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Cumpleaños hambriento por Rosie Takahashi

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Notas del fanfic:

Los personajes que aquí aparecen no son de mi propiedad, le pertenecen a Shungiku Nakamura ;)

Notas del capitulo:

¡Heeeey! ¡Rosie reportandose desde el sillón de su casa!:P Espero que disfruten de este one-shot en donde Hiroki me salió medio OoC =___=' este...no fue mi intención, disculpen mi torpeza xP 
Este one-shot está dedicado a IchikAlm con un super retraso jodidamente largo, disculpa también eso xdd y quiero agradecer de nuevo a Hikari Shindou por el exquisito lemon, nena no se que haría sin ti! Bueno, ya me callo y los dejo leer xd

¡Agh! Ese jodido sonidito lo tenía fastidiado. El despertador había comenzado a sonar hacía algunos 5 minutos. La noche anterior se había desvelado por estar calificando unos exámenes sorpresa que había aplicado el mismo día y su desvelada ni siquiera había valido la pena porque más de la mitad de sus alumnos habían reprobado el dichoso examen. ¿Acaso nadie comprendía lo hermosa y maravillosa que era la literatura? ¡Bola de mocosos ineptos!

 

-          Me desvelé por nada, esos idiotas de mis alumnos nunca entenderán lo hermosa que es la literatura –refunfuñaba desde temprano el profesor

 

Apagó el odioso objeto chirriante y volteó a ver el otro lado de la cama. Vacío. Obvio que no había nadie, a Nowaki le tocaba guardia toda la noche y salía hasta pasadas de medio día. La noche anterior se despidió de él como de costumbre, con un beso en los labios y un ‘Regresaré pronto, Hiro-san’. Solo esperaba que a Nowaki no se le llegara a atravesar algún inconveniente y no pudiera estar en casa para cuando él regresara de su trabajo. El ojiazul se había ido sin decirle nada más que eso, y no era que antes de irse soliera decirle otra cosa, pero después de todo ese día era 12 de Mayo, su cumpleaños, y esperaba que su pareja lo recordara. Bueno, ya que, no iba a hacer un berrinche por eso, era un día normal, solo se hacía un año más viejo.

-          Ok, mejor comienzo a arreglarme o se me hará tarde –se levantó con su habitual ceño fruncido y se dirigió al baño

Después de tomar una revitalizante ducha, arreglarse y desayunar un poco, ya iba saliendo de su departamento cuando de repente el sonido de un mensaje de su celular lo distrajo.

-          ¿Quién puede ser tan temprano? –se preguntó Hiroki y no pudo evitar que un ligero sonrojo apareciera en su rostro cuando leyó el mensaje.

 

Hiro-san, cuando salgas de tu trabajo ve enseguida para la casa y no te entretengas, por favor. Te estaré esperando ansioso.

Te amo.

Nowaki

Tampoco pudo evitar que una pequeña sonrisa apareciera al terminar de leer el mensaje. Entonces su amante no lo había olvidado, claro que no, su Nowaki nunca se olvidaría de él así como Hiroki jamás podría olvidarse de Nowaki. Le contesto rápidamente que sí, tomó su maletín y ahora si se dispuso a irse a la universidad. Durante el camino imaginaba la posible cena romántica que le tendría su amante, tal vez con algunas velas aromáticas o quizás un ramo de flores hecho por el mismo Nowaki. No sabía a ciencia cierta lo que el ojiazul le regalaría, pero algo era obvio: terminarían en la cama entre besos y caricias dulces y apasionadas, amándose toda la noche.

Al llegar al edificio en donde trabajaba, entró rápidamente –para evitar que alguien lo viera sonrojado y los ojos brillosos- y caminó hasta llegar a la oficina que compartía con el profesor Miyagi que, por cierto, ya lo estaba esperando…

-          ¡My sweet honey baby! –apenas y había entrado cuando el profesor se le echó encima abrazándolo- te estaba esperando

-          Profesor, ¿podría evitar este tipo de saludos tan efusivos? ¡Ni a mi madre la saludo así! –el castaño tenía una venita en la frente- con un simple buenos días basta y sobra

-          Que cruel eres, Hiro-chan –el de ojos cafés comenzaba a sentir un tic en el ojo- pero bueno, no importa –se despegó de Hiroki, buscó algo entre sus cosas y alargó una caja rectangular hacia él

