Discleimer: La aclaración que nunca debe faltar, los personajes son de Kishimoto-san. Y ya que "creó" a un nuevo Sasuke ¬¬, hay que sacarle algo de provecho n.n. Qué mejor con un NaruSasu (?) o un SasuNaru (?) XD
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Equipo Siete
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I. Nuevo equipo
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By RiSaNa_Ho
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En el salón de la Academia ninja algunos niños platicaban entretenidos y otros permanecían sentados en grupos de tres. Minutos antes Iruka-sensei había dado por terminado la repartición de equipos; la mayoría seguían emocionados, otros pocos decepcionados —sobre todo las niñas— y a uno que otro le daba igual. En la entrada del salón, un moreno "consolaba" a sus admiradoras por no quedar en el mismo equipo, mientras otro azabache idéntico al primero, con diferente ropa, permanecía sentado en la comodidad de su lugar, omitiéndolos por completo. Miraba de vez en cuando hacia el exterior o en dirección a un punto del salón, aunque Sasuke preferiría salir de ahí.
—¿No estás emocionado, Sasuke-kun?
Uchiha miró de reojo a la niña de cabellos rosas sentada a su lado, ella sonreía ampliamente, ignorando a las demás mocosas que parecían querer asesinarla con la mirada. A la menor no le importó no recibir respuesta de su compañero, continuó sonriendo, respondiéndose a sí misma.
—Yo si lo estoy. Ya quiero que sea mañana para conocer a nuestro nuevo sensei.
En ese momento, Haruno Sakura no cambiaría su lugar por nadie del mundo. Tan emociona y contenta, que las afiladas miradas de sus compañeras le valían un pepino. Aún no podía creer que la buena suerte estuviera de su lado. Algo bueno salió de ser la más sobresaliente del salón, por ese hecho ella ganó su lugar en el equipo de su querido Sasuke-kun. Y si eso no fuera suficiente, el otro miembro sería Sazaku, el "playboy" de la clase y hermano gemelo de su adoración. Doble buena suerte. Acomodó un largo mechón rosa de su cabello detrás de su oreja antes de levantarse e ir con su otro nuevo compañero.
Sasuke la vio marcharse, alegrándose un poco por estar solo, pero lamentándose al escuchar la estridente risa de su hermano. Apretó levemente el puente de su nariz.
¿Por qué siempre tenía tan mala suerte?
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S&N&S
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A esa temprana hora de la mañana la familia Uchiha desayunaba reunida como de costumbre. Alrededor de la mesa permanecían cuatro personas sentadas, cada uno dedicándose a diferentes acciones. Con una ligera sonrisa en el rostro, Mikoto le servía café a su esposo, quien le agradeció con un asentimiento de cabeza antes de volver a las noticias del periódico. Su hijo mayor comía tranquilo la fruta de su plato y los dos menores degustaban el pan tostado y el cereal.
Itachi dejó por un momento su merienda, rompiendo el grato silencio del comedor.
—¿Hoy les asignarán a su nuevo sensei?
—Sí, aniki. Por fin tendremos misiones —respondió Sazaku con emoción.
—Me alegra que ambos estén en el mismo equipo —mencionó su madre, ocupando su lugar.
—A mi no me parece buena idea —resopló Sasuke por lo bajo, pero al estar más cerca de Itachi, éste lo escuchó.
El mayor observó a sus hermanos, ambos idénticos. Sasuke era el mayor por haber nacido primero, él vestía con una camisa azul marino de cuello alto y unos pantaloncillos cortos de color blanco. Sazaku, el menor, le gustaba vestir diferente, optaba por una playera azul con otra camisa sobre ésta en un tono más encendido y unos pantalones en verde oscuro, sin olvidar los accesorios de anillos y un colgante. Aunque para Itachi eran tan diferentes como el día y la noche. Sasuke era serio, tranquilo y muy reservado, lo contrario a Sazaku que siempre reía y coqueteaba con la primera chica que tuviera enfrente. A veces pensaba que en el vientre de su madre, el menor le había quitado toda la alegría al mayor. Pero no podía quejarse, eran sus hermanos y los quería. Daría lo que fuera por protegerlos.
