su vida.

- ¿Te imaginas qué hubiera sido de mi vida sin ustedes?- le preguntó buscando sus manos y entrelazando sus dedos con los suyos.- si teniéndoles a ustedes logré transmitirte esa melancolía y esa tristeza que me embargaba, si yo no los hubiera tenido a mi lado, seguramente… seguramente yo no hubiera continuado sola en este mundo… sí, YooChun amé a tu padre infinitamente y sufrí mucho su pérdida, pero ustedes… ustedes fueron mi sostén, mi ancla a este mundo y a la razón, ustedes fueron mi esperanza y mi fe. Tal vez nunca me volví a enamorar, tal vez nunca volví a sentir lo mismo por otra persona, pero los tengo a ustedes, para probarme a mí misma que no fue un sueño, que él estuvo a mi lado y me amó, me amó tanto como yo lo amé a él.

 

El joven quedó pensativo, reflexionando sobre lo que su madre le había confiado. Cada palabra reflejaba lo que ella en verdad había sentido todos estos años. YooChun no sabía qué pensar.

 

- YooChun-ah…- su madre habló en tono de voz bajo.- te has puesto a pensar qué pasaría de ser todo al revés…- el pelinegro miró a su madre con duda.- Estás planteándote la situación en dónde el que falleciera fueras tú, pero… JunSu tampoco estaría libre de eso… Dios, no lo quiera…- dijo con firmeza.- pero… ¿Qué sucedería si quien falleciera primero de los dos fuera él?- el pelinegro frunció el ceño.- ¿Cuánto lo amas, YooChun?

- Mucho, quizás… quizás demasiado…- respondió sincero.

- ¿Cómo te sentirías si un día despiertas y él nunca más estará a tu lado?

 

De sólo pensar en esa posibilidad, los ojos de YooChun se humedecieron enseguida y un dolor se instaló en su pecho.

 

- Ahora… imagina que sólo tuvieras los recuerdos que guardas en tu mente y esas fotografías en las paredes, que no te hablarán ni te abrazarán, ni te consolarán cuando lo necesites.- le señaló.- porque muchas veces los recuerdos en la mente se vuelven borrosos con el paso del tiempo, porque esas fotografías en las paredes no son más que papel, no son nada más que un reflejo de lo que alguna vez fue y nunca volverá a ser… pero una persona… una persona que te recuerde todos los días que lo que guardas en tu mente y en tu corazón fue real, es tan diferente… porque puedes escuchar su risa y decir “él reía de esta manera cuando hacíamos tal cosa” o “él me miraba así cuando se enfadaba” o “se parece tanto a él…”

 

YooChun asentía a cada palabra dicha por su madre. Ahora entendía a sus amigos, ahora entendía a su esposo… ahora sabía lo que tenía que hacer… adiós a tontas reglas, adiós a los miedos… hola a una familia y a hermosos recuerdos que habrá de formar y guardar en su corazón, que podrán ser evocados cada vez que él quiera y que nunca podrán ser borrados.

 

- Te amo, Umma…- murmuro el joven con una pequeña sonrisa.

- Y yo a ti, mi pequeño… mi pequeño YooChun.- le dijo ella acariciando su mejilla. De repente ella hizo un gesto extraño con la nariz.- YooChunnie, hijo… ¿No hueles como que algo se quema?- le pregunta extrañada.

- ¿Qué?- YooChun empezó a oler el ambiente.- ¡El ramen!- gritó dándose cuenta de que en todo ese rato había olvidado que había dejado la comida cocinándose al fuego.

 

El joven se levantó rápidamente. Dirigiéndose a la cocina, ante la risa de su madre, pero demasiado tarde para intentar salvar lo que quedaba de la pasta. Lo único que pudo hacer fue retirarlo del fuego y ponerlo bajo el chorro de agua.

 

- De acuerdo…- dijo con un suspiro de frustración, regresando de la cocina.- mi comida está oficialmente carbonizada.

 

La risa de su madre lo hizo fruncir el ceño, pero poco a poco le contagió.

 

- Soy pésimo para eso…- confesó.

 

Su madre asintió con un movimiento de cabeza y acarició su rostro cuando dejó de reír.