-          ¿Eh? –Hiroki lo miró sin entender

-          ¡Feliz cumpleaños, Kamijou! –Miyagi le sonrió aún más, el castaño se sorprendió un poco pero después tomó la caja

-          Gra-gracias, profesor, no tenía porqué molestarse –le agradeció viendo la caja

-          No es nada, ayer no tuve tiempo de comprarte algo y lo compré hoy en la mañana a las carreras, así que disculpa que no sea algo más original

-          No se preocupe –abrió un poco la caja y vio que eran chocolates, no era muy fanático de los dulces pero debía admitir que esos chocolates se miraban apetitosos- probaré uno después de comer, gracias, profesor

-          Que bueno que te gustaron, yo también compré una caja para mi –sonrió ligeramente pensando en la caja de chocolates que le daría a Shinobu como un simple obsequio, estaba seguro que le encantarían- bueno, entonces ¡My honey, me voy a trabajar! ¡No me extrañes, amorcito! –le guiñó un ojo y salió lo más rápido que pudo de ahí

-          ¿Quién lo extrañaría? –después de hacer la pregunta hacia la nada salió de la oficina y se dirigió a su clase

 

*************************************************************************

Ok, repasemos una vez más. Él, Hiroki Kamijou, era uno de los profesores más temidos de la universidad, por no decir que era el único que daba terror con solo verlo ¡Vaya, que hasta lo conocían mejor como el Demonio Kamijou! Teniendo eso muy en claro, seguía sin poder explicarse el que tuviera tantas cajas de regalo en su escritorio. Cajas de chocolates, llaveros, varias tarjetas de felicitación, un encendedor -¿le habían visto cara de fumador compulsivo hentai como a Bakahiko?-, un osito y…¿qué era ese olor tan penetrante? ¿Acaso a alguien se le había vaciado el bote de perfume en su escritorio? ¿O tal vez era ese…ejem…sobrecito rosado con corazones que estaba sepultado debajo de los chocolates? Bien, no quería saberlo.

-          Este…bue-buenos días –saludó con un ligero sonrojo

-          Buenos días –saludaron todos al unísono y luego se comenzaron a ver entre sí, esbozando al final una sonrisa nerviosa- ¡Feliz cumpleaños, Kamijou-sensei! –Hiroki no puso evitar sorprenderse y sonrojarse más de lo que ya estaba

-          Etto…muchas gra-gracias, muchachos, no me lo esperaba –era verdad, no se lo esperaba, es que ¿quién rayos le regalaría algo a su profesor mas odiado? ¡Era como si Harry Potter le regalara alguna cosa al Profesor Snape! En fin, así sonrojado como estaba, esbozo una ligera sonrisa sincera y no pudo evitar ver como la mayoría de sus estudiantes se sorprendieron al verlo sonreír

-          No fue nada, sensei –le respondieron algunas de sus alumnas sonrojadas y sonrientes

-          Este, bueno comencemos con la clase de hoy…-la clase transcurrió en calma y así siguió hasta la hora de descanso

 

Había recibido varios regalos en el transcurso pero el primer grupo fue en el que recibió más, suponía que esto se debía a que era el tutor de esa clase. Aun así, no se explicaba el que hubiera recibido tantos regalos, podía jurar que entre los obsequios se encontraban varias cartas de amor y eso enserio que lo traumaba…

 

-          ¡Kamijou! –no se dio cuenta del momento en el que había llegado a la oficina que compartía con el profesor Miyagi, pero si se dio cuenta de como este se le echaba encima al momento de entrar

-          ¡Profesor! Compórtese –Hiroki lo apartó de él

-           Hieres mi corazón, Kamijou –el pelinegro ya estaba haciendo todo un drama de cómo Hiroki rompía su corazón cada que este lo rechazaba fríamente, cuando se dio cuenta de que Hiroki cargaba con un par de bolsas negras- ¿y eso?

-          ¿Eh? –se fijó en lo que señalaba Miyagi- ¡ah! Emm…pues son algunos regalos que me dieron mis alumnos, sigo sin entender por qué –respondió aun confundido y Miyagi sonrió divertido

-          Eso es porque en estos meses has estado más lindo –Hiroki lo miró confundido y ligeramente sonrosado- claro que no tanto como yo que soy un pan de Dios, pero los alumnos han notado que estás más amable y menos agresivo, por lo menos ya no les lanzas lo primero que vez cuando alguno de ellos comete un error –el profesor rio al recordar cuando veía a algunos alumnos salir adoloridos después de una clase con Hiroki

-          Bu-bueno, eso es…-el castaño no sabía que decir, es que él ni siquiera había notado eso- ¡No importa! Pero ¿por qué dice eso?