—¿Tienes misión éste día, Itachi?
La pregunta de su padre lo regresó a la realidad. Asintió, dándole un sorbo a su jugo antes de contestar.
—El Hokage le asignará una nueva misión a mi equipo.
—Es sorprendente tener un rango de capitán ANBU —habló contento el más joven. Y por primera vez, Sasuke estuvo de acuerdo con él.
Fugaku pasó una nueva hoja del periódico, parecía no prestar atención a la conversación de sus hijos, pero claro que le importaba. Itachi tuvo un buen desarrollo en su formación ninja y esperaba que el Hokage estuviera consciente de las habilidades de sus hijos de doce años.
Debía proporcionarles al mejor Jounin.
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S&N&S
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Con un pan tostado en la boca, y tratando de colocarse su chaleco de Jounin, Naruto corría sobre los tejados de las casas. Despertó más tarde de lo acostumbrado, durante la noche estuvo emocionado y nervioso que no durmió hasta las dos de la mañana. Su madre había intentado despertarlo por diferentes métodos —hasta echarle agua en la cara—, pero apenas abría los ojos volvía a cerrarlos. Sólo hasta que Kushina gritó que faltaban cinco minutos para las diez fue que se levantó de un brinco de la cama. Su habitación se inundó del rico oler a ramen, pero desistió de ir a devorarlo por meterse a la bañera. Con la prisa ni lo probó, lo único que alcanzó a desayunar fue un trago de jugo de naranja y esa tostada que metió en su boca antes de salir corriendo. Desde la cocina la pelirroja reía entre divertida y resignada.
Todos veían pasar una mancha naranja. Su atuendo era parecido al de un Jounin normal, a excepción de la camisa debajo del chaleco verde, ésta era de un bajito tono naranja en vez del típico color azul marino, y en su frente relucía su inseparable bandana. Continuaba un poco nervioso. No sería lo mismo salir de misión y enfrentar peligrosos ninjas, a tratar con un grupo de niños recién salidos de la academia. No que él se creyera superior, pero nunca fue bueno para enseñarle a otras personas. Sin embargo su madre le había animado y su padre confianza en él. No pensaba defraudar a ninguno de ellos, menos si en un futuro deseaba heredar el cargo de Hokage.
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S&N&S
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—Oye, Sazaku-kun. ¿Para quién es la rosa?
La curiosa voz de Sakura resonó por el salón, a esa hora sus demás compañeros ya se habían retirado con sus respectivos maestros. Sólo quedaban ellos en el amplio lugar, esperando al suyo. No obstante, al ver la rosa que tenía el Uchiha menor en su mano, pensó que sería para ella, aunque desistió de la idea después de un rato. Prefirió preguntar.
Uchiha sonrió, de esa manera coqueta como solo él podía sonreír.
—Es para nuestra nueva sensei.
Sasuke frunció el ceño, hablando por primera vez.
—¿Quién te dijo que sería una mujer?
—Nadie, hermano, pero lo presiento.
—¿Una sensei? —interfirió Haruno.
Sakura pensó lo peor. Pocas Kunoichi disponían un cargo como líder de equipo, pero eran muy bonitas. Negó ligeramente, no quería competir contra su futura maestra por la atención de los Uchiha. Prefería que fuera un hombre, y si no era mucho pedir, un hombre guapo. La voz de Sazaku la regresó de su nube rosa.
—Creo que nuestra sensei será una mujer hermosa y fuerte. Y un buen detalle nunca es mal recibido.
Sasuke estuvo a punto de replicarle, aunque sus palabras fueron interrumpidas por la estridente voz de una nueva persona.
—¡Ya estoy aquí-ttebayo!
El sorpresivo grito exaltó al trió de niños. De inmediato giraron la mirada a la entrada en busca del culpable, encontrándose con un agitado rubio. Los tres alumnos tuvieron reacciones diferentes: a Sakura le brillaron los ojos por lo que veía, Sazaku parecía confuso ante la imagen de ese joven áureo y de llamativos ojos azules, pero decir que estaba decepcionado sería mentira. Y por último, Sasuke parpadeó sorprendió al reconocer a su nuevo maestro, él ya lo "conocía" de antes. No obstante, decidió ocultar su sorpresa con un comentario mordaz.