 

- Siempre puedes pedir algo a algún restaurante.- le sugirió, evocando recuerdos de su esposo en la misma situación, una tarde en la que ella había llevado a YooChun al parque y su esposo había intentado ayudarla a hacer la cena.

 

YooChun sólo se encogió de hombros y se levantó tratando de recordar el restaurante favorito de JunSu para pedir algo que compense el haber arruinado la cocina… solamente un poco.

 

La Sra. Park suspiró y viendo que su hijo estaba más que entretenido buscando el número de un restaurante, se decidió por encender la televisión. Un programa de variedades estaba empezando, cuando…

 

“Interrumpimos nuestra programación para informarle que en este momento ha ocurrido una colisión en carambola en las cercanías del centro comercial de Dongdaemun, al parecer provocado por un vehículo de transporte pesado que circulaba a gran velocidad por la avenida…”

 

- YooChun… YooChun…- llamó la mujer al pelinegro que regresó rápidamente hasta donde ella estaba.- ¿Cuál es el centro comercial al que fue JunSu?

 

YooChun miró la pantalla, en ese momento se veía que la cámara enfocaba el lugar de los hechos, varios automóviles estaban comprimidos unos contra otros, se veían ambulancias y unidades policiacas, así como los elementos de seguridad pública y rescatistas trabajando para liberar a los accidentados de entre los hierros retorcidos.

 

Sentía su corazón latir con fuerza contra su pecho, le dolía, estaba angustiado ¿Y si JunSu y DongHae…? No, imposible… pero… ya era más de la una de la tarde, JunSu debería estar por llegar… ¿Dónde estaba? YooChun no podía despegar los ojos de la pantalla. El accidente había ocurrido en las calles aledañas al centro comercial al que JunSu y DongHae fueron a hacer sus compras. De repente, no podía respirar, era como si sus más grandes temores se hubieran hecho realidad en tan sólo unos segundos. En la televisión uno de los automóviles se le hizo conocido, tal vez demasiado…

 

- No, no puede ser…- murmuró con angustia intentando encontrar algo en la imagen que le dijera que ese no es el automóvil de JunSu. Tal vez el número de placas, lo que fuera, pero había tanta gente y había tanta confusión que las imágenes en pantalla reflejaban el caos que estaba ocurriendo en aquel momento… era el mismo modelo, la misma marca, el mismo color… ¡pero demonios! No podía ver el número de las placas.

 

Sin esperar mucho fue corriendo a buscar su celular, marcando rápidamente el número de su esposo, JunSu contestaría al segundo timbre como siempre y le regañaría por angustiarse por nada, se reiría con ese tono de delfín hermoso que tenía y le diría que estaba por llegar a casa, que no se desesperara…

 

Un timbre…

 

Su corazón latía cada vez más rápido…

 

Segundo timbre…

 

“Contesta, por favor” Era el ruego en su mente y su alma…

 

Tercer timbre…

 

Y sintió que algo le estrujaba el pecho…

 

Cuarto timbre…

 

Su mente intentaba convencer a su corazón y él se negaba…

 

Quinto timbre…

 

… las lágrimas empezaban a hacerse presentes en sus ojos…

 

Se escuchó el tono de la contestadora… La Sra. Park miró con preocupación y angustia a su hijo, su rostro le decía todo lo que ella debía saber.

 

- No es su coche, YooChun… JunSu…

- Él siempre me contesta al segundo timbre, mamá… sin importar qué… siempre lo hace…- dijo en voz alta y quebrada, interrumpiéndola. De repente el sonido del tono de su celular le asustó, contestó rápidamente, sin mirar el identificador, seguro que era JunSu que estaba devolviéndole la llamada.- Delfín…- le llamó con angustia al poner el teléfono junto a su oído.

- YooChun-ah…- fue la voz de DongHae quien estaba al otro lado de la línea.- YooChun-ah, tienes que venir cuanto antes al hospital central… JunSu y yo tuvimos un accidente.

 

~°~°~°~°~

 

Su madre había sido quien le llevara hacia el hospital, estaba angustiado, demasiado. Apenas había escuchado a DongHae y había colgado, para después salir corriendo hacia su automóvil. Su madre le había acompañado, temiendo que en su prisa por llegar a ver a JunSu, su hijo se viese envuelto en un accidente también, entonces las cosas se volverían una desgracia.