-          Porque he visto tu comportamiento aquí y a parte –sonrió pícaro- he escuchado platicas de algunos alumnos, algunos dicen que empezaron a notar que eres muy guapo, otros que a pesar de tu carácter eres lindo y ¡por supuesto! No faltan los alumnos que han caído rendidos ante tus encantos y están coladitos por ti –ahora levantaba las cejas de manera sugestiva con una sonrisa burlona mientras veía al sonrojado Kamijou- cabe mencionar que los alumnos son tanto mujeres como hombres

-          ¡Usted está loco! –gritó el castaño rojo como un tomate

-          ¿Me dirás que no viste algunos sobres sospechosos entre todos esos regalos? –preguntó Miyagi sabiendo ya la respuesta

-          ¡Cállese! Mejor comamos ya, que se acaba el descanso –el pelinegro hizo una mueca- ¿o es que acaso su almuerzo es tan glorioso que no quiere ni tocarlo? –se le regresó al encontrar la oportunidad perfecta

-          Aunque no lo creas Shinobu-chin ha mejorado –lo defendió y no mentía, aunque a Shinobu aún le faltaba mucho para cocinar perfectamente, por lo menos el repollo frito ya tenía un sabor agradable- entonces ¡comamos! Aunque seguro que más tarde al que se comerán será a ti –contratacó y le sacó la lengua de manera infantil

-          ¡Profesooooooor! –gritó Hiroki completamente rojo y lanzándole la primera cosa que encontró

-          ¡Jajajajajajajaja! –se reía Miyagi mientras se escudaba detrás de sus manos

Después de aquel incidente no hubo ningún otro hecho importante, claro, dejando atrás el hecho de que siguió recibiendo algunos obsequios más. En fin, después de calificar varios trabajos finales, algunas tareas y unos cuantos exámenes, terminó por fin todo lo que tenía que hacer, por lo menos para ese día, aunque era viernes, él quiso adelantar gran parte de su trabajo ya que no sabía si el fin de semana estaría algo…ocupado. Comenzó a guardar todas sus cosas, incluyendo los regalos, y cuando se disponía a guardar el último notó que eran los chocolates del profesor Miyagi.

-          Aún no los he probado –abrió la cajita y como la primera vez, le parecieron deliciosos- se ven exquisitos, me comeré uno –todos tenían diseños diferentes y bonitos, al final se decidió por uno en forma de esfera con diseños de espirales y otras cosas- ¡Waahh! Saben deliciosos…-tan cremoso, suave y dulce…- me comeré otro –tomó sus cosas, sacó el chocolate y antes de salir se lo metió a la boca

 

Bien…eran casi las siete de la noche, esperaba que Nowaki no se hubiera impacientado o salido alguna emergencia en el hospital, de las dos la más probable era la última ya que de todo, lo más grande que tenía Nowaki era su paciencia…bueno tal vez su paciencia era lo segundo más grande que tenía después de su…¡Idiota! ¿en qué estoy pensando? Se preguntó rojo como una manzana el castaño.

-          ¡Uff! Que calor hace –pensó. Ya tenía rato en que empezó a sentir más calor de la cuenta y este estaba aumentando considerablemente, esperaba que el tren se apurara para poder llegar rápido a casa. Dejó las bolsas con los regalos en el asiento de enseguida y comenzó a mover su mano para darse un poco de aire- jodido calor de mierda –seguía abanicándose y enseguida pensó que si Nowaki lo hubiera visto así le diría que tomaran una ducha juntos para refrescarse y de paso tener un encuentro apasionado en el baño- ¿en qué estupideces estoy pensando? –se reprendió mentalmente- pero las imágenes en su cabeza seguían, se imaginaba a Nowaki desnudándolo lentamente y él gritándole lo baka que era, el ojiazul haría oídos sordos mientras lo metería junto con él a la bañera y empezaría a acariciarlo lentamente, para después de todos esos jugueteos previos hacerle rogar por más hasta que lo penetrara lenta y profundamente, y luego lo haría más rápido y Hiroki no pararía de gem…- ¡AAGH! ¡¿Por qué estoy pensando en eso?! –gritó en voz alta asustando a una viejita que estaba sentada enfrente de él y que lo miró feo, la ancianita tomó su bolso y se levantó, el castaño ya se imaginaba como Alex el león de Madagascar siendo golpeado por una anciana psicópata, afortunadamente la viejita solo se paró y se sentó lo más alejada posible de él- debo dejar de ver esas películas infantiles –habló para sí mismo y se dio cuenta de que ya habían llegado a la estación en donde bajaría

