Sabado 3:00 pm
Las campanadas de la iglesia anunciaban la llegada del novio, los invitados tomaron sus asientos a ambos lados dentro de la iglesia a la espera del más importante de los invitados el novio que en ese instante entraba por la puerta de la catedral.
Dentro el otro novio de cabellos azules y piel bronceada, esperaba paciente he ilusionado por la nueva vida que estaba a punto de formar , su ojos esmeraldas brillaban mientras soñaba con la felicidad que su futuro novio y él tendrían, la nueva vida que llevarían y los hijos que tendrían, al menos 4 pensaba.
Era cierto que tenía nervios y dudas, no por sus sentimientos sino por el miedo de que el amor de su vida se arrepintiera de último momento. El ave María empezó a sonar y Saga volteo a ver a su futuro esposo “es hermoso” pensó y lo era vestía un traje italiano color marfil que casi competía con su nieva piel, su largo cabello era sujeto por multitud de cuencas cristalinas de destellaban al contacto con la luz e iluminaba parte de la bonita trenza que formaba la lila cabellera. La sonrisa que mostraba llenaba de luz su rostro y en especial los grandes ojos color turquesa que le miraban fijamente.
Cuando llego al atrio su labios dibujaron un te amo y Saga simplemente sonrió, el padre dio comienzo a la misa y los novios tomándose de la mano voltearon hacia el altar, la misa transcurrió en un profundo silencio que solo era roto por el sermón sobre la fidelidad que el clérigo predicaba. La hora de la verdad llego, el momento que todos esperaban y que las películas románticas tenían inmortalizado. Con una profunda voz y mirada severa que trataba de ver el alma el padre pregunto.
- Saga di Gemelli ¿aceptas a Mu D’ariete como tu esposo, para amarlo y respetarlo por el resto de tus días, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
- Si acepto- respondió inmediatamente el gemelo menor con voz fuerte y segura. El clérigo asintió y traslado su vista hacia el peli lila
- Y tu Mu D’ariete ¿aceptas a Saga di Gemelli D’ariete como tu esposo, para amarlo y respetarlo por el resto de tus días, en la riqueza y en la pobreza, en la salud y en la enfermedad hasta que la muerte los separe?
- Si acepto- las palabras salieron cortadas de los labios del ariano, la emoción y la felicidad inundaban su cuerpo y las lágrimas caían por sus mejillas sellando ese maravilloso momento.
- Bien, si alguien sabe algún motivo por el que este matrimonio no pueda llevarse a cabo ¡que hable ahora o que callé para siempre!- sentencio el padre pendiente de cualquier sonido que se produjera en la iglesia, tras varios segundos de silencio todo parecía normal, suspirando el padre se preparó para el esperado “puede besar a la novia” o en este caso el novio, cuando de pronto la puerta se abrió azotándose a un lado, dejando entra a una figura delgada, de piel blanca como la nieve y largos cabellos dorados.
- Ese hombre no puede casarse- grito el rubio que acababa de llegar- porque él ya está casado con mi hermano- sentencio acercándose lo suficiente para que unos de los presentes le reconociera y tragara saliva.
- Eres un desgraciado cómo pudiste hacerle eso después de que el dejo todo por ti y está esperando un hijo tuyo- dijo el rubio cuando ya estaba a un par de metros del atrio, lo que le permitió observar a los novios, uno vestido con un traje claro y de cabellos lilas tan hermoso como un ángel que en ese momento tenía una cara de angustia y dolor que no se aguantaba mientras veía fijamente a su futuro esposo, él otro vestido igualmente de traje pero en un tono oscuro con sus largos cabellos azules, era el sueño de cualquiera con sentido común, era un demonio varonil que miraba a Shaka con gana de matarlo en ese mismo instante.
- ¿Quién demonios eres tú?- pregunto un iracundo Saga haciendo retroceder unos cuantos pasos al rubio-
- Este…. Yo …. Ahhhhh- Shaka trago saliva- upssss creo que me equivoque de boda-dijo dándose la vuelta para echarse a correr antes de que el novio se le echara encima y lo moliera a golpes.
Después de esa patética interrupción Saga volteo a ver a Mu que lo miraba con cara de no entender ni J de lo que pasaba. Él puede besar al novio sonó a lo lejos y por fin Saga se apodero de esos labios que tanto amaba poniendo el corazón en ese pequeño contacto y borrando de una buena vez todas las dudas del menor.
-Te amo- dijeron ambos al terminar con el beso
Mientras esta romántica escena transcurría un atractivo hombre se preparaba mentalmente para matar a su cuñado y porque no también a su querido esposo. Con cuidado de no ser notado se dirigió hacia la salida lateral de la iglesia y salió en busca del causante de semejante espectáculo, lo encontró sentado con la cabeza gacha en una de las bancas del parque que rodeaba la catedral y sin más se paró frente de él con los brazos cruzados esperando una explicación de aquel chiquillo de 17 años que solo sabía meterse en problemas.
- Lo siento Milo- murmuro Shaka con unas cuantas lagrimas corriendo por su rostro
- Y Camus?- pregunto Milo enfadado por los problemas que causo su cuñado- se lo dijiste?
- No… planeaba detenerte antes de que fuera demasiado tarde… lo siento- volvió a decir el rubio
- Vámonos a casa- dijo con un suspiro de alivio Milo quien sonrió al recordar la escena, eso definitivamente pasaría a la historia…