Últimamente las cosas no iban nada bien, las peleas entre su hermano y Milo aumentaban y eran por cualquier cosa, él solía salir de casa cuando los escuchaba discutir, excepto aquella mañana que tras olvidar el reporte de Química tuvo que regresar por el a casa, entro y todo parecía estar normal, Milo a esas horas ya había partido al trabajo y Camus estaría de seguro durmiendo ya que debido al embarazo sus horas de sueño se habían alterado eso y que se volvió más sensible de lo normal, lo que a veces sacaba de onda a los dos, al ver llorara a Camus porque se había quedado dormido mientras estaba la comida y esta se había quemado o cosas por el estilo y eso era simplemente sorprendente.
Ese día estuvo a punto de salir de la casa cuando escucho el tenue sollozo de su hermano, temiendo que le hubiese sucedido algo al bebe o a él corrió a su habitación pero antes de que entrara escucho la voz molesta de Milo.
- No insistas Camus, ya he decidido que mañana me presentare en la boda
- No me puedes hacer esto Milo, ¿que no te importa que lleve a tu hijo en mi vientre?
- Camus él bebe no tiene nada que ver en esto, deja ya de insistir, ya he tomado mi decisión y ni tu ni nadie me lo va impedir. Además no puedo hacerle eso a Mu, el me necesita y voy a estar a su lado.
- Y si puedes hacerme esto a mí?-dijo Camus histérico- tan poco te importo?
- Ya basta Camus, te he dicho que nada de lo que digas o hagas me hará cambiar de opinión, por favor compórtate…
Shaka no pudo seguir escuchando más, acaso Milo iba a abandonar a su hermano? Nunca pensó que las cosas irían tan mal en su relación, pero entonces porque Camus no le había dicho nada, si todo ello también le involucraba a él, Porque los dos se lo había callado? No sabían que enterarse de esta forma de su separación era peor… no él no iba a dejar que las dos personas que más quería en el mundo se separaran. Así fue como un plan se formaba en la mente de aquel joven que veía como su hogar se iba cayendo a pedazos.
La mañana siguiente Shaka se levantó temprano para ir al colegio así que salió antes de saber que ese era el día de la boda, por lo que cuando volvió del mismo y encontró a Camus hecho un mar de lágrimas sintió como su pecho se detenía y se arrodillo frente a su hermano preguntándole el porqué de su llanto.
- Se fue… se fue a la boda… yo le pedí que no lo hiciera, que se quedara conmigo pero él no quiso.
- Dónde? Donde es la boda?- pregunto asustado Shaka, nunca pensó que tendría tan poco tiempo por lo que sus planes habían cambiado del todo y ahora solo podía interrumpir esa boda.
- En la Iglesia del centro…. SHAKA a dónde vas?- grito Camus al ver salir corriendo a su pequeño hermano, quiso alcanzarlo pero semejante barriga se lo impidió, esos eran los momentos en los que se preguntaba por qué él no era el seme y maldijo a Milo, bueno solo de mentiritas.
Shaka corrió con toda la velocidad de la que era capaz un chico de su edad, tenía que detener esa boda, no podía dejar que Milo se casara con otro y maldecía el “porque diablos esa iglesia estaba tan lejos”, tras media hora corriendo y tremendamente agotado por fin llego a la Iglesia, se detuvo unos instantes para volver a cargar aire en sus pulmones, se dobló por el cansancio sosteniendo sus manos en sus rodillas queriendo tirarse en media plaza a descansar unos segundos, pero el tiempo apremiaba así que solo respiro una vez más llenándose de coraje he interrumpió aquella ceremonia.
- Ese hombre no puede casarse- grito el rubio que acababa de llegar- porque él ya está casado con mi hermano- mientras caminaba por el pasillo central se fijó en el tal Mu, vaya que era hermoso, parecía un ángel con aquel traje blanco.
- Eres un desgraciado cómo pudiste hacerle eso después de que el dejo todo por ti y está esperando un hijo tuyo- Dijo Shaka molesto por reconocer la belleza del hombre que destrozaba a su familia y entonces poso su mirada en el novio y que el creyó se trataba de Milo, trago grueso al ver aquel espécimen masculino vestido igualmente de traje pero en un tono oscuro con sus largos cabellos azules, era el sueño de cualquiera con sentido común, era un demonio varonil que miraba a Shaka con gana de matarlo en ese mismo instante.
- ¿Quién demonios eres tú?- pregunto iracundo aquel atractivo hombre sacando a Shaka de sus fantasías y haciéndolo retroceder unos cuantos pasos-
- Este…. Yo …. Ahhhhh- Shaka trago saliva- upssss creo que me equivoque de boda-dijo dándose la vuelta para echarse a correr antes de que el novio se le echara encima y lo moliera a golpes. Comprendiendo al fin su error, fue a sentarse en unas de las bancas de la plaza, las lágrimas de felicidad empezaron a salir al percatarse de que todo era un mal entendido.
Shaka sintió como Milo se paró frente de él con los brazos cruzados esperando una explicación. Sabiendo que al llegar a casa le espraba una buena solo atinó a decir
- Lo siento Milo- murmuro Shaka con unas cuantas lagrimas corriendo por su rostro
- Y Camus?- pregunto Milo enfadado por los problemas que causo su cuñado- se le dijiste que venias?
- No… planeaba detenerte antes de que fuera demasiado tarde… lo siento- volvió a decir el rubio
- Vámonos a casa- dijo con un suspiro de alivio Milo quien sonrió al recordar la escena, eso definitivamente pasaría a la historia…
Después de la tremenda regañina que le pusieron ambos mayores y el explicar semejante mal entendido, pues Camus solo le pedía a Milo que no fuera a esa boda porque él no podía ir por su embarazo avanzado y no quería quedarse solo, y Milo no podía faltar porque era el padrino de Mu, a lo que Milo termino reprendiendo nuevamente a Shaka.
- Espero que con esto te quede claro que no es bueno escuchar conversaciones privadas tras la puerta.- dio enfadado Milo
- No, lo que no es bueno es escuchar la conversación a medias- dijo Shaka sacando una sonrisa a los dos mayores.