Salió y comenzó a caminar rumbo a su departamento, teniendo de vez en cuando pensamientos impuros sobre el angelical Nowaki.

-          Sería más bien un ángel pervertido –se dijo con una gotita de sudor en su frente- y ¿por qué sigo pensando en eso? –continuó su camino normalmente, pero su cabeza le jugaba sucio y volvía a imaginar a su novio besando deliciosamente todo su cuerpo y si a eso se le sumaba el hecho de que desde hacía un buen rato el calor que sentía comenzaba a subir, daba el resultado de un Hiroki que no aguantaba para echársele encima a su amante- mierda, mierda, mierda ¡¿Qué me pasa?! –cuando se dio cuenta de que ya estaba frente al edificio de su departamento entró corriendo como el demonio que es y justo cuando metió la llave y abrió la puerta de su departamento se encontró con algo hermosamente romántico…

Las luces del departamento estaban apagadas y solo eran iluminadas por la tenue luz de las velas estratégicamente colocadas, había un hermoso arreglo de flores rojas y blancas (Hiroki estaba seguro de que lo había hecho el mismo Nowaki) y la mesa tenía un mantel rojo con dos velas en medio, también estaba la cena servida y parecía ser un tipo de carne bañada en salsa de champiñones y junto a cada plato, una copa vacía esperando ser servida por el delicioso champagne que se encontraba a un lado.

-          Bienvenido a casa Hiro-san –dijo Nowaki que se encontraba a un lado de la mesa vestido con una bonita camisa azul que resaltaba sus ojos y un pantalón negro de vestir. Estúpido y sensual Nowaki, pensó el castaño- espero que tengas hambre porque...-Nowaki no pudo terminar de hablar porque Hiroki se le había tirado encima y lo se encontraba besándolo de manera apasionada

-          Tengo mucha hambre, Nowaki, no sabes cuanta –le dijo el castaño de forma sensual- por eso ahora voy a comerte – el ojiazul estaba realmente sorprendido, no se esperaba eso, Hiroki, por su parte, volvió a besar al pelinegro. De todo lo que estaba en el departamento lo que le pareció más delicioso y apetecible fue Nowaki

-          Entonces…cómeme Hiro-san –contesto el ojiazul comenzando a besar de la misma forma a Hiroki. ¡Al diablo con la comida! Ya después la calentaría, mientras en ese momento, le apetecía comerse a su violable uke.

Hiroki, besaba desesperadamente a su Nowaki, no sabia el porqué de tanta necesidad, solo le importaba el hecho de que estuviera con la persona que mas amaba, claro que eso jamás lo diría en voz alta por su orgullo.

Por el calor del momento no se dieron cuenta que habían caído sentados en la silla más cercana y ahora Hiroki se encontraba sentado sobre la pelvis del pelinegro, moviéndose levemente, esa leve caricia se  sentía jodidamente bien, sus miembros rozándose, elevando más el calor de sus cuerpos. Se separo de la boca de su amado, ya necesitaban del aire que después de unos segundos se hizo presente, en la comisura del labio tenia resto de saliva prueba de su apasionado beso. Se acercó al oído ajeno lamiéndolo a la par que susurraba con un toque de sensualidad y necesidad.

-          Nowaki…házmelo…hazme tuyo…una vez más…

El otro se sorprendió, su Hiro-san no era así….pero no había que desaprovechar, cual fuera la razón, no le importaba si su pareja lo necesitaba el siempre estaría ahí para el.

