Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Y el teléfono sonó... por BlackMoral_Inc

[Reviews - 10]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del fanfic:

Éste lo escribí hace tiempo y no estaba segura de subirlo porque está muy corto ;A; En fin, espero que les guste^^'

 

Caminaba de un lado a otro, mientras revisaba con detenimiento el índice de un libro; mordisqueaba un bolígrafo y se rascaba la frente con el mismo.

 

Tenía deberes escolares que hacer. ¡Cómo odiaba la maldita escuela! Pero era su último año en la preparatoria; no estudiaría más. No señor. No perdería más tiempo en algo que detestaba y que hacía obligado por su padre.

 

Él quería ser músico; él amaba la guitarra. Quería formar una banda, iba a formar una banda, aunque se opusiera el mismísimo Dios.

 

 

Ya estaba tan fascinado con sus pensamientos musicales que no se dio cuenta a qué hora se fue a tumbar al sofá.

 

Y el teléfono sonó…

 

Timbró dos veces antes de que contestara.

 

— ¿Por qué no cogías el teléfono? –Esa voz, sensual y grave, esa bendita voz le hizo estremecerse. No respondió a la pregunta. - No importa. Estás aburrido ¿eh?

 

— Algo, sí.

 

— ¿No quieres que te ayude con eso? Podría desaburrirte.

 

— Lo siento, Yuu. Tengo que estudiar y hacer mis deberes –Suspiró pesadamente.

 

— Shima, ¿desde cuándo te preocupan los deberes escolares?

 

— Desde que mi padre amenazó con cancelarme la tarjeta de crédito. – Oyó una risita al otro lado de la línea, pero a él no le causaba gracia. Encima de que su compañero le estaba distrayendo, se atrevía a reírse de sus desgracias.- Tengo que colgar.

 

— No, no vas a colgar. – No fue una orden, más bien una afirmación. Y Takashima no colgó.

 

— Yuu. –Casi gimoteó.- Tengo examen mañana.

 

— A la mierda los exámenes.

 

— Son casi las once, tendré suerte si para las seis he dormido un par de horas.

 

— Siéntate. –Él obedeció.

 

— Ya lo hice.

 

— ¿La televisión está apagada? –Shima se pasó los dedos de la mano libre entre sus castaños cabellos. Asintió como si el otro pudiera verle.

 

— Sí, está apagada, ¿Qué hay con eso?

 

— No quiero que te distraigas, nada más.

 

— Yuu, ¿qué quieres? Ya te dije que…

 

— Shh, shh… -Le acalló suavemente.- Escúchame. ¿Recuerdas la última vez que nos vimos en el salón de música, cuando no había nadie? Eran casi las cuatro y ya se habían marchado todos. –Takashima cerró los ojos. Se estremeció por segunda vez y volvió a asentir. - Sé que lo recuerdas, ¿no tienes ganas de que se repita? Yo sé que sí, ¿verdad que sí, Shima?

 

— Sí. –Contestó sin dudar.

 

— ¿Recuerdas que pasó? Cuéntame.

 

— N-no… ¿para qué? –Agradeció internamente que Yuu no estuviese viéndole porque sus mejillas habían enrojecido de repente.

 

— Vamos, cuéntame. –Habló fuerte esta vez, como si fuera un padre molesto; y Shima como un niño pequeño, hizo caso.

 

— Me…me tocaste.

 

— ¿Qué más? ¿Cómo lo hice? Ayúdame a recordar.

 

— Dijiste que…me gustaría y comenzaste a tocarme por encima de la ropa.

 

— ¿En qué posición estabas?

 

— Estaba parado…mirando a la pared, tú estabas detrás de mí. –El solo recordarlo le provocaba excitación. Se mordió los labios antes de continuar. Comenzaba a gustarle. - Abriste mi pantalón, me acariciaste sobre  de la ropa…

 

— Así es, continúa.

 

— Tu…tu cuerpo… –Tuvo que hacer un esfuerzo para no suspirar. - estaba pegado al mío. Podía sentir que estabas duro… -Se removió en su sitio.

 

— ¿Y quieres volver a sentirlo?

 

— Sí.

 

— Solo imagínalo… –Hizo una pausa.- Tú y yo solos de nuevo. Estuve pensando en ti desde la última vez ¿sabes? En tus manos suaves y frías que acariciaban mis brazos. Tengo ganas de que me vuelvan a tocar. Recuerdo como querías deshacerte de mi uniforme, como querías arrancarlo de un solo tirón. Tu cabello, tu frente y tus labios húmedos. Quiero besarte Shima. – El aludido solo escuchaba, sus labios estaban ligeramente separados y de vez en cuando deslizaba la lengua entre ellos.

 

Quiero que mi lengua recorra otra vez el exquisito cuerpo que se esconde bajo tu ropa; tu pecho, tus pezones…quiero morderlos. Imagínate, Shima, que mis dedos entran en tu boca otra vez. Siéntelos, lámelos. Gime. ¡Ah, Shima! Es maravilloso sentir como te calientas. Puedo notar en tu rostro como quieres que toque más.

 

Me gusta, me gusta mucho. Tu cuerpo estremeciéndose debajo del mío.

 

Voy a quitarte la ropa lentamente, quiero que te sientas ansioso, que jadees fuerte y me pidas que te desvista rápido. Me encanta hacerte esperar, verte necesitado y desesperado. No aguantas mucho así, quieres que te haga mío lo más pronto posible. Me divierte ver tus gestos de súplica.