 

Al llegar al hospital, YooChun recorrió los pasillos hasta dar con DongHae y Eunhyuk en una sala de espera.

 

- ¿Cómo está?- casi gritó acercándose al castaño, tomándolo por los hombros y sacudiéndolo, desesperado por saber lo que ocurrió. “Por favor, Dios, no dejes que su situación sea grave.” Rogó internamente el pelinegro.- ¿Cómo es que tú estás bien? ¿No ibas tú también en el automóvil? ¿Cómo sucedió todo?- preguntaba rápidamente, sin darle tiempo al otro de contestar.

- YooChun-ah, tranquilízate…- pidió EunHyuk.

- ¿De qué estás hablando, YooChun?- preguntó DongHae extrañado.- ¿De qué automóvil hablas?

- Chun-ah, dejemos que DongHae nos explique.- pidió su madre con tono tranquilizador.

 

El pelinegro fue sentado en una silla por su madre, quien le hizo un gesto a DongHae para que empezara a contarles lo sucedido.

 

- Estábamos en el centro comercial, comprando en una joyería. Todo iba bien hasta que terminamos las compras y nos dirigimos a la puerta. Ahí, JunSu se mareó y después se desvaneció. No volvía en sí, por eso decidí llamar a una ambulancia y traerlo al hospital.

- ¿Y por qué demonios cuando llamaste me dijiste que habían tenido un accidente?- reclamó el pelinegro ante la explicación que su compañero de trabajo le dio.

- ¿Y qué mas querías que te dijera? JunSu sólo se desplomó…- se justificó el castaño.

- ¿Y no pudiste imaginar que yo podría pensar lo peor? ¡Por Dios, DongHae! Hubo un accidente en carambola a unas pocas calles de donde ustedes estaban… ¿Sabes el susto que me llevé?- dijo medio gritado, con un tono de voz realmente molesto, levantándose de la silla para enfrentarle.

- YooChun, tranquilo, por favor.- le rogó su madre, tomándolo del brazo y obligándolo a sentarse de nuevo.- ahora lo que importa es que el médico salga y nos diga qué fue lo que pasó realmente con JunSu.

 

Pasaron unos minutos más en donde los cuatro permanecieron en un profundo silencio. YooChun recordó que aquella misma mañana JunSu, se había mareado al levantarse de la cama. Lo había pasado por alto debido a que ambos habían pensado que fue por levantarse bruscamente… y pensándolo bien, su delfín no estuvo bien en los últimos días, con ciertos dolores e incluso una infección estomacal que le hacía volver el estómago. Apretó los puños con fuerza ante el solo pensamiento de una enfermedad… una enfermedad terminal que pudo haberse desarrollado frente a sus ojos y él no hizo nada para impedirlo.

 

Debí traerlo al médico ante la primera molestia… debí…”se reclamaba ante la falta de atención a su esposo, que en realidad no era tal, porque esos síntomas podrían no tener significado.

 

- Familiares del Señor Park JunSu…- dijo un hombre de bata, llevando una carpeta con algunos papeles.

 

YooChun se acercó rápidamente.

 

- Soy su esposo… ¿Cómo está?- preguntó con desesperación el ratón, acercándose al galeno.

- El Señor Park ha despertado ya y pregunta por usted… está en esa habitación…

 

Y antes de que el doctor terminara su frase, Park YooChun ya se había dirigido hacia la habitación señalada, entrando para encontrarse a un JunSu mirando hacia la pared, con el rostro consternado, apretando la delgada manta que le cubría con ambos puños.

 

- JunSu-ah…- YooChun le llamó acercándose a él y tomándolo entre sus brazos, apoyando la cabeza en su pecho.

 

El pelirrojo se asustó al principio, no sabiendo cómo reaccionar, pero luego no dudó en rodear con sus brazos a su esposo y pegarlo más a su pecho.