Formo una sonrisa de medio lado, separo un poco al castaño lo tomo por las caderas de este, para ponerlo sobre la mesa, apartando y tirando algunos alimentos, a Nowaki no le importo la cena  y para ser sinceros, teniendo a su pareja pidiendo eso a quien demonios le importaría la comida que preparó, al fin y al cabo tendría su recompensa y una muy buena…

-          Lo que desee el cumpleañero –sin decir mas, lo despojo de sus pantalones y  con maestría también de sus interiores, acaricio sus largas y delgadas piernas con gentileza,  se notaba el semi erecto miembro del castaño y no era el único, en su parte baja él también estaba en a mimas condiciones  o peor, pero primero tenía que complacer a su amor.

Descendió lentamente dejando besos tiernos sobre la pelvis, dejando el pene para después, Hiroki se estremeció un poco al sentir los labios, dejando escapar suspiros, estaba desesperado, simples besos no le eran suficientes quería  mas atención y la quería AHORA.

-          Lámelo de una vez, Nowaki  -menciono desesperado. El ojiazul se impresionó, el castaño no solía ser tan directo, pero al parecer esta noche Hiro-san estará lleno de más sorpresas.  Decidió hacer caso a  la petición, solo que lo torturó unos pocos segundos que para el mayor parecieron una eternidad. Lamió la punta, como saboreando una de sus paletas favoritas, solo que con el sabor que más le gustaba: el de su Hiro-san. Prosiguió con abarcar más lugar, subiendo y bajando lento, dejando resto de saliva, el de ojos cafés gemía, gemidos que hicieron a Nowaki anhelar más y acelerar el ritmo, no tardó en correrse en la boca de Nowaki, pero ansiaba aún más. Nowaki saboreo con deleite el semen, el castaño  con la respiración agitada, las mejillas sonrojadas, la boca entreabierta se veía más que violable, pero tenía que controlarse aunque se lo pusiera difícil. Decidió continuar, subió a repartirle besos en el cuello, mientras que con sus manos le quitaba esa maldita camiseta  que le prohibía  ver el pecho desnudo y suave de su adorado Hiro-san,  y como él era el único que tenia toda la ropa puesta, aunque no por mucho, empezó a quitársela, pero unas manos lo detuvieron.

-          No me quites ese honor –hablo sensualmente el mayor, cuando se acomodó para quedar sentado frente a frente, empezando a desabotonar la camisa, acariciando de paso su pecho, pero la necesidad de sentir el  placer seguía, y se la retiro velozmente,  con sus piernas acercó a Nowaki, enredándolas a la cintura de este, juntando sus miembros, gimieron ante tal contacto. El miembro de Nowaki atrapado en la tela del pantalón se sentía maravilloso sobre el de Hiroki, ya no aguantaba y deseaba estar toda la santa, o no santa, noche pidiendo más. Desabrocho el pantalón, bajando poco la tela, solo dejando libre el miembro del ojiazul, este dejo soltar un suspiro al sentir el frío,  Hiroki lo abrazo, posando sus brazos sobre el cuello, acercándolo para devorarlo con un lujurioso beso,  lamió el labio varias veces, y el menor solo pudo unir su lengua con la de su amado, dando comienzo con un mojado beso, con sus piernas enredadas en la cintura lo empezó a acercar, rozando sus miembros, ahogando los gemidos en sus bocas. Deslizo una de sus manos por el pecho, llegando a sus penes empezando a masturbarlos, los dos a la vez, algo nuevo entre ellos, pero delicioso. Hiro-san solo gemía por su acción hecha.

 

-          Ahhh…ahhh….aaahh…Nowa…ki…ahh –gemía con ganas

Retiro su mano esta vez  no quería correrse de esa manera, esta vez quiera correrse pero con Nowaki dentro suyo, dejo de masturbase a ambos y tomo la mano del menor, lamiendo tres de sus largos dedos, este sabia lo que significaba esa indirecta muy directa, y lo ansiaba, pero primero iba a prepararlo, no quería lastimarlo, aun cuando el otro estuviera…¿necesitado?...no sabia que palabra usar para describirlo.

Ya cuando sus dedos estuvieron lo suficiente lubricados, lo retiró  de la  mesa para recostarlo en el piso boca arriba, el castaño se estremeció por el frío, pero con la calentura que su cuerpo sentía, se le paso en cuestión de segundos, en fin, Nowaki levantó las piernas del castaño, colocándolas sobre sus hombros y con sumo cuidado coloco el primer digito, haciendo espacio lentamente, lo cual era una tortura para Hiroki ¿qué no se da cuenta que esta demasiado excitado? Y haciendo algo extremadamente raro…se lo hizo saber.