 

Pero yo también estoy ansioso. Quiero sentir la humedad de tu pene en mi boca, que mi lengua lo recorra desde la base a la punta. Que lo muerda te dolería, pero sé que va a gustarte y me pedirás más mientras jalas mi cabello. ¿Sabes que más quiero hacer, pequeño? ¿Eh? Quiero jugar una vez más con tus testículos. Oh, sí. Quiero tus bolas nuevamente en mi boca; voy a succionarlas, a chuparlas y morderlas para que gimas como buena putita.

 

 

Te veo así, duro, excitante, caliente y húmedo. Quiero tu miembro entre mis labios, Shima. Que me pidas más y gimas como perra en celo, porque eso eres. Eres mi perra, solo mía. Quiero que me grites obscenidades, que te invada la adrenalina y el miedo de ser descubiertos teniendo sexo en el salón de música. ¿Puedes sentirlo? Apuesto a que sí…y te gusta. ¿Verdad que te gusta, perra? – Escuchó un pequeño gemido al otro lado del teléfono. El castaño ya se tocaba por encima del pantalón; estaba excitado. Se mordía los labios y apretaba el teléfono. -

 

Y cuando ya no puedas más, quiero que me grites, que me pidas a gritos que te coja duro. Que sientas mi pija entrando lentamente, así como te gusta. El placer es jodidamente demasiado como para no gritar ¿verdad? Quieres que lo haga ya porque no puedes aguantar más, pero no lo haré; te voy a preparar primero, aunque lo que más deseo es penetrarte de una sola vez hasta romperte, pero voy a contenerme. No te quiero hacer daño. Mojaré mi dedo con tu saliva y lo meteré lentamente, me gusta sentir como te contraes. ¡Ah, Shima, eres tan estrecho! Me encanta como aprietas mi dedo en un interior.

 

Tírate al piso, Shima. – El chico obedeció sin hacer un solo ruido. - ¿Estás duro? No te desvistas, quiero que te toques por encima de la ropa. Abre tus labios, suspira. Apuesto a que quieres que te devore la boca a besos, que te muerda. Estoy caliente, Shima; ahora mismo tengo una erección enorme y duele. Quiero que seas tú quien se encargue de esto, que te metas toda mi polla en la boca, hasta la garganta. Mmm, tu boca. Tus labios rodeando de mi pene, es endemoniadamente exquisito. Juega con él, Shima. Apriétalo, siente como se moja, como crece en tu boca, como se pone rígido.

 

¿Estás tocándote? – Gimió a propósito, como respuesta recibió un gemido igual, cargado de deseo. – Me encanta imaginar cómo tiembla tu cuerpo en este momento. Ya estás muy caliente ¿no es así, Shima? ¡Ah, Shima!

 

Voy a cogerte duro cuando te vea, no dejaré un solo rincón sin haber lamido, te lo prometo. Voy a lamerte esas nalgas que me fascinan, las voy a morder y meteré mi lengua en tu ano; voy a lamer tu cavidad una y otra vez. Siente mi lengua húmeda jugar ese agujerito tan caliente. ¿Puedes sentirla? Ahora mismo puedo adivinar que estás retorciéndote en el piso.

 

Morderé tus hombros, besaré tu cuello. Dejaré marcas. Marcaré todo tu cuerpo. Quiero que vean que tienes dueño, que eres mío. Que gimes por y para mí. Que eres mi puta, mi propia perra. – Hizo una pausa más larga esta vez y pudo oír jadeos a través del teléfono. - ¿Sabes qué haré? La siguiente vez, voy a darte por detrás, de pie. Te masturbaré mientras te estoy cogiendo, una y otra vez. Quiero que sientas mi aliento en tu nuca. Te follaré hasta que sangres, hasta que no puedas sostenerte en pie un minuto más. Mmm, Shima, me encantaría que te corrieras en mi mano. Yo me correré dentro, como a ti te gusta.

 

¿Crees que sería todo? No, Shima. Yo quiero más y sé que también lo deseas. Descansaremos un momento. Volvamos a empezar, mi pequeño. Yo sé bien que te encantaría que siguiera follándote, incluso aunque estemos cansados. ¿Qué quieres que te haga, Shima? – Esperó un segundo por la respuesta, pero lo único que recibió fue un gemido. Con eso le bastó para continuar. -  Te la voy a mamar, hasta que grites que me detenga.  Me encanta chupártela, sentir tu verga caliente contra mi lengua. Llena, a punto de explotar.

 

Me gusta cómo te pones. Voy a tirarme al piso, quiero que ahora subas en mí y te penetres tú mismo, que tomes mi pene y lo juegues antes de que te lo metas. Muévete, Shima. Muévete rápido. Oh, me encantan tus gestos, cómo te muerdes los labios. Sé que te gusta tanto como a mí.

 

Ahora gime, cariño. Gime lo más fuerte posible. Salta, salta sobre mi erección, quiero que llegue profundo, muy profundo, que te rompa. Córrete de nuevo, Shima. Grita mi nombre, grítalo,  perra. ¡Córrete sobre mí, por favor! – Pudo oír un suspiro al otro lado, seguido de un escandaloso jadeo. Supo entonces que su castaño había tenido un orgasmo fantástico. – Ahora sí, Shima. No pierdas tú tiempo, niño estúpido. Ponte a estudiar. –Y colgó. Ya llamaría más tarde.

 

Notas finales:

¡Meeh! ¿Qué tal estuvo? Espero sus reviews ;D

 

¡Gracias por leer! :)


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).