—Sí, muy femenina. Qué buena intuición tienes, Sazaku.
El nombrado giró mirándolo con enojo, prefirió ignorarlo y caminar hasta el Jounin. Más de cerca parecía más atractivo, esos expresivos ojos azules y esos cabellos rubios le sentaban muy bien.
Namikaze seguía sonriendo, ignorando de qué iba la conversación. Entró por completo al salón, parándose frente a ellos.
—¿Qué horas son estas de llegar, dobe? —reclamó Sasuke para hacerlo enojar.
—¡Más respeto, mocoso, que yo seré su nuevo sensei!
Uchiha encogió sus hombros ante la advertencia. Tiempo que aprovechó Sazaku para llamar la atención de Namikaze.
—Tome, un lindo detalle para un lindo sensei.
Naruto observó la rosa alzando una ceja, mirándola como si en cualquier momento saliera un insecto del interior. Además, que su nuevo alumno le llamara "lindo", golpeaba su orgullo de hombre. Frunció el ceño en desacuerdo. Algo le decía que ese trío de mocosos le sacarían más de una cana a su corta edad de diecisiete años.
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S&N&S
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Acompañados del aire fresco del exterior, el nuevo equipo siete permanecía en lo alto del edificio. Naruto subió a la barandilla de protección, sentándose sobre ésta quedando delante de sus nuevos pupilos.
—¿Por qué no se presentan-ttebayo? —nadie respondió—. Bien, me presentaré primero, soy Namikaze Naruto y…
—Lo sabemos, Naruto-sensei, sería una tontería desconocerlo —interrumpió Sasuke arrastrando el honorifico, encogiéndose de hombros.
Sakura asintió dándole la razón. Y como si estuviera en la clase de Iruka, aclaró su garganta antes de comenzar a recitar:
—Es el único hijo del actual Hokage, Namikaze Minato, y Uzumaki Kushina es su madre. En la escuela no fue bueno en teoría pero en la práctica fue todo lo contario, por esa razón se graduó con un reconocimiento. Formó parte del anterior equipo siete con Kakashi-sensei de mentor a cargo. Pasó los exámenes Chuunin junto a su equipo, y después les asignaron misiones de alto rango, logrando con ellas el título de Jounin en poco tiempo, apenas con dieciséis años. Intentó entrar al ANBU hace un mes, pero su padre prefirió que se encargara de un equipo Gennin antes de pasar a una nueva etapa —la niña hizo una leve pausa, tomando aire—. Ah, y le gusta el ramen y el color naranja.
Naruto parpadeó sorprendido por la cantidad de información que salió de la boca de esa pequeña de cabellos rosas.
—La mayor parte de la aldea lo sabe, la vida de los altos cargos no pasa desapercibida al ojo público —justificó Haruno, para no parecer una acosadora.
El rubio volvió a parpadear. Al parecer, su vida "privada" no era tan privada como pensaba. Una consecuencia de estar en la mira de toda la villa.
—Todo es verdad-ttebayo —admitió, rascándose la nuca. Qué sus nuevos alumnos supieran mucho de él no le daba buena espina.
—Es conocimiento general —contestó Sazaku—, pero hay algo que no dicen en las fichas técnicas y es muy importante.
—¿Qué cosa?
Uchiha le hizo una seña con el dedo, llamándolo a su lado. Curioso, Namikaze bajó de su lugar, caminando la distancia que los separaba y agachándose a la altura del menor, quien permanecía sentado sobre el escalón.
—¿Tiene novia?
Y como si fuera jalado por un resorte, dio varios pasos hacia atrás.
—¡¿Qué?! Eso no se pregunta-ttebayo.
—¿Entonces, es un novio?
La cara de Naruto enrojeció al doble. ¡Él era heterosexual!
—¡No tengo nada de eso!