-          Ahh…Nowaki…hazlo…d-de…una vez –habló entre cortado.

-          Pero, Hiro-san, necesito prepararte, no me gustaría hacerte daño –le dijó Nowaki aún excitado pero preocupado a la vez

-          Yo… solo…quiero… que lo hagas…ahhh  -el menor lo dudó, pero no por mucho. Se le había ocurrido una gran idea, que de seguro no tendría mas quejas y no lastimaría al castaño.  Así que realizando su fantástica idea, elevo más las piernas, para tener mejor acceso, y con su lengua  empezó a lamer alrededor

-          ¡Ahhh!…Nowaki que….¡ahhh!  - no pudo terminar ya que sintió esa majestuosa lengua en su entrada. –aahhh….no pares

Vaya que era raro tener al demonio Kamijou tan domado y exigente,  pero siguió con su  tarea,  dándose paso en esa estrecha entrada, dando placer a su amado. Cuando, supo que ya era suficiente, “dilatación oral” y de tantos “METELO DE UNA BUENA VEZ”  por parte del mayor,  coloco su pene en la entrada, primero la punta y de nueva cuenta lentamente, esto ya tenia cabreado al demonio, que parte de “LO QUIERO DENTRO, HAZLO YA Y  METELO DE UNA VEZ”  no entendió, así que de manera rápida cambiaron de posiciones, Nowaki abajo, con cara muy sorprendida,  mientras que el ojimiel se encontraba arriba sobre su pelvis, colocó el pene ya erecto sobre su entrada y empezó a auto penetrarse.

-          Aagg….mmm….ahhhggg  –soltó quegidos de dolor. Cuando se dejo caer de golpe, arqueó su espalda  y mordió su labio, para no soltar un grito, aunque fue inútil. –¡¡¡Aaaaahhh!!!

El menor se asusto, al pensar que su pareja se hubiera hecho daño al tratar de auto penetrarse, tomó las  caderas de este, acomodándose para quedar sentados los dos,  una de sus manos dejo las caderas y la poso en su mejilla, tratando de así relajarlo, pero vaya que esta noche seria de sorpresas, por que en vez  responder a tal caricia, lo empujó, dejándolo nuevamente acostado en el frio piso, empezando una lenta cabalgata, sintiendo como entraba y salía ¡pero que diablos! Él quería mas y lo tendría,  subía y baja de forma mas rápida a la vez que lo hacían sus gemidos.  Nowaki solo disfrutaba la vista, se calmo al saber que su demonio, ya se le había pasado ese dolor del principio, lo tomo de la cintura, pero no para acariciarla, si no que esta vez lo ayudo a que llegara mas adentro.

-          Aahhh…aahh…ahh…más…Nowaki…ahhh… -sin control de  sus palabras que desde hace mucho no tenia, solo exigía más.  Fue entonces que el ojiazul salió del mayor, ganando una cara de molestia por parte del otro.  Lo volteó, dejándolo a cuatro patas,  y no lo penetro en seguida, no, lo volvió a darle el “placer oral”.

-          Aahhh…mmm…aahh si…delicioso – el castaño movía sus caderas para sentir mas, pero no duró mucho, porque el menor, pero  más alto, lo penetró de golpe, haciendo que el mayor arqueara de nuevo su columna vertebral– ¡¡¡Aaaaahhh!!!...Dios…Nowaki…muévete mas….aahh – el aludido feliz, acató la orden, tan solo de tener a su actual pareja de ese modo, pidiendo más, y sorprendiéndolo, lo hacían soltar suspiros, jadeos, y de vez en cuando gemidos roncos. Aceleró el movimiento de caderas lo mas que pudo, disfrutando, saboreando la estrecha entrada, que parecía que con cada estocada, más estrecha se hacía.

-          Nowaki…ahí…justo…ahí…mmm…aahhh… – había tocado ese punto, que tanto hacia enloquecer al castaño, lo volvió a tocar, dando una y otra vez en él. Sentía que pronto legaría el clímax, bueno, al menos él ya lo sentía cerca,  así que para correrse juntos,  masturbó el pene del demonio, escuchando mas de esos gemidos –¡aahhh si!….que…rico…aahh – Nowaki derrochó besos por toda la espalda, dejando restos de saliva, enseguida sindtió como la entrada de Hiro-san apretaba más su miembro haciendo que se corriera dentro, y el gran demonio Kamijou en  la mano de su amante y parte del suelo. 