 

- Chunnie-ah… yo…

- No sabes… no sabes todo lo que pasó hoy… ¡Dios! Pensé que te perdería, Su…. Pensé que no podría volver a estar así contigo, mi vida.- dijo contra su pecho, no pudiendo evitar que lágrimas escaparan de sus ojos y cayeran por su rostro en ese momento. Sólo verlo, sentirlo le quitó una enorme angustia de encima.- Te amo, Su… con todas mis fuerzas, delfín… he sido un tonto, un verdadero tonto... lo siento tanto, mi amor…- se disculpaba ante la mirada sorprendida de su esposo.

- ¿Chunnie de qué… de qué hablas, amor?- preguntó el pelirrojo con duda y curiosidad.

- De que te amo, te amo con todas mis fuerzas… de eso hablo…- dijo antes de separarse de él para darle un tierno beso en los labios.

 

El sonido de un carraspeo los hizo romper el beso, pero YooChun no dejó de abrazar a su esposo ni un momento.

 

- Dígame, doctor ¿Cómo está JunSu? ¿Es grave? Dígame lo que sea… yo cuidaré de él, me aseguraré que tome todos los medicamentos y siga el régimen que usted le imponga…- habló el ratón de carrerita.

- Chunnie…- murmuro con una risita el delfín, no creyendo lo que su esposo decía.

- El Señor Park llegó con una baja en su glucosa sanguínea y en su presión arterial… al parecer no ha estado desayunando bien o comiendo lo suficiente…- señaló el médico, a lo que YooChun miró con desaprobación a su esposo.- sin embargo, tuvimos que realizarle los análisis de rutina para descartar cualquier otra cosa que pudiera estarle afectando.

 

JunSu se mordió el labio inferior y desvió la mirada… no había sido su intención. Él quería que sucediera, pero no así, no de esa manera.

 

- El Señor Park JunSu tiene cuatro semanas de embarazo ¡Felicidades!- fueron las palabras que utilizó el médico y que hicieron a JunSu encogerse en el abrazo de su esposo, como escondiéndose.

 

No sabía cuál sería la reacción de Chunnie al enterarse. Había sido todo tan rápido. JunSu ni siquiera había planeado nada, sólo… sólo había sucedido. A pesar de haberse estado cuidando, a pesar de que habían decidido esperar más tiempo…

 

- ¿Un bebé?- escuchó el murmullo bajo de YooChun, un tinte claro de incredulidad en la voz.- ¿JunSu… va a… tener un bebé?- volvió a repetir, cómo si su cerebro aun no pudiese procesar esa información.

 

JunSu pudo sentir que YooChun se separaba de él, lo alejaba de su abrazo, y las lágrimas empezaron a caer por su rostro.

 

- Chunnie… no… yo, fue sin querer. No sé que sucedió. Tal vez las pastillas fallaron, tal vez fue una dosis que no tomé… no lo sé, pero te juro que…- un tierno beso fue lo que interrumpió aquella disculpa.

 

Los suaves labios de su esposo estaban en los suyos, tiernos, dulces, como si ese beso pudiese lastimarlo de alguna manera, como si quisiera contenerse.

 

- ¿Chunnie?- le llamó contrariado, cuando se separó de él. Esperaba algún arrebato de enojo por parte de su esposo, algún reclamo, pero lo primero que se encontró fue con esos ojos negros que lo miraban con amor.

- Voy a ser Appa, Su… vamos a ser Appas…- dijo con emoción en la voz para luego poner una mano sobre el vientre se esposo.- Aquí dentro hay un hermoso delfín, un bebé precioso… nuestro bebé…- y una lágrima rebelde corría por la mejilla de YooChun al darse real cuenta de lo que estaba diciendo.

­- YooChunnie…- JunSu le acarició la mejilla, limpiándole la lágrima y sonriendo aliviado por cómo su esposo estaba tomando las cosas.

- Te amo, Su… te amo…- murmuró antes de volver a besarle, pero esta vez fue JunSu quien tomó control del beso haciéndolo un poco más profundo, aferrándose a su camisa.

- Y yo a ti, Chunnie…- murmuró suavemente al separar, acomodándose en sus brazos. Escuchando atentamente aquellas indicaciones que el médico daba para sus cuidados, para cuidar aquella vida que crecía en su interior y que venía a unirlos ahora más que nunca.

Notas finales:

Para los que quieran saber a dónde y qué hizo el YunJae en navidad... les dejo este link... BONUS YUNJAE

 

Dejen comments ^^


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).