Ignorando la respuesta, Sazaku continuó con otra pregunta, molestarlo le causaba cierta satisfacción.
—¿Yo podría serlo?
—¡Eres un niño! ¡Claro que no!
Pero el menor no parecía querer desistir.
—¿Si fuera mayor aceptaría?
—¡No! —respondió tajante Namikaze. ¿Por qué no le asignaron una misión de rango S en vez de cuidar niños precoces? Suspiró y desvió el tema.
—Ya que saben todo de mí, es su turno de presentarse.
Sakura alzó la mano, esperando ser la primera en hablar.
—Tú comienzas, Sakura-chan.
Ella asintió.
—Soy Haruno Sakura, tengo once años, me gustan mucho las cosas rosas y cierto chico que conozco —desvió su mirada al lado derecho, viendo a Sasuke, luego clavó sus ojos verdes en los azules de Naruto, dibujando una sonrisa indescifrable continuó—. Pero también me gustaría convertirme en una buena Kunoichi para demostrarle lo fuerte que puedo ser, Naruto-sensei.
—Bien, Sakura-chan —rió nervioso. Por alguna razón seguía pareciéndole extraño las miradas de esos infantes, Haruno parecía entre emocionada y excitada—. El siguiente.
—Uchiha Sazaku, tengo doce años y soy el gemelo menor de ese amargado —señaló al otro Uchiha—. Me gustan las chicas, me parece que todas tienen algo lindo de admirar, pero… —vio al Jounin de arriba a abajo—, creo que mis horizontes están ampliándose a nuevas expectativas —sonrió, guiñándole un ojo.
Naruto volvió a sudar frío.
—Siguiente.
Observó al otro Uchiha, al menos parecía que ese niño —quitándole lo amargado, antisocial, irrespetuoso y prepotente— no lo miraba como si fuera a saltarle en cualquier momento.
—Uchiha Sasuke, no me gustan muchas cosas y son pocas las que me agradan —se encogió de hombros—. Me gustaría superar a mi hermano mayor, aunque contigo de sensei empiezo a dudarlo —rió de medio lado.
Ésta vez Naruto arrugó los labios. ¿Quién se creía ese crío para hablarle de esa manera?
Al igual que Sazaku, Sasuke también comenzaba a adquirir cierto gusto por hacer enojar al mayor, tal vez eran las muecas en su rostro, o ver esos ojos azules concentrados en él. Desde esa primera vez que lo vio había cambiado mucho, y parecía que Naruto no le recordaba. Suspiró imperceptiblemente sacándose esos pensamientos de la cabeza, sin notar que su hermano no perdió ni un movimiento de su siempre apacible rostro. Sazaku sonrió para sí.
—Naruto-sensei, ¿puedo aumentar un reto a mi lista? —preguntó Sazaku, levantándose y quedando frente a él. Namikaze dejó de mandarle miradas asesinas a Sasuke prestándole atención. No veía problema a que su pupilo propusiera nuevas metas, asintió—. Si le demuestro que soy el más fuerte del equipo… ¿saldría conmigo?
Naruto lo observó cómo si le hubiese salido una tercera cabeza. Definitivamente no esperaba esa meta. Aprovechando su estado de incredulidad, Sazaku se paró en puntas para besarlo en la mejilla. Tanto Sakura como Sasuke parpadearon escépticos. Haruno llevó una mano a su boca, sus mejillas enrojecieron y sus ojos brillaron. Naruto pasó sus dedos por la zona, aún en shock. Él no recordaba haberse comportado así con Kakashi. Su rostro adquirió un color azul de imaginarse coqueteando con Hatake. Negó con fuerza sacando esos malos pensamientos. Seguía preguntarse en dónde estaba su peligrosa misión de rango S.
¿Y Sasuke? Sasuke sólo tronaba los dedos.
—Será divertido estar en el mismo equipo. ¿No lo crees, hermano?
Por toda respuesta, Uchiha apretó los dientes, fulminándolo con la mirada.
¡Maldito playboy!
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Continuara…
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…oooO*Oooo…
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