Sus respiraciones eran agitadas, cuando el menor se calmó, salió de su interior, dejando salir parte de su propio semen. El castaño se dejo caer y  el otro se acomodó a lado del demonio, cuando sintió un peso extra sobre el,  unos labios y una lengua exquisita, robándole un beso. Al terminarlo, Nowaki se dio cuenta de que Hiroki observaba un punto en específico así que volteó hacia allá.

-          ¿Nowaki, qué es eso? –preguntó Kamijou viendo una caja de tamaño mediano, forrada de papel plateado y un gran moño violeta

-          Ah, eso –el ojiazul formó una mueca extraña y enseguida le contestó- lo trajo Usami-san hace algunas horas, dijo que sería mejor que lo abriéramos juntos esta noche –terminó de decir confundido

-          ¿Bakahiko? –preguntó de nuevo y se paró, así como estaba, totalmente desnudo y sintió escurrir algo entre sus piernas. No le importó, ya sabía lo que era. Tomó la caja y comenzó a abrirla- ¡Ese pervertido! –gritó

-          ¿Hiro-san? ¿Qué es? –preguntó Nowaki acercándose y evitando mirar entre las piernas de su novio

-          Mira tu mismo –señaló dentro de la caja y el pelinegro abrió grande los ojos. Dentro de la caja venían varias botellitas de diferentes tamaños y colores, y al leerlas pudo darse cuenta que eran lubricantes, algunos aumentaban el calor corporal, otros aumentaban el placer de la penetración, otros más eran algo parecido a los afrodisiacos, etc. –aunque creo que esta vez no eligió tan mal –Nowaki volteó sorprendido y vio como su Hiro-san se relamía los labios, tomaba la caja con un brazo y lo jalaba con el otro

-          ¡Hi-hiro-san! ¿q-qué haces? –preguntó lo obvio

-          ¿Cómo que qué hago? La noche es joven y yo…la voy a disfrutar al máximo…-le guiñó un ojo y al entrar a la habitación lo aventó bruscamente a la cama

-          Creo que hoy, el violado voy a ser yo…-y Nowaki no se equivocaba…

 

 

Los rayos del sol le molestaban y comenzó a abrir sus hermosos ojos castaños. Enfocó bien la vista y cuando ya estuvo mas despierto se dio cuenta de que tenía su cabeza apoyada en el pecho de su guapo novio. Era extraño, no recordaba el momento en el que llegó hasta ahí, pero su cuerpo se sentía increíblemente relajado y satisfecho, se extrañó y levantó las cobijas solo para darse cuenta de que estaban completamente desnudos y manchados de algo blanquecino que ahora se encontraba seco, no necesitaba ponerse a pensar para saber que era, además de que…sentía esa misma sustancia escurrir de entre sus piernas, solo que esta se sentía pegajosa. Completamente sonrojado, se sentó de golpe y cuando apenas iba a gritarle a Nowaki por haberse aprovechado de un alma pura e inocente como él…

-          ¡AAAAGGGH! –le dio un tremendo dolor en el trasero, además de caderas y espalda. Eso despertó a Nowaki, que completamente asustado se incorporó

-          ¿Qué pasa, Hiro-san? –preguntó

-          ¡¿Cómo que qué pasa?! ¡¿Cómo que qué jodidos pasa?! –le contestó con otra pregunta- ¡¿Qué me hiciste anoche, animal?! –volvió a preguntar dándole almohadazos al pobre de Nowaki que se defendía como podía

-          ¿Eh? ¡Pero si tú fuiste el que se me echo encima! –trató de defenderse pero eso enfureció más al demonio Kamijou

-          ¡¿YO?! ¡No me inventes falsos, bestia! –seguía atacando…

-          ¿No recuerdas? Apenas llegaste de la universidad y te me tiraste encima diciéndome: ¡Te voy a comer, Nowaki! –explicó nuevamente imitando la voz de Hiroki

