¿Sientes celos Tsuna-kun? por Nagayama Shizuka

‘— ¿Acaso sientes celos de que esté con Natsu, Tsuna-kun? — ’

A pesar de que tan sólo fuera una broma de parte del pelirrojo sus mejillas ardían más que nunca, incluso su vista se había nublado y tal vez se sentía un poco mareado por la repentina pregunta de ese chico.

— ¿Tsuna-kun? — repitió.

El recién nombrado no estaba en las condiciones de mirar fijamente el rostro de su querido amigo ¿Cómo podría? No era tan fácil responder a esa pregunta y a pesar de saber bien la respuesta era bastante vergonzoso. ~

Sentir celos por culpa de un pequeño animal era demasiado patético para el joven Sawada. ¿Hace cuanto habían brotado esos sentimientos?

Cerró sus ojos con fuerza mientras apretaba sus puños, aún sin mirar al contrario. ¡La vergüenza carcomía cada parte de él haciéndole casi imposible pronunciar alguna palabra! Era molesto, demasiado molesto y problemático para el castaño. Suspiró.

— ¿Eh~? De qué estás hablando Enma… — Se limitó a decir entre leves balbuceos.

— Creí que algo te había pasado… te has quedado en silencio… — Dijo soltando una leve risita, la cual fue correspondida por el nervioso de Tsuna quien ahora deslizaba sus manos por su cabello.

— ¿D-de verdad…? No lo noté ¡Jajaja~! — pronunció. — C-creo que ya es tarde ¿no? Deberíamos dormir. — le comentó haciendo un gran intento de relajarse.

El castaño ya estaba con su pijama, hacía un buen rato que se había cambiado, tan sólo se había quedado en pie por que Enma aún no tenía sueño y deseaba acompañarle un poco más, después de todo eso eran los pocos momentos en que podía estar junto al pelirrojo sin ser molestado por Reborn o alguno de sus guardianes. Enma estaba en las mismas condiciones que su compañero, aunque este no tenía la mayor intención de descansar y menos ahora.

— Buenas noches Enma-kun… — Sin más apagó las luces dejando la habitación completamente a oscuras, cerró sus ojos intentando conciliar el sueño algo que no le fue concedido para el joven vongola, aún no podía quitar esos pensamientos y estar en la misma habitación que el jefe de los Shimon le tensaba aún más.

Esos sentimientos le hacían doler el pecho.

Pasaban los minutos lentamente y tan solo se podía escuchar el sonido de la respiración de su acompañante.

— Aún no te duermes ¿verdad? -murmuró. —Tsuna-kun… ¿Sabes? has ignorado por completo mi pregunta, no porque nos califiquen con el dúo de inútiles no me daré cuenta de que me estás evitando. — El pelirrojo susurraba cada una de sus palabras mientras que se colaba por la cama de Tsuna abrazándole al mismo tiempo con lentitud. — ¿Tsuna? — repitió con ese tono de voz calmada.

Sentir la respiración pausada y tibia del contrario estremeció por completo el cuerpo del castaño. Al susurrar su nombre sobre su cuello era algo realmente excitante, no podía negar que esa sensación le encantaba. ~ Con torpeza se dio vuelta quedando frente a su compañero de cama, sintiendo de nueva cuenta sus mejillas arder, al igual pudo notar que Enma estaba igual o más nervioso que él mismo, su pálido rostro cubierto de una que otra vendita se encontraba sonrojado y sus labios temblaban.

— N-no puedo estar celoso de eso, no te burles. —

— Aún cuando digas eso… Me hace feliz ver que estás celoso de cosas como esa. ¿S-sabes Tsuna-kun? M-me gusta mucho estar contigo… Realmente me gustas mucho. — Las palabras del contrario le sorprendieron, tal vez… Era tan dulce el sentimiento mutuo de cariño que se tenían esos dos 'amigos', desde que le conoció se sintió a gusto con Enma, era la única persona que le entendía, la única persona con la cual podía hablar de cosas triviales, divertirse sin sentirse amenazado, incluso él le hacía olvidar cada pensamiento que tenía en un principio con Kyoko. Por esa misma razón su compañía era simplemente dulce, pero no podía estar junto a esa persona siendo sólo amigos… El sentimiento que hace tiempo había aparecido ya sobrepasaba los límites de amistad.

— T-también me gustas, Enma-kun. — respondió pronto mientras le dedicaba una cálida sonrisa. Por otra parte, el nervioso de Enma se acercaba un poco más a su ahora amante, no dijo más y aún con sus temblorosos movimientos juntó sus labios con lo ajenos, en un beso tan suave, tan placentero y dulce, un beso que estaban esperando de hace meses. Sus dedos se entrelazaron mientras que sus cuerpos se juntaban más y más, compartiendo aquella calidez se cubrieron un poco más con las sabanas soltando una risa juguetona.

Ahora podrían dormir completamente bien.

No eran necesarias las palabras, la unión de estos chicos era tan fuerte que tan solo gestos y miradas podían descubrir miles de pensamientos.

No era necesario decir ‘Te amo’.

Ambos jóvenes, sin querer soltarse se durmieron, esperando el nuevo día en que empezarían como amantes. ~