-          Claro que…-iba a reclamarle nuevamente hasta que los recuerdos de la noche anterior llegaron a él de flashazo. Besos y caricias apasionadas, gemidos y gritos descontrolados, Nowaki sobre él moviéndose rápidamente mirándolo de manera sensual, Hiroki sobre Nowaki cabalgándolo de manera salvaje y gritando de placer, Hiroki abriendo una botellita y untándoselo en el…Ok, ya no quería recordar más- ¡WAAAH! ¡Yo no pude haber hecho eso! –gritó de repente asustando a Nowaki que se había quedado viéndolo notando como su cara pasaba desde un sutil color rosa hasta llegar a un rojo furioso

-          Yo también me sorprendí, pero Hiro-san tomó la iniciativa ¿y yo quién soy para negarme? –dijo Nowaki con una sonrisa inocente

-          ¡Degenerado! No te hagas el inocente, Nowaki. Pudiste haberme dicho que cenáramos o algo –se defendió el de ojos cafés

-          Preparé la cena, pero te vi con tantas ganas que preferí dejarlo para después, deberías agradecérmelo, te consiento mucho, Hiro-san –volvió a sonreir- aunque creo que fui muy salvaje anoche, no pensé en las consecuencias…de hecho, no estaba pensando muy bien ¿Te duele mucho, Hiro-san? –preguntó preocupado el doctor

-          …

-          ¿Hiro-san? –el muchacho veía preocupado al profesor que estaba callado y seguía rojo

-          ¡Waaaah! ¡Que vergüenza! –se tiró a la cama y se tapó hasta la cabeza- preparaste una cena que de seguro estaba deliciosa, arreglaste todo para una velada romántica y yo lo arruine todo ¡joder! No sé que me pasó, lo siento, Nowaki –Hiroki hablaba sin parar y Nowaki lo escuchaba enternecido

-          No te preocupes, Hiro-san –bajó un poco la sábana que cubría al castaño y acarició su cabeza- puedo calentar la comida otra vez, hoy no tengo guardia, soy libre hasta el domingo en la noche. Podemos estar juntos todo el día ¿qué te parece? –preguntó tiernamente

-          P-pero, ayer fue mi cumpleaños y tu te es-esforzaste para preparar todo –decía avergonzado- además…bue-bueno yo…yo quería estar contigo –se sonrojó y Nowaki lo pudo notar porque sus orejas estaban demasiado rojas- ya…ya sabes…

-          ¿De forma dulce y romántica tal vez? –preguntó sabiendo lo que quería decir su amada pareja

-          Ha-hai –respondió, realmente no sabía por qué estaba diciendo eso, casi nunca se sinceraba y ahora lo estaba haciendo…se sentía avergonzado

-          Entonces te daré una noche romántica, pero esperaré hasta que tu cuerpo se sienta mejor –le dio un dulce beso en el cabello y se levantó buscando algo que ponerse porque estaba desnudo- te prepararé un baño ¿Hiro-san? –sintió como el profesor agarraba su brazo

-          Tal vez puedas darme una mañana romántica –dijo con la cabeza gacha y Nowaki no pudo evitar sorprenderse

-          Pero Hiro-san, debes de estar adolorido y…

-          Estaré bien, solo…se gentil conmigo –lo interrumpió mientras se sonrojaba más y el ojiazul sonrió

-          Hiro-san, te amo –subió a la cama y le dio un beso tierno y dulce mientras lo acariciaba de manera suave

-          Yo…yo también te amo –correspondió el beso y cuando menos se dio cuenta ya estaba gimiendo levemente debajo de Nowaki que se movía de manera lenta y suave. Se amaban, no importaba como fueran o lo que hicieran, Hiroki un demonio, Nowaki un ángel; Hiroki orgulloso, Nowaki amoroso; Hiroki agresivo, Nowaki tierno y dulce…en fin, podían ser totalmente diferentes, totalmente opuestos y de pensamientos distintos tal vez, pero algo que tenían en común era ese amor egoísta que compartían fervientemente con su pareja y eso…eso jamás iba a cambiar…

Notas finales:

¡Que ondaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa! ¿Les gustó? ¿Hiro-san se les hizo muy urgido? No me culpen a mi, fue culpa Miyagi, yo no:P 
Este fic tardó mucho en ver la luz, literalmente, la escribía por las noches y mi madre me apagaba la luz y yo no veía ni madres T_T pero bueno, al fin la publiqué :')
Quiero agradecer a los que leyeron mi otro one-shot, gracias chic@s a los que leyeron y a los que comentaron:)
¿Reviews?

Besitoooos! Rosie-chan:)


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